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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VI, núm. 119 (125), 1 de agosto de 2002

EL TRABAJO

Número extraordinario dedicado al IV Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)
 

TRABAJADORES MIGRANTES BOLIVIANOS EN LA HORTICULTURA ARGENTINA: TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE RURAL EN EL VALLE INFERIOR DEL RÍO CHUBUT

Judith Corinne Hughes
Olga Marisa Owen

Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco
Sede Trelew – Provincia del Chubut – Patagonia, República Argentina



Trabajadores migrantes bolivianos en la horticultura argentina: transformación  del paisaje rural en el valle inferior del río Chubut (Resumen)

El Valle Inferior del Río Chubut se localiza al noreste de la provincia del Chubut, en la región Patagonia de la República Argentina. La organización del espacio rural y su producción agrícolo-ganadera comenzó con la llegada de inmigrantes procedentes del país de Gales en el año 1865.

Hace dos décadas nuevos pobladores se instalaron en el valle, inmigrantes bolivianos. Forman parte de una corriente migratoria iniciada como migración fronteriza en la región del Noroeste argentino. Esta colectividad ha logrado insertarse en la actividad hortícola del valle. Asimismo, con el arribo del horticultor boliviano, el trabajo agrícola se organiza en pequeñas parcelas que abundan en variedad de cultivos hortícolas e incluso frutales. El impacto es mucho, pues transforma el paisaje rural y la actividad económica se organiza a partir del trabajo familiar. Se implementan nuevas modalidades de contratos de trabajo, de relación a la propiedad de la tierra, en producción y prácticas agrícolas.

Palabras clave: migración, paisaje rural, horticultura


Bolivian Workers migrants in the Argentinian horticulture: transformation of the rural landscape in the Inferior Valley of the Chubut River (Abstract).

The Inferior Valley of the Chubut River is located in the northeast of the Chubut province, in the Patagonian region the Argentina Republic. The organization of the rural space and the agrícolo-cattleman production began with the arrival of immigrants coming from Wales in 1865.

Two decades ago new residents settled down in the valley, Bolivian immigrants. They are part of migratory current that began asa border migration in the Argentinan northwest area. This collective got involved in the horticultural activity of the valley. Also, with the Bolivian horticulturist's arrival, the agricultural activity is organized in small parcels where there is an area plenty variety of cultivations horticultural and even fruit-bearing. The impact is deep as it changes the rural landscape and the work is developed as a consequence of the family work. New modalities of work contracts are implemented, and relationship of the property of the earth, in agricultural practices and production.

Key words:  migration, rural landscape, horticulture.


La migración es un proceso espacial que provoca mucho más que una redistribución poblacional, genera transformaciones en el territorio de origen y destino, en su estructura y funcionalidad. La migración limítrofe en Argentina se produce desde principios del siglo XX con objetivos claros de su inserción en el mercado de trabajo. Como lo expresa Sassone (2001: 17) "la presencia de bolivianos viene de larga data aunque ha adquirido protagonismo a partir de los años sesenta por su carácter de migraciones "fronterizas", estos extranjeros se asentaron en las primeras etapas de su proceso migratorio en el noroeste argentino y en las posteriores buscaron otros destinos, en particular el Área Metropolitana de Buenos Aires". A partir del año 1986 arriban los primeros trabajadores bolivianos al Valle Inferior del Río Chubut localizado al Noreste de la provincia homónima de la Patagonia Argentina y se incorporan, a partir del trabajo familiar, a la horticultura bajo una adaptación de sus prácticas agrícolas a las condiciones propias del valle.

Esta comunicación forma parte de una investigación en desarrollo cuyo objetivo es explicar los patrones de asentamiento y de inserción de la comunidad boliviana en los circuitos económicos del valle. Realizamos una breve presentación de la colonización galesa quienes iniciaron el asentamiento permanente del valle para luego exponer las transformaciones en el paisaje rural que se denota a partir de la presencia y de la modalidad de trabajo que la comunidad boliviana desarrolla.
 

Características naturales del Valle Inferior del Río Chubut

El Valle Inferior del Río Chubut (VIRCH) se localiza al noreste de la provincia del Chubut, en la región Patagonia de la República Argentina. Toma el nombre del río homónimo que tiene sus nacientes en el cordón oriental del sistema montañoso andino patagónico, en el sector sudoeste de la provincia de Río Negro (Argentina). De acuerdo con un estudio realizado por el Ministerio de Economía, Servicios y Obras Públicas juntamente con la Corporación de Fomento y Recursos Hídricos de la provincia del Chubut, el Valle Inferior se extiende desde Boca Toma. Este es el sitio en el que se originan los canales principales de riego, hasta su desembocadura en el Océano Atlántico y cuenta con una superficie aproximada a 60.000 has. (80 Km. por 7,5 Km.)(Ministerio de Economía, Servicios y Obras Públicas, CORFO y Recursos Hídricos,1994:1).

