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Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XVI, núm. 389, 20 de enero de 2012
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

VALORACIÓN DEL TURISMO DE CRUCEROS POR PARTE DE LA COMUNIDAD LOCAL: CARTAGENA DE INDIAS

Juan Gabriel Brida
Universidad ORT Uruguay
School of Economics and Management – Free University of Bolzano, Italy
JuanGabriel.Brida@unibz.it

Eugenia Riaño
Instituto de Estadística. Facultad de Ciencias Económicas y Administración – Universidad de la República, Uruguay
eugenia@iesta.edu.uy

María Jesús Such Devesa
Dpto. de Estadística, Estructura Económica y Organización Económica Internacional. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales – Universidad de Alcalá
mjesus.such@uah.es

Sandra Zapata-Aguirre
Grupo GIET. Escuela de Turismo – Colegio Mayor de Antioquia, Colombia
sandra.zapata@colmayor.edu.co

Recibido: 22 de noviembre de 2010. Devuelto para revisión: 8 de septiembre de 2011. Aceptado: 27 de octubre de 2011.

Valoración del turismo de cruceros por parte de la comunidad local: Cartagena de Indias (Resumen)

El apoyo de la población local al desarrollo turístico es esencial para afrontar con éxito cualquier proceso de planificación turística. En este trabajo, las percepciones y actitudes de los residentes se usaron para segmentar la valoración de la población en seis grupos bien diferenciados a partir de un análisis de clústeres. Los resultados generales muestran que la actividad de los cruceros se percibe positivamente desde el punto de vista económico, pero la investigación también sugiere que la población local no debe ser vista en modo homogéneo en lo que respecta al apoyo al desarrollo del turismo de cruceros. Aún más, se encontró que la opinión acerca del desarrollo y gestión del turismo de cruceros es significativamente distinta para una serie de indicadores socioeconómicos y demográficos, principalmente la variable residencia. Esta información tiene serias implicaciones para la gestión del turismo en la ciudad y en otros destinos de cruceros.

Palabras clave: percepciones de residentes, Cartagena de Indias, cruceros, análisis factorial, análisis de clúster.

Residents’ perceptions of cruise tourism: Cartagena de Indias (Abstract)

This paper explores how residents in the Caribbean city of Cartagena de Indias regard cruise tourism as affecting their community. Local attitudes and perceptions allowed it to segment the community’s opinion into six different groups using a hierarchical cluster analysis. The overall results indicate the cruise industry is perceived as positive from an economic point of view, but results of the research also suggested that community’s attitude should not be viewed as homogenous in its support for cruise tourism development. Indeed, its opinions regarding cruise tourism and its management were significantly diverse across a variety of socio-economic and demographic indicators, mainly the place of residence. This information has serious implications for the management of tourism in the city and other cruise destinations.

Key words: residents’s perceptions, Cartagena de Indias, cruises, factor analysis, cluster analysis.


Es indiscutible la relevancia que el sector turístico tiene en la economía mundial, afianzándose la idea de impulsar su desarrollo para cualquier área geográfica[1]. Desde Naciones Unidas[2] se hace eco de ello al impulsar la campaña “El turismo es riqueza” para concienciar a la sociedad de las virtudes de apostar por el desarrollo turístico sostenible. En ese marco, más que nunca, la comprensión de la reacción de la comunidad residente y los factores que configuran su actitud ante el desarrollo turístico es esencial para afrontar con éxito cualquier proceso de planificación turística. Royo y Ruiz[3] dedican su trabajo al estudio de dichos factores para medir el apoyo de la población local al desarrollo turístico presente y futuro facilitando la toma de decisiones de los diferentes agentes implicados. Si el desarrollo turístico se concibe como clave del desarrollo económico, el planificador turístico debe contar con la aceptación de la comunidad residente[4]
. De hecho, actitudes negativas entre los residentes pueden entorpecer no sólo el éxito sino la sostenibilidad del destino[5]. De acuerdo con Murphy[6], los factores de carácter genérico que influyen en las actitudes de los residentes hacia el turismo incluyen el tipo y grado de interacción entre residente y visitante, la importancia de la industria turística para la comunidad residente, la vinculación con el sector turístico y el nivel general de desarrollo de la comunidad. Monterrubio[7] apunta la idea de que la percepción de los residentes está relacionada con la expectativa de mejora o deterioro de su calidad de vida.

Es indudable que el desarrollo turístico conlleva impactos, tanto de carácter positivo como negativo. Tales impactos van desde los cambios en las estructuras sociales y económicas, pasando por las repercusiones culturales, hasta los efectos medioambientales. Más allá de la interpretación más tradicional basada en su relación con la producción y el consumo, el turismo está siendo progresivamente interpretado en su dimensión de movilidad temporal[8], así como en el análisis de los cambios sociales que representa como fenómeno social cambiante que es[9]. Como respuesta a estos impactos, la comunidad residente comienza a manifestar diferentes tipos de actitudes hacia el desarrollo de la actividad turística. Armonizar los intereses de residentes y los de la planificación del desarrollo turístico es una tarea complicada dados los diferentes niveles de apoyo que se dan entre los miembros de una comunidad[10]. Sin embargo, no cumplir esta tarea hará más difícil la labor de ofrecer un destino de calidad[11]. Tal es la importancia de estudiar estas actitudes en una comunidad anfitriona, que este tema ha sido uno de los más abordados en el campo de la investigación en turismo en las últimas dos décadas. La mayoría de los estudios sugieren que la población local tiende a manifestar actitudes positivas porque ellos ven en el turismo una opción de desarrollo económico y mejora del bienestar de sus habitantes[12]. Una comunidad residente disgustada, desconfiada o apática hacia el turismo probablemente transmitirá esos sentimientos a los turistas y con ello una menor disposición de éstos a acudir al destino.

Sin embargo, la literatura en castellano al respecto ofrece escasas aportaciones[13] y resulta todavía más parca si la búsqueda bibliográfica se centra en la valoración que hace una comunidad local ante el desarrollo del turismo de cruceros, cuyo renacimiento puede situarse a mediados de los 80, estimulando más, si cabe, el turismo de masas, particularmente bajo la fórmula del bajo coste[14]. El objetivo fundamental del presente trabajo es analizar cómo son percibidos los impactos del turismo de cruceros por la población local y qué factores afectan la relación entre los impactos y formación de percepciones. Cartagena de Indias es el destino en el que se ha desarrollado el trabajo de campo por tratarse de un destino clave en la industria de los cruceros. Además, no conviene olvidar que la oferta de cruceros se sigue ampliando y que empresas como Pullmantur, líder del sector en España y parte integrante desde 2006 de la segunda naviera del mundo, el grupo Royal Caribbean, tiene previsto reforzar su actividad en el Puerto de Cartagena de Indias. En la investigación se recolectaron, durante la temporada alta de cruceros que cubre los meses de octubre y noviembre, datos primarios que incluyen 1004 cuestionarios obtenidos de una muestra representativa de los residentes en 2009.

El resto del trabajo se organiza del modo siguiente. La próxima sección está dedicada a una revisión de la literatura relevante. La tercera proporciona una descripción del turismo de cruceros en Cartagena de Indias. La sección cuatro describe los datos y la metodología utilizada para el análisis de éstos. Los resultados empíricos y la interpretación de éstos, se presentan en la sección cinco. La sección final está dedicada a las conclusiones e implicaciones de política y planificación.


