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Geografia d'Europa: Suïssa

INTRODUCCIÓ



Suiza. Estado de Europa central; 41.285 km2, 7.019.000 hab. Cap. Berna . Limita al O con Francia, al N con Alemania, al E con Austria y  Liechtenstein y al S con Italia.

Geografía física.
Suiza comprende tres regiones bien  diferenciadas morfológica y estructuralmente: en el S una amplia zona  alpina (más del 60 % de la superficie territorial), en el centro una  franja prealpina o de pie de monte (Mittelland) y en el N una serie  de cadenas que constituyen el Jura. Se trata, por lo tanto, de un  territorio de origen reciente, formado en su mayor parte en el  Cenozoico, con el gran plegamiento alpino que dio lugar a la  orogénesis alpina. En la era cuaternaria la intensa acción de los  glaciares modeló los valles (sobre todo el Mittelland) y originó  vastas cavidades -hoy ocupadas por los lagos- y depósitos morrénicos.  Se suele distinguir entre  los Alpes meridionales y los  septentrionales, divididos por el surco del Ródano, que tiene su  continuación tectónica en el valle del Rin, al E. Los Alpes  meridionales se desarrollan desde el monte Dolent (3.820 m), al O,  hasta el macizo de Silvretta, al E, y comprenden los Alpes Peninos  (Gran Cervino, 4.478 m de alt.), los Alpes Ticinos (Rheinwaldhorn,  3.402 m) y, al E, los Alpes Grisones (Bernina, 4.050 m). Los Alpes  septentrionales incluyen los Alpes Berneses (con el grupo del  Finsteraarhorn, 4.274 m), los de Uri y los de Glaris (Dammastock,  3.630 m). El Jura suizo, formado por sedimentos secundarios,  comprende al NE una región de mesetas y al SO una alineación de  cadenas calcáreas (monte Tendre, 1.679 m de alt.). El Mittelland  ocupa la zona deprimida entre los Alpes y el Jura, donde se acumuló  la molasa terciaria, posteriormente modificada por las glaciaciones  cuaternarias. Es una sucesión de colinas, valles profundos, a veces  lacustres, y pequeñas llanuras. Desciende suavemente desde la franja  subalpina (600 m), hasta el tramo inferior del río Aar. La red  hidrográfica suiza, notablemente articulada, comprende tres  principales cuencas fluviales: la del Rin (70 % del territorio), que  tributa al mar del Norte, la del Ródano (16 %), que desciende hacia  el Mediterráneo, y la del Po (10 %), que desemboca en el Adriático.  Menor importancia tiene la del Danubio, al que tributa el Inn.  Grandes cuencas lacustres ocupan cavidades excavadas y modeladas por  los glaciares al pie de los Alpes o del Jura. Los principales lagos  son Léman, Zurich, Cuatro Cantones y Constanza. Suiza, sometida a los  influjos atlánticos, disfruta de un clima relativamente templado, que  ofrece importantes variaciones entre una región y otra. Mientras en  el Mittelland el clima presenta matices continentales, con veranos  cálidos, en las montañas la temperatura desciende rápidamente con la  altitud. Entre los 400 y 500 m de alt., la temperatura media anual  suele oscilar en torno a los 8 oC; en el Gran San Bernardo baja hasta  los -2 oC. La pluviosidad, que en la mayor parte del territorio se  sitúa en torno a los 1.000 mm anuales, se incrementa hacia los Alpes,  donde alcanza máximas de 2.000-3.000 mm anuales. La vegetación  refleja las condiciones del clima y del relieve. Por debajo de los  600 m de alt. (700-800 m en el cantón de Ticino) su pueden cultivar  vides y árboles frutales. El límite superior para el cultivo de los  cereales son los 1.200-1.300 m (1.500 m en el cantón de Ticino). Por  encima de estas altitudes se suceden los bosques de coníferas en los  Alpes y Prealpes.