Conforme a los registros meteorológicos que realizó la Estación Agrometeorológica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) estación Trelew, por el período de treinta años (1971 – 2000), el tipo climático es templado-frío-ventoso (Arbuniés de Mac Karthy, R. 1994: 137). Las escasas precipitaciones distribuidas a lo largo del año poseen un promedio de 170 a 190 mm. La temperatura mínima absoluta es de –12,0º C mientras que la máxima absoluta supera los 38.0º C. Los vientos predominantes tienen una dirección oeste y sudoeste. Las presencia de heladas cubren 248 días como promedio, convirtiéndose en una manifestación de suma importancia para la producción frutihortícola del valle.

Frente a las condiciones naturales mencionadas, la actividad agrícola se sustenta por la aplicación del riego. El sistema de riego del valle está organizado de la siguiente manera (Owen, 2001:159): un dique sobre el río Chubut (Dique Florentino Ameghino a 120 Km. de la capital provincial Rawson) construido a partir de 1950 y dos tomas que desvían el agua a los canales principales y secundarios hacia las márgenes norte y sur del río y recorren en forma paralela al río el valle. Dichos canales fueron construidos a fines del siglo XIX por los colonizadores galeses y ello posibilitó el surgimiento de un valle agrícola en una región que se caracteriza por la aridez. Hoy se contabilizan 23.480 has. regadas.
 

La colonización galesa en Chubut

A mediados del siglo XIX la Patagonia estaba ocupada por población indígena. El Valle Inferior del Río Chubut comenzó a tener población asentada en forma permanente a partir del aporte de migrantes de ultramar procedentes del país de Gales. Como enuncia López de Monedero (1987), al promediar el siglo XIX, Gales se encontraba inmerso en profundos cambios sociales producto del desarrollo industrial y el dominio inglés que presionaba y asfixiaba a la cultura galesa. Contrarrestando la opresión se gestaba la idea de crear una "Nación galesa", por medio de la construcción cultural arraigada en la religión, el idioma, la literatura, la poesía y la música. El deseo de libertad llevó a que el 25 de mayo de 1865 un grupo de 153 galeses decidieran partir de su país con destino a la Patagonia que resultó ser el lugar para la construcción imaginada de la fuerte identidad galesa, siendo esta la visión de los colonos teniendo en cuenta las palabras de uno de los principales protagonistas como lo fuera y declara el reverendo A. Matthews (1992:12): "El ideal era conseguir un país deshabitado, que no estuviera bajo ningún gobierno propio, formar y mantener sus costumbres nacionales y ser un elemento constructivo y no ser asimilados por su país de adopción; un país al cual pudieran emigrar en forma suficientemente numerosa como para echar los cimientos de un futuro gobierno galés, para tener congregaciones galesas, escuelas galesas y conseguir un dominio tan absoluto sobre el territorio como para no desaparecer, absorbidos por otros pueblos vecinos".

Estos colonos galeses –como se los identifica en la historia regional- arribaron en el año 1865 a las costas de Puerto Madryn (1) e hicieron de la tierra yerma un valle de riego de alta potencialidad. Durante los primeros tiempos sus prácticas agrícolas estuvieron dedicadas al cultivo de trigo. En esta etapa de monocultivo los agricultores eran dueños de herramientas rudimentarias y tenían dos o tres yuntas de caballos utilizados para las labores agrícolas. Como expresa Hughes (1993: 85) los galeses no conocían la alfalfa en los primeros años, hasta que se la fue incorporando lentamente y en el año 1909 se obtuvo una cosecha exitosa, situación que fue progresiva en el tiempo. Para la década del 50 el cultivo de la alfalfa permitió el desarrollo de la actividad ganadera bovina y ello convergió en mayor producción de leche, quesos y otros derivados.

La construcción del ferrocarril que funcionó hasta el año 1961 posibilitó la comunicación entre los pueblos del valle con Puerto Madryn y el intercambio comercial con áreas distantes como la ciudad de Buenos Aires.