Revisión de la literatura

Como se ha apuntado ya, a pesar del interés que suscita el tema y de la necesidad de contar con el apoyo de la población local para el desarrollo de cualquier proyecto turístico, son más bien pocas las referencias existentes en la literatura en lengua castellana. Mantero et al.[15] afrontan una investigación empírica respecto de la sociabilidad del turista y de la relación turista-residente en período de ocio vacacional en centros turísticos del litoral Atlántico Bonaerense. Sus resultados apuntan a que los residentes se sienten concernidos y dan importancia al número y el tipo de turistas que les visitan, acreditando ponderar la diferenciación de flujos turísticos y su conciencia respecto de la cantidad y calidad de los visitantes. Costa y Barreto[16] analiza el impacto del desarrollo turístico de un establecimiento rural en las familias anfitrionas desde un punto de vista antropológico, concentrándose en el análisis de algunos aspectos de los cambios socioculturales. Royo y Ruiz[17] analizan la actitud de los residentes en un destino turístico de naturaleza rural-cultural respecto a los visitantes, examinando los factores susceptibles de influir en la formación de dicha actitud y su potencial uso en el desarrollo turístico del destino, mostrando que las actitudes hacia el turismo dependen del grado de desarrollo local y del uso de recursos turísticos por parte de los residentes. González e Iglesias[18] presentan un estudio participativo de los impactos del turismo sobre los procesos de cohesión social y las políticas mitigantes para el caso de Caibarién-Cuba. Sus resultados indican que los principales impactos percibidos por la comunidad están asociados al empleo e ingreso, desarrollo de infraestructura y cuidado del entorno.

En general, los referentes teóricos que prevalecen en la literatura son aquellos propios de disciplinas como la psicología social y la sociología. Éstas han servido para ahondar en el entendimiento de la forma cómo se originan las actitudes de los residentes hacia los impactos del turismo. Entre las teorías más utilizadas se encuentran la teoría del intercambio social[19] y la teoría de las representaciones sociales[20]. La teoría del intercambio social asume que las relaciones humanas se rigen por el uso de un análisis de coste-beneficio y la comparación de alternativas. La misma ha sido utilizada para explicar la influencia de los intercambios físicos y psicológicos sobre las actitudes de los residentes. Esta teoría postula que los individuos deciden sobre sus transacciones después de haber evaluado sus beneficios y costes[21] por lo que los residentes son propensos a apoyar el desarrollo turístico en la medida en que consideren que los beneficios esperados serán mayores que los costes. La teoría de las representaciones sociales establece que la representación social es una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos[22].

Diferentes modelos han sido utilizados por los académicos para explicar los impactos generados por el turismo y su relación con las percepciones y actitudes que manifiesta una población local frente a los turistas. Los principales en el estudio de las percepciones de los residentes tienen en común que todos consideran la naturaleza dinámica y progresiva de los cambios en las percepciones de la comunidad anfitriona a medida que el desarrollo turístico y sus impactos incrementan. Así, se han decantado fundamentalmente por mostrar las diferentes etapas por las que atraviesan las percepciones y actitudes de los residentes a lo largo del tiempo[23]. Uno de los modelos más conocidos para analizar las actitudes de los residentes ha sido el Modelo Irridex[24], que explica las reacciones de una comunidad residente frente al incremento del número de visitantes y del desarrollo turístico a través de cuatro etapas, la primera de  las cuales se inicia cuando el destino está en una fase temprana de desarrollo. El modelo Irridex afirma que los impactos negativos del desarrollo turístico podrían conducir a la irritación de la comunidad residente. Sugiere que en los albores del desarrollo turístico de un destino se da una etapa de euforia en la que los residentes aceptan con beneplácito la llegada de visitantes dadas las expectativas de ingresos que se puedan generar para la comunidad. A continuación llega la actitud de apatía en la que el residente percibe al turista como la fuente de lucro y se adoptan dinámicas más comerciales en la interacción visitante/visitado[25]. El momento de la molestia se correspondería con la tercera etapa, cuando el residente se siente saturado con la presencia de los turistas. Por último, cuando el destino ha alcanzado su apogeo y se convierte en un destino turístico de masas, el antagonismo entre residentes y turistas se pone de manifiesto. De hecho, una de las principales críticas al Modelo Irridex es el tratamiento de la comunidad como entidad homogénea en la que el conjunto de sus miembros evoluciona de la misma manera cuando la realidad de la reacción de los residentes ante el desarrollo turístico de su comunidad suele ser heterogénea[26]. Butler[27], al plantear el ciclo de vida de un destino turístico, sugiere que los destinos turísticos experimentan diferentes etapas según el grado de desarrollo turístico alcanzado en cada una de ellas, de ahí que evolucionen pasando por las fases de exploración, implicación o participación, desarrollo, consolidación, estancamiento, declive y/o rejuvenecimiento. Con dicha evolución del destino, cabe suponer que se producirán reacciones de distinta índole en la comunidad local. Dogan[28] apunta que la comunidad anfitriona básicamente adopta reacciones de aceptación o resistencia frente al turismo: resistencia, aislamiento, mantenerse al margen, revitalización y aceptación. Hay algunos trabajos en los que se relaciona la percepción de la situación económica local con la valoración que la comunidad local realiza del desarrollo turístico de tal modo que áreas geográficas en peor situación económica tiendan a sobrevalorar los beneficios del desarrollo turístico e infravalorar los costes[29].

Se suele apuntar la dependencia económica como factor condicionante de la actitud de los residentes. La hipótesis de que en cuanto más depende una comunidad de los dividendos del turismo más positivas son sus actitudes hacia el desarrollo turístico, ha sido confirmada, entre otros, por Gursoy et al.[30] Y como es de esperar, las personas o comunidades que no reciben beneficios económicos del turismo, no apoyarán un desarrollo futuro del turismo[31]. No obstante, los resultados presentados por Smith y Krannich32] apuntan en otra dirección. Según estos autores los residentes de las comunidades dependientes del turismo, prefieren un menor desarrollo de la actividad y valoran los impactos del turismo de forma más negativa que aquellas en las que su desarrollo económico depende de otra actividad.

Otro de los factores más destacados en la literatura es el factor tiempo de residencia. Para McCool y Martin[33], a mayor tiempo de residencia en el destino, mayor oposición frente al desarrollo turístico. En el mismo sentido, Snaith y Haley[34], evidencian que menor tiempo de residencia se relaciona con una actitud más favorable al desarrollo turístico. Sin embargo, en el estudio de Allen et al.[35], los resultados al respecto no son concluyentes.

Variables espaciales como la distancia del sitio de residencia al polo de concentración turística también han despertado interés como factor explicativo de la actitud de los residentes[36]. Una referencia singular en este trabajo la proporciona Belisle y Hoy[37] al plantear su investigación en Santa Marta, destino colombiano en el que al igual que en Cartagena de Indias, una buena parte de la población depende del turismo. Sus resultados apuntan a que a mayor distancia del núcleo turístico, los impactos positivos del turismo son percibidos peor. Bien es cierto que dicha evidencia es la contraria en otros estudios como los de Harrill y Potts[38] para el distrito histórico de Charleston (Carolina del Sur) o Korça[39] para Antalya (Turquía).

Ante la variable edad, los resultados de los diferentes estudios no son coincidentes. Para Tomljenovic y Faulkner[40], los residentes de mayor edad han manifestado actitudes favorables, mientras que en otros este mismo grupo de edad resultó manifestar mayor oposición frente al desarrollo turístico[41]. Y en otros casos no se halló ningún tipo de relación[42].

La relación profesional con el turismo puede marcar la actitud del residente. Ernoul[43] estudia las percepciones de los impactos que la construcción de un nuevo resort puede tener sobre una comunidad en Marruecos. Concluye que las percepciones difieren según tipo de impacto de acuerdo con cada sector profesional.

Por su parte, Amuquandoh[44] investiga las percepciones que tienen los residentes frente a los impactos físicos y ambientales que el turismo puede ocasionar en un destino en Ghana. Aunque los resultados mostraron percepciones de impactos positivos y negativos, los residentes mostraron más inclinación hacia los positivos. Sinkovics y Penz[45] utilizan el concepto de distancia social para explorar las percepciones de los residentes austríacos frente a turistas de origen japonés y alemán. Los resultados apuntan a que las percepciones difieren en términos de duración del momento de la interacción. Para los residentes, la distancia social es un modo de evitar relaciones que funcionen mal. A este respecto, señalan que los austriacos mostraron ser más renuentes a relacionarse con los japoneses que con los alemanes. Woosnam et al.[46] recurren al concepto teórico de la solidaridad emocional para examinar la relación entre residentes y turistas en un condado de Carolina del Sur.

