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Νndice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VI, núm. 119 (10), 1 de agosto de 2002

EL TRABAJO

Número extraordinario dedicado al IV Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

TRABAJO Y ESPACIOS SOCIALES EN EL ÁMBITO DOMÉSTICO.  PRODUCCIÓN Y PRÁCTICAS SOCIALES EN UNA UNIDAD DOMÉSTICA DE LA PREHISTORIA DE MALLORCA

Pedro V. Castro Martínez,
División de Prehistoria. Universidad Autónoma de Barcelona

Trinidad Escoriza Mateu
Departamento de Historia, Geografía e Historia del Arte.
Universidad de Almería

Mª Encarnación Sanahuja Yll
División de Prehistoria. Universidad Autónoma de Barcelona


Trabajo y espacios sociales en el ámbito doméstico. Producción y prácticas sociales en una unidad doméstica de la prehistoria de Mallorca (Resumen).

El trabajo se define por generar vida social en la materia y está presente en toda actividad de la vida social, bien sea en las producciones (de cuerpos, de objetos o de su mantenimiento) o en las prácticas político-ideológicas. La arqueología puede identificar espacios de uso social donde mujeres y/u hombres realizaron diversos tipos de trabajos. Cuando estos espacios (lugares sociales) ofrecen recurrencias de actividades se denominan unidades domésticas. En ellas son habituales prácticas de consumo, pero también de trabajo. La segregación de trabajo y consumo permite detectar grupos de hombres y/o mujeres dentro de las unidades domésticas. Con ello resulta posible reconocer situaciones de reparto desequilibrado del trabajo doméstico, que exigirán una compensación suficiente con trabajos extradomésticos para que no se den relaciones de explotación. Las evidencias sobre esas situaciones han sido objeto de investigación en un grupo doméstico prehistórico de Mallorca, fechado entre los años 750 y 500 antes de nuestra era.

Palabras clave: Prácticas sociales, producción, genero.


Work and social spaces in domestic life.  Production and social proctices in a prehistorical domestic unit of Mallorca (Abstract)

Work involves the matter in social life and it's present at all social life's activities, at the productions (of bodies,, of objects and of maintenance) and the political-ideological practices. Archaeology can identified social use's spaces where women and/or men made diferent kinds of works. When these spaces (social places) offer recurrent activities we have domestic unities. The work and the consumption are habitual in the domestic unities. The work's segregation from consumption can be able to detect groups of women and/or men in the domestic unities. Therefore it's possible to recognize uneven distributions'situations about domestic work and to establish relationships of reciprocity or explotation. The evidences to show these situations come from a prehistoric domestic group of Mallorca, dating 750-500 cal BC.

Key-words: Social practices, production, gender.


Para determinar las condiciones y las relaciones establecidas en los distintos trabajos efectuados en una unidad doméstica, es preciso conocer las prácticas sociales que se desarrollaron en cualquier espacio físico donde quedaron materializadas, ya que las prácticas sociales son las relaciones que acontecen entre mujeres y/u hombres y los objetos involucrados en las diferentes actividades (1) .
 

Sujetos sexuados, objetos, prácticas sociales y producción de la vida social

Mujeres y hombres, en cuanto sujetos sociales sexuados, deben ser contemplados como dos condiciones independientes, puesto que la producción de cuerpos constituye siempre un factor determinante de la vida social y sólo está vinculada a la capacidad de las mujeres para gestar otro cuerpo en el propio y relacionarse con él, empleando tiempo y energía para ello. La diferencia femenina, pues, se imbrica en la esfera reproductora. Las mujeres crean o producen mujeres y hombres, precisamente quienes serán los/las realizadores/as y los/as destinatarios/as del trabajo humano. De este modo, podemos afirmar que las prácticas sociales son el resultado de la relación entre estas tres condiciones objetivas de toda vida social: mujeres, hombres y objetos. Por ello, la producción de la vida social se basa en la producción de objetos tanto como en la de los cuerpos de sujetos sociales sexuados y en el mantenimiento de ambos, objetos y sujetos (2) .

Las relaciones entre los sujetos o agentes sociales (mujeres y hombres) y los objetos sociales (minerales, vegetales o animales) se establecen a través del trabajo y del consumo o uso (disfrute o padecimiento) de los objetos por parte de los sujetos. Distinguir esos dos momentos de la producción resulta indispensable si queremos abordar cualquier realidad de las prácticas sociales. Ambas relaciones, trabajo y consumo-uso, implican gasto de energía y tiempo. Y ambas pueden estar orientadas a un beneficio colectivo o individual, aunque muchas veces únicamente favorecen a una minoría social.

En relación con lo anterior, consideramos que determinar la existencia o no de relaciones de explotación constituye un objetivo fundamental para las Ciencias Sociales. La presencia de explotación, o, en caso contrario, de reciprocidad en las relaciones, depende de que se establezcan desequilibrios entre la participación en el trabajo y en el beneficio que supone el acceso al consumo/uso/disfrute de lo producido. Por ello resulta fundamental indicar las diferencias entre las actividades sociales de trabajo y de consumo-uso-disfrute. Ahora bien, no podemos olvidar que la existencia de explotación no depende del marco de prácticas sociales en las que se realizan las actividades de trabajo, sino de la compensación que las mujeres y los hombres obtienen a cambio de dicha participación. Según se defendió en otro lugar (3) , la identificación de relaciones de explotación deberá atender a las condiciones que existen en el marco de cada una de las producciones de la vida social. La existencia de explotación entre grupos sociales dentro de una misma sociedad supone la presencia de situaciones político-ideológicas de coerción y de alienación que contribuyen a la reproducción social.

Los objetos pueden ser consumidos, disfrutados o padecidos individual o colectivamente, por las mujeres y los hombres en el marco de diversas actividades. Los objetos son consumidos si resultan amortizados en el propio momento de ser utilizados con el fin para el que fueron producidos, tal como ocurre con los alimentos. También pueden ser disfrutados o padecidos durante diversas actividades. El disfrute supone un beneficio individual o social de los individuos que usan los objetos, obteniendo de ellos un provecho que no conlleva su amortización, como sucede con el uso de una vivienda, con la utilización de un juguete o con la manipulación de un ítem simbólico. Pero a veces los objetos pueden provocar sufrimiento a quien los usa, cosa que sucede cuando el propio objeto está impregnado de poder coercitivo, de forma que el padecimiento resulta beneficioso para algunos miembros del grupo social, tal como ocurre, por ejemplo, con unos grilletes o con la utilización de símbolos humillantes como la burkay otros signos de exclusión social. Los objetos que no son amortizados (consumidos) en el acto de ser empleados exigen un mantenimiento con el fin de preservarlos para usos posteriores.

