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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XVIII, núm. 491, 10 de octubre de 2014
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

EMIGRACIÓN DE RETORNO Y CRISIS EN ESPAÑA

Aurora García Ballesteros
Universidad Complutense de Madrid
agarciab@ghis.ucm.es

Beatriz Cristina Jiménez Blasco
Universidad Complutense de Madrid
bcjimene@ghis.ucm.es

María Milagros Mayoral Peñas
Universidad Complutense de Madrid
mayoralp@cps.ucm.es

Recibido: 18 de septiembre de 2013. Devuelto para correcciones: 20 de mayo de 2014. Aceptado: 3 de septiembre de 2014.

Emigración de retorno y crisis en España (Resumen)

La evolución reciente del retorno de inmigrantes desde España es consecuencia una realidad compleja en la que intervienen factores muy diversos. La actual crisis económica de este país ha supuesto unas elevadas tasas de desempleo, aún mayores entre los inmigrantes que entre la población autóctona. El estudio se realiza a través de datos demográficos del INE, especialmente La Estadística de Variaciones Residenciales. Se complementa con información proporcionada en una serie de entrevistas realizadas a personas que van a retornar a sus países o a familiares de retornados. En dichas entrevistas se pone de manifiesto la importancia de problemas de índole familiar en la toma de decisión de regresar al lugar de origen, si bien el telón de fondo del paro y de las escasas expectativas de negocio en España se aprecia perfectamente en el aumento de los retornos de inmigrantes a sus países.

Palabras clave: retorno migratorio, bajas residenciales, tasas de desempleo de inmigrantes, crisis económica.

Return Migration and Crisis in Spain (Abstract)

We have studied in this paper the recent evolution of the immigrant’s reverse flows from Spain to countries of origin, as consequence of the high rates of unemployment in this country. Demographic Information of the INE, specially The Statistics of Residential Variation has been used for this study. Also immigrants next to return or families of immigrants that have already return have been interviewed. The interviews revealed the importance of the familiar problems as reason to return to the native land. Although few economic expectations in Spain also are the reason of the increase of migratory return.

Key words: migratory return, statistics of residential variation, immigrant’s unemployment rates, economic crisis.


El tema del retorno migratorio ha cobrado actualmente relevancia en España y en otros muchos países no sólo entre los estudiosos de los problemas demográficos sino también entre los profesionales de medios de comunicación. La actual situación de crisis económica que castiga a muchos inmigrantes, merma considerablemente sus posibilidades de empleo y, como consecuencia, su capacidad de mandar dinero a las familias en los países de origen; llegando incluso a ser difícil mantenerse en España ellos mismos, en especial si agotan el cobro de todo tipo de prestaciones sociales. En esta situación la posibilidad del retorno voluntario puede considerarse como una solución o, al menos, como un mal menor. La salida de España no siempre implica, al menos en un primer momento, la vuelta a sus lugares de procedencia, también puede ser hacia terceros países donde los emigrantes creen que pueden continuar sus proyectos de mejora de vida.

En los procesos de retorno migratorio se entremezclan muchos factores, algunos puramente individuales, que se prestan poco a las generalizaciones, y otros muy ligados al cambio en la situación económica, social y política de los países de origen en paralelo con el empeoramiento de las condiciones de vida en las sociedades receptoras.

En este trabajo se analiza la actual emigración voluntaria de retorno desde España  tratando de precisar, como primer paso, el volumen de los retornados por países de origen, algunas de sus características demográficas y sociales y, sobre todo, las principales razones que les llevan a realizar un viaje de vuelta, tras una estancia más o menos prolongada en nuestro país.


Metodología y fuentes

La metodología aplicada en este trabajo combina un análisis estadístico de los flujos migratorios de retorno con un análisis cualitativo, basado en entrevistas personales. Las fuentes utilizadas en este trabajo son:


El fenómeno del retorno en los movimientos migratorios

Son diversas las interpretaciones que, desde un punto de vista teórico, se han dado al retorno voluntario de inmigrantes y además varían de acuerdo al tipo de emigración y la época en que se han ido sucediendo las principales oleadas de migrantes internacionales[2].

Las migraciones de retorno y su impacto social y espacial están atrayendo cada vez más atención de los científicos sociales, aunque menos que los movimientos migratorios convencionales. Sin duda, el inferior volumen de los retornos en comparación con estos últimos, y las dificultades para  elaborar un marco teórico por el indudable peso que tienen las motivaciones individuales en su explicación, han contribuido a la menor cantidad de estudios específicos. A ello se une la dificultad de realizar una cuantificación del volumen de los retornos por falta de estadísticas precisas sobre los mismos e incluso aproximadas hasta fecha muy reciente. La imprecisión de la figura del residente ausente en los padrones municipales, está en la base de estas dificultades, solo en parte solventadas por las estadísticas de variaciones residenciales y el padrón continúo utilizados en este estudio.

En el caso de España, como señalan Egea y otros[3], se han realizado diversos estudios, primero sobre emigración, después sobre inmigración, pero sin apenas considerar los retornos y menos aún la emigración de retorno voluntaria, o remigración como la denominan algunos autores citados en la bibliografía. En este caso, lo reciente de su desencadenamiento puede servir, en parte, de justificación, así como las dificultades para responder a las preguntas básicas de la mayor parte de los estudios geodemográficos: ¿Cuántos retornan? ¿A dónde retornan? ¿Quiénes retornan y por qué retornan? ¿Por qué en condiciones socioeconómicas similares unas personas deciden retornar y otras no? De momento, la  literatura existente construye, casi en exclusiva, la figura del emigrante retornado como equivalente al inmigrante fracasado, al “pobre inmigrante” que no ha podido soportar las consecuencias de la actual crisis económica, lo que, aparentemente, parece una simplificación de las complejas circunstancias que llevan a tomar tan importante decisión y que merecen un mayor número de estudios para precisarlas.

Aunque podemos considerar con King[4] que “la migración de retorno es el capítulo más grande no escrito en la historia de la migración”, el “capítulo no escrito”[5] hay que tener en cuenta que la idea del retorno como componente esencial de los movimientos migratorios ya está presente en las leyes de Ravenstein[6], pues afirma que “cada corriente migratoria tiene una corriente compensadora”.

Los posteriores intentos de construcción teórica y de aplicación empírica se basan sobre todo en los efectos en los lugares a los que se retorna o en la decisión del emigrante de retornar en ausencia de crisis económica en los países de acogida, salvo en algunas referencias en estudios hechos en México a la crisis de Estados Unidos en 1929 y la Gran Depresión de los años treinta[7].

En general, hasta mediados del siglo XX las teorías de la migración se basan  en los principios de la economía política: racionalismo, individualismo y liberalismo. Es decir se sustentan en la idea del hombre como un ser libre que escoge la alternativa que más le conviene. Predominan, por tanto, en el caso de las migraciones las motivaciones individuales para emigrar y retornar tras hacer un balance en términos de costos y beneficios entre su situación en el lugar de partida y en el de acogida. Son los modelos genéricamente denominados push and pull.

Teorías como las del ciclo de vida que sumariamente afirma que los hogares migrantes escogen el tiempo de permanencia en el exterior en términos de beneficios y costes, incluyendo los salarios, en suma de optimización de recursos[8] pueden ser aplicables en la actual situación de crisis, aunque su autor la aplicó a retornos desde Alemania a países como Turquía, Italia, Grecia y España, antes de la crisis. No han faltado autores que a este enunciado general añadan otros matices, como la decisión del inmigrante de retornar solo cuando tiene los ahorros suficientes para invertir en un negocio[9].

Las numerosas formulaciones teóricas de la llamada Nueva Economía de la Migración tratan de explicar tanto la emigración como el retorno en términos de la imperfección de los mercados[10], teniendo en algunos casos en cuenta que, de forma general, el emigrante prefiere vivir en su propio país pero se ve impulsado a emigrar pos los bajos salarios que existen en el mismo y solo decide retornar cuando ha acumulado el  capital que considera necesario para satisfacer sus aspiraciones[11], proceso que podemos considerar que puede truncar la crisis, por lo que el número de retornados desilusionados, según la categoría que establecen por ejemplo Herzog y Schlottmann[12] no hace más que aumentar.