Al respecto de los diversos factores utilizados por los investigadores, Monterrubio[47] propone que debieran abordarse otros como antecedentes socio-demográficos y culturales, valores y principios morales, los cuales podrían ayudar a un mejor entendimiento de los factores que influyen en las percepciones de los residentes. Dada la complejidad de tomar una comunidad como un grupo homogéneo, los investigadores han coincidido en que, para el análisis de las percepciones y actitudes de la población residente, es necesario segmentar ésta de acuerdo con el grado de apoyo hacia la actividad turística. Los investigadores han recurrido a las técnicas de segmentación de viajeros utilizados en la investigación de mercados; esto es, han clasificado los residentes que muestran actitudes similares en categorías[48]. El único trabajo encontrado en esta revisión de la reciente literatura que analiza las percepciones de los residentes acerca del turismo de cruceros es Hritz y Cecil[49], que presenta un estudio cualitativo realizado en Key West (Florida) basado en entrevistas a algunos actores (residentes a su vez) relevantes. Mayor número de trabajos han sido dedicados a los impactos económicos del turismo de cruceros en diferentes destinos[50]. Por su parte, Brida y Zapata[51], van más allá al analizar, además de los impactos económicos, los impactos socio-culturales y medioambientales del turismo de cruceros. Asimismo, hay mayor abundancia de referencias dedicadas al estudio del comportamiento económico de los turistas de cruceros y su caracterización[52].

Todo ello evidencia una necesidad creciente de profundizar en los impactos y actitudes de los agentes implicados en un segmento de la actividad turística en expansión como es el turismo de cruceros, muy especialmente en áreas que se encuentran en una fase todavía temprana de desarrollo de la actividad crucerista.


El turismo de cruceros en Cartagena de Indias

Si bien Colombia no es un país eminentemente turístico, sí cuenta con algunas referencias muy destacables en el panorama de destinos turísticos del mundo. Cartagena de Indias es una de esas referencias y es el destino colombiano de mayor preferencia para el turismo interno, el más reconocido y posicionado a nivel internacional y el segundo receptor de turistas internacionales en el país[53]. La ciudad constituye un destino estratégico para la dinámica industria de los cruceros, por ser uno de los puertos más modernos de América del Sur, rico en historia y atractivos turísticos que le permite a la industria de cruceros atraer cada vez más turistas a este puerto.      

La operación logística de cruceros en Cartagena es competitiva y esto se ve reflejado no sólo en el número de buques que está llegando sino también en los comentarios positivos de los pasajeros. El ente privado encargado de administrar y operar el puerto de Cartagena es la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena de Indias. De acuerdo con este organismo, el puerto proyecta el aumento de pasajeros embarcando y además, se pretende lograr que Cartagena sea tomada como puerto de embarque principal, por alguna de las líneas de crucero que actualmente utilizan este puerto para embarcar pasajeros.

Entre 1998 y 2001, la ciudad recibió en promedio 142 barcos de crucero por año[54]. A partir de 2002, como consecuencia de las medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el puerto experimenta una dramática caída (en 2003 la cifra llegó a 32 barcos) de la cual sólo se recuperaría en 2007 cuando Cartagena es nuevamente incluida en los itinerarios de las principales líneas de cruceros. La estabilidad política y económica en Colombia, unida a los esfuerzos liderados por Proexport (entidad encargada de la promoción del turismo internacional) y la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena de Indias generaron la confianza necesaria en las navieras. Es así como en 2007 la ciudad comenzó a recuperar el tráfico crucerista.

En términos generales, el tipo de cruceros que se está desarrollando en Cartagena es aquel que tiene itinerarios que van de los 10 a 25 días, provenientes de los principales puertos estadounidenses y con una media de 1900 pasajeros a bordo. El perfil del crucerista que visita Cartagena es mayoritariamente norteamericano, con formación universitaria, casado, con un ingreso anual familiar de más de 75.000 dólares y de la tercera edad[55]. En general, tienen experiencia crucerista previa y hacen el viaje en pareja, adquiriendo el producto crucero en una agencia de viajes. Para la ciudad, el turismo de cruceros ha significado un incremento de la actividad económica local y la posibilidad de que mejoren los ingresos de muchas personas relacionadas directa o indirectamente con la industria turística. Estos actores han reconocido los beneficios que tiene para la ciudad la presencia de cruceristas, razón por la cual, han respondido positivamente a los esfuerzos de las autoridades locales por fortalecer la formación del capital humano necesario para ofrecer un servicio de calidad a este segmento.

Entre los pobladores de Cartagena de Indias, los más afectados por el desarrollo del turismo de cruceros son los residentes del centro histórico debido a que se trata del área que recibe el mayor impacto de este tipo de turismo. Las preocupaciones de los habitantes de esta zona con respecto a los efectos del turismo son, principalmente, de tipo ambiental y cultural, como se verá más adelante en el análisis de resultados.

El centro histórico de Cartagena posee una incalculable riqueza patrimonial que incluye estructuras militares, como las murallas, baluartes y fuertes conformando el principal atractivo turístico de la ciudad. Es el sitio de visita obligada de los turistas de estancia y también de los pasajeros de cruceros. Hay que señalar que Cartagena, desde sus orígenes, ha tenido en el turismo un importante baluarte y que sus residentes siempre han tenido que convivir con las dinámicas propias de un destino turístico. De hecho, en un principio, los viajeros resolvieron el problema de su alojamiento utilizando los bohíos de los indígenas. A medida que la ciudad se iba estructurando y se levantaban las casas y edificios, los visitantes seguían empleando como alojamiento las casas de los cartageneros[56]. Pero el turismo de cruceros difiere fundamentalmente del turismo tradicional o de estancia en que los pasajeros de cruceros se mueven en masa y se hacen notar a donde quiera que acudan. En el período de estudio llegaron a la ciudad un total de 28 cruceros, con un total de 42936 cruceristas y 18208 tripulantes. Aproximadamente un 85% de los pasajeros desembarcó y visitó la ciudad. En promedio, aproximadamente 1300 cruceristas descendieron por día, y en algunos casos hasta se observaron más de 3500 cruceristas y tripulantes visitando el Casco Viejo de la ciudad.

De acuerdo con algunas entrevistas abiertas a actores claves, en los días en que llegan dos a más barcos a la ciudad de Cartagena, la concentración de pasajeros es tal, que algunos residentes de otros barrios prefieren evitar ir al centro. Por otro lado, existen otros grupos de residentes de la ciudad que manifiestan tener dificultades de movilidad. Por mencionar algunos ejemplos se puede hacer referencia a los conductores que no forman parte de la única cooperativa con acceso al muelle de cruceros, que reclaman que se les permita entrar por lo menos para recoger pasajeros que vayan a otros puntos de la ciudad o de regreso al puerto. Problemas similares los experimentan también los taxistas que salen desde el puerto con pasajeros. Algunos manifiestan tener inconvenientes con los agentes de tráfico ante su intransigencia frente a situaciones especiales; es el caso de un taxista que asegura que no le permitieron ingresar al centro histórico con una pasajera que tenía dificultades para entrar caminando. Otros expresan inconformismo con la rigidez en los tiempos para aparcar. Esto lleva a que el conductor deba presionar al pasajero para que realice apresuradamente sus compras o visite algún sitio.

La presencia masiva de los cruceristas impulsa la llegada de personas que quieren beneficiarse de las rentas del turismo. De hecho, el principal factor de insatisfacción mencionado por los pasajeros en las últimas encuestas, sigue siendo el excesivo acoso por parte de los vendedores en las calles. Samudio[57] habla de las incomodidades que sufren los residentes o transeúntes en el centro histórico de Cartagena de Indias haciendo referencia a la invasión de vendedores ambulantes que persiguen a los visitantes, al incremento de la mendicidad, a la proliferación de los niños de la calle, etc.

