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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VI, núm. 119 (77), 1 de agosto de 2002

EL TRABAJO

Número extraordinario dedicado al IV Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)
 

AUTOEMPLEO DE ALTA CUALIFICACIÓN EN LA ESPAÑA RURAL

Angel Paniagua
CSIC


Autoempleo de alta cualificación en la España rural  (Resumen)

El incremento del autoempleo ha sido considerado como una respuesta al proceso de terciarización de nuestra sociedad, a la vez que una solución a las elevadas tasas de desempleo y dificultades de inserción profesional de ciertos sectores sociales. En el presente trabajo se analiza la relevancia y las características cuantitativas y cualitativas del autoempleo de alta cualificación en las áreas rurales. El estudio, dentro del proyecto PB98-644 financiado por el MCYT, se fundamenta, por una parte, en el análisis de fuentes cuantitativas fiscales (Impuesto de Actividades Económicas) y, por otra, desarrolla un estudio cualitativo mediante entrevistas semiestructuradas a profesionales de alta cualificación que residen áreas rurales de tres provincias seleccionadas: Ciudad Real, Girona y Guadalajara.

Palabras clave: área rural, autoempleo, reestructuración


High qualificated self-employment in rural Spain (Abstract)

Traditionally the development of self-employment as a consequence of the terciarization processs in western societies, and a solution to high rates of unemployment  and the dificulties of profesional insertion of  key social sectors   The present paper analyses the relevance and the quantitative and qualitative characteristicas of the high qualificated selef employment in rural areas. This study, as a  part of the research project PB98-644 sponsored by the MCYT, analyses quantitative fiscal sources (Economic Tax Activity) and semi-structured interviews to high qualificated professionals  in rural areas in three provinces: Ciudad Real, Girona and Guadalajara.

Key words: rural areas, self-employment, restructuring


La relevancia que paulatinamente se ha concedido al autoempleo durante los años 90 es preciso inscribirla en el ámbito europeo en la crisis de empleo de las economías desarrolladas en la década precedente, lo que ha conducido a la búsqueda de nuevos modelos de organización de los sistemas de producción, que generan una mayor tasa de ocupación (Arranz et al, 1996). Estos procesos coinciden con los cambios en la organización de los sistemas productivos, en los que el autoempleo forma parte de la recomposición de los modelos de producción, que tienden a aminorar el peso de las grandes unidades de producción, al valorar en menor medida sus efectos de escala, a la vez que se toman mayor relieve los procesos de difusión y descentralización de los procesos de producción. En este contexto se ha observado un crecimiento de las ocupaciones de alta cualificación, en concreto de las que requieren formación universitaria (Castells, 2001).

Estas transformaciones han tenido su traducción en las políticas de empleo. Habitualmente las políticas de empleo se han dirigido al asalariado, pero recientemente se ha concedido más relevancia al empleo autónomo, por diversos factores: a) por la imposibilidad de alcanzar el pleno empleo mediante el empleo por cuenta ajena; b) por la temporalidad del empleo por cuenta ajena, que conduce a generar medidas de fomento de la reconstrucción de la carrera profesional, hacia el trabajo por cuenta propia.

La falta de adecuadas oportunidades de empleo, la baja remuneración y las dificultades en las comunidades rurales para crear nuevos empleos o mantener los existentes ha provocado un creciente interés por el autoempleo como medio para generar puestos de trabajo en todos los países occidentales (Findeis et al, 1997). De esta manera, el autoempleo ha ido adquiriendo una relevancia creciente en las áreas rurales. Un 60 por ciento del mismo se ha creado en los municipios menores de 2000 habitantes durante los últimos años, sobretodo en las áreas del interior, donde se han creado programas específicos.

En el presente texto (1) se pretende conceptuar y analizar las características del autoempleo de alta cualificación en diversas zonas rurales, en el marco de la evolución del empleo autónomo en España.
 

El concepto de autoempleo

Autoemplearse puede darse en cualquier actividad económica de nuestra sociedad, independientemente de la cualificación, sexo y localización geográfica. En definitiva, se trata de generar su propio puesto de trabajo. Dentro del autoempleo se pueden distinguir dos grandes grupos o categorías notablemente diferenciadas, en primer lugar los trabajadores por cuenta propia y, en segundo lugar, los trabajadores parasubordinados.

