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Scripta Vetera 
EDICIÓN  ELECTRÓNICA DE TRABAJOS PUBLICADOS 
SOBRE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
 
LA CONSTRUCCIÓN DEL ESPACIO COSTERO SIGLOS XIX -XX.DEL MUNDO PORTUARIO AL MUNDO DEL OCIO. EL CASO DEL PUERTO DE BARCELONA, 1856-1936.
 
Mercè Tatjer
 
Reproducido de: GUIMERÁ, Agustín y ROMERO, Dolores (Editores). Puertos y sistema portuarios (siglos XVI-XX). Actas del Coloquio Internacional "El sistema portuario español", Madrid, 19-21 octubre, 1995. Madrid: CEHOPU, Ministerio de Fomento, CSIC, 1996, p. 371-392.


En un momento de rápidos e intensos cambios en los espacios portuarios consolidados en la etapa industrial y de auge turístico que demanda de forma creciente espacios costeros, se está produciendo en muchos países un notable incremento de las investigaciones acerca del origen y transformaciones de las estructuras portuarias. Al mismo tiempo los estudios sobre la génesis de los espacios de ocio litoral ocupan cada vez más un lugar importante en el campo de la geografía y de la historia.España empieza a contar desde hace algunos años con una bibliografía referida a estos temas centrada particularmente en monografías sobre puertos ( Barcelona, Málaga,Tarragona , entre otros ) y sobre las actividades de ocio ubicadas en el litoral como son los excelentes estudios sobre balnearios marítimos y casas de baño y ola del litoral Cantábrico o sobre las Islas Canarias.

La mayoría de estas monografías producen únicamente discursos paralelos en los que unas y otras actividades apenas se interrelacionan y en las que pocas veces se trata de establecer la dialéctica entre ocio marítimo y usos más estrictamente portuarios. Esta dialéctica es particularmente importante a mediados del siglo XIX, momento en que el espacio litoral empieza a ser demandado por las nuevas y ya más complejas estructuras portuarias nacidas del impacto de la navegación a vapor que dan paso al que podemos denominar puerto industrial,precisamente en el mismo momento en el descubrimiento romántico de la naturaleza y el higienismo difunden las practicas balnearias y la talasoterapia.

El objetivo de esta comunicación es presentar en el caso del espacio costero barcelonés un ejemplo de dialéctica y de interrelación entre actividades portuarias y actividades de ocio.En el puerto de Barcelona los primeros usos de ocio marítimo organizado (instalaciones permanentes de baños de mar, celebración de fiestas náuticas y las primeras practicas deportivas ) aparecen al mismo tiempo que se discuten los proyectos de puerto moderno adaptado tanto a los requerimientos de la navegación a vapor como a las necesidades ( almacenaje, estiba, distribución de mercancías, trafico de pasajeros, ferrocarril portuario) del complejo industrial que constituye la ciudad y su entorno .

Incluso, en ocasiones, las actividades de ocio son anteriores a las nuevas estructuras portuarias siendo desplazadas por éstas hacia otros lugares del propio entorno portuario; frecuentemente las actividades de carácter lúdico surgen de la mano de los mismos agentes que intervienen en la vida portuaria como constructores navales o mestres d´aixa. Lo que caracterizará a este período será la simbiosis entre ambas actividades, simbiosis que no estará exenta de conflictos, bajo el estricto control militar, primero, y civil, después.

