Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
(Serie documental de Geo Crítica)
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. 
Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. XII, nº 734, 10 de julio de 2007

NO TODO ACABA EN LOS ANGELES ¿UN NUEVO PARADIGMA: ENTRE LA URBANIZACIÓN CONCENTRADA Y DISPERSA?[1]

Ester Limonad
Profesora Asociada – Departamento de Geografía, Universidade Federal Fluminense
 


No todo acaba en Los Angeles ¿Un nuevo paradigma: entre la urbanización concentrada y dispersa? (Resumen)

Diversos estudios señalan dos grandes tendencias en el proceso de urbanización actual: la concentración y la dispersión. La primera normalmente crea grandes aglomeraciones metropolitanas, como São Paulo y Río de Janeiro, en Brasil, o Barcelona y Madrid, en España. La última, más reciente, se caracteriza por la dispersión de las actividades productivas y de la población en el territorio, ya  sea en las periferias metropolitanas o en los enclaves dinámicos del interior del Brasil.

Aunque contrapuestas, hay diversas indicaciones de que ambas están desarrollándose en forma complementaria. En la periferia de las grandes áreas metropolitanas de países avanzados o en desarrollo, es posible observar una tendencia creciente de dispersión por intermedio  de la multiplicación de núcleos y aglomeraciones urbanas. Mientras en territorios con un sistema de transportes con elevada capilaridad se comprueba una tendencia creciente de dispersión de actividades productivas, y de condominios y urbanizaciones residenciales acompañada por la implantación estratégica de centros comerciales y de servicios en áreas “rurales”. El rasgo común entre las dos es que ambas están apoyadas en  redes y tecnologías de  información, que propician nuevas formas verticales de regionalización y de compromiso social y político.

Se altera así, en diversos niveles y escalas, la antigua organización territorial con la conformación de una red multipolar de núcleos urbanos, que rompe con esquemas consagrados de jerarquías urbanas. Este paradigma territorial exige nuevas metodologías y prácticas de intervención, que consideren los diferentes intereses sociales  involucrados.

El objetivo de este trabajo es identificar las características de estas tendencias, para ayudar a la comprensión de las transformaciones en curso y para esto, se tratará inicialmente de identificar las características de las tendencias dominantes del proceso de urbanización contemporáneo, considerando ejemplos de diferentes localizaciones geográficas. Después haremos algunas consideraciones sobre los obstáculos que se plantean no solamente para el análisis y reflexión, sino también para la intervención y el planeamiento del territorio en la perspectiva del derecho a la ciudad y de la construcción de una sociedad más igualitaria.

Palabras-clave: Urbanización Dispersa, Planificación (Crítica), Urbanización


Los Angeles: the final horizon? A new paradigm between the concentrated and disperse urbanization. (Abstract)

Nowadays, many studies point out two urbanization major trends: concentration and dispersion. The first one usually leads to huge concentrated metropolitan agglomerations, like São Paulo and Rio de Janeiro in Brazil, or Barcelona and Madrid in Spain. While productive activities and population territorial dispersion in metropolitan peripheries as well as in dynamic clusters Brazil’s hinterland constitute the main feature of the latter and most recent one.

Although opposed, there are enough hints that both are developing in a complementary way. As it is possible to observe an increasing tendency to dispersion through the scattered multiplication of urban agglomerations and urban sprawls in the periphery of great metropolitan areas, in advanced or developing countries, meanwhile, territories with a transportation system with high capillarity, show an increasing tendency to the dispersion of productive activities, as well as of residential condominiums and land parcels, followed by service and commercial centers strategic implantation in "rural" areas. Both movements are supported by informational networks and technologies, which propitiate new forms of regionalization and of social and political commitment.

As a result, the old territorial organization becomes altered, in many levels and scales, as a multipolar network of urban agglomerations comes out, breaching with consecrated schemes of urban hierarchies. Such territorial paradigm demands new methodologies and intervention practices, in order to satisfy the set of different social interests involved.

In order to figure out such transformations, initially, this paper will identify the dominant tendencies characteristics of the contemporary process of urbanization, taking in account some examples from different geographic locations. Followed by some remarks on the obstacles set not only for the analysis and reflection, but also for the intervention and planning of the territory in the perspective of the right to the city and of the construction of a more even society.

Key words: Disperse Urbanization, Planning (Critique), Urbanization


Nem tudo acaba em Los Angeles. Um novo paradigma: entre a urbanização concentrada e dispersa? (Resumo)

Diversos estudos apontam que se encontram em curso duas grandes tendências de urbanização: a concentrada e a dispersa. A primeira usualmente gera grandes aglomerações metropolitanas, como São Paulo e Rio de Janeiro, no Brasil, ou Barcelona na Espanha. A última, mais recente, caracteriza-se pela dispersão das atividades produtivas e da população no território, seja nas periferias metropolitanas; seja em enclaves dinâmicos do interior do Brasil.