El valle creció en el aspecto económico y demográfico. Tal como ocurrió en todo el territorio argentino, arribaron migrantes españoles, italianos, portugueses y de otros países europeos. La diversificación de la producción y el acceso a nueva tecnología derivó en la modernización de las producciones agrícolas.

La decadencia de la agricultura valletana se precipitó con el ingreso de productos hortícolas de otras áreas agrícolas del país, con la dificultad de comercialización externa, con la insuficiencia en la organización productiva-comercial entre otros. La declinación de la economía se agrava desde finales de los años 60 con el auge dado a la actividad industrial desde el gobierno. Ello provoca el crecimiento de las ciudades y las actividades productivas se concentran en la industria textil, construcción y servicios. Desde 1990, y reflejo de la situación nacional, el retroceso económico fue general para el valle en su totalidad.

Ante la falta de rentabilidad, los pobladores rurales comienzan a abandonar sus chacras (2) y se asientan en los centros urbanos.

En este escenario de abandono y decadencia económica comienza el arribo de familias de origen boliviano que se asientan en el espacio rural e inician una práctica hortícola que transforma el paisaje de un área del valle.
 

Trabajadores migrantes bolivianos en territorio argentino

El aporte migratorio boliviano es de larga data y presenta una relación directa con la atracción de las actividades económicas en Argentina (Benencia, 1995: 10). Siguiendo las etapas históricas que desarrolla Sassone (1994: 209) para esta corriente migratoria, desde principios del siglo XX se observa una fuerte presencia en las provincias del noroeste argentino como fuerza de trabajo temporaria en la actividad azucarera y tabacalera. Durante la década del 50 son mano de obra importante en los cultivos de primicia (tomate, pimientos, bananos, etc) en el norte argentino. Entre la década del 60 y 70 desarrollan una actividad relevante en la vendimia y cultivos frutihortícolas del centro oeste del país y una presencia estable en la ciudad de Buenos Aires. A partir del 70 se observa una difusión espacial de bolivianos por todo el país y se incorporan al mercado de trabajo argentino según la demanda de mano de obra en las economías regionales. El arribo a la provincia del Chubut se inicia con la construcción de la planta de aluminio (3) en la ciudad de Puerto Madryn durante la década del 70, mientras que al VIRCH lo hacen desde el año 1986.
 

Trabajadores migrantes bolivianos en el Valle Inferior del Río Chubut

Los trabajos de Marshall (1979, 1983) y Maguid (1990) muestran que hasta 1980 se produce una alta concentración ocupacional (actividades mineras, agropecuarias, construcción) del migrante limítrofe con respecto al nativo. La población rural boliviana en el VIRCH se concentra en la actividad hortícola. Algunos trabajan en los hornos de ladrillos, fruta fina (frambuesa, frutilla), cereza y no es relevante el número de bolivianos ocupados en la producción de alfalfa y en ganadería (ovinos y engorde de bovinos) que es la actividad que concentra a los productores tradicionales del valle.

Provienen del ambiente de valles en los departamentos de Tarija y Chuquisaca de Bolivia. La migración hacia la Argentina constituye una opción importante en la búsqueda de trabajo por lo que la mano de obra más joven participa del movimiento de circularidad, entendiéndose por ello ingresar al país como trabajador por la temporada y regresar al país de origen periódicamente.

El primer migrante boliviano en arribar lo hace desde un área hortícola ubicada en la provincia de Río Negro, al norte de la del Chubut. No ha cesado el aporte de esta corriente migratoria en los siguientes años y ello se refleja en que se ha conformado un área del valle que se puede identificar como el territorio boliviano "...donde las experiencias de vida del grupo social se expresan en artefactos y objetos materiales, en signos y símbolos, en significados y valores que hacen diferente un territorio de otro..."(Sassone, 2001:16). Se pueden identificar claros signos culturales que han transformado el paisaje rural en Chubut .
 

Organización territorial del Valle Inferior del Río Chubut

División política – administrativa del valle

El Valle Inferior del Río Chubut (VIRCH) abarca dos departamentos: Rawson y Gaiman (4). El departamento de Rawson incluye los municipios de Rawson y Trelew (5). El departamento de Gaiman incluye al municipio de Gaiman, Dolavon y la Comisión de Fomento de 28 de Julio (Owen, 2001: 157).
 
 

Cuadro 1
Población de las localidades del VIRCH , 2001
Localidad
Población
Rawson 

Trelew 

Gaiman 

Dolavon 

Comisión de Fomento de 28 de Julio

22.530 

88.220 

4.300 

2.481 

105

Fuente: Censo Nacional de población, hogares y viviendas 200l, cifras provisionales. Elaboración propia.