Al final parecen triunfar las estructuras portuarias que serán las que definitivamente organizaran el espacio costero y relegaran las actividades de ocio a la playa de la Barceloneta. Pero esta situación no implicará abandonar la idea de convertir Barcelona en una estación balnearia marítima que pudiera emular a las que empezaban a destacar en otros países y en España. Tras la Exposición de 1888, que constituyó un momento de inflexión en los usos portuarios, y recogiendo iniciativas anteriores se considera que Barcelona posee una cantidad y calidad de establecimientos de baño que unidas a otras ofertas de ocio la permiten convertirse en un centro de veraneo marítimo como una verdadera ciudad balnearia, la Perla del Mediterráneo. Al mismo tiempo se hacen las primeras propuestas de Paseo Marítimo ( Alsina Amils en 1895, y Jaussely en 1905 ) que no tendrían una plasmación definitiva hasta 1918 - precisamente en un momento de auge del puerto barcelonés - con el ambicioso proyecto de Paseo Marítimo entre el Besós y el Llobregat obra del ingeniero J. Ortega, e impulsada por el entonces ministro de Fomento Francisco Cambó.

El proyecto de Zona Franca iniciado definitivamente a partir de 1927 así como las propuestas del urbanismo funcionalista que representa el Pla Macià ( 1934) acabaran por poner en entredicho la función balnearia y de ocio marítimo de Barcelona. Ni el inicio de las expropiacines para poner en marcha la Zona Franca ni las atrevidas propuestas de los arquitectos del GATCPAC serían obstáculo para una ocupación cada vez más intensa del litoral barcelonés y, en especial, de la playa de la Barceloneta, con actividades de ocio marítimo.

El litoral barcelonés (1895-1936): "La promenade des anglais" o la Copacabana perdida

En los últimos años del siglo XIX la dialéctica entre el puerto y la ciudad, explicitada en la dicotomía puerto-ciudad industrial y el litoral, entra en una nueva fase. Se planteará de nuevo la recuperación y gestación de un frente costero ciudadano, de tipo lúdico-marítimo, en su sentido más "civilizado", mediante la creación de un paseo que recorriera tanto la costa situada entre la barceloneta y el Besós, como entre Montjuïc y el Llobregat y que permitiera localizar en él actividades marítimas de carácter científico, cultural y deportivo. Y nuevamente, como los vaivenes de la marea, se replantearan proyectos de ampliación de las áreas portuarias y comerciales, manteniendo así el litoral, cuando no aumentando, su función industrial-portuaria.

Será precisamente el actual Puerto Viejo y la playa de la Mar Vieja en la Barceloneta el lugar del litoral donde las actividades lúdicas y deportivas aparecidas en el último tercio del siglo XIX se expansionarán durante el período en que el puerto barcelonés experimenta importantes transformaciones estructurales y de equipamiento; este período comprende dos etapas, una hasta 1911 y la otra en la década de 1920-30. Entre 1895 y 1903 se construye la nueva Aduana, en el 1903 -derribado ya el andén de la Riba- se levantan en los muelles de la Barceloneta y de Bosch i Alsina un conjunto de tinglados, y finalmente, también en este año, empieza a funcionar el Dique flotante y deponente; poco después entre 1904 y 1905 se construirá el Muelle de España en medio de la Dársena del Puerto. Por otro lado el puerto, además de llevar a cabo una modernización tecnológica en las tareas de carga y descarga, organiza una buena estructura de recibimiento de pasajeros instalando una estación marítima situada en el muelle de Barcelona, y un embarcador de pasajeros, el Mundial Palace -inaugurado en 1907 según el proyecto de Julio Valdés,- situado en la Puerta de la Pau y que contaba con restaurante y servicios de telégrafo y correos; asimismo, en los años veinte el principal esfuerzo se concentró en la electrificación, con la adquisición de gruas eléctricas, y en la mejora de la iluminación. De esta manera, la característica de nuestro puerto y de nuestro litoral será nuevamente, la conjunción de actividades deportivas innovadoras y de actividades portuarias, estableciéndose un hinterland que superará ampliamente a la ciudad de Barcelona.

La expansión de las actividades lúdicas

Precisamente las dificultades de ordenar un litoral lúdico y deportivo dará lugar a finales del ochocientos y a lo largo del primer tercio del siglo XX a que la práctica deportiva y los baños de mar continúen ubicándose en el corazón del puerto de Barcelona y en la playa de Mar Vella en la Barceloneta, entremedio de las actividades más estrictamente portuarias, y precisamente durante un período de intensa transformación del puerto, como antes ya se ha señalado.