Embora contrapostas, há diversas indicações de ambas estarem a se desenvolver de forma complementar. É possível observar na periferia de grandes áreas metropolitanas, em países avançados ou em desenvolvimento, uma crescente tendência à dispersão através da multiplicação de núcleos e aglomerações urbanas.

Enquanto em territórios com um sistema viário com elevada capilaridade verifica-se uma tendência crescente à dispersão de atividades produtivas e de condomínios e loteamentos residenciais, acompanhada pela implantação estratégica de centros comerciais e de serviços nas áreas “rurais”. Seu traço comum é terem por suporte redes e tecnologias informacionais, que propiciam novas formas verticalizadas de regionalização e de compromisso social e político.

Altera-se, assim, a organização territorial pretérita com a conformação de uma rede multipolar de núcleos urbanos, em diversos níveis e escalas, que rompe com esquemas consagrados de hierarquias urbanas. Este paradigma territorial exige novas metodologias e práticas de intervenção, que contemplem os diferentes interesses sociais envolvidos.

Destarte, o propósito deste trabalho é identificar as características destas tendências, para subsidiar a compreensão das transformações em curso, para tanto se tratará inicialmente de identificar as características das tendências dominantes da urbanização contemporânea, com alguns exemplos baseados em diversos estudos de caso, em diferentes localizações geográficas. De modos a refletir sobre os obstáculos que se colocam não apenas para a análise e reflexão, mas para a intervenção e o planejamento do território na perspectiva do direito à cidade e da construção de uma sociedade mais equânime.

Palavras-chave: Urbanização Dispersa, Planejamento (Crítica), Urbanização


1. Apertura

Primer  movimiento

Medio día, pleno sol, en una carretera vecinal con suelo de cascajo, flanqueada por un bosque, el único sonido que se oye es el zumbido de los mosquitos, el silbido de los pájaros, el murmullo de un arroyuelo, sonidos que de cuando en cuando desaparecen bajo el chillido estridente típico de herramientas eléctricas. Entre los grandes árboles y arbustos centenarios del bosque se puede vislumbrar, aquí y allí, grandes casas, que están siendo construidas por trabajadores casi desnudos como una manera de enfrentar el calor sofocante. Esta es la región de Gorki, alrededor de treinta kilómetros al sureste del gran anillo vial de Moscú, donde se sitúa la dacha en la que Vladimir Ilitch Ulianov, Lenin, pasó sus últimos días, como también podría ser, con matices, una carretera próxima a los lagos andinos, en Argentina o en Chile, un camino vecinal en la región serrana de Río de Janeiro, o en la parte sur de la isla de Florianópolis, o en la sierra de Sintra en Portugal, en Bellaterra, en la periferia metropolitana de Barcelona, en Cataluña, o quizás en cualquier otra parte del mundo.

Sea en ruso, inglés, español, catalán o portugués los eslóganes se repiten: “Haga su vida más feliz, entre y diviértase”, “su visión particular del paraíso es un placer raro”, “seguridad y tranquilidad”, “duerma oyendo solamente los ruidos de la naturaleza”, “un nuevo modo de vivir”, “cambiar de vida es querer lo mejor para su familia”. Una invitación para vivir en lugares que remiten a lugares exóticos: en Brasil estas localidades reciben nombres en inglés y francés, mientras que en Estados Unidos, Alemania, Rusia y otros países las designaciones son en español o en francés.

Cotidianamente en diversos lugares, a través de diversos medios, llueven propagandas de lanzamientos inmobiliarios. Diferentes anuncios, en varios lugares de Brasil y del mundo, con sugestiones variadas pero que guardan varias semejanzas entre sí,  comenzando por la venta de un “nuevo modo de vida”, en que se repite la constante de”vuelta a la naturaleza” o de  promesa de tranquilidad y seguridad detrás de muros.

Segundo movimiento

A pocos metros de un cruce de autopistas federales con intenso flujo de vehículos, situado en la periferia de la región metropolitana de Rio de Janeiro, en una región industrial contaminada y con tránsito cargado de ómnibus y camiones, se anuncia la tercera fase de expansión de un lanzamiento inmobiliario de éxito: pisos en condominio cerrado con casilla de guardia, antena parabólica, pista de deportes, piscina y acceso rápido a varios puntos de la región metropolitana.

