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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XVI, núm. 422, 10 de diciembre de 2012
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

Ordenamiento ecolÓgico territorial participativo del municipio de Santiago el pinar, Chiapas

Leopoldo Medina Sanson
Universidad Autónoma de Chiapas, México
medina@colpos.mx

Carlos Tejeda Cruz
Universidad Autónoma de Chiapas, México
tejedac@unach.mx

Darío Güiris Andrade
Universidad Autónoma de Chiapas, México
dmguiris@gmail.com

Hernán Mandujano Camacho
Universidad Autónoma de Chiapas, México
hcamacho@unach.mx

Recibido: 5 de mayo de 2011. Devuelto para revisión: 21 de julio de 2011. Aceptado: 16 de marzo de 2012.

Ordenamiento ecológico territorial participativo del municipio de Santiago el Pinar, Chiapas (Resumen)

El municipio de Santiago el Pinar fue decretado oficialmente el 28 de julio de 1999, se integra casi totalmente por habitantes de la etnia tsotsil, de la rama lingüística maya. Es uno de los municipios con mayor grado de marginación en México. Las circunstancias anteriores conllevan necesidades fundamentales de planeación municipal para el desarrollo socioeconómico. Sobre estas bases, se realizó un ordenamiento territorial elemental con participación de representantes y autoridades de las localidades municipales a través de talleres de diagnóstico y evaluación. Los participantes identificaron y describieron, con base en criterios propios, 5 zonas agroecológicas; posteriormente dibujaron, sobre imágenes de satélite, la ubicación de los diferentes tipos de uso de la tierra en cada localidad. Con esta información, complementada con recorridos de campo, se realizó, mediante un Sistema de Información Geográfica, una clasificación supervisada de dichos tipos de uso. Finalmente, se evaluó participativamente los grandes problemas y necesidades a escala municipal.

Palabras clave: planeación del uso de la tierra, mapeo participativo, desarrollo municipal, desarrollo local, Chiapas.

Participatory land management planning in the municipality of Santiago el Pinar, Chiapas (Abstract)

The municipality of Santiago El Pinar was officially declared on 28 July 1999 and is composed almost entirely by the Tsotsil people, who are a branch of Mayan linguistics. It’s one of the municipalities with the highest degree of marginalization in Mexico. The above circumstances, involve basic needs for municipal planning and economic development. On this basis, it was done a basic land management plan with participation of representatives and officials of the municipal localities, all this through diagnostic and evaluation workshops. Participants identified and described, based on your own criteria, 5 agro-ecological zones, and subsequently drew, on satellite images, the location of different types of land use in each locality. With this information, supplemented with field trips it was conducted, using a Geographic Information System, a supervised classification of these types of use. Finally, it was realized a participatory evaluation of the major problems and needs at municipal level.

Key words: land use planning, participatory mapping, municipal development, local development, Chiapas.


Antecedentes

Uno de los problemas característicos de las naciones en desarrollo, como es el caso de México, consiste en la insuficiencia en generación y disponibilidad oportuna de información geográfica relevante para alimentar los procesos de planeación territorial a escala municipal. Esto guarda relación con la persistencia de aproximaciones conceptuales y metodológicas con restricciones de diferente naturaleza (Khawlie et al, 2005).

No obstante, los procesos de planeación territorial se abordan favorablemente en diferentes países mediante el empleo de sistemas de información geográfica (SIG), que son de gran utilidad en diferentes tipos de estudios, tales como el monitoreo de cambios de uso del suelo (Stout y Lee, 2004).

En la actualidad la generación de información territorial a través de SIG está bastante difundida a escala mundial (Degioanni et al, 2001; Paegelow et al, 2003); en este se consideran variables socioeconómicas y tecnológicas asociadas con el uso actual del territorio y se establecen estrategias alternativas de manejo; lo cual forma parte, finalmente, de la planeación ecológica territorial, (Salas, 2002).

Los SIG pueden utilizarse para estratificar expresiones fisiográficas y aspectos tales como el uso de la tierra, ya sea a través de clasificaciones no supervisadas o supervisadas. En estas últimas se definen, mediante evidencias empíricas a nivel de sitio, clases o estratos en función de variables determinadas a conveniencia de investigadores y planificadores, pero reconocibles como rasgos del paisaje (Hengl y Rossiter, 2003; Bathgate y Duram, 2003).

Dentro de la planeación del uso de la tierra, una de las cuestiones más relevantes es la evaluación de tierras en términos de calidad para diferentes usos (Erkossa et al, 2004). En este contexto el potencial que representan los SIG es aún relativamente poco explotado.

Otro aspecto en el cual los SIG pueden ofrecer importantes aportaciones es elaborar mapas sobre recursos naturales considerando tanto su protección como aprovechamiento. Dentro de este último aspecto, se pone énfasis en la posibilidad de articular el conocimiento local con el de carácter técnico y científico, lo cual se traduce en propuestas realmente apropiables por las comunidades de usuarios (Chapin et al, 2005; Smith et al, 2003; Baban y Yusof, 2001).

El ordenamiento ecológico territorial (indisociable del enfoque de planeación del uso de la tierra), se concibe como el estudio de las propiedades físicas y ecológicas de un segmento determinado de paisaje con el fin de promover modelos de intervención humana congruentes con los recursos naturales disponibles, la protección del ambiente y biodiversidad.

El ordenamiento ecológico delimita usos potenciales apropiados para cada estrato natural reconocible. Se dirige a conciliar el desarrollo social y la conservación de recursos naturales a largo plazo (Berroterán, 2001). Además, integra información biofísica con aspectos tecnológicos y socioeconómicos con el fin de alimentar procesos de toma de decisiones. En México este es considerado a partir de 1982 en la Ley Federal de Protección al Ambiente y se le asigna importancia fundamental desde 1988, con la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección Ambiental (Cámara de Diputados-H. Congreso de la Unión, 2008; SEMARNAT-INE-SEDESOL, 2005).

Convencionalmente, dicho ordenamiento inicia con la definición de objetos y escalas de trabajo; se establecen requerimientos de información (datos de sensores remotos, fotografías aéreas, información de campo y laboratorio) y esta se analiza a través de diferentes recursos. Lo anterior permite estratificar el medio físico, definir unidades de manejo, clasificarlas por su potencialidad específica, estado de recursos naturales, niveles de amenaza, representatividad espacial y otras características para establecer su uso más apropiado (Berroterán, 2001).

Destacan aproximaciones etnoecológicas que inciden sobre el ordenamiento territorial y ponen énfasis en tradiciones, principios y objetivos de las sociedades locales, (Blackstock y McAllister, 2004; Johnson, 2000). Existen además experiencias documentadas en torno a la construcción participativa de mapas orientada a generar información geográfica. En esta aproximación, se pone énfasis en la relación dialéctica entre los miembros de una comunidad, sus representantes y los investigadores, con el fin de transformar el conocimiento cognitivo espacial en información descriptiva de alcance cartográfico (Herlihy y Knapp, 2003).

En el caso de la aplicación de los SIG a cuestiones relacionadas con el manejo de la tierra, se hallan presentes tres grandes sistemas de conocimiento: el conocimiento relacionado con la aplicación de los SIG, a cargo de los científicos; el dominios sobre el manejo del SIG a cargo de a cargo de funcionarios de áreas administrativas; el conocimiento nativo propio de las comunidades. Se menciona que en muchos proyectos que abordan la generación de conocimiento y aplicación de los recursos propios de los SIG estos sistemas de conocimiento se han concebido de manera fragmentada. Ante ello es posible y relevante establecer principios de investigación que favorezcan la participación de las comunidades en la generación de conocimiento geográfico derivado del empleo de los SIG (Puri, 2007).