En cuanto al trabajo, debemos considerar que se trata de cualquier actividad que implique gasto de tiempo y de energía en la realización de alguna actividad (práctica social) encaminada a algún objetivo social (relacional). Así, podremos considerar trabajo toda actividad social realizada por las mujeres y los hombres. Sin embargo, establecemos una diferencia entre los trabajos que están vinculados a una o más de las producciones de la vida social (producción de cuerpos, de objetos, de mantenimiento de sujetos o de objetos) y los trabajos realizados exclusivamente en prácticas de índole político-ideológica. Ambos tipos de trabajos (productivos y político-ideológicos) están orientados a la reproducción de la sociedad, manteniendo las mismas condiciones de las relaciones sociales o buscando su transformación.

El trabajo productivo puede involucrar objetos o realizarse directamente entre sujetos. Si se trata de una actividad de transformación de materia para la obtención de un objeto (Producción de Objetos) puede usarse únicamente la energía humana en la adquisición, manipulación o transporte de objetos, como ocurre en la recolección de ramaje seco o de excrementos destinados a su uso como combustible. De todos modos, la especie humana se caracteriza por el empleo de utensilios o de instalaciones, previamente fabricados o acondicionados para el proceso de trabajo correspondiente. Además, resulta fundamental no olvidar todos los trabajos útiles para la vida inmediata que, aunque no generan nuevos productos, dotan a los ya existentes de una nueva vida mediante los cuidados precisos. Se trata del trabajo en la Producción de Mantenimiento de los Objetos, que actúa de manera similar al de la obtención de los mismos, pero empleando como materia de base un objeto social ya existente. Así se pueden mantener objetos sin el empleo de herramientas (hacer una cama) o con el empleo de útiles o instalaciones para tal fin (lavar ropa en una lavadora).

Respecto al trabajo en la Producción de Cuerpos, la propia madre actúa como materia de base, a la vez que su tiempo y energía se encamina a la gestación y alumbramiento de una nueva vida. En esta labor no resulta habitual el uso de implementos, pero también pueden ser usados para diversas finalidades (desde la silla de parir hasta los fórceps). El Mantenimiento de los Individuos, por su parte, acarrea un trabajo fundamentalmente relacional y de atención entre sujetos, en el que entran en juego componentes afectivos y la acción del propio cuerpo (consolar, escuchar o cuidar a alguien, jugar con una criatura). Sin embargo, la Producción de Mantenimiento de Individuos puede también incorporar objetos que quienes realizan los trabajos correspondientes pongan a disposición de otros sujetos (servir una comida, proporcionar una medicina, vestir a alguien). No debe olvidarse que los trabajos de mantenimiento suponen cuidados y atenciones hacia los cuerpos engendrados y encarnados en mujeres u hombres, situando estas actividades como uno de los pilares de la vida económica de cualquier sociedad.

Finalmente, el trabajo de ámbito político-ideológico puede suponer igualmente la manipulación de objetos relacionados con la actividades correspondientes (por ejemplo el uso de objetos simbólicos en actividades religiosas, el empleo de utensilios de escritura en labores de control y de gestión o la utilización de armamento en la coerción política). Sin embargo, pueden realizarse labores político-ideológicas (religiosas, de control, de coerción, de mediación o de cooperación) sin el empleo de útiles, en relaciones directas interindividuales, como sucede con el uso de determinado tipo de discursos.
 

El trabajo como agente de la vida social

En cualquier trabajo intervienen mujeres y/u hombres que proporcionan la energía necesaria para movilizar la materia y obtener o mantener sujetos u objetos de interés social. Sólo el trabajo de mujeres y hombres engendra vida social en los objetos, puesto que sin el trabajo no se crea ni se mantiene nada, ni existe materia socialmente útil. El trabajo otorga vida social a la Materia Base sobre la que se ejerce, concediendo una naturaleza social a unos objetos y sujetos que sin él serían ajenos a la realidad social o, como mucho, sólo formarían parte de un paisaje no transformado o estarían en alguna necrópolis.

Para realizar la transformación que implica cualquier trabajo, hombres y mujeres pueden emplear diversos Medios (herramientas, instalaciones), que facilitan o posibilitan las tareas. El resultado del trabajo (en una o en diversas operaciones o procesos consecutivos) son los futuros sujetos sociales sexuados y los objetos, ya sea en su producción inicial (Producción de los Cuerpos de los sujetos o Producción de los Objetos), ya sea en la producción de su mantenimiento.

Además, en la propia dinámica en la que el trabajo engendra vida social en la materia física, también se provoca la destrucción de parte de la materia manipulada, con la consiguiente creación de residuos que no existían previamente, es decir, de unos subproductos que están estrechamente relacionados con la producción. Igualmente se generan subproductos en las actividades de consumo y de uso social o individual de diversos productos, de manera que la amortización de ciertos residuos (basuras) está también directamente asociada a las prácticas de uso de las producciones. Esta paradójica generación de nuevos objetos constituye una característica intrínseca a muchos procesos de trabajo y resulta de especial relevancia para establecer un análisis materialista y arqueológico de los procesos de producción. Los subproductos son aquellas materias que, por su propia naturaleza, quedan descartadas del fin de la actividad productiva. Sin embargo, que queden al margen de un uso social posterior depende de la capacidad técnica para un aprovechamiento de esas materias residuales y de la propia configuración de las prácticas económicas. Así, aunque la producción masiva de basura está relacionada con las sociedades opulentas (existen indicadores que relacionan la cantidad de residuos con la calidad de vida de una sociedad o de una parte de ella), los subproductos se generan en toda sociedad humana y gran parte de las investigaciones arqueológicas se basan en su estudio. Evidentemente, en la medida en que el reciclaje de productos sea mayor, a través de su empleo como materia de base para otras producciones, menor será el volumen de subproductos que podamos asociar a las actividades en las que se generaron.

Hemos asumido en ocasiones anteriores un modelo simple de relación entre los factores de la producción (Objetos de Trabajo +Trabajo +Medios =Producto), que denominamos "esquema económico básico" (4) . No obstante, creemos que debe afrontarse una reformulación del esquema, desde una óptica materialista y desde las exigencias del análisis arqueológico, con fin de otorgar a los distintos factores la importancia que merecen. Si establecemos una simetría entre los tres factores productivos del esquema (como conjunción o sumatorio), se pierde la perspectiva de que únicamente el trabajo de hombres y mujeres, los sujetos sociales, genera vida social en la materia, de manera que el trabajo es el único agente de la producción. De asumir la simetría de factores, podríamos acabar valorando como agente productivo al Capital (en forma de medios de trabajo) o creer que la Tierra o la Materia Base, viva o muerta, de cualquier producción, ya contiene el producto (legitimando así las rentas de la propiedad de territorios y recursos). Esta estrategia legitimadora alcanzaría incluso la Producción de Cuerpos, si se argumenta que la constitución de la materia base (óvulo y espermatozoide) justifica la propiedad de los/as hijos/as, desplazando el trabajo que implica la gestación y parto, en tanto que transformación real de esa materia inicial en una nueva vida.