La escena se repite, con variaciones, en la periferia de otras grandes ciudades, como Barcelona, Milán o São Paulo, donde se multiplican condominios residenciales cerrados en los costados de carreteras o líneas de ferrocarril, intercalados con grandes naves que abrigan supermercados, grandes centros comerciales, centros de distribución y logística industrial, centros de servicios y negocios o mega-tiendas (megastores) de grandes marcas de materiales de construcción, bricolage, muebles y artículos para el hogar.

De ciudad en ciudad las marcas se repiten, se suceden, se inmiscuyen en lo cotidiano y acarrean consigo una cierta homogeneización y despersonalización de los espacios de vida y de trabajo: Carrefour, Makro, Leroy Merlin, Walmart e Ikea entre otras.

Es interesante observar que, entre todas estas “marcas”, solamente Ikea, megastore nórdico de muebles, bric a brac y productos para el hogar, no llegó aún a América del Sur. Es posible encontrar sus gigantescos megastores en por lo menos cuatro continentes[2], de Tokio a Moscú, de Tel Aviv a Lisboa, en la periferia de la mayoría de las capitales y ciudades medianas, asiáticas, americanas y europeas, siempre con el mismo layout y con los mismos productos, lo que hace que algunos  europeos cuando son informados sobre esta “carencia” sudamericana exclamen: “¡Cómo puede vivir alguien sin Ikea!”.

En carreteras vecinales próximas a éstas áreas periféricas se pueden observar, en medio de campos cultivados de patatas, ñames, coles, mandiocas, en síntesis de legumbres y hortalizas propias de cada región, carteles con frases atrayentes: “Venga a vivir en el Valle del Sol Naciente y respirar el aire puro del campo”. Aunque el valle esté orientado para el poniente, y que a lo lejos en medio a un antiguo lugar de pastoreo de ganado, se pueda divisar una fábrica en construcción. Escenas semejantes con ligeras diferencias suelen ocurrir en el interior de Cataluña, en la Zona de la Mata Mineira, en el interior de Rio de Janeiro, en las áreas próximas a las nuevas localizaciones industriales, comerciales y de servicios.

Tercer movimiento

En  un vuelo entre Barcelona y Lisboa, una propaganda inmobiliaria en la revista de a bordo de la TAP (Transportes Aéreos de Portugal) llama la atención: “En Brasil, campo y playa todo el año, a seis horas y media de Portugal”.

El carácter inusitado del anuncio no está en el producto, sino en su localización geográfica y en la idea de una segunda residencia intercontinental, que busca rescatar algo de un pasado “colonial”: “Las Haciendas del Sol constituyen un condominio de Haciendas ubicado cerca de Fortaleza, en el Estado de Ceará, en Brasil. Cada Hacienda posee entre 60 y 70 mil metros cuadrados” (accesible en mayo de 2006 en   http://www.fazendasdosol.com).

La intención de la compañía inmobiliaria portuguesa es repetir éxitos anteriores y “recrear el ambiente de la Hacienda tradicional brasileña, con sus construcciones típicas, sus plantaciones y sus animales, todo eso en las proximidades del mar y de playas paradisíacas” (http://www.fazendasdosol.com).

Esta insólita empresa viene a añadirse a otros lanzamientos inmobiliarios situados en Natal, en Río Grande do Norte, o en el litoral de Bahía al Norte de Salvador, donde grandes extensiones de tierra en la orilla marítima están siendo convertidas en resorts cerrados dedicados a atender el turismo internacional:  portugueses, españoles y turistas de otras nacionalidades son trasladados directamente de los aeropuertos de desembarque para sus destinos paradisíacos... Donde la oferta de terrenos, casas y servicios, a precios accesibles para estándares europeos, se articula a una amplia gama de actividades de ocio y a la oferta de una mano de obra barata, incluso con sugestiones veladas de oportunidades de aventuras y turismo sexual.

“Porto Galinhas”, “Comandatuba” y “Costa do Sauípe”; aunque estas designaciones obliguen a los turistas extranjeros a enredar la lengua, se convirtieron ya en nombres conocidos en la Europa mediterránea y se encuentran entre los destinos de diversos paquetes turísticos de vacaciones de agencias de viajes de Portugal y España, vendidos junto con otros destinos exóticos como Sharm-el-Sheik (Egipto), Cancún (México), Zanzíbar y Madagascar, en la costa oriental de África.

