U n i v e r s i d a d d e B a r c e l o n a

Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos

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Ejemplos de reestructuración cognitiva
Fuente: Hope y Heimberg (1993, págs. 122-123); Hope y Heimberg (1993, pág. 128)


 

Ejemplo 1

Antes de la exposición simulada en grupo de hablar con una compañera de clase, Katy informó los siguientes pensamientos: a) "No seré capaz de mantener la conversación". b) "No sabré qué decir" c) Ella no querrá hablar conmigo". d) "Lloraré". Los terapeutas decidieron explorar el primer pensamiento, que parecía ser el primero de una cadena que terminaba en lágrimas y rechazo.

T1: Katy, ¿qué quieres decir con que no serás capaz de mantener la conversación?

K: Bien, se acabará. No sabré qué decir.

T1: Esto se parece a lo que hablamos hace un par de sesiones: que estás preocupada por conseguir algo que decir.

K: Sí, creo que tiene razón.

T1: ¿Recuerda alguien la respuesta racional a la que llegamos para ese pensamiento la última vez?

K: Hay muchas probabilidades de que pueda pensar en algo que decir.

T1: Bien. Durante las dos últimas semanas, ¿has tenido alguna evidencia de que esta afirmación pueda ser cierta? ¿Se te han ocurrido cosas que decir en las conversaciones que has tenido?

K: Bien, esta semana hablé con una mujer en la librería. Pero esto fue fácil porque las dos estábamos allí por la misma razón.

T2: Un momento. ¿Percibe alguien un error cognitivo en esta afirmación? (mirando a P4).

P4: Esto es descalificar lo positivo, diciendo que la conversación no cuenta por alguna razón. [Este cliente había cometido el mismo error cognitivo previamente en la sesión.]

T2: Correcto. ¿Lo ves Katy? (esta asiente). Así, ¿qué clase de evidencia tienes de que tu respuesta racional pueda ser verdadera?

K: Se me ocurrió algo que decir en la librería.

T1: Um, mmm. ¿Algo más?

[Los miembros del grupo y los terapeutas enumeraron varias tareas para casa y la última exposición en la cual ella fue capaz de pensar en cosas que decir.]

T2: Me parece como si te preocuparas de tener cosas que decir, pero sin que esto llegue realmente a cumplirse.

K: Eso creo también. Siento una gran presión para hacer que la conversación continúe.

T2: Quizá hay algún pensamiento automático aquí. ¿Qué piensas Katy?

K: No sé.

T1: ¿Quizás una afirmación del tipo "debo"?

K: ¿"Debo" hacer que la conversación se mantenga?

T2: Esto parece un pensamiento que puede ser un problema. Añadámoslo a la lista en el rotafolios. Dijiste antes que te preocupa el decir algo estúpido. ¿Sientes que tienes que decir algo, no importa qué, debido a que tienes que mantener viva la conversación?

K: Sí, así parece.

Identificado el error cognitivo ("debo"), los terapeutas cuestionaron el pensamiento provocador de ansiedad. Tras varios intercambios verbales, Katy aceptó que no era lógico que ella fuera 100% responsable de una conversación de dos. Esto condujo a la siguiente respuesta racional: "Sólo soy responsable del 50% de la conversación".

Nota. Tomado de Hope y Heimberg (1993, págs. 122-123).


Ejemplo 2

Antes de la exposición simulada a la situación de concertar una cita con un hombre, Katy informó, entre otros, del siguiente pensamiento: "Si él acepta la cita, no significa que quiera salir (ese día) conmigo".

T2: ¿Por qué diría alguien que sí si no quisiera salir contigo?

K: No sé. Quizás siente pena por mí o algo así.

T2: Así que él puede sentir pena por ti y estar de acuerdo en salir. ¿Alguna otra razón por la que él pueda decir que sí y no querer decir que sí?

K: No sé. No he pensado realmente nunca sobre esto.

T2: ¿Qué piensa el resto del grupo? ¿Algunas ideas de por qué un chico aceptaría una cita que no desea?

P4: No en esta clase de situación. Es fácil para él escapar de ella. Incluso si no dice nada en el momento de la petición, puede cancelar la cita más tarde. Creo que si realmente va, él quiere ir.

T2: ¿Qué piensas sobre esto, Katy?

K: No sé. Quizás.

T2: No pareces convencida. ¿Qué evidencia puedes tener de que alguien pueda decir sí cuando no quiere?

K: No sé. Pienso que puedo sólo saberlo.

T2: Ummm, ¿parece que pudiera haber aquí un error cognitivo? ¿Qué piensa el grupo?

P3: Parece lectura de la mente. Ella está conjeturando lo que él está pensando.

T2: ¿Piensas que es así, Katy?

K: Sí, realmente no tengo ninguna evidencia.

T2: Así, si intentas leer su mente, ¿concluyes que él no quiere salir contigo?

K: Sí.

T2: ¿Qué conclusión sacas si sólo consideras lo que puedes ver y oír, lo que él dice y hace?

K: Bien, el esta diciendo que sí y él puede realmente salir conmigo.

T2: Así, cuando lees su mente, el no quiere salir contigo; pero si miras sus palabras y acciones, él quiere. ¿Qué merece más confianza? Si estuvieras jugando y tuvieras que poner tu dinero en una de estas dos cosas, ¿a cuál tendría más sentido apostar?

K: A que si él dice sí, él quiere salir conmigo.

T2: Así, ¿a qué conclusión tiene sentido apostar tu vida de citas?

K: A la misma. Él probablemente no diría sí si no quisiera salir conmigo.

T2: Esta parece una respuesta racional excelente. ¿Quieres usarla? (en la exposición simulada subsecuente).

Nota. Tomado de Hope y Heimberg (1993, pág. 128).