Para comprender las razones por las que residentes, visitantes, prestadores de servicios turísticos y turistas de estancia manifiestan malestar o inconformidad, es necesario conocer la estructuración general de este vulnerable espacio. De acuerdo con el más reciente diagnóstico del Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico de Cartagena de Indias y su Área de Influencia PEMP[58], el centro histórico está localizado en el extremo noroccidental de la ciudad, rodeado del mar Caribe, bahías y lagunas; tiene una extensión de 4,7 Km2, una población de más de 13.000 habitantes y otros 20 mil son población flotante. La zona tiene un 66% de uso residencial, 3,9% institucional, 24,7% económica-residencial y el 4,4% restante la ocupan áreas de consumo, compra-venta y prestación de diversos servicios. El 13% de las empresas registradas en la Cámara de Comercio de Cartagena se encuentran en el casco histórico. El centro aporta alrededor del 12% del valor agregado de la ciudad, y genera unos 26.000 puestos de trabajo, lo que representa el 8,4% del total de personas empleadas de la ciudad. Si a lo anterior se agrega que 99% de las vías son utilizadas para tráfico vehicular y que para ir a cualquier sitio de Cartagena es necesario transitar por el centro o sus alrededores, el panorama permite hacerse una idea de la fuerte presión urbanística que padece esta zona de la ciudad. Asimismo, hay que indicar que recientemente en el centro histórico ha ido en aumento el cambio de uso de los inmuebles. Por ejemplo, casas destinadas para la operación de actividades turísticas o pasando de residencias permanentes de cartageneros a segundas residencias, siendo este fenómeno propio de compradores extranjeros. Este hecho ha significado el aumento en la valorización de la zona y constituye una de las inconformidades manifestadas por representantes de los residentes del lugar.


Herramientas para la recolección de información y análisis de datos

Cuestionario y recolección de información

El cuestionario fue diseñado para examinar el impacto sociocultural y económico del turismo de cruceros sobre los residentes de Cartagena. Las preguntas incluidas se derivan de la literatura relacionada[59]. La encuesta se realizó en español y consta de dos partes. En la primera se encuentran 22 afirmaciones vinculadas a la percepción y actitud de los locales frente a los cruceristas y al desarrollo del sector cruceros. En esta parte se les solicitó a los entrevistados que indicaran su nivel de acuerdo con cada una de las afirmaciones, usando una escala de Likert de cinco valores: “En total desacuerdo”, “En desacuerdo”, “Neutral”, “De acuerdo” y “En total Acuerdo”.  Las afirmaciones abarcan varias temáticas, como ser (i) las repercusiones (positivas o negativas) sociales, económicas y ambientales que el turismo de cruceros tiene sobre la ciudad, (ii) la implantación de políticas generales (como por ejemplo, políticas para incrementar el número de cruceros y de cruceristas que llegan a Cartagena), (iii) las consecuencias del turismo de cruceros sobre el bienestar local. La segunda parte del formulario está constituida por la caracterización socio-demográfica de los entrevistados (género, edad, años de residencia) y por preguntas relacionadas con la ocupación y con el ingreso. La selección de los casos se realizó mediante un muestreo estratificado por cuotas, considerando como estratos a los barrios de Cartagena. Las cuotas se basaron en el sexo y la edad. El tamaño de la muestra original es de 1500 casos y la encuesta se realizó durante la temporada alta de cruceros durante octubre y noviembre. La tasa de respuesta fue de un 66,9%, realizando un total efectivo de 1004 casos de residentes entrevistados.

Adicionalmente, se practicaron entrevistas abiertas a representantes de la asociación de residentes del centro histórico y otros residentes que tienen algún vínculo con el centro histórico de la ciudad (por trabajo, trámites de oficina, etc.).


Metodología

La metodología desarrollada en este trabajo adopta el enfoque cuantitativo primordialmente; sin embargo, en la ejecución del proyecto macro de la investigación de la cual forma parte este estudio, se adoptó también el enfoque cualitativo en el cual se practicaron entrevistas cualitativas a diversos actores clave de la actividad crucerística de la ciudad, entre los cuales se contó con la opinión de representantes de la asociación de residentes del centro histórico. De éstos últimos se da cuenta en el apartado anterior donde se expresa en forma narrativa algunos comentarios relevantes, resultado de entrevistas abiertas. En este tipo de entrevistas, al no contener categorías preestablecidas, los participantes expresan de una forma más rica y con sus propias palabras sus experiencias, situaciones o sentimientos[60].

Con el propósito de conocer más en profundidad las características de la percepción que los locales tienen del fenómeno crucerista, se ha optado por utilizar un Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM), para estudiar las diferentes dimensiones de la valoración de los impactos.

El ACM es un caso particular del análisis factorial. Ésta es una técnica multivariante que pretende describir un conjunto de variables a través de un número reducido de variables sintéticas no observables llamadas factores. Uno de los objetivos es entonces, reducir las dimensiones de la tabla de datos, con una pérdida mínima de información.

Existen diversos métodos de análisis factorial, el Análisis de Componentes Principales (ACP) que trata las matrices cruzadas de individuos por variables cuantitativas, el Análisis de Correspondencias Simple (ACS), que manipula tablas de contingencia, y el ACM que trabaja con las llamadas tablas disjuntas, en donde se cruzan individuos por variables cualitativas, entre otros.

El ACM permite analizar una población de i individuos descritos por j variables categóricas. Una variable categórica representa una propiedad que hace referencia a cualidades del objeto de estudio, que no pueden ser cuantificadas, como el género y el tipo de población étnica. En el ACM intervienen tres objetos: los individuos, las variables y las modalidades.

  1. Estudio de los individuos: uno de los objetivos del ACM es construir tipologías de individuos. Esta tipología debe basarse en una noción de semejanza tal que dos individuos están tanto más próximos cuanto mayor es el número de modalidades que poseen en común.
  2. Estudio de las variables: se pueden adoptar dos puntos de vista en el estudio de las variables. El primero, es el estudio de la relación entre dos variables, que necesita considerar la tabla de contingencia que cruza sus modalidades. El segundo es el de reducir las dimensiones, o sea, obtener un número pequeño de variables sintéticas numéricas.
  3. Estudio de las modalidades: una modalidad puede ser considerada según dos puntos de vista: como variable indicadora definida sobre el conjunto de los individuos o como clase de individuos de la que se conoce la distribución sobre el conjunto de las modalidades. La noción de semejanza entre modalidades depende del punto de vista adoptado. En el primer caso, dos modalidades se parecen tanto más cuanto mayor es su presencia o ausencia simultánea en un gran número de individuos. Las otras modalidades no intervienen. En el segundo caso, dos modalidades se parecen tanto más cuanto mayor o menor es su asociación con las mismas modalidades.

En el presente trabajo el análisis se concentrará en este último punto. El objetivo es entonces analizar la asociación entre las distintas características de la población, representadas a través de las modalidades de las variables.

Dado que la interpretación de los factores obtenidos brinda una perspectiva unidimensional de la asociación, se aplicará Análisis de Clústeres o de conglomerados, sobre las coordenadas de las modalidades en el espacio generado por el conjunto de factores con el fin de analizar la cercanía de las mismas desde una perspectiva multidimensional. Así, el resultado obtenido permitirá una mejor interpretación del ACM.

El análisis de conglomerados es una técnica estadística multivariante cuya finalidad es dividir un conjunto de objetos en grupos de forma que los perfiles de los objetos en un mismo grupo sean muy similares entre sí (homogéneos) y los de los objetos de grupos diferentes sean distintos.

En este estudio se procede a identificar en un primer paso los factores obtenidos en el ACM, describiendo sus características a través de las modalidades que contribuyen con mayor peso a su formación, y en un segundo paso se aplica el Análisis de Conglomerados sobre las coordenadas de las modalidades obtenidas en el ACM, con el fin de mejorar la visión proporcionada por los factores, para conseguir una mejor aproximación de la similitud entre modalidades.


Resultados

Para la aplicación del ACM se estudian previamente las frecuencias absolutas de las variables a incluir en el análisis, con el fin de detectar la existencia de modalidades atípicas que luego puedan distorsionar los resultados finales. Del análisis de los resultados se decide recodificar la escala utilizando tres valores: “En desacuerdo”, “Neutral” y “De acuerdo”. A su vez, las variables como ocupación, barrio de residencia, y departamento de nacimiento, en donde el número de modalidades es notoriamente mayor, son tratadas como suplementarias en el análisis. Esto significa que no intervienen en la determinación de los ejes factoriales, pero sí pueden ser proyectadas en el espacio generado por los factores a posteriori, y por ende, estudiarse su asociación con el resto de las modalidades.