La crítica al carácter ahistórico e individualista de estos modelos ha estado presente en numerosos autores que consideran que no tienen en cuenta los factores económicos estructurales del mercado mundial capitalista y que en el caso de nuestro estudio es evidente que están muy presentes. Así las posteriores teorías de la interdependencia incluyen en sus análisis a las migraciones como producto de los desequilibrios económicos mundiales y de la dependencia de parte de la población de los países más pobres de las condiciones que establecen los más ricos. En este contexto podríamos considerar que la crisis que afecta a los países ricos o en nuestro caso a España impulsa los retornos pues como señalaba Pierre George[13] las características de la fuerza de trabajo inmigrada son determinadas por el nivel de desarrollo y la estructura del mercado de trabajo de la nación receptora. A lo que podemos añadir, de acuerdo con las formulaciones teóricas de Portes y Bach[14], que dado que los flujos migratorios forman parte del sistema económico y tienden a satisfacer las necesidades de mano de obra del capital, la crisis económica hace que este les pueda considerar prescindibles.

Por otra parte, los diversos enunciados teóricos tropiezan con dificultades tales como la imposibilidad de conocer cuántos emigrantes consideraban, al iniciar su partida, que su desplazamiento quería ser temporal o definitivo. Imprecisa y, a veces contradictoria, es la relación entre las migraciones y las oscilaciones de los mercados de trabajo tanto en los países de partida como en los de acogida, ya que las motivaciones individuales parecen en muchos casos primar sobre las generales, lo que dificulta la construcción de muestras empíricas representativas[15], de casos de estudio relevantes.  A todo ello hay que añadir que la mayor parte de las elaboraciones teóricas se construyen más, como se ha señalado, desde la perspectiva del impacto de los retornos en los lugares de origen de los inmigrantes que en los lugares de acogida y más desde la consideración del retorno como el fin de un proyecto migratorio que como una etapa truncada del mismo por factores procedentes de la situación económica del lugar de acogida.

Entre las tipificaciones de los migrantes que retornan señalemos, a modo de ejemplo, la del sociólogo italiano Cerase[16], que la realizó, como ha sido frecuente, teniendo en cuenta la relación con su integración sociolaboral en el lugar de acogida, en función tanto de su éxito profesional como de la movilidad social conseguida en comparación con su situación de partida. Así diferencia entre los retornados fracasados; los  conservadores, que tras permanecer varios años y tener éxito han decidido ahorrar para retornar exitosos; los jubilados y los innovadores (que quieren volver para aplicar los conocimientos adquiridos en su lugar de acogida). Como señala Núñez[17] esta tipología ha sido muy discutida y muchos autores consideran que solo retornan los que no han experimentado una movilidad social muy alta, pues éstos se integran al máximo en el país receptor, y los fracasados que temen el rechazo o el autorechazo en su lugar de origen, por lo que optan incluso por la marginalidad en el país de acogida.

Algunos autores ahondan en las repercusiones familiares de la situación económica como motor del retorno migratorio. Así, en su estudio del retorno rumano Silvia Marcu e Israel Gómez Nieto[18] señalan que el deseo de retorno migratorio es “un estado de espíritu influido por la situación actual que atraviesa la sociedad en su conjunto… Como estado de espíritu se define por el grado de descontento dominante vinculado a los efectos de la migración sobre la propia familia.

Por otra parte, diversos estudios empíricos han señalado que los emigrantes no siempre deciden emprender el regreso al país de origen  como colofón de su proceso migratorio. Unas veces porque, aunque el retorno se desea, no se dan las condiciones para el mismo y otras porque la integración en el país de acogida es tal que se prefiere no volver al lugar de origen, en especial si hay hijos ya escolarizados en etapas medias o superiores, pues tanto ellos como sus hijos se sentirían extraños, como extranjeros en su propia tierra.

 En principio, el retorno indica que el proceso migratorio no era definitivo, hecho que a veces puede ser paradójico cuando la emigración se produce desde países pobres a ricos y el emigrante ha logrado establecerse e incluso triunfar en el país de acogida. No obstante, la idea de regreso al lugar de origen es algo habitual en los procesos migratorios internacionales, pues son muchas las cosas que se añoran del país de nacimiento, incluyendo claro está los familiares y amigos que quedaron allí. Sin embargo, la vuelta al país de origen tiene relación con lo que le sucede al inmigrante durante su estancia en el país de recepción y con los cambios habidos en éste y en el de origen.

En cuanto a las tipificaciones de los retornos, una de las más utilizadas es la propuesta por Jorge Durand[19]que identifica cinco tipos de retorno migratorio:

En el momento actual, y dadas las características de la reciente inmigración internacional en España[20] se podría añadir un tipo de retorno más, que afecta, sobre todo a las mujeres, y que se puede relacionar con “la crisis en el sistema de cuidados que se había establecido en el momento de la emigración”[21]. Es decir, cuando la mujer es la que emigra deja a su familia a cargo de marido y/o padres, si fallan los cuidadores de los hijos, ella ha de volver, y más si considera que en el país de acogida no se dan las condiciones para la reagrupación familiar o los hijos se resisten a ella. También, cuando los padres se hacen mayores y dependientes, decide en muchas ocasiones regresar para asumir su atención, sino hay otros posibles cuidadores. Ciertamente, muchas mujeres han realizado procesos de reagrupamiento familiar en el país de acogida reduciendo el número de casos de este tipo, pero con la crisis económica muchos familiares, sobre todo los hombres, retornan al encontrarse sin trabajo y la mujer vuelve a estar sola y las situaciones de desorden familiar aumentan, provocando que algunas mujeres decidan volver a sus lugares de origen.

A  pesar de las diversas formulaciones teóricas existentes podemos considerar con Castillo[22] que la comprensión teórica de las migraciones de retorno es aún deficiente, ya que hasta el momento no se ha formulado ninguna teoría capaz de dar cuenta del hecho migratorio en su totalidad y en su complejidad. Como señalan diversos autores de momento solo contamos con teorías aisladas y a veces contradictorias sobre aspectos parciales[23].


Magnitud y principales destinos de la emigración de retorno

La población extranjera en España a 1 de enero de  2012, según el INE, es de 5.736.258 personas, 15.229 menos que las que había en 2011, pero con respecto a la cifra que había en España en el año 2000 (923.879) se ha multiplicado por más de seis. Dicho aumento se debe principalmente a la inmigración, si bien también hay que contar un número importante de jubilados de países de Europa Occidental que en los últimos años se han afincado en España y un número significativo de profesionales y sus familias que procedentes de “países ricos” tienen su destino laboral en España y que no creemos que se puedan tipificar como inmigrantes en el sentido más habitual de este concepto.

Consideramos inmigrante, desde el punto de vista social, a todo aquél que ha venido de países más desfavorecidos económicamente, incluyendo aquí los de la llamada Europa del Este, aunque algunos de sus estados pertenezcan hoy en día a la Unión Europea. Así, según los datos del INE, se puede decir que de los más de 5.700.000 extranjeros, más de 4.100.000 son inmigrantes propiamente dichos, es decir, personas que han llegado a España para trabajar y asegurarse un futuro mejor. Esto no quiere decir que todos los inmigrantes hayan venido a España por razones económicas, pues las causas familiares, sociales, culturales, idiomáticas, políticas, etc. también son importantes. No obstante, el trasfondo de todas ellas es ganarse en la vida en un país que se supone brinda más oportunidades para ello que el propio país de origen. Y es a éstos a los que afecta la crisis y la decisión de retornar.

Según la Estadística de Variaciones Residenciales del INE, en el año 2011,  el 5,5 por ciento de los extranjeros empadronados en España se dieron de baja con destino fuera de nuestras fronteras. En el cuadro nº1  puede verse la evolución reciente del número de bajas residenciales de extranjeros con destino fuera de nuestras fronteras.

 

Cuadro 1.
Evolución reciente del nº de bajas residenciales de
extranjeros con destino al extranjero

Años

Total

2005

48.721

2008

232.007

2009

288.269

2010

336.676

2011

317.699

2012*

416.126

* Cifra provisional según el INE
Fuente: Elaboración propia.  Estadística de variaciones residenciales. INE.

