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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XVI, núm. 418 (44), 1 de noviembre de 2012
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

LOS NUEVOS TERRITORIOS URBANOS DEL SIGLO XXI Y SU INSERCIÓN EN LA ESTRUCTURA POLÍTICO-ADMINISTRATIVA METROPOLITANA. EL CASO DE LAS CIUDADES PRIVADAS EN LA REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS AIRES

Sonia Vidal-Koppmann
IMHICIHU – CONICET / Universidad de Buenos Aires – FADU
svidal@ciudad.com.ar

Los nuevos territorios urbanos del siglo XXI y su inserción en la estructura político administrativa metropolitana El caso de las ciudades privadas en la región metropolitana de Buenos Aires (Resumen)

La región metropolitana de Buenos Aires ha visto surgir en la última década más de una docena de “ciudades privadas”, cuya población varía entre los 40.000 hasta más de 100.000 habitantes.

Esta situación representa una fuerte transformación socio-espacial, no prevista en la planificación de los municipios que integran la región. Por este motivo surgen interrogantes con respecto al ordenamiento de la expansión metropolitana y a cuestiones-clave como la gobernabilidad y administración de dichas ciudades.

Palabras clave: regiones metropolitanas, ciudades privadas, gobernabilidad.

The new urban territories of the 21st. century and its insertion in the metropolitan political administrative structure. The case of prívate cities in the metropolitan región of Buenos Aires (Abstract)

During the last decade, more than a dozen "private cities" have emerged in the metropolitan area of ​​Buenos Aires, whose population ranges varies from 40,000 to over 100,000 inhabitants.

This situation represents a strong socio-spatial transformation, not initially foreseen in the planning of the districts from the region. For this reason, questions arise regarding the planning of metropolitan expansion and other key-issues such as governance and management of these cities.

Key words: metropolitan regions, private cities, governance.


Los estudios sobre las grandes regiones urbanas de Latinoamérica llevan a replantearse la categoría de lo urbano y en consecuencia, a cuestionar si las nuevas formas de urbanización surgidas hacia finales del siglo XX son el prototipo de la ciudad futura.

La planificación en manos del mercado inmobiliario impone nuevas formas de conjuntos cerrados que promueven un a manera de vida urbana, en entornos totalmente rurales. Por ende, el límite entre lo rural y lo urbano va desapareciendo dando lugar a espacios híbridos y fragmentados.

Esta hibridez no sólo afecta la morfología y las funciones urbanas, también genera confusión en la normativa urbanística y en las formas de administración, manejo y gobernabilidad de las “ciudades privadas”.

Por lo tanto, a la luz de algunos ejemplos observados en la región metropolitana de Buenos Aires, hemos intentado reflexionar sobre esta problemática y esperamos abrir un debate interdisciplinario sobre la misma.


Metrópolis del siglo XXI: escenarios en crisis

Los recientes trabajos sobre los procesos de expansión de las metrópolis, en especial los estudios latinoamericanos, coinciden en una característica identificatoria: la expansión no planificada y de alta complejidad de estas regiones (De Mattos, 2004; Prevot-Schapira, 1999; Ciccolella, 2004; entre otros). Algunos de ellos mencionan esta etapa como una transición, otros se refieren a una mutación socio-territorial que conlleva a un cambio de paradigma urbano (Vidal-Koppmann, 2010).

Buenos Aires no escapa a esta realidad; por el contrario se perfiló desde hace más de medio siglo como una de las regiones metropolitanas de acelerado crecimiento. Con un territorio de 13.934 Km², distribuido entre sus 40 municipios y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, concentra más de una tercera parte de la población del país (14.819.137 habitantes), la mayoría residentes en ciudades grandes e intermedias de una mancha urbana de más de 2.400 Km².

 

Figura 1. Región Metropolitana de Buenos Aires.
Fuente: Centro de Información Metropolitana, 2007.