Frente a estas justificaciones, apostamos por la importancia del trabajo como fuente del movimiento de la materia. Ni el pensamiento, ni el lenguaje, ni la propiedad, pueden engendrar cuerpos y objetos, que solamente son posibles con la acción del trabajo en la realidad social. Cuando el lenguaje es fuente de movimientos de la materia, es porque se establecen vínculos materiales entre individuos, de manera que se trabajan relaciones de comunicación, enseñanza o transmisión de conocimientos, experiencias, reflexiones, descubrimientos o recuerdos. Por tanto, el trabajo que implica la acción política o ideológica o las tareas de atención y cuidado de sujetos, será el agente que en diversas prácticas sociales produzca una movilización de hombres y/o mujeres, la socialización de criaturas o la transformación de relaciones.

Además, en una ecuación elemental de la producción como conjunción de factores, la actuación parece finalizar con la obtención del Producto, sin contemplar la realidad de esa materia transformada, que no es otra que su inserción en la vida social, ya sea en nuevos trabajos (herramientas, instalaciones), en el consumo-uso individual o social de los objetos o en la socialización de los sujetos. Si obviamos que esa etapa final de la producción acarrea mantenimiento de objetos y de sujetos, lo que se hace es magnificar el producto, ocultar la realidad del trabajo involucrado y enmascarar el sentido de la producción. Siguiendo en esta línea, no hay que olvidar que puede haber trabajo vinculado a las propias prácticas de consumo-uso final de los objetos (como labores de servicio y atención de mantenimiento de los sujetos). Si obviamos esta cuestión, acabaremos considerando las labores imbricadas en estas facetas de la vida social como "de segunda categoría" (y no por ser de la segunda parte de las propias producciones).

Figura 1
Esquema de las Producciones de la Vida Social y de la Posición del Trabajo (T) en las Prácticas Sociales

Por todo lo expuesto, y centrándonos en el trabajo productivo de cuerpos, objetos o mantenimiento, creemos que resulta conveniente reubicar el Trabajo (T) en una ecuación que contemple la totalidad de la realidad social de la producción (Figura 1). El esquema da cuenta de que el Trabajo es el agente que actúa sobre la Materia Base, utilizando circunstancialmente ciertos Medios. El resultado inicial serán los Productos Sociales (Objetos y Sujetos Sexuados), además de los Subproductos. Pero esos Productos pueden exigir Trabajo, concretamente de Mantenimiento (y circunstancialmente de otros Medios), a fin de alcanzar los fines sociales para los que se produjeron. Estos fines pueden ser diversos, de manera que los propios Productos lo son también, estableciéndose diversos circuitos productivos:

- Los Productos son los propios Sujetos Sexuados, los cuerpos de los Hombres y las Mujeres que serán los agentes de la producción, como ocurre con la Producción de Cuerpos. Su Socialización acarreará necesariamente trabajo sobre los mismos.

- Los Productos son Materia Base de un nuevo proceso productivo, lo que supone una nueva inversión de trabajo, como ocurre en la Producción de Mantenimiento, que amplía la vida social de los productos.

-Los Productos son Medios usados en las Prácticas Económicas. Ello implica la incorporación de los objetos producidos a nuevas actividades laborales, como ocurre con la Producción de Objetos como las herramientas o las instalaciones productivas.

-Los Productos son Objetos Singulares, útiles usados en Prácticas Político-Ideológicas encaminadas a la gestión y reproducción de la vida social de los sujetos y objetos y de sus relaciones.

-Los Productos están destinados al Consumo-Uso por parte de los Sujetos Sociales. Esos productos pueden ser fruto de la Producción de Objetos o de la Producción de Mantenimiento de Individuos, en forma de servicios y atenciones que benefician a los mismos.

En conclusión, la relación sujetos/objetos que implica la creación de productos y subproductos puede abarcar objetos de variada naturaleza, naturaleza que caracterizará el tipo de relación. Los productos pueden estar destinados al ámbito de las producciones o a un uso/consumo/disfrute final de los mismos. En el primer caso, se trata de objetos que se emplean en los procesos de trabajo para la transformación de la materia, bien sea como Materia Base (objeto del trabajo), bien como Medios (herramientas o estructuras). En el segundo caso, son Productos Finales, cuyo destino no es volver a formar parte de los procesos de trabajo, sino que están destinados a un uso social o a un consumo/disfrute individual. Los productos finales destinados a prácticas político-ideológicas son objetos singulares, ya que no están vinculados a otros en la producción de objetos. Por su parte, los productos finales destinados al consumo/disfrute individual, ya sean alimentos u otros objetos, benefician a los sujetos y son indicadores de la calidad de vida de las mujeres y hombres de una sociedad.

En la formulación que proponemos, los objetos materiales involucrados (Materia Base y Medios) mantienen una relación transitiva por estar implicados en el mismo proceso productivo, y dicha relación se extiende también a los Subproductos residuales. Sin embargo, lo que hay que poner en primer plano es que, a través de dicha transitividad, se manifiesta el trabajo de los sujetos sociales, de las mujeres y/o los hombres que dieron vida al proceso. Por tanto, en ningún caso debe tomarse en consideración exclusivamente el producto en sí mismo. Cuando existen varios objetos atados entre sí por el Trabajo, es porque esos objetos son Materia Base, Medios o Subproductos de una actividad. En los espacios sociales donde existen elementos así vinculados puede asegurarse que hubo Trabajo y, en consecuencia, que hubo hombres y/o mujeres que otorgaron sentido social a la materia física, que proporcionaron un valor a esa materia. Y allí donde se realizó trabajo no podemos olvidar que también estuvieron quienes lo realizaron y, desde una perspectiva arqueológica, se manifiesta la presencia de quienes trabajaron.

De la misma manera, cuando existen Productos asociados a Subproductos del consumo o uso individual o social de los objetos, puede afirmarse la existencia de una actividad de utilización de esos productos por parte de los sujetos, y la presencia de las mujeres y/u hombres que los consumieron o usaron. Los espacios sociales que cuentan con estas evidencias son espacios en los que ciertos sujetos sociales emplearon dichos productos. En la evaluación global de los circuitos de consumo-uso social de los productos, contemplaremos si los Sujetos Sociales que los consumen, se benefician de ellos o los usan participan en el Trabajo, en qué medida y en qué producciones, o si se encuentran desvinculados total, relativa o parcialmente del Trabajo en cada una de las producciones. Paralelamente, en una aproximación arqueológica a los circuitos de la producción, deberán evaluarse los vínculos entre los residuos materiales (subproductos amortizados que definitivamente habrían quedado al margen de la vida social) y las prácticas sociales en las que cobraron sentido y, al mismo tiempo, si las actividades en las que intervinieron fueron de trabajo o de consumo-uso social.
 