Del análisis de correspondencias surgen entonces cinco factores que explican un 84% de la inercia según el Índice de Benzecrí[61]. La interpretación de las variables obtenidas se basa en el análisis de las contribuciones y de las coordenadas de las modalidades en cada factor (ver Cuadro 1). Como es sabido, el primer factor siempre es el que explica mayor porcentaje de inercia, y a su vez el más fácil de interpretar. A medida de que el número de factores crece, el porcentaje de inercia explicada es menor, y la complejidad del factor es mayor. Muchas veces cuando se analizan conjuntos de cuatro o más factores, la dimensión captada por los últimos puede no ser clara, lo que dificulta su interpretación.

El primer factor obtenido puede ser denominado como “Beneficios económicos del turismo de cruceros” y explica un 37,6% de la inercia. Las modalidades con mayores contribuciones son las vinculadas a tener o haber tenido un trabajo en un sector relacionado al del turismo de cruceros. Estas características se encuentran asociadas a opiniones favorables acerca de los beneficios económicos del sector, como que el ingreso familiar ha aumentado, o que el bienestar de los cartageneros ha mejorado. Sin embargo, también se encuentran asociadas a opiniones desfavorables acerca del cambio que provocan en el modo de vida de la ciudad y al cambio de los valores culturales y tradicionales de Cartagena. Esto implica que si bien las personas que trabajan en un sector relacionado con el de cruceros reconocen que su bienestar ha mejorado gracias al desarrollo del turismo, también identifican las consecuencias negativas que puede tener la llegada masiva de turistas a la ciudad. Por otra parte, en contraposición a las anteriores, se encuentran las modalidades que expresan una opinión negativa acerca de los beneficios económicos del desarrollo del sector: los cruceros no generan fuentes de trabajo, el ingreso de los hogares no ha aumentado, y el bienestar de los cartageneros no ha mejorado.

El segundo factor obtenido, “Consecuencias del turismo de cruceros sobre el modo de vida de la ciudad”, explica el 21% de la inercia total. Las modalidades con mayores contribuciones son las que corresponden a percepciones positivas sobre el impacto de los cruceristas, principalmente en la infraestructura de la ciudad. Estas modalidades se encuentran asociadas a las personas de más bajos ingresos (menos de 200 euros mensuales). Este factor refleja por otra parte la inconformidad de los residentes con la forma en que los cruceristas llegan a la ciudad, y la distorsión que provocan por ejemplo en el tráfico y en los espacios públicos. Se observa, además, que estas últimas dos modalidades se encuentran asociadas naturalmente a una percepción en general negativa sobre el turismo de cruceros, como puede manifestarse a través de afirmaciones del tipo “los cruceristas generan un efecto negativo en la ciudad” o “encontrar cruceristas en la ciudad no es una experiencia valiosa”.

El tercer factor explica un 11,8% de la inercia total de los datos originales y puede ser denominado como “Neutralidad respecto al fenómeno”. Como puede apreciarse en el Cuadro 1, la mayoría de las variables con alta contribución corresponde a posiciones neutrales respecto a diferentes afirmaciones acerca del turismo de cruceros y sus consecuencias en la ciudad. Este factor contrapone a las opiniones neutrales (con coordenadas positivas) con las no favorables al sector, indicando entonces la actitud indiferente hacia el fenómeno crucerista.

El cuarto factor explica un 7,8% de la inercia total, y puede denominarse como “Percepción de los residentes en función de su relación laboral con el sector”. En las modalidades con alta contribución es similar al primero, pesando más aquellas que corresponden a los individuos que trabajan o han trabajado en un sector relacionado con el turismo de cruceros. Este factor contrapone a aquellos individuos con un nivel educativo alto, de más de 56 años de edad, de altos ingresos, que no han tenido contacto con cruceristas, con aquellos que trabajan en un sector relacionado al turismo. Los primeros tienen una posición reticente a la llegada de cruceros. La diferencia con el primer factor radica en los individuos que contrapone, si bien ambos factores discriminan a los que trabajan o han trabajado en el sector, el primero se encuentra determinado por las modalidades que reflejan la sensación de beneficiarse económicamente del sector, mientras que el segundo incorpora otro tipo de valores, principalmente los relacionados con los impactos ambientales.

El último factor explica un 6,5% de la inercia total, y es denominado como “Visión del entorno según el tamaño de hogar”. Este factor se encuentra vinculado con el tamaño del hogar. Las modalidades asociadas a hogares de menor tamaño muestran opiniones desfavorables al turismo de cruceros, principalmente relacionadas al congestionamiento de lugares públicos y a problemas de aparcamiento y de tráfico. Las asociadas a los hogares de mayor tamaño muestran posiciones más favorables, como que el turismo de cruceros atrae más inversión y gasto a la ciudad, que el bienestar de los cartageneros ha mejorado y que el ingreso familiar ha crecido gracias al gasto que realizan los cruceristas en la ciudad. Es de destacar que en este factor las variables vinculadas con el trabajo en el sector cruceros o relacionados no intervienen con un peso considerable en la determinación del factor, por lo cual las opiniones favorables son independientes del vínculo laboral con la actividad crucerista.

 

Cuadro 1.
Resultados del Análisis de Correspondencias Múltiples

 

Contribución de la modalidad (%)

Coordenada en el factor

% Inercia  Explicada

% Inercia Acumulada

Factor 1:  Beneficios económicos del turismo de cruceros

   

37,6

37,6

Trabajo actual relacionado con el turismo de cruceros

7,9

1,338

   

Ha trabajado en un sector relacionado con el turismo de cruceros en los últimos 5 años

6,7

1,132

   

Tiene un familiar que trabaja en un sector relacionado con el turismo de cruceros

4,6

0,885

   

De acuerdo con que el turismo de cruceros está cambiando los valores culturales tradicionales de Cartagena

3,6

0,718

   

En desacuerdo con que el ingreso familiar está creciendo más rápidamente debido al dinero que los cruceristas están gastando en la ciudad

3,5

-0,701

   

Ha tenido contacto con cruceristas

3,5

0,624

   

Factor 2: Consecuencias del turismo de cruceros sobre el modo de vida de la ciudad

   

21

58,6

En desacuerdo con que el turismo de cruceros está cambiando los valores culturales tradicionales de Cartagena

4,6

0,544

   

Ingresos mensuales menores a $500.000

4,5

0,717

   

En desacuerdo con que los cruceristas generan un efecto negativo en el modo de vida de la ciudad

4,5

0,517

   

En desacuerdo con que el transporte vinculado al turismo de cruceros genera problemas de parqueo, ruido, congestión en el tráfico ciudadano y polución en la ciudad

4,3

0,651

   

En desacuerdo con que la llegada de los cruceristas en masa a determinadas horas genera en los residentes un desagradable congestionamiento de parques, plazas y lugares públicos

3,9

0,611

   

De acuerdo con que los cruceristas generan un efecto negativo en el modo de vida de la ciudad

3,8

-0,718

   

Factor 3 : Neutralidad respecto al fenómeno

   

11,8

70,4

En desacuerdo con que la población debería ser ampliamente informada con anticipación de la llegada de cruceros para poder planificar mejor su día.

7

-1,559

   

En desacuerdo con que el turismo de cruceros crea buenas fuentes de trabajo en la ciudad

5,3

-1,259

   

Neutrales respecto a que el transporte vinculado al turismo de cruceros genera problemas de parqueo, ruido, congestión en el tráfico ciudadano y polución en la ciudad.

4,2

0,735

   

En desacuerdo con que el turismo de cruceros atrae más inversión y gasto en la ciudad

4,1

-0,836

   

Neutral respecto a que el ambiente del centro histórico está preparado para recibir el creciente número de buses con cruceristas.