 

El desequilibrio con el resto de las áreas metropolitanas del territorio argentino es notorio, no tan sólo por la concentración demográfica sino por su participación en el Producto Bruto Interno. La RMBA participa con el 52% del PBI caracterizándose económicamente por: “articular a lo largo del eje fluvial un sistema de puertos especializados, un desarrollo industrial que tiende a crecer y a especializarse, y actividades terciarias que crecen y se sofistican” (Plan Estratégico Territorial, 2010).

A esta situación hay que adicionarle una de las cuestiones que aumenta la conflictividad de este escenario, y que es la convergencia de tres jurisdicciones político-administrativas: la nacional, la provincial y la autonomía del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Debemos aclarar que ni el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), ni la región metropolitana de Buenos Aires (RMBA) conforman una unidad político-administrativa con sistema de autoridades propio. La Ciudad de Buenos Aires posee un gobierno autónomo y los municipios, que son autárquicos, están bajo la órbita del gobierno provincial. Según lo señala P. Pirez:

“Las relaciones intraestatales o intergubernamentales en el AMBA se estructuran en torno a tres circuitos de acumulación política cuyo resultado es la consolidación de la fragmentación institucional y la inexistencia política de lo metropolitano. Esta es sustituido, en primer lugar, por las unidades independientes de los gobiernos locales que, en un segundo circuito se vinculan con el gobierno provincial, compitiendo entre sí por recursos de gobierno y acumulación política y, en tercer término, se vinculan con el gobierno federal en razón de los recursos que de él provienen. Los ámbitos federal y provincial intervienen en los territorios locales introduciendo, en competencia o colaboración, sus estrategias de acumulación política” (Pírez, 2010).

La fragmentación político-territorial en una región que está consolidada por vínculos funcionales complica el tratamiento de cuestiones de interés común, tales como la problemática de las cuencas hídricas, del transporte interurbano, de la disposición de los residuos sólidos o de los temas habitacionales. En este sentido hay que destacar la conformación de consorcios ad-hoc, la firma de convenios de reciprocidad entre municipios o bien la creación de autoridades específicas[1].

Si bien determinados problemas son comunes a la totalidad de unidades que integran la región (entre ellos los más críticos son el déficit habitacional, la falta de cobertura de servicios de saneamiento, la provisión de agua potable), se observan situaciones heterogéneas, lo que muchas veces ha llevado a diferenciar municipios “pobres” de municipios “ricos”. Y esta heterogeneidad también se reproduce en la distribución de inversiones y en la construcción de obras publicas.

Citando el diagnóstico elaborado por el Plan Estratégico Territorial (Ministerio Federal de Planificación, 2010) se reconoce que “la construcción de un nuevo sistema de autopistas en la década del ’90 produjo una profunda alteración de la estructura existente promoviendo el desarrollo de nuevos patrones de urbanización basados en la utilización del automóvil”.

El direccionamiento de fuertes inversiones hacia el mercado inmobiliario y la concreción de la red de autopistas metropolitanas mencionada precedentemente, ha generado un escenario fragmentado.

“El crecimiento metropolitano en las últimas décadas se observa como un conjunto de islotes periurbanos monofuncionales de baja densidad, que no conforman un tejido urbano compacto. En esto se diferencia del proceso de suburbanización que tuvo lugar durante la etapa agroexportadora y de industrialización sustitutiva del país” (Abba, 2010).

Dentro de un contexto de inversiones sectoriales y de ausencia de un modelo de planificación para la región metropolitana, surgen a comienzos del siglo XXI los proyectos de ciudades privadas, esparcidas en las diferentes coronas de municipios que rodean a la ciudad de Buenos Aires. A principios de 2000, se contabilizaban alrededor de doce mega-emprendimientos, que en el transcurso posterior de una década tuvieron un grado de desarrollo desigual.