Un fenómeno que, en el caso de Brasil, podría ser caracterizado como el redescubrimiento de América, pero que sucede de igual forma en diversas partes del mundo, desencadenado por la turistificación de la naturaleza y de los lugares, que transforma todas las localidades creadas por la naturaleza o construidas por el hombre en objetos de consumo y los comercializa como tales (Limonad y Randolph, 2001).

2. Explicación inicial

Estos movimientos descritos en forma sucinta son, con diversos grados e intensidades, un esbozo de las tendencias de reubicación de la población en diversas partes del mundo, que están sucediendo desde la última década del siglo XX, y que en cierta forma siguen la relocalización espacial de las actividades productivas, tema bastante analisado ya por autores como Claus Offe (1984), Eric Swyngedouw (1988), David Harvey (1989), y otros.

Sin embargo, no se pretende aquí cuestionar si hay una tendencia a la relocalización de la población. Lo que se intenta aclarar es si estos movimientos son  una expresión de nuevas formas del proceso de urbanización, de nuevas morfologías urbanas, o si constituyen meras variaciones de formas de expansión de las áreas urbanas, que con el paso del tiempo tenderían a incorporarse y lindar con la malla urbana más densa y compacta adyacente a los centros urbanos de mayor dimensión.

La urbanización en la etapa actual, se entiende aquí como un proceso que no se restringe solamente a la ciudad, a la aglomeración de edificaciones, infraestructuras, actividades y flujos. Un proceso que rebasa las fronteras de la aglomeración, de la ciudad, por medio de las diversas prácticas, tácticas y estrategias de los distintos capitales y del trabajo para garantizar su reproducción. Un proceso que se extiende por el territorio como un modo de vida urbano, comprendido aquí no en la acepción culturalista de Louis Wirth (1938), sino como una forma de inserción de los individuos en el proceso productivo y un medio de satisfacer sus necesidades básicas de reproducción, que moldean su cuadro de vida y su condición de existencia.

Con el objetivo de ayudar a comprender las transformaciones urbano-territoriales, esbozadas en el inicio de este ensayo, se buscará inicialmente identificar  las tendencias dominantes del proceso de urbanización contemporáneo, con algunos ejemplos basados en diversos estudios de caso, en diferentes localizaciones geográficas. Después serán ponderados los obstáculos que existen no solamente para el análisis y reflexión, sino para la intervención y el planeamiento del territorio en la perspectiva del derecho a la ciudad y de la construcción de una sociedad más igualitaria.

La diversidad de ejemplos geográficos tiene por meta mostrar que los fenómenos en curso, a pesar de poseer características y condicionantes locales, que los hacen en parte específicos y particulares, poseen elementos comunes generales, que permiten tomarlos dialécticamente, en una perspectiva crítica, como síntesis de una tendencia más general; podemos así escapar de la trampa de los abordajes de cuño empírico-positivista basados en exhaustivos estudios de caso, en que la totalidad es entendida como la suma de toda las partes.

3. Entre la intensificación y la extensión del proceso de urbanización

En 1968, en su libro El derecho a la ciudad, Henri Lefebvre advertía ya sobre la implosión-explosión de la ciudad (1969:15 y: 70) y sobre la extensión del tejido urbano sobre el territorio, que tendía a hacer desaparecer la distinción entre rural y urbano. Casi veinticinco años después, desde el inicio de la última década del siglo XX, diversos estudios apuntan la aparición de lo que se podría designar como nuevos estándares del proceso de urbanización. Inicialmente estas nuevas “formas” urbanas y modos de distribución y reorganización de las actividades productivas fueron asociados a procesos específicos, particulares y localizados geográficamente.

En 1990, Francesco Indovina (1990:19-20) destacó el carácter inédito de los procesos de reubicación espacial de la población y de las actividades productivas en el Veneto italiano, que no podrían seguir siendo interpretados como una prolongación y continuidad de fenómenos precedentes, ya que estarían directamente relacionados con las transformaciones en el proceso productivo, que marcaron los años 1980 y 1990. Esta reubicación espacial de la población y de las actividades productivas, iniciada en las dos últimas décadas del siglo XX, además de presentar características diferentes de los procesos clásicos de urban sprawl norteamericano, no guarda semejanzas con la contra-urbanización definida por Brian Berry (1976) a partir de cánones de la geografía urbana tradicional (véase a ese respecto Mercedes Arroyo, 2001). Esa discusión prosiguió con los trabajos de Peter Gordon (1979), Anthony Fielding (1982) y Anthony Gerard Champion (1989) (véase respecto a eso Rainer Randolph, 2004).