 

El aumento de las bajas es notable, en seis años (2005-2011) se ha multiplicado por 6,5. No obstante, siempre ha existido una cierta corriente de retorno como muestra el dato de 2005, año bastante previo a la crisis y de fuerte recepción de inmigrantes en España. En concreto, en dicho año se dieron de alta residencial 682.711 extranjeros en nuestro país, 266.429 más que en 2011, último año para el que hay datos definitivos. Precisamente la escasa cuantía de los retornos hasta fecha muy reciente ha hecho que no hayan despertado el interés de los investigadores y que se les atribuyera a motivaciones individuales más que a causas generales.

Hay que tener en cuenta que no todos los inmigrantes que abandonan España se dan de baja en el padrón, por lo que las cifras deben ser tomadas con cautela, pues el volumen de retornos será posiblemente mayor que el reflejado por esta fuente estadística,

En el cuadro nº 2 se detallan los grandes grupos de nacionalidades de los extranjeros que se han dado de baja en 2011. Los colectivos más numerosos son los correspondientes a los oriundos de América y de la Unión Europea.

 

Cuadro 2.
Bajas residenciales con destino al extranjero por nacionalidad (2011)

Total

370.540

Españoles

52.841

Total extranjeros

317.699

De la Unión Euroea

105.481

Del resto de Europa

12.721

De África

55.726

De América

116.958

De Asia

26.400

De Oceanía

371

Fuente: Elaboración propia. Estadística de variaciones residenciales. INE.

 

Si atendemos a la estructura de las bajas residenciales por Comunidades Autónomas observamos que, lógicamente, las comunidades con mayor número de bajas residenciales de extranjeros son  las que tienen mayor número de éstos. Pero sorprende que también sea así en términos relativos, como se observa en cuadro 3.

 

Cuadro  3.
Bajas de extranjeros por comunidades autónomas (2011)

 

Bajas de extranjeros

Nº de extranjeros

Nacidos en el extanjero

% bajas sobre nº extranjeros

% bajas sobre nº nacidos

España

317.699

5.751.487

6.677.839

5,52

5

Andalucía

27.600

730.155

835.750

3,78

3,3

Aragón

5.146

171.193

182.697

3,01

2,82

Asturias

2.030

50.399

76.388

4,03

2,66

Baleares

11.835

242.812

270.825

4,87

4,37

Canarias

7.604

307.009

392.624

2,48

1,94

Cantabria

1.875

38.994

50.768

4,81

3,69

Castilla y León

6.272

172.816

206.494

3,63

3,04

Castilla-la Mancha

8.973

232.735

245.274

3,86

3,66

Cataluña

91.396

1.185.852

1.322.566

7,71

6,91

Com. Valenciana

38.029

880.782

963.051

4,32

3,95

Extremadura

1.282

41.719

49.858

3,07

2,57

Galicia

4.994

110.468

219.804

4,52

2,27

Madrid

82.738

1.067.585

1.271.240

7,75

6,51

Murcia

10.752

240.863

249.589

4,46

4,31

Navarra

3.533

71.600

89.820

4,93

3,93

País Vasco

11.290

145.256

175.039

7,77

6,45

Rioja, La

1.999

46.288

48.905

4,32

4,09

Ceuta

57

4.928

9.182

1,16

0,62

Melilla

294

10.033

17.965

2,93

1,64

Fuente: Elaboración propia. Estadística de variaciones residenciales. INE.

 

Si cruzamos las variables de nacionalidad y comunidad autónoma de procedencia de los extranjeros que causaron baja residencial en 2011, se observa que en todas las Comunidades hubo más bajas hacia países americanos y de la Unión Europea, con diferencia sobre el resto de conjuntos de países, salvo en Ceuta y Melilla, en las que la mayor parte de las bajas se dirigen a África, debido a la contigüidad geográfica. Hay más Comunidades Autónomas con predominio de retorno a América, pero también existen algunas Comunidades con mayores porcentajes de extranjeros que deciden marcharse a países de la Unión Europea como es el caso de Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón o Extremadura, posiblemente tratando de explorar su mercado laboral antes de tomar la decisión de retornar a sus países de origen.

 

Cuadro  4.
Bajas de extranjeros por nacionalidades y comunidad autónoma de procedencia (%) 2011

 

De la Unión Europea

Del resto de Europa

Africanas

Americanas

Asiáticas

Oceánicas

España

33,20

4,00

17,54

36,81

8,31

0,12

Andalucía

16,21

6,40

35,34

37,62

4,25

0,15

Aragón

42,27

2,08

26,78

24,87

3,98

0,02

Asturias

27,68

1,97

13,60

52,86

3,84

0,05

Baleares

36,81

3,22

12,66

42,35

4,75

0,21

Canarias

33,82

2,77

15,20

42,28

5,81

0,07

Cantabria

20,53

10,29

10,99

53,39

4,75

0,05

Castilla y León

35,84

2,12

15,55

40,67

5,60

0,10

Castilla la Mancha

36,15

2,98

21,24

36,11

3,44

0,08

Cataluña

23,84

4,69

19,32

35,69

16,36

0,10

Com. Valenciana

39,90

6,35

17,82

30,53

5,17

0,22

Extremadura

50,78

2,57

16,38

27,07

3,20

0,00

Galicia

26,59

2,06

9,25

58,75

3,10

0,20

Madrid

46,63

2,42

7,28

37,85

5,71

0,09

Murcia

29,59

2,63

29,03

36,93

1,80

0,02

Navarra

27,99

2,97

26,86

39,26

2,83

0,08

País Vasco

27,89

2,60

23,74

38,24

7,38

0,14

Rioja, La

29,41

5,00

20,26

34,27

10,96

0,10

Ceuta

3,51

0,00

87,72

7,02

1,75

0,00

Melilla

12,59

0,34

80,61

4,76

1,70

0,00

Fuente: Elaboración propia. Estadística de variaciones residenciales. INE.

 

Los mayores porcentajes corresponden a los extranjeros con nacionalidades americanas y de la Unión Europea, sin que las fuentes existentes permitan precisar por países. Tres comunidades del norte peninsular -Galicia, Cantabria y Principado de Asturias-, con una elevada proporción de inmigrantes de nacionalidades americanas, concentran los porcentajes más altos de bajas de extranjeros entre todas las comunidades españolas. Si bien, como se trata de regiones con relativamente pocos inmigrantes, los valores absolutos de retornados desde ellas, son inferiores a los de otras comunidades autónomas con mayor número de inmigrantes.

 

Cuadro  5.
Bajas de extranjeros por comunidad autónoma y continente de destino (%) 2011

 

UE

 Resto de Europa

África

América

Asia

Oceanía

España

40,73

4,02

10,90

40,26

3,95

0,15

Andalucía

41,19

4,34

18,95

32,45

2,85

0,22

Aragón

46,97

1,93

12,59

31,62

6,71

0,18

Asturias

37,85

1,79

8,57

50,40

1,39

0,00

Baleares

44,76

3,29

6,57

42,57

2,50

0,31

Canarias

41,79

2,34

7,08

45,64

3,16

0,00

Cantabria

36,30

6,85

3,08

52,05

1,71

0,00

Castilla y León

43,82

1,85

9,87

39,35

4,90

0,21

Castilla la Mancha

46,08

2,39

12,8

37,41

1,32

0,00

Cataluña

36,44

5,11

11,66

39,05

7,60

0,14

Com. Valenciana

57,50

5,20

9,20

26,19

1,73

0,18

Extremadura

58,33

0,25

11,03

27,70

2,70

0,00

Galicia

36,42

3,51

5,76

53,06

0,99

0,27

Madrid

32,80

3,87

5,64

54,26

3,29

0,14

Murcia

21,37

2,68

21,31

53,90

0,68

0,06

Navarra

32,32

3,05

14,00

46,86

3,77

0,00

País Vasco

40,37

3,40

10,97

40,68

4,38

0,21

Rioja, La

53,85

3,63

11,11

27,14

4,27

0,00

Ceuta

10,53

0,00

84,21

5,26

0,00

0,00

Melilla

73,68

0,00

26,32

0,00

0,00

0,00

Fuente: Elaboración propia. Estadística de variaciones residenciales. INE.