Según datos preliminares del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2001 la población de las localidades localizadas en el valle llega a 117.636 según detalle en cuadro 1.

El ejido de cada municipio está conformado por áreas que conservan el nombre de la división del valle que realizaron los colonos galeses: Treorky, Bryn Gwyn, Drofa Dulog, Bryn Crwn, La Angostura y otros (6).

Se reconocen tres áreas del valle con mayor concentración del sujeto boliviano y presencia de claros componentes culturales: Drofa Dulog, Treorky y Bryn Gwyn. En un número muy reducido se los localiza en La Angostura.

Cambios en la estructura parcelaria y tenencia de la tierra

La estructura parcelaria de las tierras del valle ha soportado grandes modificaciones desde el inicio de la colonización del valle por los galeses (cuadro 2). Según un estudio realizado por técnicos de INTA (Battro, 1990:2) la subdivisión que se observa para el año 1915 se debe a sucesión hereditaria y en menor escala por nuevos contingentes arribados al valle.
 
 

Cuadro 2
Estructura fundaria del VIRCH
Año
Cantidad de parcelas
Total de ha.
Promedio de superficie por explotación
1894 

1915 

1960 

1981

274 

475 

977 

1.772

26.941 

31.320 

23.900 

38.373

93,3 ha 

65,9 ha 

24,5 ha 

21,66 ha

Fuente: Battro, P., Tadeo, H., Willems, P., El tamaño de las chacras y la calidad de sus suelos. Valle Inferior del Río Chubut. INTA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, 1990. Elaboración propia.

Además, para el año 1981 los autores agregan otro dato que consiste en excluir las chacras que por problemas de suelo no se utilizan, por lo que la cantidad de parcelas se reduce a 1.356 con un total de 24.381 ha., descendiendo el promedio de superficie por explotación a 17,98 ha.

Los datos mostrados en el cuadro exponen la situación de gran subdivisión de chacras que presenta el VIRCH. Hasta mediados de los años 80 los dueños de tierras en el valle eran los productores tradicionales (italianos, galeses, españoles y otros) o pobladores urbanos. Desde esa década, algunos bolivianos han logrado comprar hectáreas. Asimismo, con el fin de ampliar la producción de hortalizas, arriendan otras propiedades ubicadas relativamente cerca una de otra a fin de poder atender las labores diarias que requiere la huerta.
 

Trabajo y transformación del paisaje rural

Cambios en los contratos de trabajo agrícolas

Con el arribo de los bolivianos se observa, al igual que en el cinturón hortícola bonaerense una transformación en el mercado de trabajo rural a partir de la difusión de la mediería como nueva forma de trabajo. Se trata de una relación contractual entre el trabajador boliviano con el poseedor de la tierra y el capital en la producción hortícola. Este contrato se pacta sobre un porcentaje de lo obtenido por la venta final de la producción que varía entre un 30 a un 50 por ciento.

Chacras que años atrás fueron trabajadas por productores tradicionales (galeses, españoles, italianos y otros) fueron abandonadas para la década del ochenta -por presentarse mejores o distintas oportunidades laborales en la ciudad-, hoy son cultivadas por migrantes bolivianos bajo el sistema mediería, esto se refleja en la aparición de nuevas formas de organización del trabajo y nuevos agentes.

El mediero trabaja mediante un contrato que concibió con el poseedor de la tierra, bajo palabra, ante un escribano o juez de paz. Al respecto Benencia (1997: 160,161) manifiesta la conveniencia de estos contratos: "Para el medianero, ...con este sistema se siente más libre, no tiene horario de trabajo, y al final del ciclo puede acumular ciertos excedentes que le permiten acceder a determinados bienes (automóviles o parcelas) y servicios (educación para sus hijos; pasajes para ir y venir periódicamente hacia y desde Bolivia); una "vivienda" y alimento mientras desarrolla su actividad..."

"Para el patrón, el sistema es ventajoso porque no tiene que controlar la ejecución de las tareas; si el medianero no trabaja no puede mandar verduras al mercado, por lo tanto no cobra..."

El mediero realiza distintas tareas relacionadas con la producción de hortalizas, maneja el tractor, siembra, cosecha, desmaleza, embala, lava, vende, controla al peón y carga entre otras. Es quien decide qué plantar y la mayoría de las veces es quien compra la semilla y los agroquímicos, lo que lo hace partícipe de los gastos que se tienen en la producción. Tal como manifiesta Benencia (1995: 100) la funcionalidad del mediero está dada porque "...el productor, al "asociarse" con el mediero en la realización de determinado cultivo, tiende a reducir, o mejor dicho, a "compartir" riesgos que la producción del mismo implica".