Tras el estudio de Francesco Indovina (1990), se multiplicaron los estudios de casos y análisis sobre estos estándares del proceso urbanización, no solo en Italia[3], sino también en otras partes del mundo. Así, un fenómeno, que se consideró en principio geográficamente localizado y propio de un contexto socio-territorial específico, construido históricamente, se generalizó de varias maneras. Lo comprueba la proliferación exponencial de estudios limitados a objetos y procesos que se presentaban como específicos y particulares. Eso dio lugar a una profusión de designaciones (urbanización difusa, sub-urbanización, explosión urbana, dispersión territorial, urbanización extensiva, etc.) adoptadas para caracterizar un estándar del proceso de urbanización que se alejaba de los estándares clásicos de la ciudad concentrada, que había rebasado los límites físicos de la ciudad tradicional expandiéndose de forma dispersa hacia áreas que antes tenían únicamente actividades agrarias y extractivas: el campo.

Un estudio rápido del alcance geográfico de este estándar de urbanización dispersa y multipolar revela su amplia difusión en muchos países europeos y se destacan algunas  aglomeraciones como:

- en Italia

· el Veneto – que es una de las veinte regiones italianas, comprendida entre las ciudades de  Belluno, Pádova, Rovigo, Treviso, Venecia, Verona, Vicenza y otras ciudades y aglomeraciones de pequeño tamaño, con cerca de cuatro millones y medio de habitantes en 2001[4];

· la Emilia Romagna – región que comprende el área contenida entre las ciudades de Bologna, Ferrara, Forlì-Cesena, Modena, Parma, Piacenza, Ravenna, Réggio nell'Emilia, Rimini y otras ciudades y aglomeraciones de pequeño tamaño, con casi cuatro millones de habitantes en 2001[5].

- en Holanda

· el Randstad[6] - aglomeración multipolar en forma anular, sin límites precisos, constituida por las cuatro mayores ciudades holandesas y áreas cercanas. Esa es una de las aglomeraciones urbanas dispersas más grandes de Europa con cerca de siete millones y medio de habitantes. Sus principales ciudades son Almere, Amsterdam, Delft, Dordrecht, Gouda, Haarlem, Hilversum, Leiden, Rotterdam, The Hague, Utrecht y Zoetermeer. En el interior del anillo hay un área con baja densidad, con lagos y vegetación designada como Groene Hart (corazón verde). Ahí se hallan aldeas y pequeñas villas, en que viven muchas personas, que trabajan en centros urbanos más grandes;

- en Bélgica

· el Flemish Diamond (o Vlaamse Ruit) - aglomeración policéntrica contenida en un polígono cuadrangular, sin límites precisos formado por  las cuatro  ciudades belgas más grandes, Brussels, Antwerpen, Ghent y Leuven,  además de otras ciudades y aglomerados menores, que se alternan con áreas de pastoreo de ganado lechero y de culturas agrícolas, que en 2004 contaba con cerca de siete millones de habitantes[7];

· el Rhein-Ruhr Nord (Duisburg, Essen, Krefeld, Mühlheim an der Ruhr, Oberhausen, Bottrop, Gelsenkirchen, Bochum, Dortmund, Hagen, Hamm y Herne) con cerca de seis millones de habitantes en 2005[8]

· el Rhein-Main (Darmstadt, Frankfurt am Main, Offenbach and Wiesbaden) con cerca de tres millones setecientos mil habitantes en 2005[9];

· el Rhein-Ruhr Mitte (Düsseldorf, Mönchengladbach, Remscheid, Solingen and Wuppertal) con cerca de tres millones trescientos mil habitantes en 2005[10];

· el Rhein-Ruhr Sud (Bonn, Cologne y Leverkusen) con cerca de tres millones cien mil habitantes en 2005[11];

· el Rhein-Neckar (Ludwigshafen am Rhein, Heidelberg, Mannheim, Frankenthal (Pfalz), Neustadt an der Weinstrasse y Speyer) con cerca de un millón seiscientos mil habitantes en 2005[12];

En estas áreas de urbanización dispersa en Alemania, Bélgica y Holanda se encuentran ciudades medianas alternándose con campos de pastoreo y plantaciones de patatas y otros productos agrícolas y una miríada de pequeñas ciudades y aldeas intercomunicadas por una red de transportes de elevada capilaridad. En las áreas intersticiales, en lugares de cruzamiento de rutas y carreteras se encuentran centros de servicios especializados, shopping-centers y, más recientemente, aeropuertos internacionales que ocupan antiguos campos de aterrizaje civiles y militares reformados, reactivados y utilizados por líneas aéreas económicas como es el caso de la irlandesa Ryanair (www.ryanair.com) que opera en ciudades pequeñas o medianas próximas de grandes aglomeraciones urbanas.