 

Para relacionar el número de bajas residenciales de extranjeros de las Comunidades Autónomas con alguna de las variables socioeconómicas de las mismas hemos calculado los coeficientes de correlación lineal de Pearson entre dicha variable y el PIB y la tasa de paro de cada comunidad. Los datos de estas dos últimas variables los incluimos en el cuadro nº 6.

Los coeficientes de correlación hallados entre el PIB y la tasa de paro indican un grado de asociación inverso y alto (-0,78), aunque no demasiado elevado pues no supera el valor de -0,85, si bien estos umbrales son siempre discutibles y subjetivos. Sin embargo, el porcentaje de bajas residenciales, calculadas sobre el número de nacidos en el extranjero residentes en cada comunidad, se correlaciona con las otras dos variables con una intensidad media, es decir, que no existe una asociación clara entre el número de bajas residenciales y las variables productivas consideradas. Así, la proporción de bajas residenciales arroja un valor de correlación con la tasa de paro de (-0,45), nada relevante y sorprendentemente negativo, es decir, a más paro menor retorno, desechando la idea de que estas variables están asociadas. Lo mismo puede decirse con la relación entre retorno y PIB, que proporciona un coeficiente también de intensidad media (0,68) pero positiva. Es decir, paradójicamente, aquellas comunidades con mayor PIB tendrían más retorno, aunque siempre constatando que la relación es débil.

Ante la inconsistencia de una clara asociación entre PIB, paro y retorno, habría que indagar más en otras variables que realmente puedan influir en las cifras de las bajas residenciales de extranjeros de cada una de las comunidades autónomas españolas.

 

Cuadro 6.
Indicadores económicos de las comunidades autónomas  2011

 

Valor PIB

Índice España= 100

Tasa de paro

España

23.271

100

22,85

Andalucía

17.587

75,20

31,23

Aragón

25.920

111,80

16,84

Asturias

21.976

93,00

18,90

Baleares

24.585

105,70

25,20

Canarias

19.806

86,20

30,93

Cantabria

22.981

98,40

15,93

Castilla y León

23.146

97,50

17,16

Castilla -la Mancha

18.568

78,70

24,45

Cataluña

27.430

118,10

20,50

C. Valenciana

20.583

88,0

25,45

Extremadura

16.149

68,40

28,59

Galicia

21.112

90,20

18,30

Madrid

29.731

129,50

18,51

Murcia, R.

19.144

82,10

27,77

Navarra

30.068

128,60

13,82

País Vasco

31.288

134,70

12,61

Rioja, La

26.129

111,70

18,70

Ceuta

20.045

86,50

29,16

Melilla

18.454

78,40

28,13

Fuente: Elaboración propia. EPA del INE y Eurostat.

 

Para tratar de precisar los retornos por países de origen se ha recurrido a las cifras de empadronados en España, facilitadas por el INE, de los originarios de los países con más inmigrantes en 2008 y su evolución tomando como dato el correspondiente al año 2012 (cuadro7), para ver qué colectivos han disminuido su presencia en España. No se han incluido los países del llamado mundo desarrollado, por entender que estos colectivos no son de inmigrantes, entendiendo el término desde el punto de vista social, sino de extranjeros que viven en España por variadas razones.

 

Cuadro 7.
Población por país de nacimiento residente en España entre 2008-2012

Países*

2008

2012

Diferencias

%

Bulgaria

150.742

168.124

17.382

11,53

Rumanía

706.164

833.764

127.600

18,06

Rusia

53.474

68.567

15.093

28,22

Ucrania

78.579

86.718

8.139

10,35

Argelia

55.726

62.836

7.110

12,75

Marruecos

683.102

779.481

96.379

14,10

Senegal

45.371

61.751

16.380

36,10

Cuba

92.583

120.296

27.713

29,935

R. Dominicana

114.707

149.390

34.863

30,23

Argentina

290.281

280.286

-9.995

-3,44

Bolivia

240.912

193.600

-47.312

-19,63

Brasil

142.149

132.585

-9.564

-6,72

Chile

66.874

64.844

-2030

-3,03

Colombia

330.419

375.463

45.044

13,63

Ecuador

458.437

471.640

13.203

2,88

Paraguay

68.885

90.371

21.846

31,70

Perú

162.425

198.619

36.194

22,28

Uruguay

87.345

83.522

-3.823

-4,37

Venezuela

144.593

162.063

17.470

12,0

China

126.979

168.320

41.341

32,56

Pakistán

47.715

78.694

30.979

64,92

*Países con más de 45.000 inmigrantes en España
Fuente: Elaboración propia. Padrón continúo de habitantes. INE.

 

Si consideramos los inmigrantes por país de nacimiento, incluyendo los nacionalizados y los no nacionalizados, observamos que los países que han disminuido su presencia en España desde el año 2008 hasta el 2012 son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Uruguay.

En cuanto a los países de destino, el cuadro nº 8 nos muestra que los países que reciben mayor número de extranjeros procedentes de España son Rumanía, Ecuador, Marruecos y Colombia. Que son, como es lógico, los países con mayor número de nacionales en nuestro país, pero que a pesar de sus cifras de retorno, su presencia no ha disminuido en España en términos absolutos, posiblemente porque han continuado los reagrupamientos familiares, las más tardías nacionalizaciones o la posibilidad de movilidad que les otorga su pertenencia a la UE.

 

Cuadro 8.
Bajas residenciales de extranjeros con destino al extranjero por países de destino (2011)

Países de destino

Nacidos residentes en España

Bajas residenciales

%

Hombres

Mujeres

Bulgaria

163.669

975

0,60

553

422

Rumanía

806.716

5.010

0,62

2.825

2.185

Rusia

52.037

214

0,41

78

136

Ucrania

81.003

526

0,65

300

226

Argelia

54.949

354

0,64

273

81

Marruecos

648.458

3.139

0,48

2.368

771

Senegal

58.810

172

0,29

147

25

Cuba

56.920

251

0,44

100

151

R. Dominicana

88.508

346

0,39

173

173

Argentina

175.534

1.554

0,89

799

755

Bolivia

192.671

1.883

0,98

1.109

774

Brasil

111.535

1.524

1,37

732

792

Colombia

272.856

2.077

0,76

1.243

834

Ecuador

347.360

3.238

0,93

1.906

1.332

Paraguay

86.514

873

1,01

408

465

Perú

133.609

1.028

0,77

607

421

Venezuela

64.647

559

0,86

271

288

China

142.639

657

0,46

365

292

Pakistán

67.355

284

0,42

212

72

Fuente: Elaboración propia. Estadística de variaciones residenciales. INE.

 

El mayor número de bajas residenciales se produce entre los connacionales con mayor presencia en España: rumanos, marroquíes, ecuatorianos y oriundos de otros países latinoamericanos. Los factores de atracción son en cada caso distintos.

Los países que en términos relativos están teniendo más retorno son Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador y Argentina. En el caso de Brasil y Argentina parece que la reciente emergencia económica de estos países, especialmente de Brasil, pueda explicar este mayor número de retornos.

El caso boliviano es más complejo. Por un lado, el colectivo boliviano fue el que más tarde se unió a la inmigración a España en relación con otros países andinos, como Ecuador, Perú o Colombia[24]. Su más tardía irrupción en nuestro país puede explicar una menor integración social, económica, y sobre todo laboral, ya que llegaron cuando las oportunidades de trabajo comenzaban a ser menores y peores en los inicios de la crisis económica, especialmente por el parón en el sector de la construcción. Otra causa puede ser que la recuperación de Argentina o Brasil, países tradicionalmente receptores de inmigrantes bolivianos, haya animado a éstos a volver a sus destinos preferidos de emigración. Finalmente, una política gubernamental de propaganda para el retorno de los compatriotas e incentivos unidos a dicha vuelta (Ayudas al “Retorno Voluntario”) puede constituir también una de las causas del relativamente fuerte retorno boliviano.