No obstante, el nivel de consolidación individual alcanzado, su impacto en la región no ha pasado desapercibido, y dentro del escenario mutante político-territorial descripto sintéticamente, configuran un elemento más para aumentar la complejidad del problema.


Las ciudades privadas ¿poseen status de ciudad?

A comienzos de 2000 en la RMBA aparecía una nueva tipología de urbanización privada denominada genéricamente mega-emprendimiento y definida por promotores y desarrolladores urbanos como proyectos de gran escala que incluían el diseño de ciudades privadas.

El marketing urbano les dio diferentes nombres “ciudad-pueblo”, “pueblo privado”, “mini-ciudades”, etc. Pero en su esencia eran todos conjuntos residenciales similares. Se había traspasado la barrera del barrio cerrado y del club de campo para proponer un nucleamiento de estas unidades funcionales en torno a un centro de comercio y servicios, separadas por vías de circulación públicas, pero con accesos controlados y con sistemas de vigilancia privada en cada uno de los barrios.

La observación directa, la consulta con empresas desarrolladoras y el seguimiento de las publicaciones inmobiliarias arrojaron como resultado, a mediados de 2002, una docena de mega-proyectos (Vidal-Koppmann. 2002), de los cuales ocho se autodefinían como “ciudades privadas” con diferentes características (náuticas, ecológicas, etc.). (Cuadro 1)

 

Cuadro 1.
Mega-emprendimientos en la RMBA

Proyecto

Localiz.

Has.

Barrios

Equipamiento

Infraestr.

Habit.

Nordelta

Tigre

1.600

20

A,B,C,E,F,I,K,M,O, 3 colegios, 2 universidades

Agua, gas, luz, cloacas, tél.

138.000

Estancias del Pilar

Pilar

450

7

A,B,C,D,E,K,L,1colegio,comercios,áreas culturales

Íd. Ant.

46.000

Estancias S. Miguel

Pilar

850

16

A,B,C,D,E,J,K,N,O,1colegio,3clubes deportivos

Íd. Ant.

-------

Pilar del Este

Pilar

550

18

A,B,C,E,I,M,N,1colegio,1centro comercial, área cultural

Íd. Ant.

--------

Buenavista

San Fernando

130

S/i

Ofinas, club deport., 2 colegios

Íd. Ant.

10.000

Puerto Palmas

Campana

300

3

A,B,C,E,N,K,centro comercial,colegio

S/i

-------

Nacional Golf Club

Gral. Rodríguez

361

chacras

A,B,C,D,E,club deportivo,hípico,de golf,centro comercial,colegios

Agua, cloacas, gas, luz,tél.

-------

La Primavera

Cañuelas

2.400

S/i

Zona residencial y de industrias y empresas. Plan en aprobación

S/i

-------

Mirasoles

Monte Grande

470

S/i

Zona residencial y de industrias, sectores deportivos y de comercios

S/i

20.000

Villa Nueva

Tigre

760

S/i

Club náutico

S/i

--------

Puerto Trinidad

Berazategui

336

S/i

Ciudad náutica,A,B,C,D,E,N

s/i

20.000

Abril

Berazategui

312

S/i

A,B,C,D,E,G,Ñ

Agua, luz, gas. cloacas

-------

*Referencias: Club House (A), Fútbol (B), Tenis(C), Paddle (D), Pileta (E), Náutica (F), Básquet (G), Voley (H), Hockey (I), Polo (J), Equitación (K),Rugby (M), Atletismo (N),Solarium (Ñ), Marinas (O), Remo (P), Aeródromo (Q).
Fuente: elaboración propia, 2002.

 

Más allá de la forma en que los desarrolladores denominaran a sus productos inmobiliarios, estaba la categorización del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) que ubicaba en el rango de núcleo urbano a todo asentamiento mayor de 2.000 habitantes.

En consecuencia, analizando el tope de población en cada uno de los nuevos proyectos se evidenciaba su potencial status de núcleo urbano. Asimismo del análisis de su localización dentro de la región metropolitana, se observó que cinco de las ocho ciudades proyectadas, se emplazaban en la zona norte y noroeste y las tres restantes en la zona sur.

