IBERPSICOLOGÍA, 2, 3, 4

 

EVALUACIÓN DE LA ACTITUD DE LA POBLACIÓN HACIA LA INDUSTRIA PETROQUÍMICA

JOSÉ GUTIÉRREZ MALDONADO
UNED, CENTRO ASOCIADO DE TORTOSA
MARÍA JOSÉ BAJÉN GARCÍA
ASOCIACIÓN SI..., ENTONCES...


Dirección para correspondencia:

Apartado de Correos 761. 43080 Tarragona. SPAIN
 

RESUMEN

Se presenta una escala diseñada para evaluar la actitud hacia la energía petroquímica. Los ítems de la escala fueron seleccionados a partir de un análisis de contenido de noticias de prensa relacionadas con la industria petroquímica, favoreciendo así su validez aparente. Los análisis psicométricos revelan una estructura compuesta por tres dimensiones: Percepción de Progreso, Percepción de Riesgo y Percepción de Seguridad; esta estructura es similar a la encontrada en instrumentos dirigidos a cuantificar la actitud hacia otras instalaciones industriales de alto riesgo como las centrales nucleares. Se analizaron también las distribuciones de frecuencias y se calcularon coeficientes de fiabilidad tanto en la escala global con en las tres subescalas.

PALABRAS CLAVES: Industria petroquímica, actitud, riesgo.

ABSTRACT

A scale for the assessment of the attitude toward oil industry is presented. Items were selected by means of a content analysis of the press news related to oil industry. Psychometric analysis show a three dimension structure: Perception of Progress, Perception of Risk and Perception of Security, that is similar to the structure found in instruments developed to assess the attitude to other high risk industry installations as nuclear energy. Frequency distributions and reliability were also examined.

KEY WORDS: Oil industry, attitude, risk.


I. INTRODUCCIÓN

Es razonable suponer que las dimensiones que fundamentan las actitudes hacia la energía nuclear sean extrapolables a la industria petroquímica, dado que ambos objetos de actitud hacen referencia a instalaciones de alto riesgo, comprendiendo el concepto de riesgo no sólo la probabilidad de que ocurran accidentes sino también la gravedad de las consecuencias de estos accidentes, por improbables que sean, en caso de producirse. Algunos estudios están de acuerdo con este supuesto. Stone y Levine (1985), por ejemplo, encontraron que los temas comunes de preocupación de los habitantes de una zona de los EE.UU. donde la Hooker Chemical Co. abandonó años atrás 22.000 toneladas de residuos químicos eran la salud y las repercusiones económicas, siendo estos temas similares a las dimensiones de las actitudes encontradas en diferentes estudios sobre energía nuclear. Por otro lado Van der Pligt, Eiser y Spears (1986) observaron que la actitud de oposición hacia las centrales nucleares no era una actitud específicamente antinuclear, sino generalizable a cualquier otro tipo de desarrollo industrial a gran escala; en particular, estos investigadores encontraron que los residentes en zonas donde ya existía una central nuclear se mostraban opuestos no sólo a la construcción de una nueva central sino también a la propuesta de construcción de instalaciones industriales químicas.