Espacios de la vida social: Recurrencias y singularidades en los lugares sociales

Como hemos indicado, toda sociedad exige para su reproducción la Producción de Cuerpos, la de Objetos (alimentos, medios, objetos singulares) y la de Mantenimiento de los Sujetos y Objetos (5) . Estas tres producciones de la vida social se expresan en varias esferas de prácticas económicas o político-ideológicas, que pueden concretarse en lugares domésticos y/o extradomésticos. Esos lugares son los que estructuran la realidad concreta de las prácticas sociales.

Las actividades que se localizan en un Lugar Social son el resultado de las relaciones en las que los individuos del grupo que lo ocupa están involucrados. La naturaleza del lugar donde hombres y/o mujeres desarrollan prácticas sociales es distinta según el grado de especialización de ciertas actividades o la recurrencia-singularidad de estas últimas. Por otra parte, los grupos sociales que trabajan en espacios determinados tienden a hacerlos exclusivos, a convertirlos en espacios trabajados, de manera que, cuando existen diversos espacios donde se ubican grupos que realizan tareas distintas, cada espacio se puede correlacionar con uno de los grupos.

Las unidades domésticas están asociadas a la recurrencia de actividades, pero no es posible generalizar cuáles son esas actividades recurrentes. Los grupos reunidos por consanguinidad o afinidad son los que habitualmente se ubican en estas unidades (6) , donde generalmente se expresa la producción de cuerpos y la producción de mantenimiento de individuos (cuidados de los cuerpos y socialización de niños y niñas). Un problema de estas producciones es el grado de reconocimiento empírico en arqueología. Su existencia está asegurada y debe considerarse universal, ya que en todas las sociedades humanas existe la reproducción biológica (producción de cuerpos), se cuida a las criaturas y se establecen atenciones entre los componentes de la unidad doméstica (producción de mantenimiento de individuos). Sin embargo, su expresión material queda generalmente oculta, ya que en estos trabajos intervienen directamente los cuerpos de las mujeres (producción de cuerpos) o es el propio individuo sexuado, que con su cuerpo y/o su lenguaje, realiza las tareas de cuidado de cuerpos y socialización de los mismos, utilizando en algunos casos objetos para los que es difícil discernir si su uso específico estaba o no implicado en los cuidados a ciertos individuos. En todo caso, en los grupos domésticos, de tipo familiar o no (7) , los vínculos que se establecen a partir de la convivencia cotidiana proporcionan el contexto más eficaz para los cuidados y atenciones implicados en la producción de mantenimiento de individuos. Por lo tanto, se trata de grupos de reducidas dimensiones y que se presentan, generalmente, como unidades celulares recurrentes. Así pues, la recurrencia es el indicador fundamental de la presencia de unidades domésticas, tanto en su configuración arquitectónica como en la confluencia de una serie de actividades determinadas.

En el marco de las unidades domésticas, no sólo pueden encontrarse actividades ligadas a la producción de cuerpos y a la de mantenimiento de individuos, sino que también aparecen otras actividades de trabajo y de uso/consumo/disfrute de la producción. Así, dentro de las unidades domésticas suelen realizarse tareas de producción de objetos y de mantenimiento de los mismos, que mostrarán también un carácter recurrente. Precisamente la presencia de estas prácticas económicas y del uso/consumo/disfrute de productos finales es lo que permitirá reconocer las unidades domésticas, nuevamente a partir de la repetición de las citadas prácticas, que son las que ofrecen evidencias materiales identificables arqueológicamente. En todo caso, no debe considerarse propio del ámbito doméstico todo aquello que aparece en una unidad doméstica, puesto que, de no haber recurrencia, habrá que pensar que depende de un ámbito extradoméstico.

Finalmente, las unidades extradomésticas se caracterizan por ser lugares sociales de carácter especial y singularizado, frente a la regularidad de actividades de los lugares domésticos. Por ejemplo, ante un gran número de viviendas podemos hallar un número restringido de edificios dedicados a prácticas específicas, como un taller, un templo o un palacio. Pueden existir diversos grados de singularización, de manera que resulta posible encontrar un número elevado de talleres, varios templos y únicamente un palacio. Sin embargo, este ejemplo da cuenta de una situación de niveles jerárquicos que corresponden a unas estructuras político-ideológicas centralizadas. En otros casos, aunque no exista centralización, también pueden desarrollarse varios niveles de singularización, como en el caso de una comunidad que contara con diversos lugares de trabajo colectivo y algunos espacios de celebraciones comunitarias.

En conclusión, la singularidad no implica lugares sociales únicos, sino presencias cuantitativamente menores. Es decir, la tendencia a la recurrencia corresponde a las unidades domésticas y la tendencia a la singularidad a los ámbitos extradomésticos.
 

Las claves de un análisis materialista: espacios de trabajo y de consumo en la prehistoria

Para ilustrar las condiciones en las que se realizó el trabajo doméstico y la situación relacional entre quienes lo llevaron a cabo, vamos a revisar las actividades que tuvieron lugar en una vivienda prehistórica de Mallorca, en un horizonte temporal entre los años 750 y 500 antes de nuestra era. Con ello intentaremos explicar la producción de la realidad material de un grupo doméstico instalado en el denominado Edificio Alfa, una de las tres unidades domésticas de la comunidad asentada en el Puig Morter de Son Ferragut (Sineu) (8) . Se trata de plantear cuáles eran las prácticas sociales que se realizaban en el seno de ese grupo, a fin de valorar si existía reciprocidad entre los sujetos (hombres y mujeres) que lo constituían, o si, por el contrario, se había generado una situación disimétrica, con el consiguiente beneficio para parte de quienes habitaban la vivienda. Nuestro objetivo ha sido examinar si tenían cabida o no relaciones de explotación, en especial para averiguar la existencia de escenarios sociales distintos y alternativos a los nuestros.