Del grupo de trabajadores autoempleados formarían parte en sentido estricto, aquellos trabajadores que desarrollan su actividad bajo los parámetros habituales del empleo autónomo: trabajo totalmente independiente y trabajo no remunerado salarialmente. Este tipo de trabajadores que son principalmente los artesanos, artistas, profesionales liberales... organizan por si mismos su actividad profesional y no están sujetos, bajo ninguna forma a directrices de terceras personas. Otra característica es que concurren por ellos mismos al mercado de bienes y servicios. Esta sería la caracterización más adecuada para el trabajo autónomo como modalidad de prestación de servicios. Así, el trabajo autónomo ha sido definido como aquel que: "desarrolla personalmente una actividad económica lucrativa de forma habitual, por cuenta propia, con independencia y sin percibir contraprestación alguna de naturaleza salarial" (Álvaro Valdés, 2000). Los factores que podrían caracterizar al autoempleado serían: a) actividad lucrativa que se realiza por cuenta propia, que en el ámbito de los servicios profesionales consiste en prestar a la persona que los solicite sin mediar un tercero. Es decir, el productor y el consumidor están directamente conectados y la retribución se obtiene por la prestación de un determinado servicio profesional; b) la actividad se debe desarrollar de una manera habitual y continuada; c) la actividad se debe desarrollar de manera independiente sin la subordinación que caracteriza a las organizaciones económicas.

En todo caso, existe un notable problema de delimitación del autoempleo, dado que constituye un grupo considerablemente heterogéneo (Monzón, 1996), dentro del mismo se encuentran los denominados nuevos trabajadores autónomos del que formarían parte profesiones como diseñador, publicista, auditor, informático... y otras de mayor tradición, que habitualmente se denominan profesionales liberales, junto a estos estarían aquellas personas que habitualmente desarrollan actividades más tradicionales, que mantienen su nivel competitivo en mercados tecnológicamente poco desarrollados, entre ellos están los que tienen una dedicación en el sector primario, la construcción, el transporte y el comercio por cuenta propia.

La heterogeneidad señalada del trabajo autónomo y las distintas definiciones existentes del mismo, conducen a una notable dificultad en su cuantificación (Monzón, 1996, Arranz, et al, 1996). Constituyen un 22-23 por ciento de la población activa, aunque sobre fuentes fiscales se encuentran sobre el 10 por ciento, con un incremento notable en los sectores no agrarios. Alrededor del 30 por ciento son mujeres, un porcentaje ligeramente inferior al total de la población ocupada. Asimismo, constituyen un grupo envejecido, dado que el 35 por ciento de los mismos tiene más de 50 años, mientras que el conjunto de la población agrupa al 20 por ciento (Monzón, 1996). En cualquier caso su contabilidad es extremadamente desigual según el tipo de fuentes que se utilicen: económicas (responsabilidad sobre una micro unidad de producción); administrativos (adscripción a un régimen de la seguridad social) o fiscales (pago de un determinado impuesto por actividades profesionales).
 

Teorías socioeconómicas explicativas del autoempleo

El autoempleo para desarrollar una actividad económica se ha podido dar siempre, su incremento en las últimas décadas ha generado algunas teorías explicativas que giran alrededor de dos grandes ejes:

a) Terciarización económica y florecimiento de una sociedad post industrial. La terciarización de la economía, las nuevas formas de post producción y las modificaciones sociales constituyen un marco explicativo habitual del incremento del autoempleo en las sociedades avanzadas. Los principios de producción fordistas son sustituidos progresivamente por un tipo de organización del trabajo caracterizado por una mayor flexibilidad, donde los compromisos se establecen más sobre el producto o fruto final del trabajo que sobre el desarrollo cotidiano de una actividad contratada.

El trabajo por cuenta propia se caracteriza por su acusada flexibilidad y adaptabilidad, así como por el riesgo individual. De esta manera, el trabajo autónomo es asumido por personas emprendedoras, que tienen la capacidad de asumir riesgos empresariales. De esta manera en la literatura se hace hincapié en el grado de propensión a asumir riesgos como factor que distingue al auto-empleado del trabajador asalariado. El acelarado proceso de terciarización, acompañado del una mayor tecnificación que afecta en mayor o menor medida a todos los sectores de la actividad productiva, junto a la descentralización productiva y el empleo de nuevos modos de organización del trabajo conducen a un incremento de las actividades desarrolladas con autonomía y, en consecuencia promueven el descenso del trabajo dependiente. Este conjunto de factores se encuentran en la base de la crisis del modelo fordista de producción (Castells, 2001).