Otro estudio destacable es el que realizaron Eiser, Spears, Webley y Van der Pligt (1988) en poblaciones inglesas cercanas a zonas con centrales nucleares e instalaciones petroquímicas (Winfrith y Wytch Farm), situación ésta muy similar a la que se encuentra en Tarragona. Algunos de los resultados que obtuvieron fueron que en general los habitantes de estas zonas mostraban una predisposición mucho más favorable ante la posibilidad de construcción de nuevas instalaciones petroquímicas que ante la posibilidad de construcción de una nueva central nuclear, con las mujeres declarando una actitud más negativa que los hombres ante ambas posibilidades. La comparación de ambas posibilidades de nuevos desarrollos indicaba que las centrales nucleares se asociaban en mayor medida que las instalaciones petroquímicas con expectativas de consecuencias negativas sobre la salud y la seguridad, con una mayor percepción de riesgo ambiental, con un mayor impacto visual y con una mayor contaminación. Sin embargo, se observaban diferencias entre las dos comunidades en algunos aspectos. Por ejemplo, los habitantes de la zona más cercana a la central nuclear que a las instalaciones petroquímicas (Winfrith) eran más optimistas que los habitantes de la zona más cercana a las instalaciones petroquímicas (Wytch Farm) en relación con las repercusiones positivas que una nueva central nuclear tendría sobre el empleo y la actividad económica en general, pero más pesimistas respecto a su impacto sobre la tranquilidad de la zona, contaminación, salud y seguridad. Este patrón se encontraba exactamente al revés cuando lo que se consideraba era la posibilidad de construcción de nuevas instalaciones petroquímicas. En una segunda parte del estudio, Eiser et al. (1988) intentaron observar si la actitud ante la posibilidad de construcción de una nueva central nuclear se veía influida por la posibilidad añadida de construcción de nuevas instalaciones petroquímicas, y viceversa. En relación con este punto, la teoría de toma de decisión de Kahneman y Tversky (a diferencia de los modelos de expectativa-valor, por ejemplo) propone que las nuevas posibilidades son evaluadas por comparación con un punto de referencia preexistente. En general, esta teoría permite predecir que el coste percibido de un nuevo desarrollo industrial debe ser menor en zonas ya industrializadas que en zonas 'vírgenes'. En consecuencia, podría suponerse que la propuesta de instalación de una central nuclear sería menos rechazada si fuera acompañada del anuncio de construcción, conjuntamente, de instalaciones petroquímicas, o viceversa, que si fuera presentada de forma aislada. Los resultados que encontraron sobre este punto, sin embargo, no fueron los esperados, puesto que la presentación conjunta de la posibilidad de construcción de una central nuclear y de instalaciones petroquímicas hizo a esta última menos aceptable que si era presentada de manera aislada. La conclusión del trabajo fue que pese a que la actitud hacia la energía nuclear y hacia la industria petroquímica comparten características similares, como la percepción de los beneficios económicos y de empleo asociados a ambas, no puede hablarse de equivalencia absoluta; en la evaluación de objetos de actitud relacionados con la energía nuclear son más salientes que en el caso de la industria petroquímica (aunque también se hallan presentes en ésta) aspectos tales como los peligros ambientales y para la salud, el impacto visual y los cambios que se prevé tendrán lugar en la vida cotidiana de la comunidad.

A continuación se presentan los análisis psicométricos realizados sobre un instrumento diseñ para cuantificar la actitud de la población hacia la industria petroquímica: la Escala de Actitud hacia la Industria Petroquímica (EAIP). Es una escala análoga a la EAEN (Escala de Actitud hacia la Energía Nuclear) (Gutiérrez Maldonado, Bajén, Sánchez y Bonell, 1991). Los ítems están redactados de manera semejante pero, en lugar de 19 como en la EAEN, la EAIP consta de 17 elementos, habiéndose suprimido los ítems 2 y 17 de la EAEN en la adaptación que se hizo de esta para construir la EAIP, debido a su alta especificidad en relación con la energía nuclear.

II. MÉTODO

Sujetos

Se envió la escala a una muestra de 2.000 personas seleccionada por un procedimiento aleatorio sistemático a partir de la guía telefónica de la provincia de Tarragona, obteniendo la devolución correctamente rellenada de 124 ejemplares.

Procedimiento

Con la finalidad de asegurar la unidimensionalidad conceptual de partida de la Escala de Actitud hacia la Industria Petroquímica, aunque la actitud pudiera ser subdividida más tarde en dimensiones dándole un carácter secundario complejo a partir del análisis factorial, se definió la actitud hacia la industria petroquímica como el conjunto de juicios de valor, sentimientos y decisiones desarrollados ante objetos relacionados con ese sector industrial, abarcando así los tres componentes que se reconocen clásicamente en las actitudes (Sintas, 1987; Gutiérrez Maldonado, 1989). El tipo de instrumento que se construyó fue una escala Likert y las fuentes de las que se extrajeron los ítems fueron artículos de periódicos publicados entre 1958 y 1989, seleccionando frases (y, en su caso, adecuando la redacción) que expresaran actitudes hacia diferentes objetos y con diferentes términos evaluativos. Los objetos de actitud y términos evaluativos se determinaron a partir del análisis categorial del contenido de una muestra representativa de los artículos sobre industria petroquímica publicados en el período anteriormente mencionado. Se procuró seguir criterios de relevancia, claridad y discriminación en la redacción de los ítems, requiriendo que estuvieran relacionados con el objeto de actitud, que fueran comprensibles, evitando dobles negaciones, y que permitieran establecer diferencias entre los sujetos, descartando ítems ante los que a priori se pudiera pensar que todos los sujetos expresarían acuerdo o desacuerdo. Se utilizó la descripción verbal de las opciones de respuesta en lugar de la numérica para conseguir mayor grado de comprensibilidad. Se eligieron seis opciones de respuesta por ítem, evitando así la opción de respuesta central con lo que se obligaba a los sujetos a pronunciarse en un sentido u otro. Se intentó controlar los efectos de aquiescencia y deseabilidad social redactando parte de los ítems en sentido positivo y otra parte en sentido negativo y garantizando el anonimato de las respuestas: para ello se requerían únicamente los datos que permitieran posteriormente clasificar las escalas en función del sexo, ocupación, edad y población de residencia.