Los primeros Clubs de deportes marítimos y náuticos aparecieron, como ya hemos visto, en el último tercio del siglo XIX con la creación en el 1879 del Club Catalán de Regates, en el 1881 del Club de Regatas de Barcelona y de la Asociación de Excursiones Marítimas y en 1883 se produce el nacimiento del Club Náutico.El primero de ellos se situó en el Vapor Europa que estaba fuera de funcionamiento; este vapor estaba anclado en el puerto y servía de oficinas para la entidad; poco después, en 1882 fue adquirido un bergantín -el "Eugenia"- de quinientas toneladas de peso y que fue convertido por el maestro Miquel Cardona en un pontón que se situó en el Muelle de Capitanía.También el Club de Regatas contaba con un edificio flotante construido en 1882 por los principales maestros  y constructores navales de nuestro puerto.Todos estos edificios flotantes tenían la ventaja de poder ser desplazados de un lugar a otro dentro del puerto según las necesidades del tráfico marítimo, aspecto importante y necesario dadas las características del puerto de Barcelona.

Durante las primera décadas del siglo XX estas actividades deportivas se extendieron entre un público más amplio de clases medias, creándose nuevas entidades a la vez que aquellas ya existentes entraron en una fase de mejor organización. De esta manera las prácticas deportivas náuticas fueron institucionalizándose paulatinamente, favorecidas al igual que muchos otros deportes que nacen y se desarrollan en este período, por la difusión de conceptos higiénicos vinculados al cuidado del cuerpo, conceptos incrementados por los valores terapéuticos que se otorgan al agua del mar y a los baños de sol.

En 1902 se fusionaron el Real Club de Real Club de Regatas y el Real Yacht Club bajo el nombre de Club Marítimo; pocos años después se escindieron en dos clubs: uno mantuvo el nombre de Club Marítimo y el otro pasó a denominarse Club Náutico perdurando como tales hasta hoy. Ambos tuvieron su sede en diferentes lugares del interior del puerto; el Real club Marítimo dispuso entre 1909 y 1913 de un edificio flotante realizado según planos del mestre d´aixa Cardona ayudado por dos socios del club Margarit y Ranzini, si bien en 1911 obtuvo de la Junta de Obras del Puerto un solar en el Muelle de Barcelona donde en 1913 cuando el club contaba con 500 socios y 18 embarcaciones a remo y 18 a motor- se inauguró una nueva sede social proyectada por el arquitecto E. Sagnier.

El Club Náutico, por su parte, mantuvo en este mismo período un pabellón flotante que se ubicó en diferentes lugares del puerto sin llegar a construir el edificio que en 1932 habían encargado al arquitecto G. Rodríguez Arias ; finalmente se situó en el muelle de Barcelona, donde fue hundido durante la guerra civil.

Otra entidad deportiva surgida en los primeros años de siglo fue el Club de Mar creado en 1913 por el CADCI ( Centre de Dependents del Comerç i de la Indústria) compuesto por capas medias contaba en 1920 con 300 socios; dicho club adquirió el antiguo edificio flotante del Real Club Marítimo y lo instaló en el Muelle de Pescadores.  Todas estas instalaciones ocupaban una buena parte de las aguas del puerto , ya que además de los amarres para sus embarcaciones destinaban también espacios para la reparación de las mismas. Por ello no resulta extraño que en 1935 el entonces ingeniero director del puerto J. m. Jauregui considerase que la presencia en el muelle de Barcelona de la sede del Real club Marítimo con su elevado número de embarcaciones impedía el tráfico de los buques de pasajeros.