3,7

0,809

   

Neutral respecto a que La llegada de los cruceristas en masa a determinadas horas genera en los residentes un desagradable congestionamiento de parques, plazas y lugares públicos

3,6

0,716

   

Factor 4: Percepción de los residentes en función de su relación laboral con el sector

   

7,8

78,2

Trabajo actual relacionado con el turismo de cruceros

9

1,095

   

Ha trabajado en un sector relacionado con el turismo de cruceros en los últimos 5 años

8,8

0,991

   

Ha tenido contacto con cruceristas

6,8

0,664

   

Tiene un familiar que trabaja en un sector relacionado con el turismo de cruceros

5,5

0,743

   

No ha tenido contacto con cruceristas

4,1

-0,401

   

En desacuerdo con que los precios de algunos bienes y servicios se han incrementado debido a la llegada del turismo de cruceros

2,8

0,652

   

Factor 5: Visión del entorno según el tamaño del hogar

   

6,5

84,7

Hogar unipersonal

10

2,983

   

En desacuerdo con que el ambiente del centro histórico está preparado para recibir el creciente número de buses con cruceristas.

6,1

0,742

   

De acuerdo con que el transporte vinculado al turismo de cruceros genera problemas de parqueo, ruido, congestión en el tráfico ciudadano y polución en la ciudad.

3,6

0,459

   

De acuerdo con que la llegada de los cruceristas en masa a determinadas horas genera en los residentes un desagradable congestionamiento de parques, plazas y lugares públicos

3,5

0,441

   

Hogar con dos integrantes

3,2

1,099

   

De acuerdo con que el turismo de cruceros atrae más inversión y gasto en la ciudad

2,9

-0,638

   

Fuente: Elaboración propia.


Análisis de grupos de modalidades

La asociación de modalidades analizada en el apartado anterior se limitó a un análisis unidimensional por factor. Para una mejor interpretación de la relación en el espacio 5-dimensional, se procede a realizar un análisis de cluster jerárquico sobre las modalidades, que permitirá analizar la cercanía de las mismas desde la perspectiva conjunta del espacio generado por los factores.

Los resultados identifican seis grupos de modalidades. Las reglas de detención que respaldan esta clasificación son la regla de Calinski o  Pseudo-F[62] y el test de Duda-Hart o Pseudo-t[63].

Grupo 1: valoración desfavorable. En este grupo se encuentran todas aquellas modalidades que corresponden a no estar de acuerdo con las afirmaciones que establecen consecuencias positivas del desarrollo del turismo de cruceros, en especial las consecuencias económicas. Para este grupo el turismo de cruceros no va a atraer más inversión y gasto a la ciudad, ni va a crear puestos de trabajo, ni se deberían implantar políticas que incentiven la llegada de cruceros a la ciudad, ya que consideran que los perjuicios del turismo de cruceros son mayores que los beneficios. Este grupo de modalidades se encuentra asociado a los niveles educativos altos (Maestría y Doctorado) y a las personas de más de 66 años de edad.

Grupo 2: valoración neutral. En este grupo se encuentran todas las modalidades neutrales. El tramo de edad asociado es de entre 18 y 25 años, y con una residencia en Cartagena de entre 10 y 20 años, que si se interpreta conjuntamente con el tramo de edad asociado se puede concluir que son residentes desde siempre en Cartagena. Cabe suponer que la opinión neutral puede estar relacionada con el hecho de falta de conocimiento de la realidad de cruceros por razón de edad. Los barrios que se encuentran cercanos en el plano son barrios alejados del centro histórico, particularmente San Fernando, Boston, Berlín, Simón Bolívar y Líbano.

Grupo 3: valoración favorable al desarrollo. Este grupo es el correspondiente a las modalidades baricéntricas. Esto significa que al encontrarse las posiciones de las modalidades cercanas al origen, son las que corresponden al individuo promedio en general. Al ser baricéntrico se trata de un grupo muy disperso, y en él se encuentran principalmente la características que no marcan diferencias en la opinión, como puede ser por ejemplo, el género. En este grupo se incluyen todas las modalidades que manifiestan estar “De acuerdo”. Ello puede ser consecuencia de una tendencia a la aquiescencia, o a dar respuestas sistemáticas, lo que podría explicar la ambigüedad existente en las respuestas. Se ha demostrado que el uso de la escala Likert implica un menor esfuerzo psíquico por parte del entrevistado cuando está contestando “De acuerdo”, así como que las aprobaciones siempre superan a las desaprobaciones independientemente del contenido de la afirmación[64]. No obstante la escala es de las más utilizadas en la investigación en ciencias sociales, si bien conviene conocer sus desventajas para una mejor interpretación de los resultados.

Los niveles educativos asociados son “Tecnología” y “Grado Universitario”. Los ingresos vinculados a este grupo son de entre 200 y 1200 euros mensuales, y de entre 3200 y 6000 euros mensuales. El tramo etario incluido en este grupo es de entre 26 y 45 años. Los años de residencia son de entre 20 y 40 años. El tamaño de los hogares se sitúa entre tres y cinco integrantes. Los departamentos de origen son Bolívar y Córdoba, y los barrios asociados son los alejados del centro histórico donde se encuentra el movimiento de cruceristas. A diferencia del grupo 5, que también están alejados de la zona turística, son residentes que se encuentran en barrios de clase media y media alta.

Grupo 4: valoración no favorable por razón de residencia. Se incluyen en este grupo las modalidades que reflejan el desacuerdo con afirmaciones favorables, principalmente acerca de los beneficios económicos. El tramo de edad asociado es el de entre 45 y 65 años. El tamaño de hogar vinculado a este grupo es de menos de tres personas. Han tenido contacto con cruceristas y lo califican como negativo o no emiten opinión, lo que es consecuencia de que los barrios asociados a este grupo son los más céntricos y frecuentados por los cruceristas. Concretamente, hablamos de los barrios San Diego y Centro, en los cuales se concentra el fenómeno de las segundas residencias donde, como se mencionó inicialmente, suelen residir los extranjeros. A su vez los jubilados se encuentran en este grupo, así como los docentes y las personas que trabajan en la vigilancia de los conjuntos residenciales, característicos en esa zona. Siendo el centro histórico uno de las zonas más seguras de la ciudad y de ubicación estratégica, se ha convertido en el lugar preferido por la gente del interior del país que llega a vivir a la ciudad por motivos laborales, cuyas posición económica les permite también esa posibilidad. De ahí que en este grupo encontremos residentes procedentes de departamentos como Antioquia o Santander con ingresos entre 1200 y 3200 euros.

Grupo 5: valoración basada en la falta de conocimiento de la actividad. Este grupo se encuentra caracterizado por modalidades que demuestran un escaso conocimiento de la actividad crucerista. No se percibe el fenómeno como generador de congestión, o de efectos negativos en el modo de vida de la ciudad. Respecto a los beneficios económicos, como que el ingreso familiar ha aumentado, se encuentran posiciones neutrales, lo que es coherente con las modalidades correspondientes a no trabajar ni haber trabajado recientemente, ni tener familiares que lo hagan, en actividades relacionadas con el sector de cruceros. Los niveles educativos asociados son primaria incompleta, primaria y bachillerato, con ingresos menores a 200 euros. Principalmente de origen de Atlántico o de Sucre, y con residencia en los barrios de el Pozón, Villa Estrella, Nelson Mandela, Pasacaballos y Turbaco, alejados del centro histórico de la ciudad. Las ocupaciones incluidas en el grupo son “ama de casa”, “independientes”, “oficio” o “técnico”. Los resultados para este grupo coinciden con los hallazgos de un estudio[65] que indican que la metropolización y la  reactivación de las actividades turísticas e industriales ha venido motivando en la ciudad la llegada de  nuevos inmigrantes, los cuales en una importante mayoría provienen de departamentos de la Costa Caribe (ej. Atlántico o Sucre). Con respecto a la distribución de los logros educativos a través de los barrios que conforman el área urbana de Cartagena, los habitantes con menos años de educación habitan los barrios más pobres de la ciudad y son en éstos donde están los mayores porcentajes de trabajadores informales.

Grupo 6: valoración asociada a trabajar en el sector. Se agrupan aquí las modalidades relacionadas con el trabajo en el sector o sectores vinculados. Específicamente, si ha trabajado en los últimos cinco años y si tiene familiares que lo hagan actualmente. Por ende ha tenido contacto con cruceristas y lo califica como positivo. Los barrios de residencia asociados son 7 de Agosto, Canapote, 20 de julio y Ceballos. Se considera que el ingreso familiar va a aumentar con el turismo de cruceros, y las ocupaciones vinculadas son las propias de la actividad, como guías de turismo y de servicios, como camarero, mucama o chófer.

