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Mensaje enviado por: Ana R. Delgado González
Fecha: 24-10-96
Correo electrónico:adelgado@gugu.usal.es
En respuesta al mensaje de:Roberto Colom
Sobre el tema: Working Memory



(Me temo, Roberto, que mi contribución al foro no te va a ser de mucha ayuda, porque lo último que he leído sobre working memory (desde ahora WM) me ha decepcionado mucho. Espero que no tare en surgir un modelo alternativo, porque éste ha degenerado considerablemente en los últimos años.)

Está claro que g es un concepto funcional que requiere, él mismo, algún tipo de explicación más allá de la puramente matemática. Pero tratar de explicar g a partir de la working memory no me parece na tarea factible a la luz de las últimas modificaciones hechas por Baddeley (1996) en su modelo de WM en el que incluye varios procesos a explorar en el ejecutivo central:

Repartir los recursos atencionales
Focalizar la atención selectivamente en un estímulo entre otros distractores
Activar temporalmente la memoria de largo plazo, planificar la recuperación de la misma y cambiar de estrategia de recuperación.

Creo que explicar g a partir de WM fue una buena idea en el momento en que surgió, cuando WM era un modelo funcional parsimonioso, basado en una concepcion instrumental (no representacional) de la cencia y en una aproximacion experimental (no psicométrica) de detección de los fenómenos cognitivos. Claro que el modelo recibió críticas, pero parecía que funcionaba; el propio Baddeley estaba encantado de decir "working memory is working", y tenía razón, porque no sólo las investigaciones relacionadas con el lazo articulatorio --lo primero que se atacó-- demostraron gran utilidad, sino que gran parte de las teorías de la cognición humana --no sólo las factorialistas-- empezaron a utilizar el constructo WM en la explicación. Claro que esto era cuando todo lo que se sabía de WM es que se definía como el conjunto del ejecutivo central y dos sistemas subsidiarios y se detectaba en las tareas que requerían simultáneamente procesamiento y almacenamiento.

El modelo ha cambiado mucho, muy rápidamente y, por lo que he visto, casi siempre "ad hoc".

- Ha intentado introducir cuestiones de representación, buscando apoyo en las neurociencias, pero lo ha hecho introduciendo simultaneamente los hechos en la teorización (modelo atencional de Shallic, basado en pacientes con lesiones frontales) y en las pruebas experimentales (pacientes con lesiones frontales), con lo que se ha vuelto peligrosamente circular.

- Ha intentado introducir cuestiones de medida, aceptando como tareas de WM tareas psicométricas, con lo que los problemas de fiabilidad y validez han entrado por la puerta de atrás. Antes bastaba con detectar la presencia de WM por alguna de sus características (p.e., time-sharing), ahora debería ser capaz de aislarla y cuantificarla: ya no basta con que sepamos que determinada tarea incluye WM, sino que se debe exigir información sobre en qué medida la mide y para eso hay que definir mejor.

- Definir mejor significa que la definición debería ser más precisa, no más extensa. Introducir en el ejecutivo funciones relacionadas con la gestión de la memoria a largo plazo hace que el modelo gane en representación y probablemente también en realismo, pero elimina el poder heurístico del modelo porque ahora ya sí que es imposible aislar la contribución de la WM a la ejecución de los sujeto

. Ahora ya se puede decir que WM es todo.

Una consecuencia de todo esto es que WM ha dejado de ser un término unívoco y cada investigador se adhiere al modelo que mejor le va (1983, 1986 o 1996), así que el pobre lector ya no sabe a qué modelo se refiere el artículo que tiene delante.

A mi me sigue pareciendo que WM es útil para explicar g sólo si ésta se puede concebir de manera unitaria (aunque haya que explorar los fenómenos por separado, en la tradición experimental) y por tanto medir, e incluir en un modelo de fuentes de diferencias individuales (p.e., Kyllonen y Christal, 1989). Si, al final, resulta que necesitamos explicar más constructos de los que teníamos antes de la WM sólo para explicar la WM, estamos apañados. En fin, que en el circo de la WM había un solo enano (el homúnculo) y no sólo ha crecido sino que se ha multiplicado.

Baddeley, A. D. (1996). Exploring the central executive. Quarterly Journal of Experimental Psychology, 49A, 5-28.

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