Su consideración no era ociosa ya que por aquel entonces en el puerto no solamente existían aquellas entidades sino que se situaban, también, algunas otras embarcaciones permanentes como la que ocupaba el Asilo Naval que acogía y educaba a los hijos y huérfanos de marinos, o la que era sede de la asociación de la marina mercante de Barcelona. Eran frecuentes las fiestas náuticas y muy pronto la práctica de la natación deportiva así como los partidos de waterpolo desde 1908.

La fundación de diversos clubs de natación contribuyó decisivamente a la difusión de estas practicas deportivas En 1907 se creó el Club natación Barcelona, buen ejemplo de convivencia entre practicas deportivas y actividades portuarias ya que este club obtuvo de la junta de Obras del puerto un terreno junto a los talleres del Nuevo Vulcano a la vez que esta misma empresa contribuyó con sus residuos de ceniza a la instalación de una pista para carreras de seiscientos metros de largo.

Pronto se unieron al Club Natació otros de carácter más popular y vinculados a la Barceloneta, como el Club Natació Atlètic creado en 1913, y el Club Natació Barceloneta, de 1929. Incluso entidades populares de carácter obrero como el Ateneu Enciclopèdic Popular tenían reservado un trozo de playa donde hacían gimnasia sueca y jugaban a rugby. Todas estas instalaciones se añadieron a los establecimientos recreativos que desde finales del siglo anterior funcionaban en la playa Mar Vella, desde los Orientals, la Deliciosa, Sant Miquel, Drassanes, los de Sant Sebastià y, ya en el siglo XX, la propia Escola de Mar.

De esta manera el recinto del puerto y la playa de la Barceloneta concentraban la mayor parte de la actividad deportiva de carácter marítimo de la ciudad, si bien en el Pueblo Nuevo se creó en 1930 el Club de Natación Poblenou y los baños situados en la playa del barrio del Taulat siguieron funcionando a lo largo de este período, continuando incluso después de la guerra civil.

La Exposición del 1929 significó también la eclosión de los deportes y las prácticas náuticas , de las que la burguesía barcelonesa era entusiasta. La inauguración del Casino de San Sebastián en 1928, que se situaba dentro del proyectado Paseo Marítimo, significaba la consolidación de las prácticas deportivas unidas al ocio y a la ostentación que caracterizó a la sociedad barcelonesa de los últimos años de los felices veinte. El Casino de San Sebastián fue promovido por iniciativa de la Sociedad "Baños y Sports Marítims S.A." de la que era propietaria la familia Ribalta, la cual dirigía desde 1924 los baños de San Miguel. El edificio fue diseñado por el arquitecto Millás, dentro del estilo monumentalista propio de muchas construcciones de la época; el casino contaba con aparcamiento, piscina y Café, así como de diversas secciones de hidroterapia. Los baños de San Sebastián se comunicaban fácilmente con el Casino de Miramar en Montjuïc y con todo el recinto de la Exposición mediante el transbordador aéreo proyectado en 1926 por Carlos Buigas, Ramón Calzada y José Rodríguez Rodá e inaugurado en 1931.

Coincidiendo con la Exposición fue acabado el nuevo edificio del Club Natación Barcelona, de marcada influencia novecentista, proyectado por Jaime Mestres i Fossas; este mismo arquitecto construyó, en colaboración con José González Esplugues, la piscina cubierta de que disponía el Club.

Los primeros proyectos del Paseo Marítimo

La primera noticia que tenemos de la intención de urbanizar un paseo marítimo en la playa de la Mar Vella, en la Barceloneta, data de 1895. En este año se produjo una solicitud del maestro de ------ Bonaventura Espriu para construir y explotar durante veinte años un astillero para la construcción y reparación de pequeñas embarcaciones que sería situado en la calle Geli; esta petición fue desestimada por el Ayuntamiento de Barcelona alegando que se tenía la intención de abrir un Paseo Marítimo acordado el 12 de febrero de 1895.