Los incentivos al retorno también pueden estar en la base del aparente mayor número de bajas residenciales de Paraguay y, sobre todo, de Ecuador, país en el que desde su propio gobierno se está fomentando el regreso de sus compatriotas, considerándose que la emigración es una pérdida de capital humano que empobrece al país. En el caso de Paraguay también puede contribuir la mejora económica de Brasil y Argentina, destinos más tradicionales y comunes de sus emigrantes.

Hasta el momento hemos ofrecido los datos definitivos del Instituto Nacional de Estadística, pero dicho organismo ha publicado recientemente los datos provisionales correspondientes a 2012, que prevén un descenso de 117.918 extranjeros residentes en España (un 2,3 por ciento menos) pasando de 5.236.030, a 1 de enero de 2012,a 5.118.112, a 1 de enero de 2013. Los colectivos nacionales con mayor descenso porcentual son, siempre provisionalmente, Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina, Perú y Colombia. Todos ellos países latinoamericanos y con descensos relativos superiores al 5,4 por ciento. Sin embargo también registran descensos, aunque de menor proporción, rumanos (3,2%), chinos (2,7%), búlgaros (2,5%) y marroquíes (1,9%).

Una precisión, a modo de ejemplo, de este análisis nos la puede proporcionar los datos de dos encuestas realizadas en la Comunidad de Madrid, segunda Comunidad en número de inmigrantes y la primera porcentualmente en los retornos. En la más general, realizada en mayo de 2012 (publicada en el Barómetro de la Inmigración de ese año) a una muestra de 413 extranjeros hay una pregunta sobre su intención de permanecer en España (Hablando del futuro ¿Piensa regresar a su país o por el contrario le gustaría quedarse en España?) a la que un 13,1 por ciento de los encuestados responde que quiere regresar a su país en unos meses; un 18,4 por ciento piensa hacerlo en unos años y un 8,7 por ciento al jubilarse, cifras a las que hay que añadir el 6,8 por ciento que piensa ir a otro país de la Unión Europea y el 2,7 por ciento que desearía pasar una temporada en España y otra en su país.

Anualmente la Comunidad de Madrid hace una Encuesta Regional de Inmigración. En la realizada en enero y febrero de 2013, mediante un muestreo aleatorio estratificado con afijación proporcional a 3066 inmigrantes de las 10 nacionalidades con mayor número de efectivos en la Región (Rumanía, Ecuador, Marruecos, Colombia, Bolivia, Perú, China, Bulgaria, República Dominicana y Paraguay) y al colectivo de subsaharianos, a la pregunta sobre si piensa regresar a su país o establecerse en España el 33,79 por ciento contesta que tiene intención de regresar a su país, mientras que un 9,59 por ciento indica que quiere ir a otro  país.

A los que piensan irse a su país se les preguntó cuándo tenían intención de hacerlo. Un 55,98 por ciento indicó que en unos años, luego se puede considerar que son los que creen que aún pueden completar los objetivos de su proyecto migratorio, al igual que el 17,95 por ciento que quiere hacerlo tras jubilarse.

Un 26,06 por ciento indican que piensan retornar en breve sin que tengamos datos para saber las causas precisas de esta toma de decisión. Por nacionalidades destaca la intención de un inmediato regreso de los nacionales de Bolivia (15,52%), Paraguay (12,90%), Ecuador (11,69%) y Colombia (11,62%), seguidos de los subsaharianos (11,11%).

En el caso del casi 10 por ciento que piensa irse a otro país, a la cabeza marroquíes (un 17,81%), y dominicanos (16,13%) quieren hacerlo a países de la Unión Europea, en especial a Alemania, Reino Unido y Francia, y en menor medida a Estados Unidos. Posiblemente en la elección influye no sólo la percepción de la mejor situación laboral existente en esos países, sino también la presencia de connacionales.

En la Encuesta Regional de Inmigración correspondiente al año 2012  se cruzó la variable de situación laboral con la de deseo de retorno. Sorprende el resultado de que no sean los inmigrantes desempleados el colectivo que más desea volver a su país, sino los que trabajan por cuenta ajena, en una cifra que supera en algo más del 5 por ciento a los primeros, posiblemente porque éstos aún cuenten con el subsidio de desempleo y solo al agotarse se plantearán el retorno.

Una indicación de las posibles causas y de la disparidad de datos existentes en función, entre otros hechos, del organismo que organiza la encuesta y del universo de la muestra, nos la puede dar los resultados de la encuesta que en 2012 estaba elaborando la Secretaría Nacional del Migrante de Ecuador[25], con el fin de precisar programas en su país que faciliten el retorno de sus connacionales en las mejores condiciones de incorporación a la economía productiva del país. Según los resultados de esta encuesta, realizada a 400 ecuatorianos residentes en Madrid, Barcelona y Murcia, un 72 por ciento de ellos quería regresar y otro 6,93 por ciento marchar a otro país. Es decir, sólo un 18,61 por ciento de los ecuatorianos querían permanecer en España.  Estas cifras fueron puestas en duda por las propias Asociaciones de ecuatorianos existentes en España y ello pese a que Ecuador es uno de los países que más está tratando de incentivar un cierto retorno con proyectos como el Plan Tierras o las ofertas de trabajo a profesionales sanitarios.

Un nuevo interrogante plantea los recientes datos del FMI sobre las proyecciones del PIB y del desempleo para los diferentes países del mundo. En éstas se observa el freno en su recuperación, cuando no el retroceso, en muchos de los países hacia los que se estaban produciendo retornos. Si esta situación se mantiene y es percibida por quienes tenían la intención de retornar a corto y medio plazo y valorada en relación con la situación española, en especial, el desempleo muy superior pero prestaciones sociales en general de mayor calidad, puede influir en un cambio en su decisión (cuadro nº 9).

 

Cuadro  9.
Proyecciones de las variaciones porcentuales del PIB y del desempleo para los países
con mayor número de retornos  según el FMI

Países

Pib 2013

Pib 2014

Desempleo  2013

Desempleo 2014

Rumanía

2,0

2,2

7,1

7,1

Bulgaria

0,5

1,6

12,4

11,4

China

7,6

7,3

4,1

4,1

Rusia

1,5

3

5,7

5,7

Pakistan

3,6

2,5

6,7

6,9

Ucrania

0,4

1,5

8,0

8,0

Brasil

2,5

2,5

5,8

6

Argentina

3,5

2,8

7,3

7,4

Colombia

3,7

4,2

10,3

10,0

Perú

5,4

5,7

6,0

6,0

Ecuador

4,0

4,0

5,5

5,5

Bolivia

5,4

5,0

6,4

6,3

Paraguay

12,0

4,6

5,4

5,5

Venezuela

1

1,7

9,2

10,3

El Caribe

1,7

2,9

-

-

Argelia

3,1

3,7

10,0

9,8

Marruecos

5,1

3,8

8,9

8,8

Senegal

4

4,6

-

-

Fuente: Elaboración propia. Perspectivas de la economía mundial: transiciones y tensiones. FMI, octubre 2013.

 

Causas del retorno migratorio

Cuando comenzamos a trabajar sobre la emigración de retorno en España, suponíamos que la crisis económica, ligada al fuerte aumento del paro en España, sería la causa fundamental para decidir el regreso a sus países de origen, o en todo caso, iniciar una nueva vida en otro destino. Sin embargo, en la mayoría de las entrevistas realizadas las causas fundamentales que explican el retorno son de índole familiar y/o personal, si bien no están exentas de un cierto componente económico y la sensación de no vislumbrar un panorama laboral bueno en España.

Entre las razones de índole familiar que los entrevistados señalan, las relacionadas con los hijos son las principales. En general, las mujeres que vinieron a España dejando a sus hijos en los lugares de origen consideran, a menudo, el regreso a los mismos, si sienten que sus cuidadores (a menudo los abuelos) no consiguen controlar bien determinadas situaciones.