¿Estaban tan saturadas demográficamente las ciudades de la RMBA que justificaban la construcción de ciudades-satélite? ¿Existía una demanda real de los habitantes que llevara a la planificación de estos nuevos núcleos?

Basta con verificar las densidades y el tamaño demográfico de las localidades emplazadas en los municipios de Tigre, Pilar, San Fernando, Campana o Cañuelas, para poder afirmar apriorísticamente que estaban muy lejos de alcanzar un grado de saturación urbana. Según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001, las densidades urbanas promedio en estos distritos no superaban los 2.300 hab/Km² y los promedios de población estaban por debajo de los 250.000 habitantes en la gran mayoría de sus ciudades. Lo que todos estos municipios han arrastrado desde mediados del siglo pasado hasta el presente, ha sido un creciente déficit habitacional que afectó y sigue afectando a los estratos bajos y medios, una carencia crónica de infraestructuras básicas y de servicios esenciales y una degradación continua de los espacios públicos.

Centrando el foco en estas carencias que disminuyen la calidad de vida urbana y reforzada por la creciente ola de inseguridad, los desarrolladores incentivaron la demanda de urbanizaciones privadas.

No obstante, la coyuntura político-económica cambiante actuó, según los casos, como factor de freno o como impulsora de oportunidades. De ahí que algunos emprendimientos siguieran un derrotero exitoso y otros no traspasaran la categoría de proyectos. O, menos aún se acercaran al status de ciudad.

Así mientras las ciudades de Nordelta y Villanueva en el municipio de Tigre siguieron creciendo de manera continua (en la actualidad ya residen 8.000 familias en la primera, y en la segunda hay construidos once barrios); Puerto Trinidad en Berazategui estuvo a punto de desaparecer, cuando quebró la firma desarrolladora. En una instancia intermedia, Pilar del Este (municipio de Pilar) permaneció estancada con un solo barrio construido de los catorce proyectados hasta 2008, en donde se produce el re-lanzamiento.

En la actualidad, tres nuevas urbanizaciones se están construyendo con la aspiración de ser ciudades privadas: Puertos del Lago, Área 60 y San Sebastián. Como en todos los otros casos, estos núcleos poseen un Master Plan que ha pasado por instancias de aprobación tanto a nivel municipal como provincial, poseen algunos de sus barrios construidos y en venta y sus promotores esperan alcanzar niveles de crecimiento semejantes a los de Nordelta.

Por otra parte, es preciso destacar que tan sólo dos ciudades privadas aparecen incorporadas como localidades dentro del municipio donde se emplazaron: Nordelta y Villanueva. Desde lo institucional administrativo Nordelta figura con ese nombre en la cartografía oficial (Figura 2) y constituye la primera localidad privada del país. En el caso de Villanueva, la localidad ha tomado el nombre de Nuevo Tigre, y los sucesivos barrios que se van construyendo completando el Master Plan siguen un derrotero similar a Nordelta. Mientras que el resto de los otros núcleos se encuentran en etapas de diferente grado de consolidación y todavía funcionan como barrios cerrados aislados.

 

Figura 2. Localidades del Municipio de Tigre.
Fuente: Municipalidad de Tigre, 2007.

 

Reflexionando sobre el carácter político-administrativo que puede alcanzar una localidad privada, es ineludible pensar en la obra Privatopia de E. Mc Kenzie (1994), cuando mostró cómo diferentes asociaciones de vecinos que vivían en comunidades cerradas (gated communities) completaron el ciclo evolutivo de estos núcleos al adquirir el status de municipios privados. En consecuencia, la ciudad privada de Nordelta que aspira a alcanzar los 130.000 habitantes y que ya es considerada dentro de la categoría de localidad privada, podría en el mediano horizonte transformarse en un municipio privado con funciones propias. Cabe señalar que con este número potencial de habitantes sería difícil que su administración estuviera a cargo de un asociación vecinal o de algún tipo de organización semejante.