Algunos autores han visto en estas características una vuelta a la verdadera economía de mercado, al asumirse individualmente el riesgo empresarial a partir de escasos requerimientos de capital inicial (Arranz, et al, 1996).

b) Precarización económica y generalización de altas tasas de desempleo estructural, junto con desempleo de larga duración. Esta corriente asocia el desempleo con el autoempleo, tanto a un nivel macro de análisis como micro o individual. La probabilidad de convertirse en empleado autónomo aumenta significativamente con la duración del periodo de desempleo inmediatamente anterior.
 

Tipos generales de autoempleo

Generalmente se distinguen diversos tipos de trabajo autónomo (Alberto Valdes, 2000; Arranz, 1996; Monzón, 1996):

a) Trabajo autónomo de carácter tradicional., con una acusada trayectoria histórica y un nivel competitivo en mercados interiores poco desarrollados, sobre todo tecnológicamente. Se trata principalmente de agricultores, artesanos, transportistas, autónomos, hosteleros...

b) Nuevo trabajo autónomo, fruto de la externalización de actividades productivas y de las nuevas tecnologías. Esta ligado a la emergencia de nuevas profesiones como diseñador, publicista, auditor y a profesionales liberales más comunes (abogados, ingenieros, consultores...). Operan sobre nichos de trabajo con gran potencial de futuro.

c) El denominado ‘falso trabajo autónomo’ en donde existe una decisión de establecerse por cuenta propia como consecuencia de la existencia de barreras de entrada en calidad de asalariado a un mercado regulado. Se singulariza por su carácter marginal y por el desarrollo de formas encubiertas de trabajo asalariado.
 

El emprendedor, teorías explicativas

La literatura sobre autoempleo ha insistido repetidamente en las características individuales o contextuales del emprendedor para la generación de nuevas actividades. Se ha insistido en la importancia de entender al individuo en el marco del contexto social en el que se desenvuelve, de esta forma, la pertenencia a un grupo social determinado, el origen familiar, la educación, la experiencia laboral y el estilo de vida aparecen como factores relevantes (Niittykangas, 1996). En concreto se han citado las siguientes características (Carrasco, 1998): a) la educación y la experiencia personal, normalmente sirve para mejorar la calidad de la nueva actividad a desarrollar y para incrementar su eficiencia; b) el ciclo familiar, normalmente los casados presentan una mayor aversión a desarrollar una actividad por cuenta propia que los solteros sin responsabilidades familiares que pueden tener propensión a iniciarla. No obstante de la misma forma la existencia de un grupo familiar puede ser visto como un apoyo para el desarrollo de la nueva actividad en forma de trabajo ocasional o estacional; c) el capital propio, en general los individuos que poseen más recursos económicos tienen mayor tendencia a generar nuevas actividades propias, mientras que la falta de ese capital lo limita considerablemente; d) ciclo económico, su influencia contextual no ha quedado muy claramente establecida en la literatura, dado que igual se ha asociado a un ciclo económico expansivo o recesivo la generación de autoempleo. En el caso de ciclo regresivo, al constituir una alternativa al desempleo, al quedar más limitadas las ‘salidas’ dentro del mercado asalariado y en un ciclo económico expansivo al existir o advertirse mayores posibilidades de éxito en la actividad generada. Por último, habría que considerar dentro de estos factores la relevancia de beneficios sociales y, en concreto, de subsidios de desempleo, que cuando se perciben desincentivan la generación de una nueva actividad.
 

El autoempleo en áreas rurales

Las teorías explicativas del autoempleo en las áreas rurales presentan hasta cierto punto un paralelismo con las teorías globales que explican este fenómeno. Dado que por una parte se asocia a problemas de empleo o subempleo en comunidades locales y por otra queda ligado a la aparición de nuevas formas y tipos de empleo fruto de una nueva organización del mercado de trabajo.
 

Teorías explicativas del autoempleo en áreas rurales

Una de las teorías explicativas del autoempleo en áreas rurales está conectada con la existencia de subempleo o desempleo persistente en estas zonas a nivel local (Stofferahn, 2000). Desde esta perspectiva se advierte que la estructura económica local influencia las decisiones sobre todo en relación a la demanda de trabajo. En consecuencia, la estructura económica del mercado de trabajo refleja las oportunidades de empleo disponibles localmente (Stallmann, Sherchand, 1997). Subyace en este punto de vista que el autoempleo orientado al mercado local presenta distintas características que el orientado a un mercado abierto. En este marco, algunos autores plantean que el autoempleo o el desarrollo de micropymes, es una respuesta a situaciones particulares debido a: 1. La generación de autoempleo se incrementa en condiciones económicas favorables; 2. El contexto juega un notable papel en la creación de nuevas microempresas o en el empleo como autónomo; 3. Por último, ciertos factores situacionales pueden fundarse al nivel individual, en relación al ciclo de vida.