“Una de mis dos hijas se puso enferma y mi madre no sabía controlar la situación” (mujer, dominicana, 30 años, camarera en Madrid)

“Cuando los niños eran pequeños todos los problemas se arreglaban con dinero, pero luego los abuelos no podían resolverlo todo” (mujer, paraguaya, 43 años, enfermera en Madrid)

En otros casos encontramos que los hijos de inmigrantes, sobre todo aquellos no nacidos en España, quieren la vuelta a sus países y arrastran con ellos a sus padres. Una causa alegada son los problemas con los hijos cuando llegan a edades adolescentes y jóvenes. Los hijos que se establecieron en España con sus padres, una vez pasada la etapa infantil, al no encontrar un nicho laboral en España, desean el retorno a sus lugares de nacimiento.

“El chico estaba deseando volver a Lima porque en Madrid ni trabajaba, ni estudiaba, ni nada” (hombre, peruano, 40 años, obrero en Zaragoza)

Como puede observarse, el retorno que se produce en estos casos entremezcla las causas económicas con las de tipo personal/familiar.

También se suele señalar el cambio en la situación de los padres de los inmigrantes, pues de haber sido los cuidadores de los hijos de éstos pasan a ser población dependiente, al llegar a edades avanzadas.

En bastantes casos, observamos que se está produciendo un fenómeno inverso al de la reagrupación familiar, es decir, una ruptura de las familias al regresar algún miembro, mientras que otros permanecen aquí por variadas razones, entre las que destaca la existencia de hijos escolarizados en España.

“Mi sobrina se volvió a Colombia, pero mi cuñada se quedó en Madrid porque no quería que su hija pequeña saliera del colegio y no pudiera continuar sus estudios aquí” (Mujer colombiana, 42 años, parada, Madrid)

En situación opuesta, en algunas entrevistas, los padres admiten la posibilidad de enviar a sus países de origen a los hijos, ya adolescentes, que no completan sus estudios.

Si en la próxima evaluación me sigue suspendiendo todo la envío de vuelta a Perú con los abuelos” (Mujer peruana, 38 años, empleada en el servicio doméstico, Madrid)

En la base de estas decisiones suele estar el temor de que los jóvenes permanezcan en España sin estudiar ni trabajar, y se produzcan conflictos juveniles difíciles de controlar por los padres.

En las entrevistas realizadas, las razones económicas se señalan en segundo lugar como la causa principal del retorno, pero la crisis económica está en la base de muchos proyectos de regreso al país de origen, aunque tengan un detonante familiar. La causa principal dentro de los motivos de índole económica es la falta de empleo, sobre todo, si esta situación la padecen varios miembros de una misma familia. El paro entre los inmigrantes es particularmente elevado. La Organización Internacional de las Migraciones (OIM) ha estimado la tasa de paro para este colectivo en España en un 39,1 por ciento, si bien considera que los latinoamericanos sufren algo menos este problema y su tasa de paro se situaría en un 28,5 por ciento, cifra, no obstante, muy alta.

Desde hace un año no encuentro nada, así que estamos pensando en volvernos a Marruecos, aunque ya mi negocio allí lo vendí” (Hombre marroquí, 44 años)

El fracaso en las empresas o negocios montados por inmigrantes en España es un motivo muy minoritario para decidir un regreso al país de origen, al menos así se desprende de las entrevistas realizadas a trabajadores sociales. Generalmente, los negocios de inmigrantes se han montado con poca inversión, son muy versátiles adaptándose con pocos cambios a la demanda cambiante del consumo y parece que están aguantando mejor la crisis que otros nichos laborales típicos para inmigrantes, especialmente el de la construcción[26].

Existen diferentes causas que explican por qué hay más retorno migratorio entre los nacionales de diferentes países y, concretamente, por qué son los países latinoamericanos  los que más vueltas registran. Sin duda, una de estas razones está en la existencia de ayudas para el retorno que existen en algunos Estados.

En la actualidad se están produciendo dos procesos en relación con las migraciones y concretamente con el tema del retorno, inéditos en épocas pasadas. El primero de ellos se refiere a la existencia de Programas de Retorno Voluntario Asistido, adoptados por un gran número de países con fuertes tasas de inmigración, que pretenden ayudar a volver a sus países de origen a aquellos inmigrantes en situaciones precarias y que suelen constituir una pesada carga socioeconómica para los servicios sociales de los países de destino. El segundo de los procesos se trata de planes provenientes de algunos gobiernos de países fuertemente emisores que intentan atraer de nuevo a sus connacionales, pero en este segundo caso, se orientan a aquellos emigrantes más cualificados, considerados como un gran capital humano, cuya emigración beneficia a los países ricos y perjudica el crecimiento y desarrollo de los países de emigración. Por lo tanto, no se trata de procesos complementarios, sino que ambos desean la permanencia en sus países de los migrantes más productivos y la expulsión de aquellos que generan más gasto social.

En España se contemplan tres posibles vías por las que los nacionales de terceros países pueden acogerse a los programas de retorno voluntario asistido: encontrarse en situación de vulnerabilidad social, tener intención de reintegrarse socioeconómicamente en su país de origen y percibir por anticipado la prestación por desempleo. Los países con convenio con España en materia de Seguridad Social son: Andorra, Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Federación Rusa, Filipinas, Japón, Marruecos, Méjico, Paraguay, Perú, República Dominicana, Túnez, Ucrania, Uruguay y Venezuela. Como puede observarse, la mayoría son naciones latinoamericanas (12 de un total de 22 países, entre los que se incluyen algunos del Primer Mundo) Los nacionales de estos países pueden acogerse a un Plan de Retorno Voluntario que da derecho a recibir el importe anticipado y acumulado correspondiente a los días objeto de la prestación por desempleo de nivel contributivo que correspondan o que resten de percibir en el momento de la solicitud de la medida.

El pago se efectuará en dos plazos:

Para recibir este abono la persona trabajadora deberá comparecer personalmente en la representación diplomática o consular española en el país de origen para acreditar su retorno al mismo. En dicho momento deberá proceder a la entrega de la tarjeta de identidad de extranjero de la que es titular. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) realizará este pago a partir de que sea comunicada dicha comparecencia en la representación diplomática o consular por la Dirección General de Asuntos y Asistencia Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. El pago se efectuará en el país de origen mediante cheque nominativo o a través de transferencia bancaria, en euros o, en su caso, en la moneda en la que la Tesorería General de la Seguridad Social efectúe el pago de las prestaciones en dicho país. No se admitirá la renuncia al abono acumulado y anticipado de la prestación una vez hecho efectivo el primer pago.

Se complementará el abono acumulado y anticipado de la prestación por desempleo con ayudas para el viaje a su país de origen:

Si atendemos a las nacionalidades de los solicitantes de retorno voluntario, en el Informe España 2011 se señala que el 43 por ciento de las solicitudes tramitadas correspondían a ecuatorianos, seguidos a distancia  por los colombianos (17%), argentinos (10%), peruanos (9%) y brasileños (5%). Países latinoamericanos todos ellos, cuyas economías han mejorado recientemente.

Además de los planes de la mayoría de los países a los que se dirigen las grandes corrientes migratorias contemporáneas, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) cuenta también con programasen este sentido, aunque en ellos se amplía la ayuda para la reintegración del emigrante en su lugar de origen. Según la información de la OIM, su Programa de Retorno Voluntario Asistido y Reintegración, en 2011, benefició a más de 30.000 migrantes establecidos en 40 países anfitriones y con destino a 166 países de origen. El 81% de estos inmigrantes procedían de países de la Unión Europea. El orden de los países de esta región del mundo por emigrantes acogidos a este Programa de Retorno se muestra en el cuadro nº 10. Como puede observarse, España se sitúa en la décima posición, seguida de tres países de la zona mediterránea (Grecia, Portugal e Italia)-

 

Cuadro10.
Países de la Unión Europea (más Noruega y Suiza) con mayor número de inmigrantes
acogidos al programa de retorno voluntario asistido y reintegración de la OIM

Países

Nº de Inmigrantes

Alemania

6.338

Holanda

3.473

Bélgica

3.358

Austria

2.880

Noruega

1.812

Polonia

1.149

Suiza

1.130

Reino Unido

874

España

823

Grecia

598

Portugal

594

Italia

515

Fuente: OIM, Annual Report of Activities, 2011.

 

Sin embargo, los países de origen que acogen más emigrantes asistidos por este Programa muestran una mayor diversidad geográfica, como muestra el cuadro nº 11.