Análisis de resultados

Se aplicó un análisis factorial con extracción de componentes principales y rotación VARIMAX, y se calcularon los coeficientes de Habilidad de cada una de las subescalas resultantes de la división en factores y de la escala total; se estudiaron también las distribuciones de frecuencias.

III. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El examen de las condiciones de aplicación del análisis factorial se basó en el cálculo del determinante de la matriz de correlaciones, la comprobación de esfericidad y la comparación de las magnitudes de los coeficientes observados de correlación con las magnitudes de los coeficientes de correlación parcial. El determinante de la matriz de correlaciones alcanzó un valor (0.0000298) que puso de manifiesto la no singularidad de la matriz y, al mismo tiempo, las correlaciones entre los ítems fueron lo suficientemente altas como para que la matriz no fuera idéntica; el test de Bartlett alcanzó un valor de 1109.99, significativo con p<0.00001. Por otro lado, la comparación de las magnitudes de los coeficientes observados de correlación con las magnitudes de los coeficientes de correlación parcial mediante la prueba de Kaiser-Meyer-Olkin ofreció un valor KMO=0.908, suficientemente alto como para considerar que la diferencia entre comunalidad y unicidad se inclinaba en favor de la comunalidad.

La extracción de factores se detuvo cuando el autovalor no alcanzaba la unidad; este criterio permitió obtener un total de tres factores que fueron rotados por el método Varimax. El resumen de los resultados del análisis factorial se encuentra en la tabla 1.

Tabla 1. Análisis factorial de la EAIP

Ítem

Factor 1

Factor 2

Factor 3

Comunalidad

Percepción de progreso

Percepción de riesgo

Percepción de seguridad

14

.84141



.78920

7

.82233



.75645

13

.71955

.36422


.68882

2

-.66171



.52986

10

.58314

.46000

-.32275

.65582

11

-.50461

-.34129

.49413

.61527


3



.79826



.68627

4


.79532


.69171

9


.70644


.58702

5


.66778

-.42284

.65977

6


.56683


.47162

12


.54399

-.31570

.42736


17



-.33403


.76616


.73290

1



.73571

.63588

16

-.50892


.67904

.73149

15

-.37747


.60972

.59682

8

-.46824


.53509

.54660


Aut.


8.17455


1.55206


1.07626


% v.

4&1

9.1

6.3


Ac.

48.1

57.2

63.5


Como puede verse, los tres factores explican las variabilidades de cada ítem en cantidades razonablemente altas. El primer factor explica mucha mayor cantidad de varianza que el segundo y el tercero (48.1, 9.1 y 6.3, respectivamente), y el porcentaje acumulado de varianza explicada por los tres fue de 63.5. Si se consideran sólo los ítems más representativos de cada factor se observa que mientras que el primer factor tiene un carácter bipolar, con ítems que tienen cargas considerables tanto positivas como negativas, los factores dos y tres pueden describirse como unipolares, dado que los ítems que cargan de manera apreciable en ellos lo hacen con cargas positivas.