En última instancia, este marco explicativo asocia poblaciones locales a autoempleo de gama baja o manual. Una cierta renovación de esta problemática queda asociada a la implantación de las tecnologías de la información en numerosas regiones rurales con declive demográfico y de actividades de tipo tradicional, al poder atraer actividades que puedan estar deslocalizadas y favorecer a microempresas, tradicionales en las áreas rurales, al poder incrementar su eficacia, elegir la clientela y consecuentemente incrementar su cifra de negocios.
 

Problemas para la generación de autoempleo en áreas rurales

Aparte de los obstáculos habitualmente observados en el inicio de nuevas actividades, el autoempleo en las áreas rurales presenta una problemática particular.

Existe una problemática común observada entre los auto-empleados en áreas rurales. En primer lugar, la obtención de la financiación, una vez decididos a iniciar la nueva actividad, el primer problema a abordar es cómo se obtiene el dinero para ‘ponerse en marcha’, el patrimonio personal y la ayuda familiar suelen ser las primeras fuentes de financiación, en segunda instancia, agotadas estás se recurre a procedimientos más estándares (García-Castejón, Sánchez, 1999). Según diferentes estudios los créditos bancarios constituyen el método de financiación más habitual. El problema en este momento es que "para tener dinero ya es preciso tenerlo previamente". Las ayudas públicas constituyen un segundo elemento de financiación, pero habitualmente existe un considerable rechazo a las mismas debido al considerable papeleo y a la tardanza en el cobro de las mismas. Otro aspecto problemático es la desinformación respecto a los trámites para abrir un negocio, las dificultades formales y la complejidad de los trámites burocráticos.
 

Tipos de autoempleo en zonas rurales

El autoempleado puede serlo en cualquier sector de actividad como anteriormente se ha citado. Las áreas rurales suelen ser consideradas como un gran nicho para crear el propio puesto de trabajo debido a que el sector agrario, en su mayor parte, esta compuesto por empresarios individuales. Aparte de ello habitualmente se consideran diversos tipos de autoempleo en áreas rurales: el más tradicional ligado a la industria agroalimentaria en piscifactorías, queserías, lecherías, industrias vitivinícolas...; el sector servicios, en relación al sector hostelero o las actividades recreativas; algunas actividades de transformación como el mueble, la confección...; por último, la artesanía constituye otro tipo de autoempleo en las áreas rurales. Este tipo de autoempleo puede tener un carácter más tradicional y es el más relevante en términos cuantitativos dentro de espacios rurales.

Por otra parte existiría un tipo de autoempleo de mayor cualificación, que adquiere su formación en centros de estudios superiores, ubicados en centros urbanos, se trata de licenciados o diplomados universitarios que se autoemplean por diversos motivos en localidades rurales. Se trata de gabinetes profesionales denominadas liberales, que en muchos casos se desarrollan individualmente, junto con otras profesiones más tradicionales de las áreas rurales (por ejemplo, veterinarios).
 

El autoempleo de alta cualificación en zonas rurales

Desde la geografía rural se han producido diversas tesis sobre el autoempleo de alta cualificación en áreas rurales, que tienen su propia dinámica independiente de los marcos explicativos generales.
 