Diferentes ciudades, diferentes grados de desarrollo

Según lo expuesto precedentemente no todas las ciudades privadas que emergieron en los años previos al cambio de siglo tuvieron trayectorias similares con respecto a su expansión y consolidación. Por este motivo, todavía es arriesgado determinar cuáles de ellas lograrán alcanzar la categoría de ciudades privadas y más aún de ser reconocidas institucionalmente como tales.

Factores como la ubicación, los vaivenes económicos, las campañas de promoción y marketing mejor o peor armadas, y la solvencia de las empresas desarrolladoras inciden de manera directa para poder concretar los proyectos.

Analizando la totalidad de las potenciales ciudades privadas que se encuentran localizadas en la RMBA, pueden distinguirse los siguientes estadios de desarrollo:

a) Ciudades consolidadas: Nordelta y Villanueva. Ambas localidades pertenecen al municipio de Tigre y en la actualidad, se encuentran en franco crecimiento.

b) Ciudades en proceso de transformación: Pilar del Este y Puerto Trinidad en el noroeste y en el sur de la región respectivamente. En ambos casos, el proceso de crecimiento evidenció una etapa de estancamiento y luego de un cambio en la firma emprendedora, comienza otra vez su construcción.

c) Ciudades futuras: Área 60 en el corredor sur de la RMBA, y San Sebastián y Puertos del Lago en el corredor noroeste. Estos tres megaproyectos comenzaron sus obras con posterioridad a la crisis político-económica de 2001.

d) Conglomerados de urbanizaciones privadas localizadas en diferentes municipios pero que constituyen una unidad funcional a lo largo de un corredor de transporte. Como ejemplo, puede mencionarse el “Corredor Verde Canning-San Vicente” que se encuentra ubicado en la sub-región sudoeste metropolitana.


Ciudades consolidadas y nuevas centralidades

En la estrategia armada por los emprendedores inmobiliarios se impuso a mediados de 2004 un objetivo muy firme: “hacer ciudad”. Esto significaba no contentarse con construir grandes barrios cerrados, sino buscar un producto inmobiliario que emulara la ciudad abierta y que ofreciera condiciones de confort urbano, de seguridad y de calidad de vida superiores. En ese momento tres grandes emprendimientos parecían reunir estas condiciones: Nordelta (Tigre). Estancias del Pilar (Pilar) y Villanueva (Tigre).

Las comunicaciones viales directas con la ciudad metropolitana de Buenos Aires, el avance acelerado de las obras y el acompañamiento con equipamientos de educación, salud y abastecimiento, produjeron el efecto buscado: muchas familias de jóvenes profesionales optaron por este tipo de urbanización, que además se identificó con un nuevo estilo de vida.

Estos tres mega-proyectos aparecieron en el mercado inmobiliario entre 1998 y 2000 y en su planificación contemplaron la localización de un área comercial y de servicios abierta al resto de los emprendimientos de la zona. En general, el master plan de cada uno de estos proyectos presenta un zonning estricto, siguiendo los postulados de un urbanismo emanado de la histórica Carta de Atenas.

De los tres conjuntos urbanos, Nordelta con una superficie de 1.600 hectáreas, es el que posee una mayor diversificación de usos del suelo. Dentro de tipologías edilicias que van desde la vivienda individual hasta los edificios de apartamentos, ha incorporado áreas para estudios profesionales y oficinas de empresas. El plan original aún no se ha completado. De hecho siguen construyéndose nuevos barrios y el horizonte de población de 130.000 habitantes también está lejano.

No obstante, su impacto territorial es evidente. Dejó de ser un conjunto de barrios cerrados para transformarse en una localidad más del municipio y su zona comercial y de servicios ha adquirido las características de una nueva centralidad, en competencia con el centro tradicional de la ciudad cabecera de Tigre.