En Brasil, los datos del censo estadístico de 2000 del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE) revelan la existencia de grandes aglomeraciones dispersas, con especial destaque para:

· el eje Brasília-Goiânia-Anapólis (RIDE – Región Integrada de Desarrollo del Distrito Federal y Entorno) que comprende el área urbanizada entre los municipios de Goiânia, Anápolis y Brasília con cerca de cinco millones de habitantes.

· el Norte / Noreste Catarinense (Joinville – Santa Catarina) con cerca de novecientos sesenta y cuatro mil habitantes;

· el Médio Vale del Paraíba Fluminense (Resende, Itatiaia, Porto Real, Volta Redonda, Barra Mansa – Rio de Janeiro) con cerca de ochocientos cincuenta mil habitantes.

· el área comprendida entre Sorocaba y la región metropolitana de São Paulo entre las carreteras Castello Branco y Raposo Tavares, en el Estado de São Paulo.

· y la ocupación de la costa entre Salvador de Bahia y Aracaju, en Sergipe.

Ejemplos no faltan. El problema es que en la literatura sobre urbanización existen dos vertientes analíticas que apoyan dos tendencias diferentes: la concentrada y la dispersa que corresponden respectivamente a una intensificación y a una extensión[13]  del proceso de urbanización.

La intensificación de la urbanización contribuye a formar grandes aglomeraciones urbanas con alta densidad, donde se afirma la primacía de la metrópoli y de la ciudad concentrada y compacta por excelencia. La intensificación de la urbanización en las aglomeraciones urbanas de grandes dimensiones  puede ser asociada a la combinación de por lo menos tres modelos clásicos de urbanización y formación de suburbios (Harvey y Clark, 1965:1), que, en síntesis, se caracterizan por:

a) una expansión continua del perímetro del área edificada, con la densificación y verticalización de la aglomeración;

b) la multiplicación de suburbios en anillos concéntricos, intercalados con áreas de baja densidad y ocupación; y

c) un crecimiento tentacular, que acompaña los ejes de transportes e infraestructura.

Esta intensificación de la urbanización suele resultar en una expansión de la faja urbana y de las áreas periféricas metropolitanas, y al pasar el tiempo forma macro-aglomeraciones urbano metropolitanas, en la perspectiva de la “ciudad-región global” con un núcleo fuerte, como São Paulo, Río de Janeiro y Ciudad de Méjico, o aún sin núcleo fuerte, de la cual Los Angeles seria el ejemplo paradigmático, de acuerdo con la tesis de Allen Scott, John Agnew, Edward Soja y Michael Storper (2001:11-14).

Estos autores encuadran, también, en la definición de ciudad-región global las redes urbanas de la Emilia Romagna, en Italia y del Randstad, en Holanda, que caracterizan como ciudad-región global polinucleada. Aunque la extensión de la urbanización forme un extenso tejido urbano disperso, caracterizarlo como ciudad-región, coloca este modelo de urbanización como un paso más hacia la concentración urbana, y Los Angeles como horizonte final de su desarrollo, que es justamente lo que se cuestiona aquí. O sea no todo acaba como Los Angeles, en particular si se toma en consideración el modelo disperso de ocupación del hinterland alemán, francés, belga o incluso el caso del Randstad, que persisten históricamente como forma de urbanización dispersa de baja densidad.

La extensión de la urbanización, a su vez, contribuye con la ocupación dispersa del territorio por actividades de carácter urbano, que resulta en última instancia en una urbanización en escala territorial, idea desarrollada por Henri Lefebvre en su libro La Prodution de L’Espace (1974) y por Milton Santos en A Natureza do Espaço (1996). Esta extensión puede ser asociada a una

a) Ocupación difusa de áreas antes ocupadas por antiguas pequeñas propiedades o por pequeños establecimientos rurales, donde antes se desarrollaban actividades agrícolas, artesanales y o extractivas, por residencias y edificaciones usadas para actividades industriales y de servicios de pequeño tamaño – como ocurre en el Veneto y en la Emilia Romagna, en Italia, como muestran los trabajos de Francesco Indovina (1990, 2000);

b) Ocupación dispersa de áreas anteriormente dedicadas exclusivamente a las actividades de carácter agrario: sea por resorts turísticos internacionales – como sucede en la costa mediterránea de Portugal y España; en el Algarve en Portugal; o aún en escala creciente en el litoral norte de Bahia, en  Brasil, en  la Costa de los Coqueros (BA-099), entre Salvador y Vila do Conde[14]; o  por grandes condominios residenciales cerrados, como sucede en los alrededores sud-metropolitanos de Belo Horizonte[15]; en la región serrana próxima al área metropolitana de Rio de Janeiro[16]; o aún en los campos del altiplano central brasileño[17];

c) Ocupación dispersa de las áreas rurales por grandes o medianas instalaciones industriales, comerciales y de servicios, originada por las necesidades impuestas por la reestructuración productiva y por el desarrollo e incorporación de las tecnologías de información y comunicación – como ocurre desde 1995 en el Vale do Paraíba Fluminense.