Marcos explicativos

Una teoría explicativa queda ligada a la estratificación social de las comunidades rurales en el marco de los estudios sobre cambio social en las áreas rurales. Habitualmente se ha realizado una simplificación de las relaciones sociales en las comunidades rurales al contraponer poblaciones locales a recién llegados. Normalmente estos dos grupos han sido asociados, por una parte, a trabajadores poco cualificados y, por otra, a la clase de servicio o nuevas clases medias en las áreas rurales. En todo caso, dentro de las clases medias también se han generado una multiplicidad de fracciones sociales. Se ha prestado especial atención a la denominada ‘service class’ compuesta por trabajadores profesionales y gerentes de empresas (Cloke, Thrift, 1990). La relevancia concedida a estos grupos sociales obedece a una cierta preeminencia que se ha constatado en las economías occidentales fruto de la tendencia a una división técnica y social del trabajo que ha generado empleos muy cualificados, un poder de compra superior a la media que impone su hegemonía en las cuestiones relativas al consumo y que sostienen un alto grado de poder político, tanto nacional como local (Cloke, Little, 1990). Esta evolución tiene una clara diferenciación entre clase de servicio de carácter privado o público, mientras que el primer grupo incrementa su número e influencia, la de tipo público la disminuye, lo que lleva aparejado una ideología más ligada al individuo que a la comunidad o colectividad. En todo caso, la enorme dificultad en la definición de clases sociales, como se ha puesto de manifiesto en la literatura al respecto, conduce a una debilidad en la identificación de clases en relación a categorías socioeconómicas. Estos problemas son particularmente notables en la identificación de las clases de servicio. Se han indicado ciertas pautas sociodemográficas que caracterizan a este grupo social, en concreto en relación a las siguientes características: a) en primer lugar, por género, dado que son más numerosas las mujeres, ligado a unas determinadas características de la familia, como es el trabajo de los dos miembros de la pareja, una mayor proporción de familias monoparentales, b) en segundo lugar, la clase de servicio ha sido definida como un grupo joven, por lo que habitualmente disponen de un notable presupuesto para ocio, lo que ha llevado a la formación de un particular estilo de vida; c) en tercer lugar, otra característica de este grupo social son sus prácticas de consumo, ligadas a ciertas prácticas culturales o espaciales, como la compra de casas antiguas o casas con vistas y las actividades con una demanda reducida; d) en cuarto lugar, se ha apuntado para estas clases sociales unas acusadas pautas territoriales, dado que las clases de servicio tienden a concentrarse en ciertas localidades, que poseen unas condiciones económicas más apropiadas que otras para este grupo social. En cualquier caso, estas características se han adoptado en la literatura para detectar distintos grupos dentro de la clase de servicio.

Como se ha indicado previamente la división social citada se ha manifestado también espacialmente, al asociarse la población local con la clase trabajadora y los recién llegados con clases medias. Esta relación local-recién llegados se ha convertido en un factor reconocido de cambio en las áreas rurales.

La emergencia en las áreas rurales de estos nuevos grupos sociales está ligada a procesos de migración urbano-rurales, fundados en la división espacial del trabajo. En el proceso de reestructuración de la economía, las áreas rurales se han beneficiado de una mayor libertad individual en relación a la localización donde realizar su actividad productiva. En términos académicos, el fenómeno ha recibido atención ligado a cambios en la industria manufacturera (Paniagua, Antón, 2001), para luego ampliarse al comportamiento de ciertos grupos de las clases medias. La relevancia concedida a estos grupos ha sido considerada básica para el análisis de la evolución de las relaciones económicas y sociales en las áreas rurales, independientemente de su peso numérico. De esta manera una de las características más notables de este grupo es su movilidad.

Otra teoría habitualmente utilizada es el ligado al denominado ‘idilio rural’, fundado en la atracción de poblaciones urbanas hacia áreas rurales, que obedece principalmente a una imagen idealizada de la vida rural. Normalmente se ha considerado que la imagen idílica de las áreas rurales esta en correspondencia con ciertos grupos sociales. Son las denominadas clases medias las que forjan una imagen aceptada socialmente del medio rural. Las zonas rurales quedan asociadas a imágenes estables de paz, naturaleza, salud y de poblaciones rurales genuinas y armónicas.

La persistencia de las imágenes asociadas al idilio rural constituirían uno de las principales factores de cambio social rural. La preservación del paisaje y de la comunidad local implícita en el concepto de idilio rural, ha constituido un elemento de movilización en las áreas rurales de las denominadas clases medias frente a proyectos de desarrollo urbanístico, con el fin de salvaguardar la calidad del medio ambiente rural. En definitiva, el idilio rural ha sido considerado en la literatura (ej. Cloke, Little, 1990) como un notable elemento de cambio, al hacer deseable la residencia a poblaciones urbanas en el medio rural. La posibilidad para determinar su propia localización ha llevado a las clases medias a percibir los atributos del medio ambiente rural.

Estos marcos teóricos (nuevas clases sociales e idilio rural) tienen un carácter complementario debido a que normalmente el grupo social que sustenta una imagen, aceptada socialmente, de los valores de las áreas rurales son las clases medias, y dentro de ellas, la denominada clase de servicio.