En esta perspectiva de investigación y planeación participativa, es posible abordar una estrategia de planeación ascendente basada en información que se desprende del conocimiento y participación, hasta el nivel de decisión, por parte de las comunidades a escala local (Sedogo y Groten, 2002).


El área de estudio

El proyecto se desarrolló durante el periodo de febrero a noviembre de 2009 en el municipio Santiago el Pinar; mismo que se decretó como tal el 28 de julio de 1999. Su extensión es de 16.6 km2 que representa el 0.02% de la superficie del estado de Chiapas (figura 1).


Población

Según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática de México (INEGI, 2006), la población del municipio, censada en 2005, fue de 2,854 habitantes: el 49.7% son hombres y 50.3% mujeres; el 35.8% es menor de 10 años, el 13.9% tiene entre 10 y 14 años, 12.9% entre 15 y 19, el 14.4% entre 20 y 29, el 9.2% entre 30 y 39, el 3.3% entre 40 y 44 y el resto se distribuye en grupos de edades mayores. El 90.1% es indígena (perteneciente a la etnia tsotsil, de la rama lingüística y cultural maya).

En cuanto al alfabetismo, del total de la población mayor de 6 años, es decir, 2,018 personas en 2005, el 47.4% sabe leer y escribir, mientras que el 52.5% no sabe leer ni escribir, el analfabetismo es mucho más acentuado entre la población femenina.


Economía

En 2005 el 94.1% de la población municipal ocupada percibió 2 o menos salarios mínimos[1] y el grado de marginación municipal es muy alto según datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2005). En algunas comunidades, como San Antonio Buenavista, Santiago el Relicario, Chiquinchén y otras, la situación en 2005 es de carencia muy grave de bienes y servicios básicos (ver anexo 1), lo que ubica al municipio entre los de mayor marginación nacional. Cabe mencionar que Santiago el Pinar cuenta con sólo un ejido[2], que lleva el mismo nombre y que ocupa alrededor de las dos terceras partes de la superficie municipal.

Población Económicamente Activa por Sector (PEA). En el año 2000, la PEA ocupada fue de 338 habitantes, distribuidos de la siguiente manera: Sector Primario. El 97.3% realizó actividades agropecuarias; en tanto que en los ámbitos regional y estatal fue de 54.9% y 47.2% respectivamente. Sector Secundario. El 0.6% de la PEA laboró en la industria de transformación; en los niveles regional y estatal las cifras fueron de 14% y 13.2%. Sector Terciario. El 1.5% de la PEA se empleó en actividades de comercio u oferta de servicios a la comunidad; en los niveles regional y estatal la proporción fue de 29% y 37.3% respectivamente.


Medio Físico

Santiago el Pinar se ubica en su totalidad dentro de la región fisiográfica de los Altos de Chiapas, en la zona ecológica tropical húmeda del sureste de México (figura 1), con un clima (A)C(m)(f) en el 91.3% de su área. Sus coordenadas extremas son: X1: 92.744 Longitud W, Y1: 16.917 Latitud N; X2: 92.701 Longitud W, Y2: 16.980 Latitud N y la altitud promedio sobre el nivel del mar es de 1584 m.


El problema de estudio

El municipio Santiago el Pinar es declarado constitucionalmente como tal en 1999, lo cual se deriva en gran medida de los conflictos sociales asociados con el levantamiento armado zapatista; movimiento que expresa demandas inaplazables de desarrollo por parte de diversas localidades y regiones de Chiapas, particularmente aquellas con predominancia cultural indígena.

A partir de su decreto, Santiago el Pinar ha entrado en un proceso de integración económica social complejo y en ciertos aspectos adverso desde una perspectiva intercultural; no obstante, la disponibilidad de una estructura administrativa, jurídica y de recursos financieros propios abre posibilidades significativas para impulsar procesos de desarrollo.

Sin embargo la marginación socioeconómica que adolece el municipio se convierte en una debilidad difícil superar sin la integración de los actores locales clave, es decir: autoridades y comunidades. Más aún, dicha integración precisa labores de planeación y formulación de alternativas de desarrollo que requieren de una base de información y desarrollo de capacidades complementarias.

 

Figura 1. Localización del Municipio de Santiago el Pinar.
Fuente: elaboración propia con base en imágenes del Mapa Digital de México (INEGI, 2009)

 

En Santiago el Pinar se sitúan localidades con índices de marginación entre los más altos de México (CONAPO, 2005; PNUD, 2005) y es por lo tanto altamente prioritario emprender acciones de investigación y gestión dirigidas a planear el desarrollo municipal y social. Este municipio representa además, por su reducida extensión territorial (casi 1700 hectáreas), una oportunidad para diseñar y evaluar a priori modelos participativos de investigación sobre ordenamiento territorial con alcance municipal y comunitario.

Con base en los referentes expuestos, se planteó el objetivo general de realizar, con participación de representantes de los habitantes, autoridades del municipio de Santiago el Pinar y equipo de investigadores involucrados en el proyecto, un Ordenamiento Ecológico Territorial, susceptible de asumir por dichos actores como instrumento de apoyo para la gestión del territorio municipal.


Materiales y métodos

El diseño de la investigación comprende tres grandes ámbitos: el proceso de diseño y fomento del trabajo participativo con autoridades y habitantes locales; la representación espacial de aspectos territoriales; los procedimientos para registrar y validar información de campo.

Trabajo participativo. Con base en el propósito de generar un ordenamiento territorial de utilidad para las autoridades del Ayuntamiento[3], la relación de trabajo inició estableciendo una cita con el presidente municipal para proponer la realización del estudio. Derivado de dicha reunión, se acordó presentar al pleno del cabildo municipal los objetivos y productos de la investigación, mismos que fueron aprobados.

Se estableció además que el mecanismo de participación más apropiado sería a través de la red de agentes municipales, integrada por un titular y un suplente. Los agentes municipales, quienes son responsables de realizar todas las gestiones públicas de las localidades reconocidas por el cabildo, son elegidos por asamblea en cada localidad, con duración de un año.

Con respecto a los miembros del cabildo, los secretarios municipales, titular y suplente, fueron participantes clave por dos razones: fungieron como traductores sistemáticamente, ya que la mayoría de los agentes municipales no tienen amplio dominio del idioma español, siendo su lengua principal el tsotsil; además fueron un enlace permanente con el presidente municipal, comunicándole sobre los avances y acuerdos tomados con el grupo de trabajo de base.

El presidente y síndico municipal, así como 6 regidores, se incorporaron al trabajo en sesiones de manera eventual, pero determinante, a través de sesiones plenarias, analizando y evaluando los avances desarrollados con el grupo de base. De este modo, se estableció un grupo total compuesto por 36 personas.

Dinámica de trabajo en los grupos. Se establecieron tres ámbitos de trabajo:

Plenarias de validación de información con presencia del cabildo, el grupo de agentes municipales y el equipo de investigadores.

Talleres con participación de todos los agentes municipales y el equipo de investigadores, orientados a generar e integrar, información de alcance local y municipal.

