Psicología Patológica
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Mensaje enviado por: Eva Écija
Fecha: 23-12-98
Correo electrónico:eecijama7@psi.ub.edu
En respuesta al mensaje de:
Sobre el tema: Experimentación con animales
"Estaba paseando plácidamente por los
terrenos que conforman mi hogar
cuando de repente, mi cuerpo se vio atrapado bajo una enorme
sombra.
Un viento veloz me golpeó y me dejó sin sentido. Cuando
recobré el
conocimiento, bajo mis pies no quedaba nada ya de mi tierra, del
polvo,
de las rocas,... en su lugar no había nada. Simplemente un suelo
sin
vida, sin decorado alguno. Me sentí profundamente sola.
Estaba hambrienta y no sabía dónde ir, dónde acudir, dónde
encontrar una
pequeña fuente de alimentación. No sé cuanto tiempo
transcurrió, todo
mi cuerpo temblaba con violencia y me sentía mareada. Creí que
iba a
desfallecer cuando un apetitoso olor llegó a mis fosas nasales.
¿Era la hora de la comida? ¿Había alguien por allí? Decidí
seguir el
rastro olfativo. Caminé con nerviosismo, intenté girar a la
derecha,
pero fue en vano, no había salida... lo intenté por la
izquierda, y
pude continuar. Todo el paisaje era de un blanco enfermizo, desde
allí
era imposible avistar un pellizco de cielo. ¿A caso me
encontraba en
el infierno?
Seguí mi búsqueda, ahora un giro por aquí, ahora por allá
... se me estaba haciendo interminable. Pero al fin supe que
estaba
muy cerca, quizá detrás de aquellas enormes esferas de color.
Me
deslicé hacia la de color rojo (como mis ojos) y busqué por
detrás,
no había nada. ¿Qué era aquéllo? Temí colocar mi mano sobre
ella, pero
el hambre me acuchillaba el estómago, así que lo hice... Un
estruendo
rebotó en mis oídos, el fuego recorrió mi cuerpo albino y una
enorme
sacudida me alejó de la esfera. Me levanté y con horror
observé el
temblor de mi cuerpo... Descansé unos segundos. Tenía tanta
hambre...
no me importaba perder la vida, porque ahora seguir viviendo no
tenía
ningún sentido. Me acerqué a la esfera azul y procedí de la
misma forma
que con la roja. Esta vez no me dolió nada y al instante cayó
por
un agujero, en el que no había reparado, una bolita de sabor a
queso.
Me la comí con ansia y sin espera.
Y así ha transcurrido mi vida desde que me robaron la
libertad".
Asignatura: Psicología patológica
Comentarios: jgutierrez@psi.ub.es