La conformación de una clase de servicio en la España rural ha sido puesta en serías dudas (Hoggart, Paniagua, 2001) debido a que las áreas con un incremento de más del 15 por ciento de población entre 1981 y 1991 están notablemente concentradas en ciertas áreas, especialmente en las áreas costeras mediterráneas, en las áreas de nuevo poblamiento ligado a dinámicas de commuter y finalmente en diversas zonas rurales del interior especialmente dinámicas, ligadas a varios fenómenos. Un análisis fundado en los profesionales que se declaran migrantes según el Censo de Población a nivel municipal en ciertas provincias seleccionadas como son Ciudad Real, Guadalajara y Gerona plantea en cambio (figura 1), una cierta relevancia dentro de los migrantes urbano-rurales de aquellos se declaran profesionales.

Figura 1

Del análisis de estos datos se deduce la amplitud territorial de la migración urbano-rural de profesionales en las tres provincias consideradas y la intensidad de este fenómeno sobre todo en municipios muy concretos donde supone más del 30 por ciento de los inmigrantes de procedencia urbana. En todo caso, en Guadalajara existen un 45 por ciento de municipios inferiores a 2000 hab., en los que un 45 por ciento de los municipios no tiene ningún profesional inmigrante, mientras que existen algunos en los que supone el 100 por ciento de los mismos, extrema variabilidad que confirma una cierta predilección espacial por algunas localidades y no por otras, pero que puede obedecer también al amplio número de municipios de tamaño muy reducido. En Girona y Ciudad Real los municipios de menos de 2000 hab donde no residen profesionales inmigrantes son muy reducidos del 5 y 10 por ciento, pero también nunca superan el 60 por ciento de los inmigrantes en Girona o el 39 por ciento en Ciudad Real. Si comparamos en estas provincias los municipios menores de 2000 habitantes, respecto al conjunto provincial es posible indicar que el porcentaje medio en ambos grupos de municipios de profesionales migrantes es similar, pero siempre es notablemente más elevada la relación profesionales sobre el conjunto de inmigrantes a áreas rurales respecto a la relación migrantes sobre la población total del municipio, lo que sugiere una predilección por las áreas rurales de este grupo socioeconómico. Por tanto, a un nivel de análisis más micro y en ciertas provincias seleccionadas, parece que en una primera evaluación se cumplen los requisitos expuestos para poder hablar de una clase rural de servicio (Paniagua, 2001)
 

Una aproximación cuantitativa al autoempleo de alta cualificación en zonas rurales

El análisis del autoempleo de alto nivel lo concretamos en tres provincias, que sirvan como referencia para el conjunto de las áreas rurales en España. Ciudad Real, Guadalajara y Gerona se han seleccionado al constituir tipos provinciales contrastados.

Como fuente de información para este apartado se ha utilizado el Impuesto de Actividades Económicas a nivel de registro informático. Esta fuente fiscal divide los profesionales en nueve categorías: 1. Profesionales relacionados con la agricultura, ganadería, caza y pesca; 2. Profesionales relacionados con las actividades relativas a energía; 3. Profesionales relacionados con la industria electrónica; 4. Profesionales relacionados con la industria manufacturera; 5. Profesionales relacionados con la construcción; 6. Profesionales relacionados con el comercio y la hostelería; 7. Profesionales relacionados con el transporte y las comunicaciones; 8. Profesionales relacionados con las actividades financieras, jurídicas, de seguros y alquileres; 9. Y, por último, profesionales relacionados con otros servicios (Centro de Estudios Financieros, 2000, cuadro 1).

En principio, es preciso citar una notable presencia del grupo de profesionales relacionados con las actividades financieras, jurídicas, de seguros... y también de los profesionales cuya actividad esta relacionada con el transporte y las comunicaciones, habitualmente entre estos dos grupos suponen más del 50 por ciento de todos los profesionales que residen en municipios rurales. El primero de estos grupos, compuesto principalmente por conductores de vehículos terrestres no entraría en el marco de los autoempleados de alta cualificación, pero es interesante señalarlo, debido a que tienen una gran movilidad. Mayor interés presenta el grupo de profesionales relacionados con actividades financieras, jurídicas y de seguros. Este grupo, queda ligado a una mayor actividad inmobiliaria y formalización de las relaciones contractuales y en general, de las actividades de gestión administrativa, todo ello fruto de una mayor complejidad de las relaciones económicas y jurídicas de nuestra sociedad. Este grupo presenta un notable incremento en las dos provincias del interior y sobre todo en Guadalajara, mientras que queda estancado en la provincia costera, de mayor densidad y urbanización, como es Girona. De esta manera, al final del periodo existe una cierta convergencia en cuanto al volumen de profesionales de este tipo en las tres provincias, alrededor del 30 por ciento del conjunto de los mismos (cuadro1).
 