En esta primera década del siglo XXI es posible encontrar en la producción científica de diversos países referencias en torno a la expansión y multiplicación de aglomerados urbanos, concentrados en condominios cerrados o en parcelaciones residenciales, dispersos en los cinturones verdes o en áreas rurales de los alrededores de los grandes centros urbanos, de América del Sur hasta Europa y Asia[18], en radios que varían de cien a ciento cincuenta kilómetros. La proliferación de casas de fin de semana o de segundas casas que suelen convertirse en primera residencia, en condominios cerrados, es un fenómeno recurrente que no se limita a las periferias de los centros urbanos de los países centrales.

Los tres movimientos señalados al inicio retratan, aunque parcialmente, en distintas localizaciones, las diferentes formas de expansión y extensión de la malla urbana más allá de los límites de la ciudad y del perímetro de construcción concentrada. Esta tendencia centrífuga semejante a un éxodo de los grandes centros urbanos, que sucede desde la última década del  siglo XX en varios lugares del mundo, no se limita de forma exclusiva a la reubicación de las plantas industriales, grandes o medianas (ver al respecto Harvey, 1989; Swyngedow, 1988) o incluso de las pequeñas (Indovina, 1990), no obstante las matrices de las grandes empresas e industrias permanezcan en las regiones metropolitanas, como ocurre en la región metropolitana de São Paulo (Lencioni, 2004). Y tampoco se restringe a los sectores más ricos de la población, como se mostrará enseguida.

4. ¿Vuelta al campo?

De hecho, se puede observar principalmente en los alrededores de las áreas y regiones metropolitanas de diversas partes del mundo, con excepción quizás de las aglomeraciones urbanas de los Estados Unidos, una tendencia al crecimiento demográfico y a la reubicación de la población de diferentes fajas de ingresos en áreas periféricas de baja densidad o en áreas antes orientadas para actividades agrícolas y/o extractivas. Hay una amplia gama de explicaciones para este movimiento rumbo al campo, a las áreas no urbanizadas, que está relacionado no solamente con las transformaciones introducidas por la III Revolución Industrial[19], con las tentativas de acompañar la relocalización industrial y la formación de centros de comercio y servicios fuera de los centros urbanos de las ciudades, mas también con la búsqueda de viviendas a precios más accesibles en áreas más lejanas de los grandes centros.

Incluso se considera esta última una de las principales razones para el éxodo de las ciudades grandes y medianas y para el aumento de la dispersión y fragmentación urbana en China. Allí, después de la introducción de la economía de mercado, según señala Tingwei Zhang (2000:129), con base en datos del Shanghai Municipal Statistics Bureau), el mercado inmobiliario y de tierras tuvo una violenta elevación de precios, en particular en las ciudades con más de un millón de habitantes como Shanghai, donde un Mu, medida de tierras equivalente a 0,16 acre (647 metros cuadrados), que costaba cerca de noventa dólares (US$ 90) en la década de 1970 pasó a costar dos mil setecientos dólares (US$ 2.700) en 1988, y ciento ochenta y tres mil trescientos cuarenta y dos dólares (US$ 183.342) en la Zona Económica Especial de Shanghai en 1995.

El elevado precio de los terrenos y de los inmuebles en las áreas centrales más densas y equipadas constituyen, según Tingwei Zhang (2000), uno de los principales factores para la recolocación de la población y de las actividades productivas en las franjas perimetrales urbanas de las ciudades chinas, grandes y medianas, y en otros ayuntamientos cercanos donde se repite, en grados diferentes, el estándar de dispersión urbana de los alrededores de Shanghai.

Este crecimiento disperso en la franja urbana de las ciudades chinas estaría relacionado con la implantación y multiplicación de nuevos distritos de desarrollo (kaifa qu), de varios tipos, tales como parques de alta tecnología, zonas sin impuestos (tax-free), y zonas económicas especiales de desarrollo situadas generalmente en áreas antes dedicadas a actividades agrícolas, que se encuentran en su mayoría lejos de los centros urbanos populosos. Estos nuevos distritos de desarrollo se multiplicaron exponencialmente, entre 1991 y 1992, pasaron de 117 a 8.700. Aunque ese fue un medio de los municipios chinos para atraer inversiones extranjeras y captar una parte de los beneficios obtenidos, en forma de impuestos, no todos tuvieron éxito. De cualquier manera, estos emprendimientos transformaron el paisaje rural chino. Y, ahora, en los perímetros de muchas de estas ciudades, se pueden divisar altas torres de oficinas y servicios aisladas en medio de centenares de hectáreas de tierra ociosa.