Talleres micro-regionales, establecidos con base en la división territorial establecida de manera no oficial por las autoridades del cabildo y las 13 localidades. En este nivel se trabajó con todos los agentes municipales, titulares y suplentes que conforman cada una de tres microrregiones poniendo énfasis en la ubicación espacial de los tipos de uso de la tierra en cada localidad.

Se realizó un total de 10 talleres, con duración de las sesiones entre 3 y 4 horas. Al final de cada evento se organizó una comida, con el fin dar un término socialmente integrador y reconocimiento personal y grupal. En cada comida los participantes designaron una familia anfitriona, encargada de elaborar los alimentos aportados por el equipo investigador. En atención a la labor de los anfitriones, toda la familia se integraba a la comida.


Representación espacial de aspectos paisajísticos y agroecológicos

La disponibilidad de cartografía por parte del cabildo al momento de iniciar con la investigación era sumamente limitada e imprecisa. En cuanto a los agentes municipales, se observó falta de contacto con materiales cartográficos, de manera que prácticamente no existían antecedentes de visualización del paisaje con perspectiva vertical aérea.

Con fundamento en lo anterior, el primer trabajo se dirigió a generar experiencia y se elaboró una imagen de base; misma que se extrajo a través del software Google Earth versión libre, siendo geo-referenciada e impresa en formato de 60 x 90 cm. Dicha imagen permitió situar con precisión cada uno de los asentamientos humanos de las 13 localidades así como, de manera general, las características y distribución de los principales tipos de uso de la tierra.

Sin embargo, a pesar de su resolución muy alta, la imagen referida no permitió llevar a cabo procesamientos y análisis subsecuentes debido a la carencia de datos muy importantes, tales como la fecha precisa de la escena correspondiente.

Zonificación del paisaje. Se realizó a través de dos grandes componentes, el primero las imágenes de base y el segundo los criterios y procedimientos de zonificación.

Imágenes de base: se empleó la imagen de satélite extraída de Google Earth y se preparó adicionalmente una representación topográfica con curvas de nivel cada 30 metros, elaborada a partir de modelos digitales de elevación disponibles en el sitio web del Instituto de Estadística Geografía e Información de México (INEGI). Ambas imágenes se imprimieron en formato de 60 X 90 cm y se utilizaron como material visual sobre el cual se trazaron las zonas (figura 2).

 

trzando zonas2.JPG

 

zonificación agroecológica participativa.JPG

Figura 2. Definición participativa de zonas agroecológicas.

 

Criterios y procedimientos de zonificación: esta etapa se basó en el conocimiento de los participantes, sobre todo de los agentes municipales de cada localidad, sobre el paisaje y sus diferentes tipos de uso, con base a los siguientes criterios: rangos municipales de temperatura y de humedad, vegetación natural, uso actual y uso potencial.

Los rangos de temperatura municipal se construyeron determinado cualitativamente los extremos de la escala y posteriormente las categorías intermedias, de acuerdo con la perspectiva de los participantes; a partir de estos se establecieron las categorías de frío, templado, semicálido y cálido; en la humedad se fijaron tres clases: húmeda, subhúmeda y semiseca (cuadro 1).

En un primer momento, en taller general de trabajo, los agentes registraron las zonas del paisaje agropecuario y forestal. De manera natural, se organizaron en tres subgrupos correspondientes a cada micro-región, preestablecida por ellos y así fueron trazando las zonas correspondientes, mismas que al final fueron retroalimentadas y validadas por todos los participantes.

En un segundo momento, se entregó una impresión del mapa municipal a cada agente, con el fin de realizar posteriores talleres en cada sede micro-regional y afinar en estas los límites espaciales de cada tipo de uso (figura 3).

 

Zonificación microregional.jpg

 

Construcción mapa de usos de la tierra.JPG

Figura 3. Definición de tipos de uso de la tierra en cada zona y localidad.

 

Las restricciones de procesamiento a través de un SIG propias de la imagen obtenida con Google Earth, condujeron a emplear otro recurso. Se descargó del sitio de la USGS-U.S. una escena landsat ETM+, con fecha 22 de febrero de 2007; la cual se utilizó para realizar una clasificación supervisada experta mediante el programa ERDAS IMAGINE.

Es importante destacar que la fecha de dicha escena es particularmente favorable, dado que los cultivos de maíz se encuentran apenas en inicio de cosecha, lo cual permite diferenciarlos claramente de otros tipos de uso. Sin embargo, la resolución de las imágenes no permitió distinguir, durante el proceso de clasificación, los cultivos de frutales con respecto a los terrenos con cafetales; así como el cultivo de frijol de las superficies bajo pastoreo. La geo-referenciación de todas las imágenes derivadas se ajusta a los metadatos propios de la imagen LANDSAT.

Antes de realizar la clasificación, se incrementó la resolución espacial. Las bandas empleadas fueron las número 1, 2 y 3, unidas en una imagen de color verdadero. La resolución fue ampliada de 30 a 15 m por pixel a través de la banda pancromática, mediante el método de componentes principales y la técnica de re-muestreo por circunvolución cúbica - cubic convolution -.

Clasificación supervisada. Se trabajó sobre una imagen en color verdadero debido a que permitió reconocer mejor diferencias cromáticas entre tipos de uso, incluyendo las áreas de poblamiento, durante el marcado de firmas espectrales. Se empleó la regla paramétrica de decisión por verisimilitud máxima - maximum likelihood -. La imagen obtenida se presentó en formato impreso a los participantes, quienes sugirieron algunas mejoras (figura 4), las cuales se atendieron por el equipo investigador y posteriormente fueron validadas en sesión plenaria.

Una vez definidos por el grupo de participantes los grandes tipos de uso, se realizó un perfil productivo a partir de un inventario de tierras bajo uso agrícola y rendimientos genéricos a escala municipal; así como de existencias pecuarias a escala local y municipal. Se comparó las superficies de los diferentes tipos de uso resultantes de la clasificación supervisada con las estimaciones de los participantes con las áreas resultantes de las clases definidas y proyectadas a través del SIG.

 

Evaluación clasificación supervisada.jpg

Figura 4. Evaluación participativa de la cartografía de tipos de uso de la tierra.

 

Procedimientos para registrar y validar la información de campo

Registro y análisis de datos. El nivel de aproximación en la observación de variables, así como el detalle cartográfico contemplado para los aspectos espaciales considerados, se estableció con base en una perspectiva de planeación territorial general, es decir, dirigida a identificar grandes problemas y prioridades de ordenamiento ecológico a escala municipal; lo anterior incluye la integración de perspectivas generales a escala local y familiar. De ese modo, no se aborda una descripción minuciosa de los sistemas de uso de la tierra.

No obstante, el esbozo descriptivo de los tipos de uso, el registro de problemas, organizados en tablas, y de referentes productivos básicos para el aprovechamiento agrícola, permite reconocer con relativo detalle, rasgos tecnológicos y sociales. Los problemas identificados se reportan en los términos enunciados por los participantes, es decir, se plasma su experiencia, con las restricciones propias del proceso de traducción bidireccional tsotsil-español entre investigadores y participantes, así como otros factores con implicaciones interculturales.

Con excepción de los datos sobre superficie y uso de la tierra, derivados de la clasificación supervisada realizada con el SIG, todos los datos cuantitativos son estimaciones de los participantes,  integradas en cuadros de información y validadas siempre a escala grupal.

Lo anterior parte de la premisa de que la experiencia y conocimiento de los habitantes locales, representados por los agentes municipales y autoridades del cabildo tiene la objetividad y precisión suficiente para identificar perfiles de ordenamiento territorial, así como grandes problemas asociados.