Figura 2
Planta del Edificio Alfa del Puig Morter de Son Ferragut (Sineu, Mallorca)

El Edificio Alfa estaba construido con muros de doble paramento de bloques de piedra, relleno interior y aparejo exterior de ortostatos dispuestos en hiladas horizontales sobre zócalo (Figura 2). Presenta una planta con forma de paralelogramo que ocupa un área de 296 metros cuadrados, con unas dimensiones máximas de 19,5 m x 15,8 m. Estaba dividido en diversos espacios estructurados, que formaban dos agrupaciones separadas por un muro medianero. La primera corresponde a un patio porticado y la segunda a dos habitaciones interiores, las Estancias A y B. El patio contaba con seis columnas de madera sobre basas de piedra, delimitando un espacio al aire libre, y presentaba a su alrededor una serie de espacios cubiertos, separados, bien por las columnas, bien por tirantes que arrancaban del muro perimetral. Se pudo obtener información del uso social de los espacios del Area del Hogar, del Pasillo, del Area entre Tirantes y del Area del Receptáculo. En cuanto a las dos estancias interiores, separadas por un murete de piedra, contaban probablemente con una azotea superior sustentada por tres columnas polilíticas. Desde el exterior, el acceso al edificio se realizaba a través de un portal con umbral monolítico y tres escalones que descendían hasta el patio. Desde el patio se pasaba a la Estancia A a través de otro portal con escalera descendente. Por su parte, las dos habitaciones estaban comunicadas por un vano abierto en el muro de separación entre ambas. La propia construcción del Edificio Alfa supuso un trabajo productivo de gran envergadura. Se ha estimado que el volumen de material constructivo necesario para levantar el edificio resultó similar al empleado en la construcción del Talaiot de mayor tamaño conocido en Mallorca, el T. 1 de Son Fornés (9) . Para ello se usaron conglomerados del propio cerro del Puig Morter (estudios de D. Gómez-Gras y R Risch).

En los diversos espacios estructurados del Edificio Alfa, mediante diversas evidencias arqueológicas e inferencias, se han podido ubicar una serie de actividades asociadas a los trabajos efectuados (Cuadro 1) y al consumo/uso/disfrute de los objetos (Cuadro 2).
 

Los trabajos realizados en el Edificio Alfa

En su mayor parte se trata de trabajos relacionados con la producción de alimentos. Los trabajos de producción de alimentos de origen animal se circunscribían a la ganadería de ovejas y de cabras, destinadas a la obtención de carne y productos lácteos (análisis de J. Estévez y M. Montero). Estos animales eran sacrificados, descuartizados y cocinados en el Area del Hogar, con extensiones de procesado en el Pasillo.Los estudios faunísticos han permitido concluir que la carne de vacuno y la escasamente representada de cerdo llegaba preparada para ser cocinada y consumida. Su procesado final tenia lugar en el Area del Hogar y Pasillo. Al parecer, la ganadería de bóvidos y de suidos era gestionada en un marco social exterior al grupo doméstico, bien fuera en el propio asentamiento, bien en otra comunidad. La estructura de edades de la fauna apunta a un aprovechamiento de productos lácteos en el caso de los ovicapridos y quizás también de las vacas. El procesado de lácteos se llevaría a cabo en el área del Hogar, donde se localiza una concentración importante de vasijas cerámicas que pudieron asociarse a esa labor (Ollas tipo A). Los alimentos de origen animal implicaban trabajos exteriores, como el pastoreo de los rebaños, el descuartizamiento (en el caso de bóvidos y suidos) y el ordeñado.

Otros trabajos asociados a la producción alimentaria conllevaban la preparación de tortas de harina. Se cocinaban a baja temperatura sobre losas de piedra, que se llevaban hasta el lugar de consumo, donde han sido encontradas, tal como indica la existencia de almidón deTriticum aestivum (análisis de D. Zurro) sobre las losas. Los trabajos agrícolas se realizaban en campos de cultivo no localizados, aunque se documentan indirectamente en el Area del Hogar por la presencia de un diente de hoz de sílex con huellas de uso (análisis de I. Briz y J. Pijoan) relacionado con el trabajo de mantenimiento de las hoces (sustitución de las piezas desgastadas). Por su parte, la fabricación de harina de cereal se identificó mediante el estudio del utillaje macrolítico (análisis de R. Risch). A tal fin se destinó un molino del Area del Hogar y un mortero del Area del Receptáculo. También se ha podido registrar el imprescindible transporte de agua, obtenida fuera del asentamiento, y que tuvo que contar con recipientes apropiados (como los Cántaros y las Ollas A). Su presencia en el Area del Hogar se asocia a la disponibilidad de agua para las tareas de cocinado. Estas últimas debieron llevarse a cabo mediante los recipientes más idóneos para la cocina, los Vasos y las Ollas tipo B. Finalmente, cabe mencionar el hervido de tisanas, ya que el único resto carpológico hallado corresponde al géneroMercurialis(Stika, com. pers), alguna de cuyas especies se usaban en medicina tradicional (M. Annua) o incluso hoy se emplean en preparados homeopáticos (M. Perennis), de manera que debieron recolectarse con fines terapéuticos similares.
 
 
 

Cuadro 1
Trabajos identificados en el Edificio Alfa
Actividades 
Hogar
Pasillo
Tirantes
Receptáculos
Est. A
Est. B
Exterior
Trabajos productivos
17
7
1
4
3
0
13
Pastoreo de Ovejas-Cabras            
•
Descuartizamiento Ovejas-Cabras
•
           
Procesado Ovejas-Cabras
•
•
         
Pastoreo de Vacuno y Porcino            
•
Descuartizamiento de Vacuno y Porcino            
•
Procesado Vacuno y Porcino
•
•
         
Agricultura de Cereales            
•
Procesado de Cereales (Molienda)
•
•
 
•
   
Ordeñado del ganado            
•
Procesado Lácteos
•
           
Cocina de Alimentos
•
           
Suministro y Almacenaje de Agua
•
•
•
 
•
 
•
Recolección de Plantas Medicinales            
•
Hervido de Tisanas
•
           
Suministro de Combustible
•
         
•
Limpieza del Hogar
•
           
Limpieza de Recipientes de Cocina
•
           
Reparación de Hoces
•
           
Almacenamiento para Uso Cotidiano
•
   
•
•
   
Almacenamiento a Largo Plazo      
•
•
   
Extracción de arcillas de cuevas            
•
Producción Alfarera Doméstica
•
•
 
•
     
Producción Alfarera Alóctona            
•
Esquilado de Ovejas            
•
Trabajo Textil
•
•
         
Trabajo de Pieles
•
           
Obtención de Conchas Marinas            
•
Trabajo de Conchas Marinas
•
•
         
Producción Minerometalúrgica de Cobre            
•

Fuente: elaboración propia

A las actividades de producción de alimentos mencionadas hay que sumar las actividades de mantenimiento de las instalaciones y del utillaje, tales como el suministro de combustible, el mantenimiento de la propia infraestructura del Hogar o la limpieza de los recipientes de cocina. Entre las tareas de mantenimiento de objetos, como ya se ha mencionado, debe incluirse la reparación de hoces, constatada junto al Hogar. También hemos podido distinguir dos tipos de almacenamiento, asociados al mantenimiento de los alimentos. El primero, un almacenaje a largo plazo, localizado en el Area del Receptáculo y en la Estancia A, se sirvió de recipientes específicos (Orzas, Tinajas y Cazuelas Carenadas), algunas de las cuales contenían porciones de carne, tal como lo indica la elevada concentración de huesos de ovejas y cabras y sobre todo de vacuno hallados junto a ellas. El segundo tipo de almacenaje consiste en reservas a corto plazo, para usos cotidianos, y se vincula a Vasos, Ollas A, Ollas B y Cántaros. Serviría para el acopio de agua, líquidos y otros alimentos y se detectó en el Area del Hogar, de Tirantes, del Receptáculo y en la Estancia A. Por último, cabe mencionar la presencia de paletas o cucharones fabricados sobre escápulas de buey (J. Estévez y M. Montero), que se emplearían para trasladar productos alimentarios de un recipiente a otro.