Probablemente este proyecto de Paseo tuvo que ver con la propuesta de Ricard Alsina Amils que en 1899, y dentro de su proyecto de unificación y reforma de los pueblos del Pla en la ciudad de Barcelona, propuso la construcción de un paseo marítimo que se llamaría "Paseo de Marina al Besós" y se situaría entre la calle Marina, que se alargaba hasta la costa, y la Diagonal abierta hasta el mar y cerca del recuperado parque del Besós, proyectado por Ildefons Cerdà en su plan del Ensanche. La otra parte del litoral barcelonés, a los pies de Montjuïc y Can Tunis, se reservaba como zona portuaria, urbanizando la zona de Nuestra Señora del Puerto donde se situaría un grandioso Campo de Marte; por su parte la playa de la Barceloneta, hasta la calle Marina, mantenía la actividad industrial.

Todas estas propuestas de convertir la playa de la Barceloneta y el Besós en un paseo de ocio tuvo posiblemente réplicas y contra-propuestas de las cuales sólo nos han llegado algunas noticias; por ejemplo, la propuesta que la Asociación de propietarios de la Barceloneta hizo en 1902 para ampliar el puerto en dirección al río Besós, con la finalidad de convertir la Barceloneta en el centro neurálgico de la actividad portuaria, compensando así la ampliación del puerto hacia el Llobregat. Esta propuesta no se encontraba demasiado lejos de la realidad si pensamos en que iba de Icária hasta el litoral de San Martin se había convertido en un gran centro industria y de almacenamiento dependiente del puerto; precisamente en este lugar se tienen noticia del proyecto formulado hacia 1905 por Antonio Canadell i Prats de construir una dársena comercial que se situaría entre la calle de San Juan (actualmente Almirall Cervera) y la desembocadura del Bogatell y el Fuerte de Don Carlos; para su realización era necesario ganar terrenos al mar.Esta propuesta fue autorizada en el mes de marzo de 1905 por la Jefatura de Obras Públicas, y recibió el informe favorable del director de ingenieros Joaquim Barraquer.

Si bien el Paseo de Marina propuesto por R. Alsina no se llevó a cabo, se puede considerar un precedente del proyecto que años después, en 1905, propuso Leo Jaussely, ganador del Concurso convocado por el Ayuntamiento para la redacción de un Plan de Enlaces. El arquitecto francés trataba de ordenar la Playa del Levante desde el final del Paseo Nacional de la Barceloneta hasta el Besós, donde se situaría un gran parque. El nuevo paseo daba una salida al mar al Parque de la Ciudadela y conectaba con el Ensanche mediante la prolongación de dos de sus calles hasta el mar .El paseo adquiría un carácter monumental al ser dotado de edificios de equipamientos, centros cívicos y lúdicos que acompañaban a las playas destinadas a la práctica de deportes náuticos.

La propuesta de Jaussely para Nuestra Señora del Puerto y Can Tunis implicaba la total urbanización de la zona, dándole a este último un carácter de barrio industrial, mientras que en el barrio de Nuestra Señora se establecía una edificación de tipo ciudad-jardín.

De hecho el proyecto de Paseo Marítimo de Jaussely no fue olvidado como muchas de sus otras propuestas; más bien al contrario, ya que en el "Plano de Industrias Eléctricas de 1915" que se tenía que celebrar en el Parque de la Ciudadela se recupera la conexión entre este parque y el mar, reutilizando para usos deportivos y lúdicos la Sección Marítima de la Exposición Universal de 1888; en 1917 también es recogido en el "Plano General de la urbanización de Barcelona" de Romeu, Falqués y Porcel, considerándolo una de las vías más importantes de circulación. Al año siguiente, siendo ministro de Fomento Francesc Cambó, se promovió la "Ley de Paseos Marítimos" del 24 de julio del 1918, bajo los auspicios de la cual se autorizó la construcción del Paseo Marítimo a cargo del Ayuntamiento encargándose el proyecto al ingeniero de caminos José Mª Ortega, el cual proyectó un paseo desde el Llobregat hasta el Besós.