La escala a la que se manifiestan las diferentes actividades de uso de la tierra y la compleja imbricación que estas manifiestan condujo a omitir criterios de área mínima cartografiable, en vías de aportar más evidencias visuales sobre dicha condición espacial.

Ordenamiento Territorial. Sobre el mapa de usos del suelo y con datos sobre productividad agrícola y existencias pecuarias, se analizaron los principales problemas asociados con cada tipo de uso, visualizando cualitativamente escenarios previsibles y necesidades derivadas. Los criterios para el análisis se basaron en evaluar si determinado tipo de uso ha tenido incremento positivo o negativo, estableciéndose las causas más importantes.

Finalmente, se mencionaron de manera enunciativa los grandes programas o proyectos indispensables para favorecer el desarrollo local y municipal con perspectiva de ordenamiento territorial.

Las circunstancias productivas y de tenencia de la tierra, las imágenes digitales disponibles y las escalas a las que se intercalan diferentes tipos de uso, particularmente en el ámbito agropecuario y forestal, no permitieron precisar muchos detalles deseables en la representación espacial de un ordenamiento territorial. Lo anterior condujo a que, sobre los estratos espaciales de los usos actuales y zonas agroecológicas preestablecidas se formularan las propuestas de uso y manejo con enfoque de ordenamiento territorial.


Resultados y discusión

Antecedentes

Según la información aportada por los participantes, el uso de la tierra y configuración del paisaje municipal iniciaron aceleradas transformaciones alrededor de los años de 1970. Hacia 1976 se introdujo el cultivo del café y desde entonces los cafetales han mantenido un crecimiento paulatino.

Durante el periodo de 1981-82 se abren importantes superficies para la actividad ganadera, en gran medida como respuesta a la promoción oficial de proyectos productivos de alcance regional; esto condujo al desmonte de considerables superficies forestadas.

El auge ganadero comenzó a declinar alrededor de 1987 hasta situarse en un nivel de relativa estabilidad e incluso actualmente se han restablecido con vegetación arbórea algunas áreas sometidas anteriormente a pastoreo.

El poblamiento humano comenzó a ser particularmente evidente durante el periodo 1980-82, con lo cual ha crecido la producción y consumo de maíz; así como la demanda y extracción de leña, remarcándose estos procesos a partir de 1999, cuando Santiago el Pinar es decretado municipio.

De acuerdo con estimaciones de autoridades y representantes comunitarios locales, el municipio tiene hacia finales de 2009 alrededor de 4230 habitantes, de manera que su densidad poblacional es aproximadamente de 249 habitantes por km2, cifra que (más allá de la imprecisión de los datos registrados a través de talleres participativos) evidencia condiciones de muy alta densidad, sobre todo si se parte de que es un área rural muy marginada.


Ubicación de las colonias de Santiago el Pinar

Destaca en la figura 5 que la mayoría de las comunidades se encuentran a distancias relativamente cercanas; sin embargo tres de ellas: El Relicario, Chiquinchén y sobre todo San Antonio, enfrentan condiciones de aislamiento, situación que se complica durante los periodos de lluvia, cuando las terracerías de acceso se tornan intransitables por vehículo.

Las localidades anteriores integran la microrregión “El Relicario”; mientras que las localidades de Ninamhó, El Carmen, Pusilhó, Santiago el Pinar, Nachón y Boquem conforman la micro-región “Cabecera Municipal” y, finalmente; la micro-región “Choyó”, se integra por Kalhom, Pechultón, Choyó y Xchuch.

En una primera aproximación a la configuración del paisaje, la figura 5 permite reconocer algunas porciones con vegetación poco deteriorada (tonalidades obscuras). Se distinguen cultivos de plantación, principalmente café con reducidas áreas ocupadas por frutales (tonos verdes, ligeramente menos obscuros que la vegetación natural). Las tonalidades más claras y con matiz pardo comprenden predominantemente terrenos cultivados con maíz.

Finalmente, los tonos verde claro corresponden a potreros y cultivos de frijol, en proporciones similares (no es posible con los recursos de sensores remotos empleados diferenciar visualmente sitios de pastoreo de cultivos de frijol); mientras que, los colores más claros, cercanos al blanco consisten básicamente en casas y vías terrestres.

 

cartapinar1.tif

Figura 5. El municipio de Santiago el Pinar y sus localidades.

 

Zonificación Agroecológica del territorio municipal

En la figura 6, se presentan las zonas agroecológicas definidas por los habitantes locales. Al contrastar la zonificación realizada por los campesinos con la naturaleza del relieve considerando rangos altitudinales y orientación de la pendiente (figura 7) se observan correspondencias importantes.

 

trazado zonas3D pinar.emf

Figura 6. Zonas agroecológicas del municipio de Santiago el Pinar.
Fuente: imagen elaborada por los autores con base en un modelo digital de elevación (INEGI) y escena LANDSAT ETM+ del USGS-U.S.

 

altitudes elpinar.tif

Figura 7. Altitud y relieve del municipio de Santiago el Pinar.

 

La zona El Carmen se sitúa con notable precisión en el rango de 1540-1800 m, con orientación hacia el NW-W. La zona San Antonio se ubica en los límites de 1040-1200 con orientación NW. La zona El Relicario, está en el intervalo de 1560- 1100 m y se orienta hacia el NE. La Zona Cabecera se ubica entre los 1560-1800 con una orientación compleja aunque predominantemente en dirección NE – E. Finalmente la zona Ninamhó se localiza principalmente entre los 1800 y 2060 m, con orientación claramente definida hacia el NE (es la única zona que presenta un ligero traslape altitudinal y de orientación, en su porción E, con la zona Cabecera).

Las características agroecológicas generales respectivas, registradas sobre los procedimientos de investigación participativa se presentan en el cuadro 1. Se acude en el cuadro a la expresión de potrero, en términos genéricos, destacando la intención de alimentar ganado bovino y equino bajo sistemas de pastoreo intensivo en donde se amarra a los animales en terrenos con gramíneas forrajeras o malezas que crecen en terrenos agrícolas bajo descanso.

 

Cuadro 1.
Características de las zonas de Santiago el Pinar según criterios locales

Aspecto/Zona

Ninamhó

El Carmen

San Antonio

El Relicario

Cabecera

Temperatura

Fría

Templada

Cálida

Semicálida

Templada-fría

Humedad

Húmeda

Húmeda

Semiseca

subhúmedo

húmeda

Vegetación

Pino , ciprés

Chalúm, ciprés, roble

Roble, pino, tarro, chalúm

Pino, roble, chalúm

Pino ciprés, chalúm

Uso actual

Milpa, frijol, potrero

Café, frutales (durazno, manzana, pera, aguacate), floricultura, potreros

Café , frutales (naranja, mandarina papaya, guayaba), potreros

Principal zona cafetalera, milpa, plátano, tomate, chile, potreros

Milpa, frijol, café, flores (gladiolas y rosas) tomate, potrero

Uso potencial

Potreros, floricultura

Fruticultura, floricultura

Cafeticultura, fruticultura, floricultura

Cafeticultura, potreros, floricultura

Floricultura, potreros

 

El maíz se cultiva comunmente asociado con frijol y/o calabaza, configurando complejos sistemas de cultivo, denominados bajo el vocablo nahuatl “milpa”. La producción de flores comprende gladiolas y rosas. Las zonas de bosque natural representan una pequeña proporción de la superficie municipal, se sitúan en sitios distantes a las localidades o de difícil acceso y son áreas de reserva para extraer leña con intensidad baja. Algunas especies nativas, como el chalúm (Inga sp.) son importantes como reguladoras de sombra en los cafetales y fuente para leña.