La interpretación de los factores en función de los pesos factoriales de los ítems llevó a dar el nombre de Percepción de Progreso al primer factor, Percepción de Riesgo al segundo y Percepción de Seguridad al tercero. El factor de Percepción de Progreso agrupa principalmente a los ítems que hacen referencia al carácter necesario de la industria petroquímica y a los beneficios directos e indirectos que conlleva; el factor Percepción de Riesgo agrupa principalmente a los ítems que se refieren al peligro asociado a las centrales nucleares, a las posibilidades de accidentes, a la intranquilidad y al temor que provocan en las poblaciones cercanas, y el factor Percepción de Seguridad agrupa principalmente a ítems que se refieren a los planes de evacuación y a los sistemas de seguridad de las instalaciones petroquímicas. A diferencia de lo que ocurría en la EAEN (Gutiérrez et al., 1991), que distinguía únicamente entre las dimensiones de Percepción de Progreso y de Percepción de Riesgo como componentes de la actitud hacia la energía nuclear, con la EAIP se observa que aparecen dos factores relacionados con la seguridad y el riesgo; ello parece apuntar la posibilidad de que, pese a que se pueda percibir un riesgo elevado en este tipo de instalaciones, es posible al mismo tiempo percibir que los sistemas de seguridad son eficaces, cosa que no ocurre en el caso de la energía nuclear.

En consecuencia, la puntuación total de la escala, indicativa de la Actitud hacia la Industria Petroquímica (AIP) puede descomponerse en tres dimensiones independientes: la Percepción de Progreso (PP), la Percepción de Riesgo (PR) y la Percepción de Seguridad (PS), pudiendo calcularse por lo tanto mediante la ecuación:

AIP = PP-PR+PS

Y las puntuaciones en PP, PR y PS pueden calcularse a partir de las sumas de los ítems que cargan en cada factor:

PP=(i2 + i11 - i14 - i7 - i13 - i10)

PR=(i3 + i4 + i9 + i5 + i6 + i12)

PS=(i17 + i1 + i16 + i15 + i8)

Las puntuaciones de la escala PP pueden ir, por tanto, de -22 a 8, en la escala PR pueden ir de 6 a 36 y en la escala PS de 5 a 30. El rango de la escala global (AIP) va, por consiguiente, de -53 a 32.

A continuación se analizaron las distribuciones de frecuencias de la escala global y de las subescalas resultantes de la agrupación de los ítems mediante análisis factorial. Este análisis reveló que ninguna de estas distribuciones podía considerarse significativamente diferente de la distribución normal (tabla 2), únicamente la subescala de Percepción de Riesgo se situó en el límite de la normalidad.

Tabla 2. Test de bondad de ajuste respecto a la curva normal

Escalas

K-SZ

Probabilidad

Percepción Progreso

.750

.628

Percepción Riesgo

1.340

.055

Percepción de Seguridad

.967

.307

Global

.608

.854

En la tabla 3 se encuentran los estadísticos descriptivos de las respectivas distribuciones. Excepto en la subescala de Percepción de Riesgo, donde tomó un valor cercano a cero, los valores de curtosis de todas las subescalas y de la escala global fueron negativos, indicando distribuciones platicúrticas. La simetría de la escala global fue positiva, indicando desviación hacia la derecha; en la subescala de Percepción de Seguridad fue cercana a cero y en las otras dos subescalas se observaron asimetrías negativas que indicaron desviación de la curva hacia la izquierda. La escala global tuvo una media de puntuaciones de -22.14 y una desviación típica de 16.57, observándose un rango de puntuaciones de -53 a 17. La subescala de Percepción de Progreso fue de -22 a 7, con media de -7.8 y desviación típica de 7.3. La subescala de Percepción de Riesgo fue de 11 a 36, con media de 28.51 y desviación típica de 5.76 y, por último, la subescala de Percepción de Seguridad fue de 5 a 30 con media de 14.58 y desviación típica de 5.52. La similitud de las desviaciones típicas observadas en las puntuaciones de las tres subescalas indica que su capacidad discriminativa es similar.

Tabla 3. Descripción de las distribuciones de puntuaciones

Escala

Media

Des.típ.

Mediana

Moda

Percepción de Progreso

-7.807

7.300

-7.000

-4.000

Percepción de Riesgo

28.513

5.762

30.00

36.00

Percepción de Seguridad

14.583

5.524

15.00

17.00

Global

-22.11

16.57

-23.00

-14.00

Escala

Curtosis

Simetría

Percepción de Progreso

-.761

-.161

Percepción de Riesgo

.030

-.738

Percepción de Seguridad

-.569

.044

Global

-.675

.212

Se calculó también el coeficiente de fiabilidad de la escala global y, por separado, de cada una de las tres subescalas, por el método de las dos mitades. En la escala global la correlación entre la suma de los ítems pares y la suma de los ítems impares llegó al valor de 0.89, en la subescala de Percepción de Progreso fue de 0.84, en la subescala de Percepción de Riesgo alcanzó el valor de 0.76 y en la subescala de Percepción de Seguridad de 0.69. La aplicación de la fórmula correctora de Spearman-Brown llevó a los coeficientes de fiabilidad de 0.94 (AIP), 0.91 (PP), 0.86 (PR) y 0.82 (PS).