El proyecto de Ortega data del 30 de abril de 1918 y es, sin duda, el primero que se propone la ordenación del conjunto del frente marítimo barcelonés de manera precisa. El conjunto de documentos de que se compone el proyecto muestran tanto el serio trabajo de reconocimiento topográfico, como el carácter de las propuestas, siendo también una buena muestra de la aplicación de nuevas técnicas de construcción.

La gran extensión del litoral así como la diversidad de usos y funciones obligó a establecer dos secciones bien diferenciadas: una la oriental o del Besós, situada entre la Barceloneta y el río Besós, y la sección occidental o del Llobregat desde las Hortas de San Beltrán hasta el río Llobregat. La sección del Besós tiene un desarrollo mucho más detallado en cuanto al diseño, ornamentación y usos del Paseo. Ortega sitúa en esta sección del Paseo Marítimo usos de ocio tradicionales como son los baños, resituando los existentes en edificios todos iguales , incorporando otras nuevas como eran un Palacio de Mar y un puerto deportivo.

En la sección de Llobregat planea un tramo de cerca de 2,5 km entre las huertas de Sant Beltrán y Can Tunis en el que sitúa un Paseo Mirador elevado que permita salvar la circulación de vehículos de transporte portuario así como las comitivas fúnebres. Dicho paseo enlazaba con el Paseo de Colon y daba acceso al Cementerio con conexión con la prevista Exposición de Industrias Eléctricas. La realización de este tramo debía ser informada por el Ministerio de Guerra ya que afectaba a la zona de defensa del castillo de Montjuic. El tramo restante hasta la desembocadura del Llobregat tenía una definición menos precisa posiblemente a causa del proyecto de Zona Franca.

La realización del Paseo Marítimo en su sección del Besós implicaba la expropiación de una franja de 6O m. paralela a la playa con el consiguiente derribo de edificaciones de la Barceloneta; los derribos aumentaban al confluir dicho paseo con un nuevo proyecto de alineaciones para el Paseo Nacional prevista en el Plan de Enlaces de E. Porcel de 1918. La asociación de propietarios de la Barceloneta se opuso al proyecto que afectaba a más de mil familias e implicaba una transformación turística del litoral, detrás de la cual figuraban intereses de empresas como la Sociedad Baños y Esports Marítimos que poco después fundó el Casino de San Sebastián.

En este mismo Paseo se pensaba ubicar en 1919 el Instituto Oceanografico de Cataluña construido bajo los auspicios de la Mancomunidad y el Ayuntamiento; dicho Instituto formaba parte de un amplio proyecto de convertir Barcelona en la sede de una serie de centros científicos y culturales relacionados con el mundo marino que le permitieran ocupar un lugar destacable en la Comisión Internacional para el estudio del mar, tal como habían hecho otras ciudades del Mediterráneo occidental y de Europa Central.

Esta ambiciosa y atrevida propuesta de transformar el litoral barcelonés dotando a la ciudad de una clara función turística no se ha de desvincular de las ideas de la "Gran barcelona" que el partido industrial que ocupaba el gobierno municipal y el regional propiciaba con la finalidad de convertir a la capital catalana en una gran metrópoli mediterránea centro cultural y ala vez turística; esta intención quedaba perfectamente reflejada por la creación en 1908 de la "Sociedad de Atracción de Forasteros dedicada a promover el turismo en Cataluña.

Las publicaciones de esta Sociedad presentaban los aspectos más atractivos de la ciudad tanto arquitectónicos y paisajísticos - en especial la combinación de playa y montaña- como fabriles y no dudaban en calificar a Barcelona como "La Perla del Mediterráneo", titulo utilizado en una película de propaganda que fue filmada en 1913.