El poseedor de la tierra, otro agente relevante, participa en la compra de las semillas, es el dueño del tractor y es quien acondiciona la tierra para el trabajo agrícola.

El peón es contratado por el mediero y recibe una paga por día o por tanto (porcentaje de la venta final) al término de la temporada. La mayoría de ellos son bolivianos jóvenes, aunque en ciertas ocasiones contratan argentinos. Generalmente existe una relación de parentesco entre el peón y el mediero o arriban a la chacra en busca de trabajo ante el comentario de un pariente o paisano. Desarrolla todo tipo de labores que le indique el patrón y es habitual que sea ocupado en aquellas que demandan mucha mano de obra como carpir o cosechar.

La presencia de familias completas en la huerta, es un cambio significativo y visible en el paisaje del valle. Las mujeres son mano de obra importante para la cosecha y la venta de verduras, no es habitual que ellas realicen el riego y la cura. Ellas concurren a realizar las labores agrícolas con sus niños. A los más pequeños los transportan en sus espaldas o los dejan durmiendo en una cama improvisada bajo la sombra de un sauce, álamo o acoplado. Es habitual el alimentarse en el mismo lugar de trabajo, por lo que construyen pequeños fogones, donde hierven verduras. Los niños en edad escolar participan en ciertas actividades agrícolas como cosecha, lavado y embolsado de zanahoria, etc. respetando el horario de concurrencia a la escuela.
 

Organización del trabajo hortícola

El trabajo rural en el valle está condicionado por fenómenos meteorológicos como son las heladas y por decisiones antrópicas como es suspender el suministro de agua en los canales de riego desde el mes de mayo hasta septiembre y se efectúa a fin de realizar el mantenimiento de los mismos. Por lo tanto el período de labores agrícolas bajo riego, se extienden desde el mes de agosto hasta el mes de mayo.

Las siguientes son labores que se ejecutan para la práctica de la producción hortícola


Acondicionamiento del suelo

Los dos primeros meses de la temporada (agosto – septiembre) el trabajo consiste en preparar el suelo para el cultivo: nivelar, arar, preparar los surcos. El sujeto migrante propietario de la tierra o arrendatario con cierto capital que le ha permitido adquirir el tractor es quien realiza las tareas mencionadas. El mediero boliviano que es ocupado por un propietario tradicional no hace uso de las maquinarias, por lo tanto las tareas son realizadas por el propietario que cuenta con ellas o bien contrata a tractorista que realiza el trabajo y cobra por hora de trabajo.

En los últimos años con la presencia de la población boliviana, tierras improductivas fueron incorporadas para la producción hortícola, se trata de superficies ocupadas por plantas esteparias que demandaron tareas como el desmonte, nivelación y construcción de canales para conducir el agua. La nivelación es la primera tarea a realizar y de mucha importancia para que el riego sea en forma regular y sistemática. Posteriormente se procede a remover el suelo con el arado, para luego labrar los surcos. Son tareas en las que participan una o dos personas.
 

Plantines y siembra

Los plantines de tomates, morrones, berenjenas, etc. se preparan en almácigos durante el mes de agosto y son transplantados a los surcos en el mes de septiembre.

La lechuga, acelga, repollo, pepinos, maíz y zapallo entre otros, se siembran directamente en el suelo, destinando de cinco a diez surcos para cada cultivo. Siempre se busca producir variedad de verduras y especies, ejemplo de ello es la siembra de lechuga criolla, morada, repollada.

Las semillas son adquiridas en centros comerciales locales. Algunos bolivianos en el viajes de regreso de su país de origen compran semillas en provincias del norte argentino.

Aquel cultivo cuyo ciclo productivo lo permite, se siembra cada quince o veinte días. Esta modalidad se realiza a fin de obtener varias cosechas de una misma hortaliza durante la temporada y abastecer la demanda del mercado en forma ininterrumpida.

Todo aquel cultivo que no logra venderse, no es cosechado y el productor procede a pasar el disco (herramienta que permite remover el suelo) y se siembra otra verdura que tal vez tenga más posibilidades de venta.

Existen especies de hortalizas cuyo ciclo productivo permite el cultivo una sola vez al año como es el caso de la zanahoria, cebolla, zapallo y papas.