Los datos climáticos de los reportes oficiales, presentados a escala 1:250000, son muy generales e inexactos. Según dicha información (INEGI, 2009), el municipio comprende tres unidades: templado subhúmedo en una estrecha franja situada al sur, semicálido subhúmedo en la mayor parte y cálido subhúmedo en una pequeña porción del extremo norte[4]. Estas restricciones de información dificultan la evaluación pormenorizada de la estratificación agroclimática de los campesinos locales; en todo caso, esta contrasta en precisión con los registros oficiales actuales.

Desde una perspectiva ecológica y socioeconómica es posible postular dos grandes zonas: la primera, integrada por “El Relicario” y “San Antonio”, comprende áreas con altitud menor, con vías terrestres de transporte muy inapropiadas y terrenos bajo propiedad privada[5]; la segunda zona se integra por “El Carmen”, “Ninamhó” y “Cabecera Municipal”, con mayor altitud, mejores vías de comunicación, cercanas a la cabecera municipal y situadas dentro del ejido[6].


Cartografía del uso de la tierra

En la figura 8 se observan los usos del suelo considerando cultivos, potreros, bosque y asentamientos humanos. En la categoría potreros / frijolares la agrupación fue inevitable, ya que no es posible sobre la imagen diferenciar color entre ambos. Situación similar ocurre con la categoría de cafetal / frutales, que comprende tanto cafetales como plantaciones de diversos árboles frutales. La extensión espacial de las plantaciones con frutales es muy reducida (figura 8) y es posible además encontrar dichas plantaciones en complejos arreglos topológicos con imbricaciones dentro del cultivo principal, es decir el café. La presencia de cafetales por encima de la cota de 1700 msnm es poco común y sobre los 1800 msnm es prácticamente nula.

 

usostierrapinar.tif

Figura 8. Principales usos de la tierra en Santiago el Pinar.

 

Distribución, importancia y problemas asociados con los principales tipos de uso de la tierra a escala local y municipal

La información correspondiente a la superficie bajo uso agrícola del suelo fue registrada paralelamente a los datos aportados por el SIG a través de entrevistas y talleres participativos, tal como se muestra en el cuadro 2.

 

Cuadro 2.
Importancia de uso agrícola de la tierra en Santiago el Pinar considerando: colonia, número de habitantes,
tipo de cultivo y superficie correspondiente (ha)

Colonia

N° de personas

Milpa

Frijol

Café

Frutales

Flores

Hortalizas

Total Colonia

%

Cabecera

1100

15

15

50

0

0

0

80

7

Choyó

480

50

50

60

6

0

0

166

14.6

Ninamhó

400

60

20

70

0

0

0

150

13.2

Nachón

400

4

3

10

2

0

0

19

1.7

Boquém

350

50

20

50

5

0

0

125

11

Xchuch

280

20

20

25

3

0

0

68

6

Pechultón

260

40

20

60

20

0

0

140

12.3

El Carmen

260

23

5

30

3

0

0

61

5.4

Kal-om

230

20

20

50

2

3

5

100

8.8

Pusilhó

200

20

20

30

6

0.2

0

76.2

6.7

El Relicario

120

8

8

10

2

1

0.5

29.5

2.6

San Antonio

100

15

15

20

10

0.2

0

60.2

5.3

Chiquinchén

50

17

17

25

2

0

0

61

5.4

Superficie total -cultivo

 

342

233

490

61

4.4

5.5

 

 

% del total agrícola estimado

 

30.1

20.5

43.1

5.4

0.4

0.5

 

 

TOTALES

4230

 

 

 

 

 

 

1135.9

100

 

Se registraron aspectos coincidentes y diferencias entre las estimaciones de superficie para cada tipo de uso a escala municipal entre las clases del SIG y la información de los talleres, aún cuando las clases no son del todo coincidentes, según se observa en el cuadro 3.

 

Cuadro 3.
Comparación a escala municipal entre la superficie bajo diferentes usos agropecuarios de la tierra,
estimados mediante el SIG y los talleres participativos.

Cultivo

Milpa

Potrero

Frijol

Café

Frutales

Flores

Hortalizas

Superficie total de cada cultivo

Talleres

342

200

233

490

61

4.4

5.5

SIG

504

462

569

ND

ND

 

Destaca la similitud en los registros para las superficies de la clase potrero / frijolares con la suma de ambas estimaciones derivadas de los talleres; del mismo modo ocurre con el café y las plantaciones de frutales.

En la producción de maíz (milpa) es evidente la diferencia. Dentro de los factores que intervienen en esta son previsiblemente importantes: las imprecisiones de las imágenes LANDSAT, con resolución de 15 m, en contraste con las dimensiones reducidas de muchas parcelas con maíz; la fecha de la imagen, dos años anteriores a las estimaciones de los participantes; el dinamismo espacial de muchas de estas parcelas, la cuales interactúan estrechamente en sistemas de rotación con los potreros; no obstante, debe considerarse la retroalimentación y validación participativa final de los registros generados a través del SIG.

Asociando los valores de la figura 8, con los datos de la tabla 3 se identifica el perfil productivo y económico; mismo que se describe brevemente a continuación.

Café. Es el cultivo con mayor superficie ocupada y su destino principal es la venta; se cultivan variedades de la especie arábiga, principalmente café borbón y caturra además de algunas plantas, escasas y dispersas, de maragogipe. No se fertiliza y la aplicación de productos para controlar la broca y roya del café son escasas o nulas. El periodo de corte es desde noviembre hasta marzo, el producto se comercializa frecuentemente despulpado y seco. La productividad estimada es de 1ton/ha de café cereza, que se traduce en aproximadamente 0.5 ton/ha de café pergamino seco[7].

Maíz[8]. Ocupa el segundo lugar por superficie, se destina casi totalmente a consumo, se cultivan variedades adaptadas localmente y practican dos ciclos: junio-octubre y noviembre-marzo, su producción es con instrumentos manuales, sin fertilización, bajo procedimientos tradicionales; aunque en ciertos casos, en las parcelas más accesibles y entre campesinos con mayores recursos se aplican herbicidas. Se reporta productividad promedio de 0.9 ton/ha.

Frijol. Posteriormente se ubica la clase potreros / frijolares dentro de la cual, de acuerdo con las estimaciones hechas por los habitantes locales, la superficie destinada para alimentación animal es alrededor de 200 ha, lo cual se traduce en alrededor de 262 ha cultivadas con frijol. Los registros de superficie con frijol corresponden a las siembras en monocultivo, a lo cual debe agregarse la producción que se obtiene en asociación con maíz, difícil de contabilizar. La tecnología productiva es similar al caso del maíz, con escasa o nula fertilización y mediante instrumentos manuales de labranza. Se reporta productividad promedio de 0.6 ton/ha

Potreros. Comprenden principalmente parcelas en descanso, generalmente de maíz o frijol, con ubicación espacial variable, comúnmente adyacentes a plantaciones con café o frutales, que son aprovechados para la alimentación animal a campo abierto. Los animales, tanto bovinos como equinos, se amarran con lazos de 5m de diámetro y reubican tres veces al día; así, no son en realidad de terrenos bajo descanso. El periodo de rotación entre cultivos y sitios de pastoreo suele ser de uno o dos años. Existen casos, aislados, de pastizales establecidos, en donde se delimita con postes y alambre de púas para evitar el ingreso de animales a cultivos adyacentes; la mayoría de estos pastizales se ubica en la zona de propiedad privada, al norte del municipio.