 

Figura 1. Clústeres de modalidades.
Fuente: Elaboración propia.

 

En resumen, se pueden identificar sectores de residentes con una percepción negativa del turismo de cruceros (Grupos 1 y 4) cuyos argumentos están basados en modalidades diferenciadas: mientras que en el Grupo 1 la percepción negativa se relaciona con un mayor nivel de formación y escasa dependencia económica de la actividad crucerista y fuerte dispersión geográfica en términos de residencia, en el Grupo 4 la visión negativa está vinculada fuertemente en los barrios de residencia (los ubicados en el centro histórico o alrededores y, por tanto, al área de circulación de los cruceristas).

Por otra parte se pueden apreciar dos grupos cuya posición refleja falta de conocimiento acerca de la actividad. El Grupo 2, donde se encuentran las modalidades neutrales, debido al tramo etario asociado (entre 18 y 25 años) y con residencia lejana al centro histórico, y el Grupo 5 que aúna a los sectores de población con menor formación, con escaso contacto con los cruceristas y quienes residen en los barrios más marginados, los de la Cartagena no turística

El Grupo 3 representa las posiciones favorables. Dado que es el grupo que contiene las modalidades baricéntricas, no es posible obtener un perfil claro como en el resto de los casos, siendo las modalidades más dispersas e incluso presentándose algunas incongruencias relacionadas posiblemente con la tendencia a mostrarse de acuerdo.

Por último, el Grupo 6, representa a las mejores opiniones acerca de los beneficios de la industria de cruceros, identificando a la población cuyos ingresos dependen de la actividad.


Conclusiones y reflexiones finales

El estudio empírico planteado arroja unos resultados que permiten afirmar que la población de Cartagena de Indias percibe el turismo de cruceros con cierta indiferencia, a pesar de existir un colectivo importante favorable al desarrollo de la industria de los cruceros.

De acuerdo con los postulados del modelo de Doxey[66] y tomando en consideración que el turismo de cruceros en este destino está aún en una fase preliminar de desarrollo, se puede afirmar que los residentes están superando la etapa de euforia y entrando en la de apatía. Si bien un segmento de la población pareciera manifestar cierto nivel de euforia en el sentido de que se mantiene la expectativa frente a la llegada de cada temporada y se muestra favorable a la actividad crucerista, otro grupo destacado de residentes parece apuntar a un estado de apatía. El grupo cuya percepción del fenómeno crucerista es más favorable es precisamente el que tiene mayor conexión laboral y profesional con la actividad o con sectores relacionados por lo que sus ingresos económicos están fuertemente condicionados por el desarrollo del turismo de cruceros.

Los residentes perciben que la actividad de los cruceros genera beneficios económicos para la región aunque creen que sólo una pequeña parte de la comunidad se ve beneficiada. Los beneficios culturales y sociales también son percibidos como un impacto positivo, pero en menor grado que los beneficios económicos. Por otro lado, se reconoce que la industria de cruceros genera diferentes problemas, incluyendo congestión en el tráfico, saturación de algunos servicios de la ciudad e incremento en los precios de bienes y servicios. De todos modos, al valorar el impacto global de la industria, los residentes consideran que hay un balance positivo entre los beneficios y perjuicios. Esto parece basarse en la percepción de que el desarrollo del turismo de cruceros creará oportunidades de empleo y será un factor dinamizador de la economía del destino. Por lo tanto, de cara al diseño de una estrategia de planificación turística, el conjunto de agentes implicados deben ser sensibles a las expectativas de la población. En particular, la expectativa de creación de puestos de trabajo relacionada con el desarrollo de la industria de cruceros ha de administrarse prudentemente teniendo en cuenta que numerosos estudios indican que el empleo típico en el sector turismo es de carácter temporal, que las posiciones de mayor responsabilidad y mejores salarios en el sector son ocupadas por gente cualificada y con experiencia y que los puestos de los empleados no cualificados tienen salarios relativamente bajos. Esto parece indicar la necesidad de implantar, tanto a corto como a medio y largo plazo, políticas de formación del capital humano apuntando a la creación de programas de alto nivel (pregrado y posgrado) para la formación de recursos humanos para todo el sector turístico y más especialmente para el sector de los cruceros, dadas sus peculiaridades.

El análisis factorial identifica cinco factores críticos para el éxito de un turismo de cruceros basado en la comunidad. Estos factores son los siguientes: “Beneficios económicos del turismo de cruceros”, “Consecuencias del turismo de cruceros sobre el modo de vida de la ciudad”, “Neutralidad respecto al fenómeno”, “Percepción de los residentes en función de su relación laboral con el sector”, “Visión del entorno según el tamaño de hogar”. Estos factores muestran que una de las principales variables que discriminan a los residentes es la participación o no (de ellos o sus familiares) en el mercado de trabajo relacionado con la industria de cruceros.

Adicionalmente, el análisis de clúster jerárquico sobre las modalidades permite analizar la cercanía de las mismas desde la perspectiva conjunta del espacio generado por los factores.

Al identificar grupos coherentes de modalidades con comunalidades respecto a la industria de cruceros, el análisis de clústeres ofrece un resultado útil para identificar patrones de asociación entre variables. Como es usual en otros estudios de actitudes y percepciones, algunas variables demográficas como el género, no son discriminatorias. Esto implica que los clústeres no tienen un perfil demográfico sino que la condición determinante en su definición es el nivel de participación en la industria de cruceros.

Las percepciones se pueden clasificar entonces en seis grupos de acuerdo a su valoración y actitudes hacia el desarrollo de la industria de cruceros en la ciudad. Estos seis grupos están interconectados. La segmentación puede ayudar a explicar algunos de los resultados obtenidos para la población total, brindando las bases para una metodología centrada en la planificación y gestión de políticas orientadas específicamente a la actividad. Los seis clústeres son los siguientes: clúster 1 (valoración desfavorable), en oposición al turismo de cruceros; clúster 2 (valoración neutral), sin una opinión clara acerca de la cuestión; clúster 3 (valoración favorable al desarrollo), que apoya fuertemente el turismo de cruceros; clúster 4 (valoración no favorable por razón de residencia); clúster 5 (valoración basada en la falta de conocimiento de la actividad) y clúster 6 (valoración asociada a trabajar en el sector), interesados en los beneficios económicos que la industria de cruceros brinda a la comunidad.

En resumen, se pueden identificar conglomerados con una percepción negativa del turismo de cruceros (Grupos 1 y 4) cuyos argumentos están basados en modalidades diferenciadas. Mientras que en el Grupo 1 la percepción negativa se relaciona con un mayor nivel de formación y escasa dependencia económica de la actividad crucerista y fuerte dispersión geográfica en términos de residencia, en el Grupo 4 la visión negativa está relacionada con los barrios de residencia (cercanos al centro histórico y por tanto al área de circulación y actividad crucerista, contra lo detectado por Belisle y Hoy[67] en relación con la presencia de turistas en Santa Marta).

Por otra parte se pueden apreciar dos grupos cuya posición representaría cierto desconocimiento acerca de la industria de cruceros. El Grupo 2, donde se encuentran las modalidades neutrales, debido al tramo de edad asociado (entre 18 y 25 años) y con residencia lejana al centro histórico, y el Grupo 5 que reúne a los sectores de población con menor formación y con escaso contacto con los cruceristas.

Por su parte, el Grupo 3 muestra la posición correspondiente a estar de acuerdo con el conjunto de los ítems. Representa al grupo baricéntrico y pueden encontrarse algunas dificultades para la interpretación de su posición debido a dicha característica.

Finalmente el Grupo 6 recoge la valoración relacionada con la dedicación profesional a la industria de cruceros. Dicha valoración es claramente favorable y se explica fundamentalmente por la dependencia económica que asume.