Geografía humana.
Suiza tiene una densidad de  población elevada (167 hab./km2). Sus habitantes tienden a  concentrarse en el Mittelland y en los valles de montaña. En estas  zonas se localiza su importante red urbana, formada por ciudades como  Basilea, Ginebra, Berna, Lausana y, sobre todo, Zurich, auténtica  metrópoli económica. El índice de urbanización se sitúa en el 59,6 %.  La población se distribuye en cuatro dominios lingüísticos: el alemán  (63,6 %), el francés (19,2 %), el italiano (7,6 %) y el romanche (0,6  %). El 9 % restante habla otras lenguas diversas.

Geografía económica.
El lento crecimiento natural y la necesidad de mano de  obra han atraído un número importante de inmigrantes extranjeros.  Sólo el 3,7 % de la población activa de Suiza está dedicada a la  agricultura. Las condiciones ambientales, poco favorables a esta  actividad por el predominio de las zonas montañosas poco fértiles y  de clima riguroso, explican la exigüidad de la superficie agrícola  útil (la cuarta parte del país). En el Mittelland, la gran región  agrícola, se cultivan cereales, remolacha azucarera y tabaco, además  de ganadería bovina, ovina y porcina. En la montaña, las actividades  predominantes son la ganadería (producción de leche y quesos) y la  explotación forestal. La única fuente energética de origen nacional  es la explotación del potencial hidroeléctrico de los Alpes. Sin  embargo, la mayor parte de la energía consumida procede del petróleo.  A pesar de su pobreza en materias primas, Suiza es un país  industrializado de primer orden, con unas bases económicas y  financieras sólidas y una mano de obra altamente especializada. La  mayoría de sus actividades industriales tienen un origen antiguo  (textiles, alimentarias, relojería, trabajo de la madera). Sin  embargo algunos sectores tradicio- nales han pasado por dificultades,  como el textil y el de relojería y joyería, que tuvo que hacer frente  sobre todo a la competencia japonesa. No obstante, la producción  relojera suiza representa todavía un importante porcentaje de la  producción mundial. Ocupan también un lugar destacado las industrias  alimentaria, química y farmacéutica, y la de construcción mecánica  (motores diesel y eléctricos, material ferroviario, electro domésticos, etc.). Gran parte de la prosperidad actual del país se  debe a sus bancos, que atraen gran cantidad de capitales extranjeros  hasta el punto de convertir a Suiza en un gran centro financiero.  Ello ha permitido a sus habitantes contar con uno de los niveles de  vida más altos del mundo. Otra fuente importante de ingresos es el  turismo, tanto invernal como estival.

Durante la I  Guerra Mundial, Suiza mantuvo su neutralidad, pero atravesó  dificultades económicas y sociales. Durante el período de  entreguerras, los grupos pronazis sólo consiguieron  una audiencia muy reducida. En la II Guerra Mundial, Suiza  mantuvo su vocación neutral y humanitaria. Después de 1945, el auge  económico estuvo marcado por la intensificación del equipamiento  hidroeléctrico y el desarrollo de nuevos medios de comunicación. En el plano exterior, Suiza no forma parte de la  ONU, aunque está adherida a todas las organizaciones internacionales  técnicas o humanitarias; aunque en 1984 las cámaras votaron por su  plena integración, un referéndum lo desestimó en 1986 con un 75,7 %  de votos. Por otra parte, Suiza firmó un tratado con la CEE (1972)  que prevé la supresión de gran parte de los derechos de aduana. Aunque en mayo  de 1992 un referéndum aprobó la adhesión de Suiza al FMI, los suizos  rechazaron en un nuevo referéndum realizado en diciembre de ese mismo  año la entrada del país en el Espacio Económico Europeo (EEE), amplio  mercado constituido por los Estados miembros de la CE (actual UE) y  de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). Como consecuencia  de ello, el Gobierno suizo decidió «congelar» la demanda de adhesión  a la CE, formulada en 1991, iniciándose a partir de 1993 una serie de  negociaciones bilaterales con la UE, que quedaron definitivamente  bloqueadas en 1994.



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Última actualització: 8 de juny de 2000