Con respecto a esta última, se trata de una producción que siempre realizaron los productores tradicionales y el migrante boliviano no la practicaba. Aproximadamente en el transcurso de los dos últimos años, algunos productores bolivianos han comenzado a sembrar papa. Para la producción de éste cultivo en el valle pidieron asesoramiento a vecinos sobre suelo apropiado, forma de cosecha y embolsado.
 

Fertilización y control de malezas

La fertilidad de los suelos y el crecimiento de la maleza son dos problemáticas a la hora de cultivar en el valle. La fertilización se realiza incorporando al suelo abono biológico y/o químico que se ejecuta en forma manual.

El control de la maleza es una tarea que se efectúa constantemente para evitar que la misma invada la plantación. Utilizan para ello la azada con mango corto, surco por surco, extrayendo la maleza. Generalmente, los medieros contratan peones (jóvenes bolivianos) para este tipo de tareas ó la realizan los miembros de la familia. El uso del caballo es frecuente para realizar estas labores. Las ventajas que tiene su uso es que ahorran combustible, lo adquieren a menor costo que un tractor y, de acuerdo a sus manifestaciones, la conducción del caballo por el surco con las herramientas correspondientes (escardillo, aporcador) no daña la producción.

Para el control de plagas se hace uso de pesticidas, los hombres con una mochila en la espalda, realizan la cura.
 

Riego

El riego se realiza por surco. El agua se conduce desde el canal principal del que se desprenden canales secundarios que llevan el agua hasta los surcos. El control del flujo de agua es realizado por una persona mediante compuertas construidas por los productores y la operación de conducción del agua al surco se completa cerrando o abriendo boquetes de tierra realizados con pala. Por lo general, para que el agua no rompa el surco en su entrada, colocan telas plásticas. El riego es una labor que se realiza aproximadamente cada quince días. La frecuencia de la misma depende de la temperatura media registrada en los días, del tipo de suelo (arcilloso, arenoso) y del requerimiento de humedad del cultivo.

El riego por aspersión u otros sistemas de riego donde se emplea tecnología, aún no son aplicados en el valle para la producción hortícola.
 

Cosecha

La cosecha es una labor que se realiza en el surco en forma manual. Participa mano de obra familiar y en ocasiones contratan personas por día (peón).

La verdura es cosechada generalmente muy temprano por la mañana y almacenada en jaulas o cubiertas de arpilleras húmedas en lugares próximos a la vivienda, puestos de venta o depósitos (galpón).

A partir de lo observado se pueden describir algunas modalidades de cosechar hortalizas como el de la acelga: cortan las hojas y conforman atados con hilos de nylon, una vez armados los atados se colocan sobre bolsas de arpillera conformando "bultos" de doce atados, los que quedan en el suelo debajo de la sombra de un árbol o en un acoplado, o bien en un galpón; este procedimiento se realiza con todas las verduras de hoja.

La cosecha de zanahoria consiste en armar atados o embolsar. Este último se realiza en bolsas de 10 o 20 Kg. previamente lavadas y descoladas. Algunos productores poseen una lavadora instalada muy cerca de un canal del que se abastecen de agua, la mayoría, ha construido una pileta donde lavan, descolan y embolsan. Con respecto a los atados, una vez armados, son colocados dentro de un canal con agua muy cerca del lugar de venta.

La cosecha de zapallitos, tomate, morrones, pepinos, chauchas y maíz se hace de la planta con canastos o baldes, para luego clasificar, embalar en jaulas o bolsas quedando preparados para la venta. En esta actividad participan hombres y mujeres indistintamente.

Algunos agricultores hortícolas cuya producción tiene como destino los supermercados, han invertido en insumos que mejoran la presentación de la mercadería a fin de respetar las normas de la empresa.

La carga en los medios de transporte, por lo general se hace a altas horas de la tarde o durante la noche, actividad en la que participa mucha mano de obra.
 

Estrategias agrícolas y tecnología aplicada

Con el propósito de mejorar el rendimiento de la producción prueban nuevas semillas y técnicas que adquieren a través de las redes intrarregionales con otros productores hortícolas bolivianos en Argentina o bien de su propia experiencia en otros circuitos agrícolas. Los productores tradicionales tambien son fuente de información muy valiosa en cuanto a técnicas y semillas. Se reconoce que el horticultor boliviano siembra por surco, aunque ha incorporado una nueva forma de construirlo. Se trata de surcos menos profundos y más anchos. Esto posibilita que las plantas reciban la humedad en forma más homogénea y se facilite la labor de carpir.