Los trabajos de producción de herramientas debían ser diversos, aunque sólo se ha podido documentar adecuadamente la fabricación doméstica de cerámica. Está atestiguada por evidencias indirectas de la materia base, concretamente la presencia de arcillas de cueva deducibles de las estalagmitas halladas en la vivienda; además existen útiles de trabajo alfarero (bruñidores de cerámica según el estudio de R. Risch), que aparecieron en el Area del Hogar, Pasillo y Receptáculo. En el Edificio Alfa se desarrollan dos tecnologías alfareras, que implican dos técnicas de elaboración, acabado y cocción de los recipientes (análisis de R. Risch y D. Gómez Gras), pero también se identificó la presencia de vasijas procedentes de otros centros de producción, aunque en número reducido. Las cerámicas fabricadas en el Edificio Alfa corresponden a los mismos tipos que conocemos en otros asentamientos contemporáneos. En cuanto a la disponibilidad de lana, procedente de las ovejas, permitiría la fabricación de tejidos. En este sentido, hemos asociado un peine de madera de Erica (análisis de R. Piqué) y un punzón de hueso, ambos hallados en el patio, con el trabajo textil, probablemente usando telares de cintura. Otro punzón, en este caso de cobre, debió servir para trabajos sobre materiales más consistentes, como por ejemplo el cuero.

Respecto al trabajo en la producción de objetos singulares, varias conchas de moluscos marinos del Area del Hogar (análisis de A. Bonet) se relacionan con labores esporádicas de manufacturación de ornamentos. Disponer de conchas marinas en un enclave del centro de Mallorca alejado de la costa exigiría unos sistemas determinados para obtener esos items, sistemas que por ahora no pueden ser precisados. En relación a otros objetos singulares, como balas de honda o una varilla de metal, no ha podido confirmarse su producción en el Edificio Alfa, mientras que puede asegurarse, gracias a análisis petrográficos (R. Risch), que el único Vaso Hemiesférico destinado a ser suspendido, otro producto singular, no fue fabricado por el grupo doméstico. La producción metalúrgica, que permitió disponer de útiles de cobre (punzón, varilla), tampoco debió realizarse dentro del edificio.
 

El consumo/uso/disfrute de los objetos

A partir del estudio de los residuos faunísticos, han podido señalarse tres áreas principales de consumo alimentario, dos de ellas de ovejas-cabras y la tercera de vacuno. El Area del Hogar, con su extensión en el Pasillo, y la de Tirantes, son las áreas de consumo cotidiano de carne de ovicápridos, el ganado que gestionaba directamente la unidad doméstica, mientras que la Estancia B representa un consumo esporádico. Esta situación implica la existencia de dos grupos en el seno de la unidad doméstica, que se reunían habitualmente en las comidas. El primero lo hacía alrededor del Hogar, el espacio donde se concentra la mayor parte de las actividades productivas, de modo que este grupo incluía a quienes destinaban su trabajo a dichas actividades. Por el contrario, el segundo grupo se reunía en el Area de Tirantes, en la que no existe ningún indicio de tareas productivas y donde se encuentran precisamente los objetos singulares, por lo que debió tratarse de un grupo apartado de la producción registrada en el patio porticado del Edificio Alfa. El consumo de carne de vacuno tenía lugar en el espacio central del patio, donde se consumían las porciones (tercio superior) de las canales de vacuno que llegaban al edificio desde otro lugar. Probablemente todo el grupo doméstico se reunía para comer carne de vacuno.
 
 
 

Cuadro 2
Actividades de Consumo y Uso/Disfrute de los Productos del Edificio Alfa
Actividades
Hogar
Pasillo
Tirantes
Receptáculos
Est. A
Est. B
Exterior
CONSUMO/USO/DISFRUTE OBJETOS
1
2
4
1
1
4
?
Consumo de Carne de Ovejas-Cabras
•
•
•
   
•
 
Consumo de Carne de Vacuno  
•
 
•
 
•
 
Consumo de Tortas de Trigo    
•
   
•
 
Uso de Armamento (Hondas)    
•
     
•
Uso de Otros Objetos Singulares    
•
       
Descanso        
•
•
 

Fuente: elaboración propia

Entre el utillaje de consumo alimentario, contamos con la evidencia de las losas de piedra con tortas de cereal identificadas en el Area de Tirantes, el Receptáculo y la Estancia B, y la presencia de pequeños recipientes cerámicos -Vasos, Cuencos y Ollas- en el Area del Hogar, Tirantes y junto al Receptáculo. La Estancia B, el espacio más interior del Edificio Alfa, únicamente ofrece restos de consumo alimentario esporádico. Puede plantearse, por lo tanto, que se trata de un espacio especializado en el descanso. También podría estar dedicada al descanso una parte de la Estancia A, aunque en ella las evidencias arqueológicas se centran en la existencia de recipientes de almacenaje y de residuos faunísticos que pudieron haberse conservado en los propios contenedores. Si la dualidad de espacios de consumo indicada en el patio se hace extensiva a la dualidad de espacios de descanso, se vería reforzada la constatación de que en el interior de la unidad doméstica había dos grupos sociales diferenciados.

A partir de la distinción entre el utillaje de consumo alimentario y los que denominamos objetos singulares (ajenos a las actividades de producción económica), puede observarse claramente que estos últimos se localizan casi exclusivamente en el Area entre Tirantes. Se trata de un fragmento de varilla de cobre, una bala de honda, un Vaso Hemiesférico con perforaciones y un colgante de concha. Es importante insistir en que dichos objetos se localizan en un área donde no se lleva a cabo ningún proceso de trabajo y en la que, al parecer, únicamente se consume. La identificación de balas de honda de piedra, como la del Area de Tirantes, ha sido confirmada en el análisis del utillaje macrolítico (R. Risch), y pone de manifiesto la existencia de armas de guerra especializadas. Las balas tienen un objetivo bélico que conlleva la existencia de algún tipo de situación de conflicto intercomunitario, materializado finalmente en la destrucción de los asentamientos de la región de Es Pla de Mallorca, incluyendo el Puig Morter de Son Ferragut, hecho que sucede con anterioridad a las primeras referencias en las fuentes clásicas de honderos mercenarios contratados por el estado de Cartago a finales del siglo V.
 