 

Cuadro 1
Tipos de autoempleados en municipios de menos de 2000 hab. Datos en porcentajes
Tipo profesional 1995 Girona 1999 1995 C.Real 1999 1995 
Guadalajara
1999
1 2,8 3,9 13,9 12,5 5,2 5,6
2 1,9 1,8 7,0 7,3 3,8 2,6
3 3,2 2,7 3,5 2,1 1,9 2,0
4 12,0 13,7 4,6 5,2 9,5 9,5
5 13,6 10,4 22,1 19,8 9,5 12,1
6 0,4 0,4   1,0 2,7 0,7
7 34,8 34,8 29,1 27,1 30,8 37,0
8 30,5 31,6 19,8 25,0 16,1 30,2
9 0,9 0,7     0,5  
Total 100 100 100 100 100 100
Fuente: IAE, Elaboración propia.

Otro grupo a considerar es aquel relativo a los profesionales de tipo técnico y formación superior (grupos 1 a 5 del cuadro 1), que tiene un peso desigual entre las tres provincias, supone un porcentaje ligeramente superior al 30 por ciento en Gerona, cuyo peso esta estancado. Similar situación se produce en Guadalajara, tanto en términos de volumen como de tendencia. En Ciudad Real donde reunía más del 50 por ciento en el año 1995 decrece ligeramente al 46 por ciento. La estructura de este tipo de profesionales es notablemente desigual según el tipo de provincia. En Girona destacan los profesionales relacionados con la industria manufacturera y con la construcción, al igual que sucede, aunque con menor peso, en Guadalajara. Por el contrario, en Ciudad Real, adquieren más relevancia los profesionales cuya ocupación esta relacionada con la agricultura, ganadería y caza.

La distribución entre distintos profesionales por tramo de población rural presenta acusadas tendencias: en los municipios de tamaño más reducido de 0 a 500 habitantes en las provincias de Guadalajara y Girona existe una estructura ocupacional similar a la del conjunto de municipios rurales, lo que en Ciudad Real no se puede concretar debido a su escaso número. En los tramos de población entre 500 y 1000 habitantes las provincias de Guadalajara y Girona continúan las tendencias del conjunto de municipios, al contrario en la de Ciudad Real el grupo de profesionales de base universitaria técnica adquiere un volumen de cerca de más del 60 por ciento, proporción que se reduce a poco más del 40 por ciento en el tramo de entre 1000-2000 hab.

En general, se observa un incremento del número de profesionales en las tres provincias consideradas que oscila entre el 44,5 por ciento en Guadalajara y el 11,6 por ciento de Ciudad Real entre 1995 y 1999, en todo caso, la evolución presenta notables variaciones según el tipo de profesionales. Así, en Girona se incrementa notablemente el número de los profesionales dedicados a actividades financieras, jurídicas, etc, en municipios rurales, pero sin modificar notablemente su participación en la estructura de los diversos grupos de profesionales (incremento del 32,4 % entre 1995 y 1999), junto con el de aquellos profesionales relacionados con la agricultura que crecen más del 77 por ciento y los que se dedican a la construcción (crecimiento de 45 %). En todo caso no se modifica a grandes rasgos la estructura entre los distintos grupos profesionales. En Ciudad Real, el crecimiento más notorio se produce también en el grupo de profesionales dedicados a asuntos jurídicos y financieros (41,2 %) y muy secundariamente el de profesionales relacionados con la construcción. Decrece, en cambio, el grupo relacionado con la industria manufacturera. Por último, en Guadalajara se incrementa espectacularmente el grupo de abogados, economistas, etc, hasta un 170,6 por ciento y el de profesionales relacionados con la agricultura (un 54,5%). De esta forma, es posible indicar que los distintos subgrupos de profesionales, sobre todo aquellos que se incrementan más notablemente, tienen una tendencia similar en todas las provincias consideradas, beneficiándose sobre todo los relacionados con actividades jurídicas y financieras, aunque la intensidad del incremento es dispar. Por tipos de municipios rurales según su tamaño, estas tendencias se mantienen a grandes rasgos, desde los más reducidas (0 a 500 habitantes).