 

Cuadro 11.
Países de origen con más beneficiarios del programa de
retorno voluntario asistido y reintegración de la OIM

Países

Nº de Inmigrantes

Serbia

2.921

Iraq

2.667

Rusia

2.561

Macedonia

1.961

Brasil

1.903

Kosovo

1.569

Haiti

1.211

Etiopía

1.127

China

873

Afganistán

834

Ecuador

752

Ucrania

699

Fuente: OIM, Annual Report of Activities, 2011.

 

Además de la política impulsora del retorno de inmigrantes realizada desde España, algunos países emisores de emigrantes están adoptando en los últimos tiempos medidas para impulsar la vuelta de éstos, sobre todo de los más formados y cualificados, con el fin de evitar lo que se ha venido llamando “fuga de cerebros”, que debería ser más bien llamada actualmente “fuga de personas cualificadas profesionalmente”. Así, por ejemplo, el actual gobierno de Ecuador ha puesto en marcha una serie de programas para apoyar el retorno de sus emigrantes mediante incentivos fiscales y de captación especialmente de profesionales del ámbito de la innovación y el desarrollo. Esto puede estar en la base de los datos aportados más arriba sobre el relativo escaso deseo de permanecer en España de los ecuatorianos, según una encuesta elaborada por la Secretaría Nacional del Migrante de Ecuador. En cualquier caso, las cifras procedentes de encuestas hay que tomarlas con mucha cautela, ya que la información que proporcionan varía ostensiblemente según la empresa que las realiza, debido a cambios en el método de selección de encuestados, fechas de recogida de la información, ámbitos de muestreo, etc.


Factores de permanencia en España

Entre los factores de arraigo que actúan contra la idea del retorno están la reagrupación familiar, la existencia de lazos familiares con españoles (especialmente nupcialidad), la compra de vivienda en España y la obtención de la nacionalidad española.

La obtención de la nacionalidad española podría considerarse a priori como un motivo de arraigo y, por tanto, de desaliento a la hora de decidir la vuelta al país de origen. Sin embargo, algunos nacionalizados se encuentran más dispuestos al retorno, precisamente porque al tener las dos nacionalidades consideran que dejan una puerta abierta en España para un futuro regreso, siempre que las condiciones sociolaborales sean más atractivas que actualmente. Según el Instituto Nacional de Estadística, del total de personas empadronadas en España, pero nacidas en el extranjero, un 21,67 por ciento tienen la nacionalidad española, según las estadísticas del Padrón Continuo a 1 de enero de 2012. Los datos, sin embargo, muestran que algunos de los países que acogen más retornados cuentan con mayor proporción de oriundos que han obtenido la nacionalidad española, se trata de un interrogante más a profundizaren futuras investigaciones. El caso más extremo es el de los argentinos en España, que en un 41,65 por ciento han obtenido la nacionalidad española y, sin embargo, es de los países que más han reducido sus efectivos en nuestro país entre 2008 y 2012 (cuadro nº 7).

La formación de un hogar con alguien autóctono suele constituir una garantía de no retorno, pues los lazos familiares con la pareja y la familia de ésta implican, lógicamente, un fuerte arraigo en España y en momentos de penuria suponen un respaldo económico, personal y social normalmente efectivo. Aunque también se encuentran casos en que estas uniones actúan en sentido contrario, pues aseguran contactos en el otro país. La nupcialidad entre españoles y extranjeros ha sido relativamente alta si bien va en descenso en los últimos años. Así un 16,62 por ciento de los matrimonios celebrados en 2011 tenía al menos un cónyuge extranjero, y estos matrimonios fueron cuatro veces más que los celebrados con ambos cónyuges extranjeros.

Por el contrario, las separaciones y divorcios motivan muchas veces la vuelta del miembro no español de la pareja a sus orígenes, sumándose dificultades personales y familiares a problemas económicos y estructurales. Así una mujer dominicana entrevistada nos relató que tras la separación de su marido español, había decidido volver a su país con sus dos hijas pequeñas, habidas en un primer matrimonio, pues no tenía posibilidades de trabajar con horarios compatibles con el cuidado de sus hijas.

Uno de los factores de permanencia es el tiempo de residencia en España. Los inmigrantes que llegaron en la década de los 90 parecen ser menos favorables a la idea del retorno, pues su integración en la sociedad receptora es mayor y suelen contar con una red social de mutua ayuda que les permite sortear mejor los problemas derivados de la crisis económica, de forma similar a lo que ocurre con los autóctonos. En cambio, los inmigrantes más recientes y, sobre todo, los irregulares se encuentran mucho más desprotegidos socialmente y son más proclives a tomar una decisión de abandono de España, bien para volver a su país o bien para ir a otro destino. Así, por ejemplo, según las entrevistas realizadas por las autoras a dos argentinos, se están volviendo más aquéllos que vinieron cuando ocurrió la crisis “del corralito”, pero los inmigrantes argentinos que ya estaban en España desde antes no se vuelven tanto,  porque hoy en día están muy arraigados en España y se han situado mejor, pues también tenían más nivel profesional y de instrucción que los argentinos llegados en la primera década del siglo XXI[27].

La compra de vivienda en España también actúa como una fuerza de retención para los inmigrantes. Por el contrario, la situación de alquiler propicia más el retorno, siempre que se den otras condiciones económicas, familiares y sociales que actúen como factores de expulsión. El testimonio de varios entrevistados nos indica esta situación, por ejemplo:

Mis cuñados vivían alquilados…, se han vuelto, pero nosotros pagamos una hipoteca y ahora vender sería un mal negocio” (mujer peruana, 42 años, servicio doméstico)

Por otro lado, las situaciones de desahucio, impago de hipotecas… generan, en general, una parálisis de un posible retorno, salvo que se pacte con el banco una dación en pago, liberándolos de deudas hipotecarias, lo cual parece que propicia la vuelta a su lugar de origen u otro proyecto migratorio en otro país, por lo general en la Europa Comunitaria.

Finalmente, la persistencia en la mala percepción de la economía de los países de origen anima a desistir del retorno migratorio, pues se considera que la situación en ellos podría ser aún peor que en España.

Es posible que la economía de Argentina haya mejorado en los últimos años, pero me sigue pareciendo un país poco fiable que puede cambiar en cualquier momento” (hombre argentino, 50 años, ingeniero)

Asimismo la percepción de que pese a la situación económica las prestaciones sociales en materia de educación, sanidad y desempleo son mejores que en sus países de origen, también actúa como factor de permanencia, aunque ya aparecen testimonios que indican un cambio de tendencia ante la reducción de las mismas.

Ya no hay beca de comedor y no sé de dónde voy a sacar los casi 200 euros de los libros” (Isabel, nicaragüense que permanece en Alcalá de Henares con sus hijos para que estudien, aunque el marido ha retornado a su país[28]).

Aunque, de momento, no es nuestro propósito realizar una tipología de emigrantes retornados desde España, al estar pendientes de la realización de más entrevistas en profundidad y de obtener información mediante encuestas, podemos avanzar que encontramos varios tipos de retornados. El primero de ellos responde a aquellos inmigrantes que se han integrado muy poco en la sociedad receptora, que no han hecho reagrupamiento familiar y que retornan, bien beneficiándose de los programas de retorno voluntario, o bien sin ellos, con un evidente fracaso en su proyecto migratorio. Otro grupo está formado por personas que han obtenido un dinero suficiente en España y desean volver a sus países porque tienen hijos en sus lugares de origen o ascendientes que empiezan a entrar en situación de dependencia y consideran necesaria su vuelta para atenderlos. En general, este suele ser más el caso de mujeres solas que vinieron a España y que no han conseguido realizar un reagrupamiento familiar aquí. Finalmente, encontramos retornos de personas jóvenes que, o bien vinieron siendo niños a nuestro país o incluso nacieron en España, pero que no encuentran trabajo y tampoco completan una formación académica y/o profesional, de modo que consideran una vuelta a sus países de origen como una oportunidad de integrarse y desenvolverse mejor allí desde un punto de vista laboral, social y familiar.