Bosque. Los terrenos con bosque nativo poco deteriorado ocupan una superficie relativamente reducida y se concentran en sitios distantes o inaccesibles. Destacan como vegetación dominante especies de encinos (Querqus sp) y pinos (Pinus sp).

Asentamientos humanos. Representa menos del 1% de la superficie pero tiene una importancia crítica, considerando que se trata de un municipio económicamente muy pobre y con densidad poblacional muy elevada, de manera que procesos descontrolados de crecimiento poblacional y urbanización pueden comprometer severamente la estabilidad, ya precaria, de muchas familias. Durante las sesiones de talleres se registró que colonias como San Antonio y Chiquinchén, muchas familias no disponen de reservas patrimoniales de terrenos para dotar a sus descendientes de espacio para establecer sus viviendas.

El cuadro 4 muestra el perfil pecuario municipal y local. Se reconoce la importancia generalizada de las gallinas; otra especie son los cerdos, presentes en casi todas las localidades.

 

Cuadro 4.
Existencias de especies pecuarias en las localidades de Santiago el Pinar (septiembre / 2009)

Colonia

gallinas

pavos

patos

cerdos

ovinos

bovinos

caballos / mulas

Cabecera

200

200

100

100

0

150

100

Choyó

250

50

50

100

0

80

120

Pechultón

400

100

0

200

0

120

100

Ninamhó

200

100

0

50

0

200

100

Kal-om

200

50

0

50

0

200

150

Boquém

150

100

10

50

0

150

50

El Carmen

185

50

0

50

0

150

50

El Relicario

500

50

0

0

0

40

8

San Antonio

250

100

50

10

5

200

50

Xchuch

200

20

0

50

0

20

20

Pusilhó

180

20

0

60

0

50

20

Chiquinchén

200

20

20

2

30

3

5

Nachón

350

100

70

80

0

100

100

TOTALES

3265

  960

300

 802

35

 1463

 873

 

Existen propietarios de ganado bovino en las 13 localidades; no obstante a escala familiar su impacto es muy limitado, restringiéndose a pocas familias que disponen de suficiente superficie con pastizal u otras áreas agrícolas susceptibles de asignar a la alimentación de bovinos o equinos. La presencia de equinos ocurre en todas las localidades; en contraste, se observa aprovechamiento poco menos que nulo de patos en el caso de aves y de ovinos en rumiantes.

Los habitantes locales reportan niveles de productividad sumamente bajos para todos los cultivos y en pastizales es deficiente también. Así los forrajes disponibles de las aproximadamente 547 ha permiten suponer que bajo las actuales circunstancias es sumamente difícil, en términos generales, incrementar las existencias de bovinos y equinos.

Así, la economía municipal tiene un perfil definido y característico de muchas comunidades campesinas e indígenas de Chiapas y América Central, integrado por un cultivo orientado a obtener ingresos, es decir el café, y cultivos alimenticios con base en la dupla maíz frijol. Se procura criar aves como parte de la estrategia alimenticia familiar (cuadros 4 y 5), en tanto que la cría de cerdos representa un recurso complementario destinado a consumo, sobre todo en fechas festivas o eventualmente se vende para obtener ingresos, a manera de ahorro, situación similar a la que orienta la producción de ganado bovino en muchas de las familias que lo practican.

 

Cuadro 5.
Importancia relativa de las especies en función del número de habitantes de cada colonia

Colonia

N° de habitantes

Gallinas/ habitante

Pavos / habitante

Patos / habitante

Cerdos / habitante

Bovinos / habitante

Equinos / habitante

Cabecera

1100

0.2

0.2

0.1

0.1

0.1

0.1

Choyó

480

0.5

0.1

0.1

0.2

0.2

0.3

Ninamhó

400

0.5

0.3

0.0

0.1

0.5

0.3

Nachón

400

0.9

0.3

0.2

0.2

0.3

0.3

Boquém

350

0.4

0.3

0.0

0.1

0.4

0.1

Xchuch

280

0.7

0.1

0.0

0.2

0.1

0.1

Pechultón

260

1.5

0.4

0.0

0.8

0.5

0.4

El Carmen

260

0.7

0.2

0.0

0.2

0.6

0.2

Kal-om

230

0.9

0.2

0.0

0.2

0.9

0.7

Pusilhó

200

0.9

0.1

0.0

0.3

0.3

0.1

El Relicario

120

4.2

0.4

0.0

0.0

0.3

0.1

San Antonio

100

2.5

1.0

0.5

0.1

2.0

0.5

Chiquinchén

50

4.0

0.4

0.4

0.0

0.1

0.1

Municipio[9]

4230

0.8

0.2

0.1

0.2

0.3

0.2

 

En el cuadro anterior se marcan con negritas los tres valores más altos en la relación entre cada especie y el número de habitantes en las colonias correspondientes, de este modo es posible reconocer una marcada tendencia, en el caso de las gallinas, a presentar los valores más altos en las colonias pequeñas, situación comprensible considerando que ello puede asociarse con la importancia de obtener alimentos sin desembolso económico, en un escenario local de menor disponibilidad de alternativas para obtener ingresos en efectivo; en todo caso destaca la importancia de las aves de traspatio en hogares de todas las colonias.

Destacan también los equinos, presentes en todas las colonias, lo cual se explica por su importancia como animal de transporte en un ambiente dependiente totalmente de leña como combustible para la preparación de alimentos y con la existencia de parcelas en sitios inaccesibles para vehículos, asociado con la escasez de dinero para pagar el desplazamiento de productos agrícolas desde los terrenos agrícolas hasta los puntos de consumo o venta.

En la producción de bovinos, se observa un valor atípico en la colonia San Antonio; lo anterior se explica porque la colonia comprende predios de propiedad privada, que comprenden ranchos de personas externas al municipio que practican la ganadería bovina bajo pastoreo extensivo.


Principales problemas y sus causas en torno a las especies agrícolas aprovechadas

En 6 de las 13 colonias del municipio, se realizaron entrevistas a integrantes de familias, quienes al momento de la visita estuvieron presentes y accedieron a brindar información. Los resultados correspondientes se presentan de manera integrada en el cuadro 6.

 

Cuadro 6.
Principales problemas en el uso de la tierra en Santiago el Pinar

Actividad

Principales problemas

Causas

Maíz

Bajo rendimiento

Manejo inapropiado y agotamiento del suelo, falta de fertilización por escasez de dinero.

Daño al cultivo por factores climáticos

Insuficiencia o exceso de humedad (esto último en el periodo de lluvias torrenciales, sobre todo durante octubre-noviembre), ocurrencia de vientos intensos.

Abundancia de poblaciones de arvenses

Falta de recursos para control mecánico y químico.

Daño a las plantas por plagas y animales

Presencia de diversas plagas, ingreso de animales a los cultivos, falta de recursos para adquirir pesticidas.

Frijol

Disponibilidad de agua para el cultivo

Insuficiencia y / o exceso de humedad en el suelo.

Daño a las plantas (destrucción, caída de flor)

Presencia de plagas, ingreso de animales a los cultivos, vientos intensos.