IV. REFERENCIAS

EISER, J.R., SPEARS, R., WEBLEY, P. y VAN DER PLIGT, J. (1988):

Local residents actitudes to oil and nuclear developments. Social Behaviour, 3, 237-253.

GUTIÉRREZ MALDONADO, J. (1989):

Teoría de la actitud. El componente cognitivo. Si... entonces..., 5, 21-47.

GUTIÉRREZ MALDONADO, J., BAJÉN, M.J., SÁNCHEZ, M.C. y BONELL, E. (1991):

Actitud de la población hacia la energía nuclear. En Castro, R. (ed.): Psicología Ambiental.- Intervención y Evaluación del Entorno (Actas de las III Jornadas de Psicología Ambiental). Sevilla: Arquetipo.

SINTAS, F. (1987):

Delimitación teórica del concepto de actitud. Si..., entonces..., 2, 9-32.

STONE, R.A. y LEVINE, A.G. (1985):

Reactions to collective stress: Correlates of active cityzen participation at Love Canal. Haworth Press Inc. Prevention in Human Services, 1985-86, vol. 4 (I2), 153-177.

VAN DER PLIGT, J., EISER, J.R. y SPEARS, R. (1986):

Attitudes toward nuclear energy. Familiarity and salience. Environment and Behavior, 18, 75-93.

 

V. ANEXO
Escala de Actitud hacia la Industria Petroquímica (EAIP)

Ítems de la escala:

  1. Creo que los planes de evacuación en caso de accidente en la industria petroquímica están bien diseñados y garantizan la seguridad de la población.

  2. El desarrollo de la industria petroquímica ofrece no sólo beneficios directos, sino también indirectos a la industria de la construcción, ingeniería, generación de empleo, etc.

  3. Pese a que se extremen al máximo los cuidados en el diseño y la ingeniería de las industrias petroquímicas, éstas no pueden ser seguras ya que los fallos humanos pueden provocar accidentes de graves consecuencias.

  4. Las industrias petroquímicas no son seguras porque son vulnerables a atentados terroristas.

  5. Las industrias petroquímicas no respetan los planes de seguridad; se retrasan mucho en informar cuando hay un accidente y eso hace que no se pueda garantizar la seguridad.

  6. Creo que la eliminación de los residuos que producen las industrias petroquímicas es un problema que aún no se ha resuelto satisfactoriamente.

  7. La industria petroquímica no es necesaria hoy en día por que hay otros materiales más naturales que pueden sustituir a los plásticos, y otros combustibles que pueden sustituir a la gasolina.

  8. En mi opinión la probabilidad de que haya un accidente en una industria petroquímica es muy baja. Ese riesgo es tan pequeño que vale la pena asumirlo porque los beneficios que conllevan las centrales lo compensan.

  9. Las industrias petroquímicas provocan un estado de intranquilidad y temor en las poblaciones cercanas.

  10. En mi opinión los beneficios que aportan las industrias petroquímicas a las poblaciones cercanas son insuficientes y no compensan por los riesgos que comportan.

  11. Estaría de acuerdo en que se instalase una industria petroquímica en mi municipio.

  12. Pienso que las industrias petroquímicas tienen repercusiones negativas sobre el medio ambiente.

  13. No deberían existir industrias petroquímicas porque existe la posibilidad de que sus productos sean utilizados con fines militares.

  14. En mi opinión el desarrollo de la industria petroquímica no favorece al progreso sino todo lo contrario porque hace que dependamos aún más de la tecnología de otros países.

  15. Los sistemas de seguridad de las industrias petroquímicas son eficaces.

  16. Si no apoyamos la industria petroquímica nunca seremos un país desarrollado.

  17. Las industrias petroquímicas no son peligrosas, lo que sucede es que los medios de comunicación exageran las consecuencias de los accidentes que se producen en ellas.


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