Iniciativas parecidas aparecieron también en las principales ciudades de veraneo de España y eran similares a las desarrolladas en varios países ribereños de Europa que anuncian el importante desarrollo que alcanzara el sector turístico en décadas posteriores.

A pesar de estas iniciativas el paseo Marítimo no llegó a realizarse e incluso en la playa de la Barceloneta se pensó en ampliar el puerto con dársenas un puerto pesquero y una factoría naval. Finalmente , al lado de los establecimientos de baños acabaron ubicándose algunos edificios públicos sin una alineación precisa; la Escuela del Mar que se construyó en 1921 con el fin de potenciar la practica de la natación entre los escolares, el Sanatorio marítimo de San José, y el Hospital de Infecciosos precisamente en lugar del proyectado Instituto Ocenográfico.

Hay que señalar, además, que mientras las clases dirigentes barcelonesas potenciaban una concepción mediterránea, pulcra y culta del litoral , muy propia del novecentismo, se había formado desde finales de siglo uno de los núcleos de barracas más extensos de Barcelona que se iniciaba en los arenales del gasómetro y se prolongaba hasta la playa del Somorrostro. Habrían de pasar muchos años hasta resucitar estos proyectos, puesto que hasta 1959 no se había de construir el primer tramo del paseo marítimo en la playa de la Barceloneta.

Únicamente el paseo de Colón experimentó una serie de mejoras al construirse en él edificios emblemáticos como el de Correos y Telégrafos , la sede la Compañía Transmediterránea y el Gobierno militar mejorándose la fachada del de Capitanía. El paseo Nacional de la Barceloneta fue definitivamente urbanizado con un proyecto acorde con los interés de los propietarios que permita construir en altura.

La parte meridional del litoral barcelonés no habría de recuperar nunca su pretendida función turística tanto por la progresiva expansión del puerto hacia el sur como por el incremento del sector de reparación y construcción naval en la década 1910-1920 cuando muchas empresas de la Barceloneta convertidas en sociedades anónimas se desplazaron a Can Tunis. Nuevas actividades como los depósitos de la Shell o la Aeronáutica Naval se unieron a las industrias textiles o mecano-metalúrgicas. Junto a estas instalaciones fabriles aparecieron pequeños núcleos de viviendas obrera de promoción privada o publica que al lado de las masias y campos de cultivo completaban la ocupación humana del sector.

El cambio sustancial de esta zona del litoral se produjo a raíz de la concesión en 1916 de la desde tiempo atrás solicitada Zona Franca, en el delta del Llobregat. Se trataba de crear una gran zona de depósitos comerciales especializados, pretendiendo así convertir a Barcelona en uno de los principales centros de almacenamiento, transformación y distribución de mercancías hacia Europa occidental, el norte de África y América. De esta manera Barcelona pasaría por delante de los principales puertos mediterráneos (Nápoles, Génova y Marsella) e incluso de algunos atlánticos como Rotterdam; esta propuesta fue indudablemente favorecida por la primera guerra mundial, dado que los principales puertos francos europeos (Hamburgo y Génova) pertenecían a países en guerra. En 1920 se declararon de utilidad pública los terrenos del delta donde se tenía que ubicar la Zona Franca, una parte de los cuales, pertenecientes a los municipios de Hospitalet y Prat de Llobregat , fueron anexionados en 1924 al municipio de Barcelona.

Es curioso constatar como entre los promotores de este proyecto, gestionado por el Consorcio de la Zona Franca, figuraba el Instituto Agrícola Catalán de San Isidro, lo que nos hace pensar en la participación de la Sociedad de Crédito Agrícola propietaria como antes se ha dicho de una gran cantidad de tierras en Can Tunis que también se incluían en el proyecto del Puerto Franco. De hecho, como a continuación veremos, el proyecto de la zona o Puerto Franco borraba las propuestas de terciarización de carácter lúdico i de ocio a favor de una zona portuario-industrial. Como se ha señalado: "Se consideraba tan importante esta realización que en su favor se sacrificó el proyecto de Paseo Marítimo en su parte occidental".