Bajo rendimiento

Agotamiento del suelo, falta de agroquímicos y recursos para comprarlos.

Café

Daño por enfermedades, plagas y factores climáticos.

Roya (Hemileia vastatrix) y broca (Hypothenemus hampei. Ferrari), lluvia y viento.

Escasa rentabilidad

Bajo precio pagado al productor.

Bajo rendimiento

Falta de tiempo y recursos para labores de mantenimiento, falta de renovación de cafetales, baja calidad de semilla.

Forrajes

Lento desarrollo

Factores climáticos (temperaturas extremas muy variables) y fertilidad del suelo

Daño por plagas

Salivazo

Escasez de forraje

Espacio insuficiente para producción, falta de sistemas de riego.

Frutales

Daño por plagas

Chinche (mango) caída de flor (durazno), daño de frutos (presencia de gusanos en aguacate), falta de recursos para establecer medidas de control.

Daños por factores no identificados

Naranja (frutos picados y podridos, caída de flor).

Otros cultivos

Daño por factores climáticos

Caída de la flor (chayote), muerte de plantas por frio o cambio drástico de clima (tomate, gladiolas)

Bajo rendimiento

Manejo inapropiado y agotamiento del suelo, escasa o nula fertilización por escasez de dinero.

Daño por plagas

Falta de recursos para adquirir pesticidas.

 

Propuesta de ordenamiento ecológico territorial básico

Con base en el conjunto de evidencias registradas a través de los talleres participativos y de la interpretación de imágenes con apoyo en el SIG, en el cuadro 7 se postula un modelo básico de ordenamiento ecológico territorial, mismo que se retroalimenta con los mapas sobre las zonas agroecológicas municipales y los principales tipos de uso de la tierra; además de los datos obtenidos en cada colonia y registrados en las tablas presentadas previamente.

En el modelo se vierten perspectivas y demandas externadas por los participantes, así como aportaciones del equipo de investigadores.

 

Cuadro 7.
Modelo básico de ordenamiento territorial, considerando las zonas agroecológicas y usos actuales más importantes

Zona-Uso

Milpa

Potrero

Bosque

Café y frutales

Horticultura y Floricultura

Asentamientos humanos

Ninamhó

Importante en la producción de maíz. Apropiada para promover el fortalecimiento de los sistemas de milpa como estrategia de seguridad alimentaria diversificada a escala local y municipal.

Alto potencial por sus condiciones climáticas y topográficas para introducir ganado ovino para producción de lana y bovino para carne a escala familiar y local. Es conveniente fortalecer el manejo agrosilvopastoril prevaleciente.

Zona deforestada. Impulsar programas de reforestación con grupos de productores con superficie y condiciones de tenencia favorables

No hay potencial para cultivar café, pero tiene cualidades para introducir frutales de clima templado.

Potencial para introducción de hortalizas de clima templado con mercado local establecido, como el caso de la papa. Zona con potencial para la introducción de flores.

Presenta zonas con pendiente relativamente baja y con fácil acceso, cercanas a vías de comunicación importantes y centros de población importantes, lo cual le confiere potencial para el desarrollo de proyectos de crecimiento urbano desde corto plazo.

Cabecera

En ciertas áreas es importante en la producción de maíz. Apropiada para fortalecer los sistemas de milpa como estrategia de seguridad alimentaria diversificada a escala local y municipal.

En ciertas áreas, puede tener potencial por sus condiciones climáticas y topográficas para introducir ganado ovino para lana y bovino para carne a escala familiar y local. Es conveniente fortalecer el manejo agrosilvopastoril prevaleciente.

Zona deforestada con pequeños manchones de bosque. Es conveniente impulsar programas de uso cuidadoso y reforestación con grupos de productores con superficie y condiciones de tenencia favorables.

En su porción norte se concentra proporción importante de los cultivo de café Muchos terrenos con café y frutales se sitúan cerca e incluso dentro de los predios habitados, en complejos sistemas agropecuarios de pequeña y muy pequeña escala; mismos que deben fortalecerse sobre principios biointensivos. El escaso o nulo empleo de agroquímicos facilita fomentar la producción orgánica.

Por su accesibilidad es apropiado para el establecimiento de sistemas hortícolas y florícolas con alcance familiar, local y regional.

Presenta zonas con pendiente relativamente baja y con fácil acceso, cercanas a vías de comunicación importantes y centros de población importantes, lo cual le confiere potencial para el desarrollo de proyectos de crecimiento urbano desde corto plazo.

El Carmen

Relativamente poca importancia en la producción de maíz a escala regional y municipal. Sin abandonarlo, es conveniente incentivar otros tipos de uso.

No se recomienda fomentar la introducción de ganado. En todo caso es conveniente orientar a las personas que actualmente lo hacen hacia sistemas agrosilvopastoriles equilibrados.

Presenta una de las reservas forestales más importantes, lo cual es un potencial para promover pago por servicios ambientales, proyectos ecoturísticos y alternativas de uso basadas en la protección y aprovechamiento de recursos naturales.

Zona con notable potencial para el impulso a la fruticultura

En otras zonas hay mejores condiciones de infraestructura para impulsar la floricultura; no obstante representa una alternativa potencial.

Las condiciones topográficas accidentadas y riqueza de vegetación sugieren no incentivar el establecimiento de asentamientos humanos en esta zona.

El Relicario

Relativamente poca importancia en la producción de maíz a escala regional y municipal. Sin abandonarlo, es conveniente incentivar otros tipos de uso.

La mayoría de las existencias de bovinos en la zona no corresponden a los habitantes de las localidades, al interior de las cuales la ganadería es irrelevante. Es conveniente orientar el desarrollo agropecuario con base en otras alternativas de uso.

Zona cafetalera con pequeños manchones de bosque. Es conveniente impulsar programas de uso cuidadoso y reforestación. En el caso de los cafetales es importante fomentar la producción tradicional biodiversificada como estrategia de manejo forestal.

Región cafetalera; sin embargo las condiciones socioeconómicas no favorecen su aprovechamiento. El escaso o nulo empleo de agroquímicos facilita fomentar la producción orgánica

Manifiesta una floricultura incipiente que es conveniente promover.

Las condiciones topográficas accidentadas, lejanía y dificultad de acceso; así como su potencial para la cafeticultura y fruticultura, sugieren buscar alternativas para atender el aislamiento relativo de los habitantes en esta zona. En todo caso deben atenderse las carencias de los habitantes actuales.

San Antonio

Relativamente poca importancia en la producción de maíz a escala regional y municipal. Sin abandonarlo, es conveniente incentivar otros tipos de uso.

La mayoría de los bovinos existentes no son de los habitantes de las localidades, en donde la ganadería es irrelevante. Es conveniente orientar el desarrollo agropecuario hacia otras alternativas.

Comprende una de las reservas importantes de recursos forestales, aún cuando estos no forman parte de los habitantes locales; en todo caso, es importante promover programas de uso cuidadoso de bosque y reforestación.

Región cafetalera importante; sin embargo las condiciones socioeconómicas no favorecen su aprovechamiento. El escaso o nulo empleo de agroquímicos facilita fomentar la producción orgánica

Manifiesta una horticultura y floricultura incipiente que es conveniente promover.

Las topografía accidentada, lejanía y dificultad de acceso; así como su potencial cafetícola y frutícola, sugieren desincentivar la urbanización. En todo caso deben atenderse las carencias de los habitantes actuales.