La evolución interanual por tamaño de población del número de profesionales rurales presenta ostensibles variaciones, tanto entre años, tramos de población, como entre provincias consideradas (cuadro 2), lo que indica, junto a datos ofrecidos previamente, un comportamiento al margen de tendencias económicas generales y una evolución independiente entre distintas zonas rurales con diferentes características socioeconómicas.
 
 

Cuadro 2
Evolución interanual del número de profesionales en dos tramos de población. 
Datos en porcentaje

Año

0-500 hab.

0-500 hab.

0-500 hab.

1000-2000 hab. 

1000-2000 hab.

1000-2000 hab.
Guadalajara Girona Ciudad Real Guadalajara Girona Ciudad Real
1995-96 10,6 3,4 0 2,9 1,4 30
1996-97 5,3 14,1 25 26,4 5,0 26,9
1997-98 5,1 6,9 0 8,2 7,4 3,0
1998-99 0 12,9 -25 15,1 2,4 20,6
Fuente: IAE. Elaboración propia.

Artistas

Constituiría un grupo muy específico dentro de la denominada nueva clase de servicio en las áreas rurales. Aunque es un grupo muy reducido numéricamente, son personas de gran influencia en las comunidades en las que se instalan. Al tener una gran libertad individual de movimientos han sido considerados una clara expresión de profesiones postmodernas (Bunting, Mitchell, 2001).

De acuerdo con los datos de inmigrantes que se declaran escritores y artistas en las provincias seleccionadas estos constituyen un grupo numéricamente muy débil, pero que habitualmente duplica al de áreas urbanas en las provincias de Girona y Ciudad Real. No suponen en todo caso más del 2 por ciento de la población inmigrante, si calculamos la relación con la población inmigrante que se declara profesional, oscilan entre el 13 por ciento de Guadalajara y Ciudad Real y el 9 por ciento de Girona en los municipios de menos de 2000 hab. (figura 2). Este grupo socioeconómico presenta por otra parte una gran concentración territorial, por ejemplo en la provincia de Guadalajara no aparecen en el 70 por ciento de municipios, pero en alguno supone el 100 por ciento de inmigrantes, suelen ser municipios con valores arquitectónicos o culturales. En las provincias de Ciudad Real y Girona el nivel de concentración no es tan elevado aunque si significativo, por ejemplo en la última provincia citada en un 65 por ciento de municipios no se encuentran escritores o artistas, pero en algún municipio suponen hasta el 65 por ciento de los inmigrantes (figura 2).

Figura 2



Conclusión

No existe una amplia literatura sobre autoempleo desde una perspectiva geográfica, y es notablemente más reducida en lo que respecta a las áreas rurales, con la salvedad de la que se refiere a los agricultores.

En general no existe una acepción unánimemente admitida de autoempleado, lo que conduce a notables deficiencias en su cuantificación como se ha apuntado sobradamente en la literatura al respecto. Del grupo de autoempleados forman parte en sentido estricto los artesanos, artistas y profesionales liberales, que realizan un trabajo totalmente independiente y no remunerado salarialmente. Este tipo de profesionales suelen quedar ligados a procesos de terciarización económica y el desarrollo de una sociedad postindustrial, fruto de la externalización de actividades productivas y el desarrollo tecnológico.

El desarrollo del autoempleo cualificado en áreas rurales ha quedado ligado dentro de la Geografía Rural a la estratificación social de las comunidades rurales dentro de los estudios sobre cambio social en las áreas rurales. En concreto se ha prestado especial interés a la denominada clase de servicio compuesta por profesionales y gerentes de empresas. La emergencia de este grupo social en las áreas rurales esta ligado a procesos de migración urbano-rurales, fundados en la división espacial del trabajo. La existencia de esta clase de servicio puede ser puesta en duda como fenómeno nacional, pero si se detecta a un nivel más reducido de análisis, en escenarios seleccionados.
 

Notas

(1) Este texto forma parte del proyecto PB98-644 financiado por la CYCIT.
 

Bibliografía

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© Copyright Ángel Paniagua, 2002
© Copyright Scripta Nova, 2002
 

Ficha bibliográfica

PANIAGUA, A. Autoempleo de alta cualificación en la España rural.  Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, vol. VI, nº 119 (77), 2002. [ISSN: 1138-9788]  http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119-77.htm


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