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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VI, núm. 119 (02), 1 de agosto de 2002

EL TRABAJO

Número extraordinario dedicado al IV Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)
 

PRESENTACIÓN

Joan-Eugeni Sánchez
Codirector del Coloquio



Al plantear el trabajo como tema central del coloquio de hecho se está introduciendo un concepto actualmente cargado de elevada ambigüedad.

Más allá de la evolución histórica de su significado, como queda recogido en algunas de las comunicaciones, el uso y significado actual se aplica en direcciones muy diversas y abarca campos de gran amplitud como muestra el conjunto del contenido de estas sesiones.

Quisiera sólo poner en evidencia una de estas ambigüedades. El trabajo puede ser considerado como la actividad humana encaminada a la obtención de un producto, sea una mercancía, un bien o un servicio , pero podemos plantárnoslo como proceso y acción humana y como empleo. Es decir, trabajo como proceso de producción y trabajo como sinónimo de empleo, de ocupación en el mercado de trabajo.

La ambigüedad deriva de la distinción según el destino de las producciones (productos) resultantes del trabajo. De forma genérica la acción de trabajar es finalista pues mediante el trabajo nos aplicamos en obtener un bien o un servicio bien sea para uso propio, bien sea para intercambiarlo. En esta diferenciación la ciencia económica nos lleva a distinguir entre autoconsumo y mercancía, aún cuando el bien o servicio producido sea el mismo. El mismo trabajo y la misma producción recibirán consideraciones claramente diferenciadas como objeto económico.

La producción para el consumo propio (autoconsumo o autoproducción) no será considerada como producto económico, simplemente representarán valores de uso propio. Mientras que cuando vaya dirigido al mercado se convertirá en mercancía, en objeto de intercambio, y pasará a ser considerado objeto económico: valor de cambio. Aún respondiendo a acciones de trabajos similares, se les otorgará valores sociales claramente diferenciados. Mientras en el segundo supuesto ese trabajo se incorpora al PIB, en el primero no recibe consideración social.

De ahí la aparente paradoja del individuo que al casarse con su cocinera provoca una disminución del PIB nacional.

Por su parte la consideración del trabajo como empleo, es decir como actividad económica de intercambio entre el tiempo de trabajo y su producto y el empleador, abre el camino al tratamiento del trabajo como mercancía y a su análisis como una relación social de la que se derivan su regulación, su especialización, su organización empresarial, o las relaciones de poder y los conflictos entre oferta y demanda de empleo, entre empresarios y asalariados, sin olvidar sus implicaciones territoriales. Es decir, del trabajo como empleo derivarán cuestiones como trabajo rural, trabajo urbano, mercado de trabajo, desempleo, formación profesional, categorización y diferenciación por género, derecho del trabajo, conflictos laborales, sindicalismo y todas aquellas vinculadas a la organización de la producción y el territorio, a la división espacial del trabajo, a las relaciones de intercambio territorial, o a los desequilibrios en el desarrollo territorial hasta alcanzar a la dimensión de la globalización como ámbito de las estrategias-mundo de los agentes económicos.

A partir de esta consideración constatamos en la sociedad capitalista que el trabajo como valor de uso deriva hacia trabajo como valor de cambio a través del proceso de externalización de actividades clásicamente ejecutadas en los ámbitos familiares. Podemos plantear que el sentido último de las importantes transformaciones de los últimos años no habrá sido tanto que la mujer se haya incorporado al mercado de trabajo -de hecho siempre ha estado vinculada a él desde la revolución industrial, como lo ejemplifica la fotografía reproducida en el cartel anunciador del coloquio-, sino la externalización para el mercado de esas tareas domésticas hasta ese momento básicamente desarrolladas como reproducción social en el seno de la familia. Ahora la cocinera del ejemplo anterior recupera su posición en el mercado en forma de restaurante de comidas económicas. Como consecuencia de ello se derivarán situaciones socialmente problemáticas en nuestras sociedades occidentales actuales a las que se calificará como de nuevas necesidades sociales.

Más allá de aquellos territorios en los que la producción para la autosuficiencia se mantenga al no haber sido todavía integradas al sistema o bien hayan sido reducidas en ámbitos territoriales marginales, el trabajo como valor de uso propio en las sociedades desarrolladas queda restringido a actividades marginales en la mayoría de los casos ociosas, como puede serlo por ejemplo el "bricolage".

La temática y la organización del coloquio asume este tratamiento que hemos calificado de ambiguo al tomar como punto de referencia el trabajo como un todo. Ello ha permitido poder adentrarse por todos los caminos que el concepto trabajo permite seguir y que estos días tendremos ocasión de plantear y debatir.
 

© Copyright Joan Eugeni Sànchez, 2002
© Copyright Scripta Nova, 2002
 

Ficha bibliográfica

SÁNCHEZ, J.E. Presentación al VI Coloquio Internacional de Geocrítica.  Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, vol. VI, nº 119 (02), 2002. [ISSN: 1138-9788]  http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119-02.htm
 


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