En el mismo municipio y formando parte de la localidad de Benavidez, se localiza el otro mega-emprendimiento. Villanueva con un desarrollo de 700 hectáreas, alberga en la actualidad 11 barrios cerrados, de los cuales ya han sido suscriptos un 85%[2]. El área comercial también está abierta a la comunidad y ocupa alrededor de 7 hectáreas concentrando comercios gastronómicos, tiendas y algunos servicios.

En estos dos casos lo que debería remarcarse es la proximidad física entre ellos (Figura 3) que en términos de transformación territorial provoca una fuerte impronta; ya que una vasta extensión del municipio aparece privatizada. Esta situación se encamina hacia la posibilidad de una agrupación de ciudades cerradas, que a futuro podrían reclamar un status de municipio privado, a semejanza de lo que se observa en las comunidades estadounidenses.

 

Figura 3. Urbanizaciones de Nordelta y Villanueva.
Fuente: Revista Tigris, marzo de 2007.

 

Ciudades en transformación

No todos los lanzamientos de emprendimientos de envergadura han seguido una evolución lineal. La dinámica del mercado inmobiliario ha impulsado el crecimiento de algunos y frenado el de otros.

Entre 1994 y 1999 emergieron los primeros proyectos de ciudades privadas, entre ellos estaban Estancias del Pilar, Estancia San Miguel, Puerto Trinidad y Pilar del Este. De los cuatro, sólo el primero sigue creciendo sin llegar todavía a su consolidación.

Los dos últimos mencionados, por el contrario, pasaron por etapas de estancamiento que obligaron a plantear diferentes estrategias financieras para poder seguir adelante.

El proyecto Pilar del Este fue promocionado como una “verdadera ciudad satélite”; vale decir, con condiciones de autonomía en cuanto a su funcionamiento. Con una superficie de 580 hectáreas pretendía albergar dieciocho barrios y una población superior a los 40.000 habitantes, Diez años después de su fundación sólo presentaba un barrio edificado, un edificio para el club house y un colegio privado. La continuidad del proyecto se dio con el cambio de la firma desarrolladora que re-diseñó el plan director y comenzó la construcción y venta de cuatro nuevos barrios. Este caso todavía se encuentra bastante lejos de constituirse en ciudad.

Puerto Trinidad localizado en el sur de la región metropolitana (municipio de Berazategui) fue concebido como una “ciudad náutica”, desarrollada en 380 hectáreas con una capacidad locativa de 10.000 habitantes.

Sin embargo, los avatares financieros llevaron a la quiebra a la empresa desarrolladora. En esa instancia, las 800 familias que habían adquirido su terreno decidieron armar una cooperativa para poder continuar con el proyecto. Probablemente, la “cooperativa vip”, como fue llamada por los medios, consiga terminar alguna etapa de este ambicioso proyecto, que quizás deberá conformarse con ser un barrio cerrado.


Ciudades futuras

La crisis financiera que atravesó el país en 2001 significó un freno para el mercado inmobiliario hasta que tres años después las firmas desarrolladoras de mayor envergadura, decidieron retomar sus actividades con proyectos más ambiciosos que los clubes de campo o los barrios cerrados. Así vuelven a promocionarse nuevas ciudades privadas.

En el año 2007, las publicaciones especializadas en bienes raíces destacaron tres grandes proyectos: Puertos del Lago en Escobar, San Sebastián en Pilar y Área 60 en Brandsen.

La nueva ciudad náutica denominada Puertos del Lago, es una réplica de Nordelta ya que pertenece a la misma empresa desarrolladora y en una superficie de 1.400 hectáreas construirá además del conjunto de barrios cerrados, un centro comercial, un polo gastronómico, un centro médico, clubes y colegios. A diferencia de la ciudad-pueblo de Tigre este conjunto abarca 6 kilómetros de costa sobre el Río Luján, lo que le ha permitido el diseño de barrios cerrados náuticos y de embarcaderos.