Recurrencias en los Lugares Domésticos de Mallorca en la Prehistoria

El Edificio Alfa constituye un lugar social, es decir, un espacio donde un grupo realiza una serie de actividades (10) . Es el único edificio excavado en el yacimiento del Puig Morter, de manera que han sido necesarias comparaciones con el único asentamiento contemporáneo que ofrece un registro arqueológico de calidad, el núcleo de Son Fornés (Montuïri) (11) , para poder confirmar que estamos ante una unidad doméstica.

Así, considerando en conjunto las actividades constatadas en el Edificio Alfa, puede afirmarse que este último constituye un lugar de carácter doméstico por dos razones fundamentales. En primer lugar, el edificio forma parte del conjunto de unidades en las que se estructuró la vida social en el asentamiento del Puig Morter de Son Ferragut. Las características del resto de edificios del yacimiento permiten señalar que, al menos, otras dos unidades son similares al Edificio Alfa por sus técnicas constructivas y su tamaño, los edificios Beta y Gamma. Si éstas son también consideradas unidades domésticas, un cuarto edificio (Kappa) es una pequeña construcción del tipo conocido como Talaiot en las Baleares, en este caso de planta cuadrada, y, como en otros casos, su singularidad responde a su carácter extradoméstico (12) . En segundo lugar, al comparar las actividades detectadas en el Edificio Alfa con las viviendas del poblado de Son Fornés, se han determinado una serie de recurrencias que aconsejan considerar todos estos lugares sociales como unidades domésticas (Cuadro 3).
 
 
 

Cuadro 3
Actividades Recurrentes en las Unidades Domésticas de Mallorca 
(c. 750-500)
Actividades
Alfa
Beta
Gamma
Son Fornés
Modelo Constructivo del Edificio
•
•
•
 
Descuartizamiento Ovejas-Cabras
•
   
•
Procesado Ovejas-Cabras
•
   
•
Procesado Vacuno
•
   
•
Procesado de Cereales (Molienda)
•
   
•
Procesado Lácteos
•
   
•
Cocina de Alimentos
•
   
•
Suministro y Almacenaje de Agua
•
   
•
Suministro de Combustible
•
   
•
Limpieza del Hogar
•
   
•
Limpieza de Recipientes de Cocina
•
   
•
Almacenamiento para Uso Cotidiano
•
   
•
Almacenamiento a Largo Plazo
•
   
•
Producción Alfarera Doméstica
•
   
•
Consumo de Carne de Ovejas-Cabras
•
   
•
Consumo de Carne de Vacuno
•
   
•
Descanso
•
   
•

Fuente: elaboración propia

Sin embargo, las diferencias en el tamaño de las unidades domésticas suponen que el Edificio Alfa, con casi 300 metros cuadros, debería albergar a un grupo doméstico de un tamaño más de tres veces superior a los grupos domésticos de Son Fornés. En este mismo sentido, hemos utilizado diversos criterios para estimar el tamaño del grupo del Edificio Alfa, que se situaría entre los 20 y 26 individuos, mientras que para las casas de Son Fornés el tamaño sería de 6 a 9. Estas diferencias entre grupos domésticos en dos comunidades coetáneas, que se encuentran apenas a 8 km. de distancia, implican una gran heterogeneidad social y política que ahora empezamos a vislumbrar en la prehistoria mallorquina.
 

Disimetrías en el trabajo y en el beneficio social dentro del Edificio Alfa

Los análisis de similitud efectuados para comparar las actividades realizadas en los diferentes espacios del Edificio Alfa, tal como se ha apuntado, indican una clara dicotomía (13) . Queda claro que el Area del Hogar y del Pasillo se muestran muy cercanas, ya que son lugares donde se ejecutan la mayor parte de las actividades productivas. El Area del Receptáculo y la Estancia A también aparecen relacionadas por la actividad de almacenamiento que las caracteriza. En el otro extremo del uso social del espacio, se detecta una estrecha relación entre la Estancia B y el Area entre Tirantes, debido a su excepcionalidad como lugares alejados del trabajo en la producción de objetos. De existir trabajo en estos espacios, únicamente podemos presumir tareas de mantenimiento para quienes se reunían a comer entre Tirantes, como el servicio de las comidas procedentes del Hogar. Además, el mismo grupo es quien ostenta el uso de objetos singulares, vinculados a prácticas político-ideológicas, que quedan de manifiesto en la disponibilidad de armamento.

Las conclusiones que supone una evidencia con estas características tienen que hacer referencia a una clara descompensación de la participación en el trabajo por parte de los dos grupos sociales que formaban parte de la unidad doméstica. Si el grupo que trabajaba en el Area del Hogar-Pasillo se hacía cargo de todas las tareas que se han identificado, no hay indicios materiales de ninguna compensación en el marco del trabajo doméstico por parte del grupo que se reunía en el Area de Tirantes. Este grupo, atendiendo a su disponibilidad de objetos singulares, era quien, por otra parte, detentaba ciertos elementos ligados a prácticas militares, como las hondas de guerra. Estas bien podrían servir en la defensa colectiva, pero igualmente pudieron formar parte de acciones de ataque y coerción.

Podría argumentarse que el grupo asentado en el Area de Tirantes pudo compensar el trabajo doméstico mediante la realización de tareas exteriores, necesarias e implicadas en la evidencia arqueológica del Edificio Alfa. Sin embargo, no podemos afirmar que la totalidad de esos trabajos exteriores quedaran en manos del grupo mencionado, puesto que también pudieron correr a cargo de quienes, a su vez, trabajaban dentro de la vivienda, en torno al Hogar. De las tareas externas, muchas podrían incluso realizarse fuera del asentamiento y no participar en ellas ningún miembro de la comunidad, o bien ser responsabilidad de otros grupos domésticos (el pastoreo y gestión del ganado vacuno y porcino, la obtención de conchas marinas, la fabricación de cerámicas alóctonas, la producción metalúrgica). Si intentamos ajustar un poco mejor esas actividades externas que probablemente dependían del grupo doméstico del Edificio Alfa, podemos señalar los trabajos de pastoreo de ovejas y cabras, el ordeñado de los animales, el esquileo de las ovejas, la escasa agricultura de cereal practicada, la recolección de plantas, el suministro de agua y combustible y la extracción de arcillas. No obstante, muchas de estas tareas estaban vinculadas directamente al mantenimiento de las herramientas e instalaciones del Area del Hogar-Pasillo (agua, combustible), ya que era allí donde se mantenían los medios empleados en la actividad exterior (hoces para uso agrícola y de recolección de plantas), de manera que podría pensarse que la división del trabajo involucró también al grupo social vinculado al área donde se realizaban tales trabajos. Por lo tanto, únicamente el suministro de materia base para los trabajos de procesado y cocinado de alimentos (pastoreo, ordeñado) o de ciertos trabajos artesanales (arcillas para la alfarería, lana para el tejido) podría ser definido como un campo laboral vinculable al grupo del Area de Tirantes, que también se haría cargo de las actividades bélicas.