 

Comentarios finales

Los habitantes y autoridades locales han definido una micro-regionalización; sin embargo no fue posible evaluar su aplicabilidad para el ordenamiento debido a que atiende esencialmente a la vecindad entre los asentamientos humanos. En particular, los linderos de cada localidad, en las diferentes micro-regiones, son difíciles de precisar y en ciertos casos discontinuos; además, es difícil asignar una base de recursos para cada micro-región debido a que ello ocurre a nivel de familias, mismas que pueden disponer de parcelas en diferentes áreas, de modo que ocurre una compleja discontinuidad espacial con alcance inter-zonal.

Las variables y escalas empleadas para caracterizar las zonas agroecológicas son cualitativas; no obstante, desde una perspectiva de estudio del paisaje con propósitos de planeación, evidencian una precisión significativamente mayor que los datos oficiales disponibles, elaborados a escalas de 1:250,000. Además, representan información que puede servir para emprender estudios técnicos acerca del alcance de tales criterios y escalas.

Los principios determinantes que acompañan al ordenamiento territorial son:

Las evidencias de la investigación conducen a inferir un crecimiento poblacional acelerado y es necesario hacer prospecciones sobre las tendencias demográficas y la demanda de espacios y servicios urbanos a corto, mediano y largo plazo. Esta problemática debe atenderse prioritariamente en las localidades de las zonas San Antonio y El Relicario, en donde la escasez de tierras conduce a considerar que puedan comprometerse en periodos de tiempo cortos, en el lapso de una generación, terrenos dedicados actualmente al uso agropecuario. Lo anterior significa que es imperativo planificar desde muy corto plazo, con mucha objetividad y precisión el desarrollo económico y social municipal.

Desde una perspectiva de desarrollo a escala local, incluso en municipios pequeños, el ordenamiento ecológico territorial debe emprenderse, participativamente, a escalas que reflejen el contexto específico de las unidades familiares de subsistencia y producción, para ello es conveniente considerar, si se pretende emplear sensores remotos, imágenes con resolución mayor que 5m por pixel.


ANEXO

Cuadro 8.
Grado de marginación de las localidades registradas en el municipio de Santiago el Pinar hasta 2005[10], según datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2005)

Localidad

Población total

% Población de 15 años o más analfabeta

% Población de 15 años o más sin primaria completa

% Viviendas sin drenaje ni excusado

% Viviendas sin energía eléctrica

% Viviendas sin agua entubada en el ámbito de la vivienda

% Viviendas con algún nivel de hacinamiento

% Viviendas con piso de tierra

% Viviendas sin refrigerador

Grado de marginación

Santiago el Pinar

744

 45.61    

 53.08    

 5.76    

 0.00    

 2.88    

 71.22    

 32.37    

 92.09    

Alto

Boquem

240

 55.24    

 58.10    

 2.50    

 5.00    

 5.00    

 82.50    

 46.15    

 100.00    

Muy alto

Chiquinchen

47

 70.00    

 93.33    

 100.00    

 0.00    

 100.00    

 46.67    

 100.00    

 100.00    

Muy alto

Choyo

429

 64.56    

 71.36    

 57.97    

 0.00    

 100.00    

 94.20    

 98.55    

 100.00    

Muy alto

Nachón

209

 75.00    

 76.25    

 19.35    

 0.00    

 0.00    

 74.19    

 6.45    

 100.00    

Muy alto

Nínamhó

333

 58.82    

 71.85    

 2.27    

 2.27    

 29.55    

 88.64    

 36.36    

 100.00    

Muy alto

Pechultón

288

 61.29    

 68.55    

 2.70    

 13.51    

 64.86    

 94.59    

 100.00    

 100.00    

Muy alto

Pusilho

235

 60.91    

 62.62    

 25.58    

 6.98    

 11.63    

 74.42    

 30.23    

 100.00    

Muy alto

San Antonio

60

 81.82    

 90.91    

 100.00    

 92.31    

 92.31    

 53.85    

 92.31    

 100.00    

Muy alto

El Relicario

115

 73.77    

 83.61    

 100.00    

 0.00    

 100.00    

 60.00    

 100.00    

 100.00    

Muy alto

Xchuch

154

 61.04    

 63.16    

 84.62    

 0.00    

 96.15    

 92.31    

 100.00    

 100.00    

Muy alto

 

Notas

[1] Es decir, menos de $8.50 USD diarios, considerando la cotización del salario mínimo mexicano y la paridad del peso con respecto al dólar americano el 10 de enero de 2010.

[2] Una referencia acerca de la naturaleza del ejido mexicano y sus problemas, sobre un estudio regional, puede consultarse en Juárez et al. 2006.

[3] Se presenta una descripción histórica, administrativa y legal del municipio mexicano en: Instituto de Investigaciones Legislativas del Senado de la República. El municipio mexicano. Senado de la República - LVIII Legislatura. Estados Unidos Mexicanos [en línea]. Actualización no registrada. [Fecha de consulta: 19 de diciembre de 2009]. Disponible en: http://www.senado.gob.mx/iilsen/content/lineas/docs/varios/Municipio_Mexicano.pdf

[4] Esta información puede visualizarse en el sitio del INEGI, en: http://galileo.inegi.org.mx/website/mexico/

[5] Los linderos del ejido de Santiago el Pinar coinciden con el límite sur de la zona “El Relicario”.

[6] Las familias de ejidatarios cuentan con una dotación original de tierras y, bajo tenencia ejidal, pueden gozar de diversos programas de oficiales de apoyo a la producción.

[7] Se define como café cereza el fruto cosechado al que no se le ha retirado la pulpa y café pergamino seco al que ha sido despulpado y secado al sol, siendo esta última la forma principal como se transforma y comercializa por los cafeticultores locales.

[8] Entendido, según fue ya señalado, como cultivo principal en sistemas de cultivo que pueden comprender policultivos con frijol, calabaza y eventualmente otras especies de ciclo anual.

[9] Valor calculado a escala global, es decir, relacionando el total de existencias de cada especie sobre el total de habitantes del municipio.

[10] Según se observa en el cuadro 9, se registran 11 localidades, a diferencia de las 13 identificadas en la presente investigación. Esta situación guarda relación con las iniciativas de los habitantes locales que se sitúan en pequeños asentamientos humanos relativamente separados de otros (por intervalos de distancia que pueden no ser mayores que apenas centenas de metros) de ser reconocidos como agencia municipal cuando no gozan de tal condición. Lo anterior se traduce en beneficios presupuestales y administrativos específicos a través de los programas oficiales a cargo del Ayuntamiento y otros órganos del gobierno federal. De este modo, entre 2005 y 2009 se incorporaron las localidades de Kalhom y El Carmen.

 

Bibliografía

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© Copyright Leopoldo Medina Sanson, Carlos Tejeda Cruz, Darío Güiris Andrade y Hernán Mandujano Camacho, 2012. 
© Copyright Scripta Nova, 2012.

 

Edición electrónica del texto realizada por Jenniffer Thiers.

 

Ficha bibliográfica:

MEDINA SANSON, Leopoldo; Carlos TEJEDA CRUZ; Darío GÜIRIS ANDRADE y Hernán MANDUJANO CAMACHO. Ordenamiento ecológico territorial participativo del municipio de Santiago el Pinar, Chiapas. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 10 de diciembre de 2012, vol. XVI, nº 422. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-422.htm>. [ISSN: 1138-9788].

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