Con su aportación este trabajo pretende dar un paso más en el conocimiento de la valoración de la comunidad residente ante la industria de cruceros, a través del estudio de un caso particular como es el de Cartagena de Indias. Asimismo, ante la existencia de escasas aportaciones al respecto, el análisis empírico contenido en este estudio puede ser de utilidad como apoyo teórico para explicar cómo las visiones de los residentes difieren respecto al desarrollo del turismo de cruceros en su área de residencia. A pesar de que es difícil generalizar para otros destinos los resultados de este estudio, el trabajo puede mejorar la comprensión de las complejidades de las opiniones de las poblaciones locales frente al desarrollo de proyectos de turismo de cruceros. Con este conocimiento, los agentes locales encargados de la planificación y desarrollo de proyectos de turismo de cruceros basados en la comunidad, pueden estar en mejores condiciones para entender estas complejidades así como para diseñar estrategias de comunicación apropiadas dirigidas a los diferentes segmentos de la comunidad. Para aquellos que tratan de impulsar la actividad crucerista son necesarios argumentos que transformen la apatía mencionada en una actitud más receptiva, tratando de revertir una situación que puede conducir al antagonismo entre residentes y turistas. Sin duda, la llegada masiva de cruceristas puede llegar a impactar más (en términos de congestión, saturación de espacios y servicios, etc.) que otras modalidades turísticas menos invasivas por lo que la evolución de la percepción de la comunidad en relación con los turistas de acuerdo con el Modelo Irridex[68] podría evolucionar a mayor ritmo que si se tratara de otra industria turística. Sería recomendable, por tanto, tomar la iniciativa favoreciendo reacciones de revitalización y aceptación, en línea con lo sugerido por Dogan[69]. Para generalizar las conclusiones obtenidas en este estudio, futuras investigaciones podrían concentrase en replicar y extender este trabajo a otros destinos de cruceros en la región Caribe y más allá. Esto podría ser útil para comparar y entender si los resultados del presente trabajo son robustos. En definitiva, dado el intenso desarrollo de esta modalidad turística en los últimos años cualquier contribución a su comprensión e impactos puede resultar de enorme interés para planificadores y resto de agentes implicados, en particular si se desea apostar por un desarrollo sostenible de la industria de cruceros y de los destinos afectados.

 

Notas

[1] El presente trabajo fue realizado en el marco de los proyectos “El impacto del turismo de cruceros. Análisis empírico para el caso del Caribe Colombiano“(financiado por Proexport-Colombia), “Tourism, growth, development and sustainability- The case of the South Tyrolean region” y “L’ impatto del turismo di crociere. Analisi empirico per il caso del Caraibi Colombiano” (financiados por la Free University of Bolzano). Director de los proyectos: Juan Gabriel Brida.

[2] Organización Mundial del Turismo 2004, http://wtd.unwto.org/es/content/celebraciones-anteriores-del-dia-mundial-del-turismo. [septiembre 2011].

[3] Royo y Ruiz 2009, p. 217.

[4] Simpson y Bretherton 2009, p. 235.

[5] Diedrich y García-Buades 2009. p. 512, 513, 520.

[6] Murphy 1985, p. 166.

[7] Monterrubio 2008, p. 36.

[8] Urry 2000, p.49 y Hall 2005, p. 125.

[9] Ritzer y Liska 1997, p. 96.

[10] Oviedo et al. 2008, p. 295, entre otros.

[11] Royo y Ruiz 2009, p. 218.

[12] Gursoy et al. 2009, p. 725.

[13] Entre las que podemos destacar las correspondientes a Mantero et al. 1999, Costa y Barreto 2007, González e Iglesias 2009, Royo y Ruiz 2009.

[14] Hernández 2008.

[15] Mantero et al. 1999, p. 14, 17.

[16] Costa y Barreto 2007, p. 46.

[17] Royo y Ruiz 2009, p. 232-233.

[18] González e Iglesias 2009, p. 53-54.

[19] Gursoy y Rutherford 2004, p. 497-498.

[20] Fredline y Faulkner 2000, p. 763.

[21] Homans 1961. En Royo y Ruiz 2009, p. 220.

[22] Mora 2002, p. 7.

[23] Véase Dogan 1989, Butler 1980 y Doxey 1975.

[24] Doxey 1975, p. 195-198.

[25] Costa y Barreto 2007, p. 48.

[26] Véase discusiones en Wall y Mathieson 2006, Shaw y Williams 2004, entre otros.

[27] Véase Butler 1980.

[28] Dogan 1989, p. 216.

[29] Sheldon y Var 1984, p. 40, Var et al. 1985, p. 652 y Liu y Var 1986, p. 193.

[30] Gursoy et al. 2009, p. 725.

[31] Martin et al. 1998, p. 49.

[32] Smith y Krannich 1998, p. 798-800.

[33] McCool y Martin 1994, p. 29.

[34] Snaith y Haley 1999, p. 602.

[35] Allen et al. 1993, p. 27.

[36] Devine et al. 2009, p.17 y Jurowski y Gursoy 2004, p. 296.

[37] Belisle y Hoy 1980, p. 83.

[38] Harrill y Potts 2003, p. 239.

[39] Korça 1998, p. 193, 209.

[40] Tomljenovic y Faulkner 2000, p. 93.

[41] Cavus y Tanrisevdi 2003, p. 268.

[42] Harrill y Potts 2003, p. 241 y Snaith y Haley 1999, p. 602.

[43] Ernoul 2009, p. 229.

[44] Amuquandoh 2010, p.224.

[45] Sinkovics y Penz 2009, p. 458.

[46] Woosnam et al. 2009, p. 246.

[47] Monterrubio 2008, p. 42.

[48] Véase Duane et al. 1988, Fredline y Faulkner 2000, Aguiló y Roselló 2005.

[49] Hritz  y Cecil 2008, p. 173.

[50] Dwyer et al. 2004, Dwyer y Forsyth 1998, Vina y Ford 1999, Seidl et al. 2007,  Gibson y Bentley 2006 y Bresson y Logossah 2011, entre otros.

[51] Brida y Zapata 2010, p. 207.

[52] Cessford y Dingwall 1994, Qu y Ping 1999, Polydoropolou y Litinas 2007, Duman y Mattila 2005, Petrick 2005, Petrick y Sirakaya 2004, Gabe et al. 2006, Marti 1992, Lois et al. 2001, Teye y Leclerc 1998 y Moscardó et al. 1996, entre otros.

[53] Véase Ministerio de Industria, Comercio y Turismo 2011.

[54] Brida et al. 2010, p. 612.

[55] Brida et al. 2010, p. 617.

[56] Sierra y Rey 2007, p. 82.

[57] Véase Samudio 2006.

[58] Véase Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias 2009.

[59] Véase Aguiló y Roselló 2005, Andriottis 2002, Besculides et al. 2002, Diedrich y García-Buades 2009, Gursoy et al. 2002, Harrill y Potts 2003, Harrill 2004, Jackson e Inbakaran 2006, Lee et al. 2010, Roca et al. 2009, Upchurch y Teivane 2000 y Williams y Lawson 2001.

[60] Creswell 2005, citado por Sampieri et al. 2006, p. 597.

[61] Véase Escofier y Pages 1988, p. 284.

[62] Véase Calinski y Harabasz 1974, p. 1-27.

[63] Véase Duda y Hart 1973, p. 482.

[64] Véase Ortega 1986.

[65] Véase Pérez y Salazar 2007.

[66] Doxey 1975, p. 195-198.

[67] Belisle y Hoy 1980, p. 83.

[68] Véase Doxey 1975.

[69] Dogan 1989, p. 216.

 

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© Copyright Juan Gabriel Brida, Eugenia Riaño, María Jesús Such Devesa y Sandra Zapata-Aguirre, 2012.
© Copyright Scripta Nova, 2012.

 

Edición electrónica del texto realizada por Jenniffer Thiers.

 

Ficha bibliográfica:

GABRIEL BRIDA, Juan; Eugenia RIAÑO; María Jesús SUCH DEVESA; y Sandra ZAPATA-AGUIRRE. Valoración del turismo de cruceros por parte de la comunidad local: Cartagena de Indias. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 20 de enero de 2012, vol. XVI, nº 389. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-389.htm>. [ISSN: 1138-9788].

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