Los productores que han trabajado con anterioridad en el circuito hortícola bonaerense han implementado en la producción del tomate la técnica de encañado o empalado . La misma consiste en atar la planta a dos cañas o palos que están sostenidos por un alambre que va de un extremo al otro del surco. Esta técnica permite que la planta se desarrolle hacia arriba y no en el suelo. De esta forma se obtiene mejor calidad del tomate y la cosecha es más eficaz. En los últimos años han incorporado semillas híbridas de tomate con buenos resultados.

Los horticultores bolivianos que han trabajado en la práctica del cultivo bajo cubierta en otros centros productores, que disponen de capital para realizar inversiones han implementando esta técnica en el valle. Se trata de una práctica que los bolivianos implementan combinando con la actividad hortícola a campo y que al decir de Benegncia (1997: 115) es "novedosa", que presenta beneficios y riesgos por tratarse de una práctica poco conocida.
 

Comercialización

Desde el arribo del migrante boliviano al valle, la venta de verduras se realiza de distintas maneras, una de ellas es en la misma chacra donde se produce gran variedad de hortalizas. Para ello colocan un cartel indicador de "venta de verduras" sobre el camino vecinal y realizan la venta a "cualquiera", expresión que utilizan para decir que venden a quien desee comprar. Esta modalidad ha generado un movimiento de pobladores urbanos hacia el espacio rural a fin de abastecerse de verduras para la semana, situación que no era frecuente años anteriores. Es habitual observar que las personas que concurren en un vehículo realizan las compras para varios hogares. Esta circulación entre el espacio urbano y el rural se intensifica durante el fin de semana o feriados.

Aquellos productores que tienen venta al público en el mismo lugar de producción, ubican la verdura en un puesto construido en forma precaria con materiales aprovechables como chapas, troncos, ramas, etc. Disponen para la venta, variedad de hortalizas que son exhibidas al público en el suelo, en jaulas ó en bolsas. Colocan una balanza para pesar la mercadería, realizan los cálculos para conocer el precio final de la compra con papel y lápiz y entregan el producto en bolsas de polietileno. La mujer tiene una participación muy importante en esta instancia de comercialización.

Otra modalidad de venta es por pedido que se realiza mediante el uso del celular. El comprador efectúa el pedido y posteriormente retira lo solicitado en la chacra o bien el productor boliviano, que posee un medio de transporte, traslada la mercadería al comercio en la ciudad.

El productor boliviano no concurre a la ciudad a vender su producción en la modalidad de venta ambulante, pero si es frecuente que vendedores ambulantes no bolivianos, les compren y revendan en barrios de ciudades cercanas.

Existen propietarios bolivianos con características empresariales. Estos abastecen a mayoristas de Trelew, Puerto Madryn (distante 63 km del valle ), Comodoro Rivadavia ( a 348 km del valle) y de Buenos Aires ( a 1.458 km del valle). Para completar la carga del equipo (camión y acoplado) se concentra la producción de otros bolivianos en el galpón construido en la chacra de su propiedad. Cuando la demanda es mayor a su producción, le compran a productores no bolivianos, buscando siempre bajos precios.

Como dato distintivo a la modalidad de venta usual de los miembros de la comunidad boliviana se constata la presencia de una familia que participa con la venta de hortalizas de su producción, en la única feria que tiene lugar los días sábados en la Sociedad Rural de la ciudad de Trelew.
 

Cambios en las viviendas del valle a partir de la llegada del migrante boliviano

El sujeto migrante boliviano habita las viviendas antes ocupadas por los propietarios tradicionales o en viviendas de construcción precaria existentes en la chacra, generalmente una o dos habitaciones lindantes al galpón.

Las chacras que no poseen vivienda y en las que el boliviano no ocupa la casa principal, se construyen habitaciones con materiales como ladrillo, chapa, arpillera sintética, bloques y en algún caso acondicionan un viejo colectivo como vivienda. Las habitaciones se edifican una a continuación de la otra y cada habitación posee puerta y una ventana de pequeñas dimensiones en las que generalmente el vidrio es reemplazado por polietileno. Cada habitación es ocupada por una familia formada por cuatro o más miembros. La organización del espacio inmediato a la vivienda se caracteriza por la presencia simultánea del horno de barro, las herramientas de trabajo (arado, disco, escardillo, palas, azadas, tractor, acoplado y otras), el puesto de venta, los surcos con diversidad de cultivos, bolsas para embalar, jaulas y cajones, cantidad de verdura recientemente cosechada tapada por una arpillera húmeda, ropa secándose sobre arbustos o alambrado, bicicletas, camionetas ó camiones. Esta organización es la que permite a cualquier visitante del valle reconocer fácilmente una vivienda de bolivianos.