La inversión inicial para la adquisición de las tierras fue de 50 millones de dólares, pero la empresa estima que las obras demandarán 300 millones más (Diario La Nación, 2/7/2007).

Es de destacar que a pesar de la importancia de las inversiones, la población de Escobar y las asociaciones ambientalistas están en franca oposición, ya que consideran que el impacto de este proyecto sobre el entorno tendrá serias consecuencias.

Otra ciudad en marcha es Área 60 en la cercanía de la Autopista Buenos Aires-La Plata en el corredor sur de la RMBA. Están proyectados 15 barrios que en su totalidad ocuparán alrededor de 800 hectáreas. Dentro de este conjunto un grupo inversor italiano ha comprado una fracción que costó 40 millones de dólares para construir un área comercial que se asemejará a una aldea italiana del Medioevo (“El Borgo”). Si bien ya existen viviendas edificadas resulta difícil aventurar si el proyecto llegará a consolidarse.

Al igual que el ejemplo anterior San Sebastián es otro de los incipientes mega-emprendimientos que cobraron impulso en los últimos cuatro años. En este caso el proyecto se desarrollará en 1.100 hectáreas, donde se edificarán 13 barrios y áreas de comercios y servicios. Sus promotores aseguran que cada barrio tendrá alrededor de 350 lotes; por lo tanto, si concretara en su totalidad podría dar cabida a casi 5.000 familias.

Cabe agregar que junto con Estancias del Pilar y Pilar del Este serían tres ciudades privadas las construidas en este municipio, que por otra parte, es el que posee la mayor cantidad de urbanizaciones privadas de toda la región metropolitana.


Conglomerados de urbanizaciones privadas

La continuidad y vecindad de urbanizaciones cerradas a lo largo de un corredor de transporte constituye una modalidad incipiente; pero que debería ser tenida en cuenta como un proceso de transformación de alto impacto futuro.

El caso del “corredor verde” lo hemos abordado en recientes publicaciones (Vidal-Koppmann, 2011), destacando la formación de una cuña de riqueza en medio de un entorno degradado.

El conglomerado de conjuntos residenciales se desarrolla en diferentes municipios por lo que cada urbanización se encuentra bajo diferentes códigos de edificación y/o planeamiento urbano. No obstante, es visto por sus desarrolladores como una integración de proyectos y se está presionando para ser tratados con una reglamentación en común.

Si bien no es el caso de una ciudad privada única, sus características de homogeneidad permitirían con el transcurso del tiempo una virtual unificación en torno a la figura político-administrativa de localidad. Privada.


Consideraciones finales

Más allá del impacto socio-territorial y ambiental que han generado los mega-emprendimientos en la región bajo estudio, surge como una problemática novedosa la cuestión normativa, política y administrativa.

En este sentido, debe remarcarse que las diferentes tipologías que adoptaron las urbanizaciones privadas no se encuadran dentro de un mismo marco legal. Los clubes de campo fueron los primeros en ser contemplados por la ley de Ordenamiento Territorial de la provincia de Buenos Aires[3] y constituyen asociaciones civiles de co-propietarios. Algo similar sucede con los barrios cerrados, que por aparecer posteriormente a la ley mencionada, generaron nuevas situaciones legales que obligaron a la sanción del Decreto provincial 27/98 específico para estos conjuntos residenciales.

No obstante, desde el punto de vista del ordenamiento urbano-territorial, los barrios cerrados al localizarse en zonas urbanas deben considerar dentro de sus normas de edificación el Código de Edificación municipal de su respectivo distrito.

A pesar de ello, el conjunto reglamentario puso al descubierto bastantes “vacíos legales” que fueron y siguen siendo aprovechados por el mercado inmobiliario; pero sin lugar a dudas, el punto más débil lo conforman las ciudades privadas.