La aceptación de una división del trabajo como la que hemos sugerido supondría aceptar, en cierta manera, un modelo "universal", en el que quienes detentan el uso del armamento (las hondas de guerra) son quienes se encargan del pastoreo y del suministro de ciertas materias primas, lo cual suele ser habitual en muchas interpretaciones sobre las sociedades prehistóricas. En esa presunción se incluye la identificación de los hombres como los protagonistas de esas tareas y las mujeres y las criaturas como "el otro grupo" de la unidad doméstica. Si aceptáramos esa división del trabajo "tradicional", la consecuencia sería que el trabajo implicado en esas tareas "masculinas" no resultaría suficiente para compensar la totalidad de trabajos con adscripción femenina, que no solamente incluirían las actividades laborales domésticas, sino también una serie de trabajos exteriores (suministros de agua y combustible, agricultura, recolección). En tal caso, la explotación del trabajo de las mujeres debería ser la conclusión. Sin embargo, creemos que sólo la evidencia directa de una asociación material entre indicadores de trabajos y grupos sociales identificados en espacios propios podrá determinar la realidad de las relaciones en las sociedades del pasado y confirmar que no estamos proyectando lo que "ya sabemos" a situaciones históricas desconocidas.

Por esa razón, y a la espera de nuevos estudios arqueológicos, hemos considerado imprescindible subrayar que cabe la posibilidad de que no se produjeran disimetrías en las relaciones domésticas, sino que, efectivamente, tuviera lugar una compensación en términos de reciprocidad entre los trabajos domésticos y otros trabajos exteriores. También hemos abordado la posibilidad, que no niegan los datos, de que la unidad doméstica tuviera una configuración estratificada, ya fuera en términos de dependencia de las mujeres dentro de ciertas estructuras de parentesco, ya fuera en forma de clases sociales con estatutos políticamente jerarquizados (14) . La primera posibilidad, la simetría social, debería implicar una organización política asentada en grupos domésticos basados en matrilinajes, bien bajo la forma de grandes linajes matricéntricos para las unidades de tipo Son Ferragut, bien de pequeñas células para las unidades de tipo Son Fornés. Si la estratificación se asentaba en las disimetrías entre mujeres y hombres, organizadas en forma de sistemas familiares, con matrimonio y exogamia, habría que pensar que el Edificio Alfa pudo dar cabida a una familia extensa (monógama dependiente) o bien a una familia polígina (independiente) con al menos un hombre y tres o cuatro esposas, mientras en Son Fornés el modelo familiar pudo ajustarse a unidades matrimoniales nucleares. Finalmente, no podemos descartar tampoco que la estratificación social en el Edificio Alfa se asentara en la propiedad por parte de una familia nuclear con derechos, que debería coexistir en la misma unidad doméstica con una amplia servidumbre (criados/as, esclavos/as, siervos/as). Las expectativas de la investigación arqueológica, a partir de ahora, consisten en intentar responder a las hipótesis formuladas con evidencias que suministren elementos que expliquen de forma más concreta las disimetrías entre trabajo y uso/consumo/disfrute de los objetos que hemos señalado para los espacios domésticos de la prehistoria de Mallorca.
 

Notas

(1) Castro Martínez 1996; Sanahuja Yll 2002
(2) Castro Martínez 1998; Sanahuja Yll 2002
(3) Castro Martínez 1998
(4) Ibid.
(5) Op. cit. en nota núm. 2
(6) Castro Martínez, 1996
(7) San Román y González 1994, p. 27
(8) Castro Martínez, Escoriza y Sanahuja 2002
(9) Gasull, Llull y Sanahuja 1984
(10) Op. cit. en nota núm. 6
(11) Op. cit. en nota núm. 9
(12) Op. cit. en nota núm. 8
(13) Ibid
(14) Ibid
 

Bibliografía

CASTRO MARTÍNEZ, P.V., CHAPMAN, R.W., GILI, S., LULL, V., MICÓ, R., RIHUETE, C., RISCH, R. y SANAHUJA YLL, Mª E.. "Teoría de las Prácticas Sociales". In Homenaje a M. Fernández-Miranda. Madrid: Universidad Complutense, 1996, vol. II, p. 35-48.

CASTRO MARTÍNEZ, P. V., GILI, S., LULL, V., MICÓ, R., RIHUETE, C., RISCH, R. y SANAHUJA YLL, M.E.. Teoría de la producción de la vida social: un análisis de los mecanismos de explotación en el sudeste peninsular (c. 3000-1550 cal ANE). Boletín de Antropología Americana, 1998, vol. 33, p. 25-77.

CASTRO MARTÍNEZ, P. V., ESCORIZA MATEU, T. y SANAHUJA YLL, M.E., El Edificio Alfa del Puig Morter de Son Ferragut (Sineu, Mallorca),British Archaeological Reports, International Series. Oxford, 1992, en prensa.

GASULL, P., LULL, V. y SANAHUJA YLL, M.E.. Son Fornés I: La Fase Talayótica. Ensayo de reconstrucción socio-económica de una comunidad prehistórica de la isla de Mallorca, British Arcaheological Reports, International Series. Oxford, 1984, vol. 209.

SAN ROMAN, T. y GONZALEZ ECHEVARRIA, A. Las relaciones de parentesco, Bellaterra: Universitat Autònoma de Barcelona, 1994

SANAHUJA YLL, M. E. Cuerpos sexuados, objetos y prehistoria,Madrid: Editorial Cátedra; Universidad de Valencia, 2002
 

© Copyright Pedro V. Castro Martínez, Trinidad Escoriza Mateu y Mª Encarnación Sanahuja Yll, 2002
© Copyright Scripta Nova, 2002
 

Ficha bibliográfica

CASTRO MARTÍNEZ, P.V.; ESCORIZA MATEU, T.; SANAHUJA YLL, Mª E. Trabajo y espacios sociales en el ámbito doméstico. Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. VI, nº 119 (10), 2002.  [ISSN: 1138-9788]  http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119-10.htm


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