Conclusiones

El retorno migratorio voluntario no constituye todavía un movimiento demográfico masivo ni es previsible que llegue a serlo. En gran medida está directamente relacionado con la crisis económica en España, pero también con la mejora en la situación económica y político-social de algunos de los países de origen de los inmigrantes. Precisamente, la mejora de Latinoamérica, si prosigue y se intensifica, puede convertirse en un reclamo, no sólo para aquellos que emigraron a España y que ahora desean volver, sino también para los propios españoles, teniendo en cuenta el idioma común y la existencia de múltiples lazos personales y sociales.

En  la toma de decisión de retornar de forma voluntaria es indudable que incide la modificación de las condiciones económicas que motivaron la emigración. El paro unido a las escasas perspectivas de reinserción en el mercado laboral es un hecho fundamental. Sin embargo si no se percibe que se ha modificado positivamente la situación del lugar de partida hay reticencias a la hora de tomar la decisión de retornar, como han puesto de manifiesto estudios por ejemplo sobre la decisión de retornar de los españoles que emigraron a Europa en los años cincuenta y sesenta[29].

Hoy en España, muchos inmigrantes antes de retornar intentan explorar las opciones de otros países de la Unión Europea, aprovechando las redes sociales con las que cuentan en ellos y las posibilidades de movilidad que les ofrece el estar ya dentro del espacio europeo y el contar en algunos casos con la nacionalidad española. Incluso antes de tomar la decisión de retornar se prefiere explorar todas las posibilidades que ofrece la situación del paro e incluso el trabajo precario y sumergido, en especial si la estancia en España es legal y máxime si se cuenta con la nacionalidad española. El retorno desilusionado, sin cumplir el mínimo de los objetivos del proyecto migratorio, es una opción que se retrasa al máximo.

Hay que tener en cuenta que las migraciones son un hecho estructural y permanente dentro del espacio capitalista y por tanto las fluctuaciones en la situación económica de los países implicados van a determinar la dirección de los flujos, por tanto los retornos parecen inherentes a la actual situación de crisis de la economía española.

Sin duda las cifras de regreso de inmigrantes en España a sus países de origen se han ido incrementando significativamente desde el comienzo de la crisis económica, lo cual apunta a que en la base de la decisión de la vuelta al lugar de nacimiento están los motivos económicos, principalmente el desempleo. No obstante, a tenor de las contestaciones que nos dan las personas entrevistadas, parece que, a menudo, el detonante del retorno migratorio está en la existencia de problemas familiares, comúnmente relacionados con el cuidado de los hijos o de los padres que estuvieron atendiendo a éstos, pero que han pasado por edad a una situación de dependencia. También las escasas expectativas de trabajo para los hijos de inmigrantes que residen con éstos en España provocan decisiones de retorno en aquellos, que pueden contagiar a otros miembros de la familia.

No consideramos, por el momento, que España se haya convertido actualmente en un país de emigración, ni de los extranjeros que llegaron a España en décadas anteriores, nacionalizados o no, ni de los propios españoles. Si bien en ambos colectivos ha aumentado el número de bajas residenciales con respecto a años anteriores[30] y el saldo migratorio con el extranjero, según los datos del INE, ha pasado de ser positivo en 2009 (12.845) a negativo en 2010 (-42.675) y 2011 (-37.698) No obstante, si se mantuviera durante un tiempo prolongado la actual crisis económica podría variar el panorama actual en cuanto a la situación de España respecto a los movimientos migratorios exteriores .

Es necesario, en posteriores trabajos de investigación, ahondar más en los factores que desencadenan el deseo de regreso al lugar de origen. Sin duda, hay que calibrar la importancia de la  debilidad de redes sociales y familiares, que motiva en muchos casos la decisión de vuelta al lugar de origen o de decidir otro destino migratorio. La existencia de mayores vínculos con los lugares de partida como motor del retorno es también un interesante campo de estudio, debiéndose profundizar en su impacto diferencial en distintas generaciones de emigrantes. También debemos analizar con mayor detalle el impacto de las políticas que alientan los retornos, tanto las del país receptor, como las de los países emisores de emigrantes que quieren ahora la vuelta de sus compatriotas y, en especial, de los más cualificados.

Tampoco hemos de olvidar que una importante corriente de retorno migratorio tendrá indudables consecuencias para el país receptor en su  demografía, mercado laboral, y, en general, en su economía; así como también producirá impactos en las sociedades de origen de dichos emigrantes

Un caso interesante es el de las remesas y la incidencia que pueden tener en las mismas los retornos realizados o en proyecto. Según los datos del Banco de España  las remesas de los inmigrantes enviadas desde España alcanzaron su récord en 2007 con 8.449 millones de euros. Los principales países de destino eran los latinoamericanos, pero hay que señalar que el porcentaje de remesas recibidas en América Latina ha ido descendiendo conforme aumentaban las enviadas a África y Asia. No obstante, América Latina sigue siendo la primera zona de destino de las remesas españolas, absorbiendo unos dos tercios del dinero total enviado por los emigrantes a sus países de origen[31]. Algunos expertos señalan que recientemente hay una tendencia a incrementarse notablemente las transacciones hacia España incluso desde América Latina[32], lo que abre una línea de investigación complementaria sobre las consecuencias de los retornos.

Una cuestión en la que sería conveniente profundizar es si este crecimiento de los retornos alivia o no la crisis del mercado laboral español. Al menos hasta el momento las salidas no inciden en las elevadas tasas de paro actuales. Por otro lado, si el volumen de retorno sigue creciendo puede afectar al consumo, y a un mercado inmobiliario que contaba con ellos.

El estudio de estos aspectos debe continuar y constituir un campo de investigación multidisciplinar que permita avanzar en la construcción de un marco teórico que permita la comprensión de los retornos en toda su complejidad.

Ir, volver o cambiar de lugar de trabajo y vida en la era de la globalización debería ser un proceso más abierto que lo que los estudios realizados al respecto nos demuestran. Obviamente las personas no pueden traspasar las fronteras tan fácilmente como lo hacen la información y el dinero. Las cuestiones que surgen en el estudio de las  migraciones humanas son mucho más complejas que las relativas a la circulación de bienes y capitales y el caso de los retornos es un buen ejemplo.

 

Notas

[1] Jiménez Blasco y Mayoral Peñas, 2013, p. 112.

[2] Núñez, 2000, p.29; Egea et al., 2002, p.146.

[3] Egea et al, 2002, p.147.

[4] King, 2002.

[5] Ghosh, 2002.

[6] Ravenstein, 1885, 1889.

[7] Rodriguez Nicholls, 2010.

[8] Dustmann, 2001.

[9] Yang, 2004.

[10] Massey y Espinosa, 1997.

[11] Reyes, 1997.

[12] Herzog y Schlottmann, 1982, p.74.

[13] George, 1970.

[14] Portes y Bach, 1985.

[15] Dustmann, 2001.

[16] Cerase, 1974.

[17] Núñez, 2000.

[18] Silvia Marcu e Israel Gómez Nieto, 2010.

[19] Durand, 2004.

[20] Izquierdo, 1996.

[21] Pérez Caramés, 2012, p. 78.

[22] Castillo, 1997.

[23] Massey, 1993.

[24] García Ballesteros et al. 2009, p.65.

[25] Publicados los resultados previos en el periódico El País del 25 de octubre de 2012.

[26] García Ballesteros et al. 2012, p. 120.

[27] Jiménez Blasco y Mayoral Peñas, 2013, p. 121.

[28] Según el periódico El País de 19 de agosto de 2013.

[29] Pascual de Sans, 1983.

[30] García Ballesteros y Jiménez Blasco, 2013,  p.135.

[31] Jiménez Blasco, García Ballesteros, Redondo González, 2012, p. 67.

[32] Entrevista en el país 5 agosto 2012 al Consejero delegado de la Western Union e Informe del Banco de España.

 

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Ficha bibliográfica:

GARCÍA BALLESTEROS, Aurora; JIMÉNEZ BLASCO, Beatriz Cristina; MAYORAL PEÑAS; María Milagros. Emigración de retorno y crisis en España. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 10 de octubre de 2014, vol. XVIII, nº 491. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-491.htm>. ISSN: 1138-9788.


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