El Decreto-Ley 8912/77 menciona las urbanizaciones especiales y de forma bastante sintética declara que las mismas tienen que con tar con un Plan Maestro (master plan) y que deben hacerse cargo de la provisión de la infraestructura de servicios básicos.

De ahí en más, tanto la situación que les cabe dentro del municipio en relación con su inserción en el sistema de centros urbanos, y las cuestiones administrativas referidas a la provisión de servicios municipales y al pago de las tasas correspondientes, queda resuelta de manera poco clara.

Hasta el presente ninguna ciudad ha completado todas las etapas de construcción propuestas en sus respectivos planes maestros. De hecho, los “dueños” de estas ciudades privadas siguen siendo las empresas desarrolladoras.

Existen casos como el “pueblo privado” Estancias de Pilar cuyos moradores después de varios años no han podido escriturar sus propiedades. A menudo, estas situaciones de irregularidad legal afectan a una buena parte de los habitantes de las nuevas urbanizaciones.

En los casos que poseen un mejor andamiaje normativo (Nordelta y Villanueva) no se encuentra debidamente resuelta la situación político-administrativa.

¿Qué tipo de organización deberían tener estas ciudades cuyo número final de moradores estará oscilando entre los 50.000 y 130.000 habitantes? ¿Podrán ser regidas por “códigos de convivencia“ y consorcios de propietarios? Al proveerse de todos los servicios, equipamientos e infraestructura de forma autónoma ¿tendrían que seguir pagando las tasas e impuestos municipales como el resto de las localidades tradicionales? Para asegurar sus mecanismos de gobernabilidad ¿será necesario implementar delegaciones municipales?

Por otra parte, cuál sería la lógica justificación para que los gobiernos locales tengan que velar por la provisión de sistemas de seguridad (aparte de la seguridad privada de las propias urbanizaciones) y de otro tipo de servicios y/o equipamientos, cuando dentro de su esquema de núcleos urbanos no existió jamás la necesidad de edificar nuevas ciudades para dar cabida a un número creciente de habitantes.

En la actualidad, la mayor dificultad que encuentran los municipios para poder evaluar la localización de estos mega-emprendimientos, es la falta de un plan estratégico o mínimamente de un esquema de ordenamiento urbano-territorial. En el conjunto de distritos que integran la RMBA, son pocos los que presentan un código de planeamiento urbano. Por lo tanto, queda a criterio de los funcionarios de turno el aceptar, rechazar o solicitar modificaciones a estas grandes inversiones inmobiliarias.

Tal vez resulte apresurado intentar pensar en un horizonte a mediano plazo, en donde posiblemente una decena de estas ciudades cerradas se encuentren en funcionamiento; sin embargo, la hipótesis de que se replique un proceso semejante al que describen Davis, McKenzie y otros investigadores estadounidenses, es factible. La auto-exclusión de estas ciudades se vería reforzada al adoptar formas administrativas y de gobierno propias, de no mediar nuevas formas de ordenamiento urbano territorial y de gobernabilidad local que contemplen este nuevo panorama como parte de las mutaciones metropolitanas del siglo que comienza.

 

Notas

[1] Como ejemplo puede mencionarse la Autoridad para la Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR) a quien le compete el saneamiento y el ordenamiento territorial para dicha subregión.

[2] La suscripción implica haber comenzado a pagar cuotas de una vivienda o de un lote, cuya construcción puede estar por comenzar.

[3] Decreto Ley 8912/77 de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo y Ley 9404/86.

 

Bibliografía

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Ficha bibliográfica:

VIDAL-KOPPMANN, Sonia. Los nuevos territorios urbanos del siglo XXI y su inserción en la estructura político administrativa metropolitana El caso de las ciudades privadas en la región metropolitana de Buenos Aires. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de octubre de 2012, vol. XVI, nº 418 (44). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-418/sn-418-44.htm>. [ISSN: 1138-9788].

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