Las viviendas de propietarios tradicionales del valle se diferencian de las anteriores porque están construidas de ladrillos, muchas de ellas revocadas y pintadas. El espacio contiguo a la vivienda posee un cerco vivo, flores, viñas acondicionadas de tal forma que brinden sombra simulando una galería, árboles grandes (pinos, nogales, sauces) y el galpón en el que se depositan las herramientas de mano (palas, azadas), el tractor y vehículo. El cerco vivo y/o alambrado delimitan el sector de la vivienda con la tierra labrada. Los bolivianos que ocupan la antigua vivienda, no conservan el jardín de flores y ese espacio cercado es utilizado para almacenar verdura cosechada, jaulas, cajones etc.
 

Otras transformaciones en la vida cotidiana del valle

Es frecuente ver bolivianos circulando en bicicleta por los caminos vecinales. Una de las primeras compras que realizan con sus ahorros al arribar es una bicicleta y esto les facilita la movilidad por el valle para realizar tareas en distintas chacras ó en búsqueda de mejores oportunidades laborales.

Diariamente y en reiteradas oportunidades durante el día, se trasladan de una chacra a otra en tractor. Este movimiento se debe a que producen verduras en chacras distantes unas de otras y deben trasladar personas para trabajar, herramientas, insumos y verduras cosechadas. Generalmente concentran las verduras en la chacra en donde residen para su posterior venta.
 

Conclusión

El Valle Inferior del Río Chubut ha visto transformado su paisaje rural con el arribo de trabajadores de origen boliviano a partir de la década del 80. Se han insertado en la actividad agrícola con variedad de cultivos bajo riego.

El comportamiento sociogeográfico de la comunidad boliviana deja su impronta en el paisaje con claros signos culturales como la vivienda, trabajo minucioso familiar, variedad de cultivos, modalidad de venta de su producción, nuevos contratos de trabajo y aplicación de estrategias y técnicas agrícolas tradicionales y novedosas.

Este proceso migratorio al consolidarse genera el repoblamiento rural del valle y lo está transformando en su estructura económica y poblacional desde hace décadas.
 

Notas

(1)Puerto Madryn, ciudad localizada sobre las costas del Golfo Nuevo (península de Valdés- Chubut) cuyo nombre recuerda al capital Love Jones Parry, del castillo de Madryn – Gales.

(2)Chacra (del quechua ant. Chacra, mod. Chajra) Alquería o granja. Diccionario de la Real Academia Española 2001. http:// www.rae.es

(3)La planta de aluminio ALUAR Aluminio Argentino S.A.I.C.

(4)El nombre de estos departamentos coincide con la ciudad o localidad más importante. El nombre de "Pueblo de Rawson" fue dado el 15 de septiembre de 1865 en homenaje y gratitud al ministro de la nación Guillermo Rawson en ocasión de la visita del Comandante militar de Patagones, teniente coronel Julián Murga, quien viajó al lugar para cumplir, en nombre del gobierno, con la ceremonia oficial de instalación de la colonia y proceder a izar la bandera nacional. Gaiman, es el pueblo construido sobre las bardas y rodeada de una amplia y fértil área rural. (Zampini, 1979:40 y 46).

(5)Trelew es el tercer pueblo creado en Chubut y nace como punta – rieles del tendido de las vías férreas que se construyen para unir el valle con Puerto Madryn. En galés: Tre=pueblo; Lew=apócope de Lewis, por Lewis Jones, líder del movimiento colonizador galés. (Zampini, 1979:38).

(6)En Gales Treorcky corresponde al nombre de una capilla; Bryn Gwyn se pronuncia Brin Guin; Drofa Dulog se pronuncia Drova Dilog y Bryn Crwn se pronuncia Brin Crun; La Angostura hace alusión al escaso espacio que queda entre el curso del río y la barda sur.
 

Bibliografía

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© Copyright Judith Corinne Hughes y Olga Marisa Owen, 2002
© Copyright Scripta Nova, 2002
 

Ficha bibliográfica

HUGHES, J.C.;  OWEN, O.M. Trabajadores migrantes bolivianos en la horticultura argentina: transformación  del paisaje rural en el valle inferior. Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, vol. VI, nº 119 (125), 2002. [ISSN: 1138-9788]  http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119125.htm


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