En cuanto a la materialización del proyecto del Puerto Franco se ha de señalar una primera propuesta de ordenación que en 1903 elaboró el ingeniero Federico Armenter dentro de su Ante-Proyecto de enlaces de la zona del Ensanche de Barcelona y de los pueblos agregados; precisamente una de las cuestiones más novedosas planteadas por Armenter es el tratamiento de la zona del Llobregat con la apertura de una Dársena justo en medio de Can Tunis y que llegara hasta el Llobregat, dársena que dotada de muelles separaba la zona industrial con la barriada obrera incluida en el oeste y una zona neutral de almacenamiento en el este que legaba hasta el litoral; contemplaba también el traslado del Hipódromo situado al lado del alargamiento de la Gran Vía. En 1909 el mismo Armenter perfila y detalla su proyecto en unas vistas panorámicas del "Proyecto de urbanización de Can Tunis y Prat de Llobregat".

Tras un período de espera el gobierno de la dictadura impulsará el proyecto del Puerto Franco y en 1926 el Consorcio de la Zona Franca convoca un concurso internacional de Ante-Proyectos que fue ganado por el ingeniero Blai Sorribas. Esta propuesta ampliamente difundida y conocida implicaba seguir el proyecto de Armenter para crear un puerto interior mediante la apertura de un canal central, si bien también se preveía una mayor amplitud y desarrollo del puerto, así como la canalización y desvío del Llobregat para evitar inundaciones.Todas estas instalaciones ocupaban una superficie de 860 Ha. proyectándose una vía férrea de ancho europeo hasta Burdeos, la conexión con la ciudad mediante un cinturón perimetral y una línea de metro.

Al año siguiente empezaron las expropiaciones de varias fincas agrícolas para iniciar las obras, con lo cual el Hipódromo símbolo de los fallidos provectos de ordenación turística de esta parte del litoral acabara siendo utilizado como aeródromo y finalmente desmantelado en 1934.

Incluso la propuesta del GATCPAC dentro del Plan Macis ( 1934) para esta parte del litoral era la confirmación de unos usos que casi ninguna fuerza social o política discutía.Los arquitectos de este grupo consolidaban, también, el carácter industrial y portuario del Delta incorporando el proyecto de Zona Franca. Por lo que respecta al puerto comercial y a la Barceloneta planteaban una fuerte reconversión ya que consideraban la playa contaminada y falta de higiene y obsoletos los edificios de baños - en especial el recientemente inaugurado casino de san Sebastián, calificado por ellos de "cadáver arquitectónico"- , y las estructuras portuarias innecesarias dado su traslado hacia el sur. El puerto adquiría un carácter ludico con secciones de deportes náuticos y en terrenos ganados al mar se levantaban dos grandes edificios destinados a centros cívicos de escala regional propios de la capitalidad de la Cataluña autónoma; se derribaba gran parte de la Barceloneta para construir sobre ella un gran edificio destinado a Palacio del Trabajo o de los Sindicatos.

Finalmente, y dentro de su visión funcionalista del zoning el GATCPAC situaban las areas de esparcimiento marítimo lejos de las zonas portuarias y de los usos terciarios . En este sentido proponían una "Ciutat de Repòs i Vacances" en la playa de Castelldefels , modélica tanto por su contenido social - destinada a las clases trabajadoras y gestionada de forma cooperativa- como por su propuesta arquitectónica vanguardista que integraba las actividades higiénico-sanitarias ( baños, duchas y sanatorios) con las deportivas ( piscina, playa, cine y parque de atracciones) y las de descanso ( hoteles. apartamentos y casitas de fin de semana ). Dentro del término municipal de Barcelona la única playa que se mantenía y se recuperaba como zona de baños de mar era la playa del Poble Nou.



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