En el caso de Cataluña, en el Noreste de la Península Ibérica, la combinación de los movimientos señalados al inicio, acarreó una extensión de la urbanización al oeste de Barcelona, más allá del monte Tibidabo, y a una densificación de los municipios limítrofes al noreste y al suroeste de Barcelona, formando una mancha urbana compacta en el litoral y una más difusa en el área del Vallés, donde la red urbana se encuentra muy bien integrada y conectada. Ahí como en China el elevado precio de los inmuebles en las áreas urbanizadas impulsó la reubicación industrial y la extensión de la urbanización hacia áreas despobladas o de baja densidad, en los alrededores de Barcelona. Incluso con esta creciente extensión, los precios de los inmuebles siguen elevados y prácticamente similares en las diversas localidades del área metropolitana de Barcelona, que ha registrado los más elevados precios por metro cuadrado urbano en Europa, aparentemente, en virtud de la presión del turismo, de la inmigración de otros continentes e intra-europea (italiana, francesa, alemana e inglesa) a las cuales se suma la inmigración de Europa Oriental (Bulgaria, Albania y Rumania).

Barcelona constituye un gran conglomerado metropolitano para estándares europeos, en cuyos alrededores coexisten al menos tres millones de personas en una antigua red de ciudades medianas y pequeñas, muchas con más de cien mil habitantes (Mataró, Granollers, Sabadell, Terrassa, Vilanova, Vilafranca del Penedès). De acuerdo con Oriol Nel-lo (2006) la consolidación del área metropolitana de Barcelona contribuyó a impulsar una creciente integración funcional y económica del territorio catalán, al mismo tiempo que se verificó un desarrollo de las ciudades de tamaño pequeño y medio, entre las cuales se destacan Figueres, Girona, Vic, Manresa, Igualada, Tarragona, Reus, Tortosa y Lleida - que articulan el territorio como centros de actividades económicas y servicios. Para Nel-lo la dispersión de la urbanización es encarada como un proceso que puede comprometer el equilibrio de la red urbana catalana. Cita, en ese sentido, el caso de Barcelona y de sus alrededores más próximos que tuvieron su crecimiento frenado, y donde la dispersión de la población y actividades económicas en las pequeñas localidades de los alrededores del área metropolitana, generó una urbanización de baja densidad con un fuerte aumento del índice de ocupación del suelo, deterioro del paisaje natural y aumento de los costos de servicios e infraestructuras.

En Portugal, en 1991, según Teresa Barata Salgueiro (2001:21), apenas 50 por ciento de la población vivía en ciudades con más de 5.000 habitantes y en los últimos años se pudo observar una fuerte propensión al crecimiento de las ciudades medianas y para la urbanización difusa, más importante en la faja del litoral  occidental. Esa urbanización difusa transcurre, según la autora,  “en conexión con procesos de industrialización difusa de los territorios rurales de propiedad muy dividida, y urbanización de las poblaciones in situ, envolviendo cambio de actividad o el mantenimiento de géneros de vida mixtos, por lo menos de carácter parcial, sin migración del lugar de residencia” (ídem: 26) y resalta, demás, la irrelevancia de medidas político-administrativas  que buscan concentrar la población en el área en foco frente a los procesos en curso. En su entender entre los factores que contribuyen a esta situación estaría la reducción de las tasas de crecimiento, desde la década de 1980, e intensos movimientos de reorganización interna en las áreas metropolitanas de Lisboa y de Porto, con la desconcentración e ida a las afueras de la población y de las actividades productivas.

Estas tendencias también son observables en el gran Moscú, donde al sur y sureste del gran anillo viario se encuentran diversos conglomerados esparcidos de condominios residenciales de mansiones, de los así llamados “nuevos rusos”, en medio de bosques de abedules. En cuanto al norte y noreste del gran anillo viario, proliferan enormes condominios privados cerrados de edificios de proporciones gigantescas, inspirados en las propuestas de la arquitectura racionalista, erigidos para satisfacer las necesidades de una clase media emergente de alto poder adquisitivo. Esta clase media moscovita, por motivos de seguridad o confort, busca no solo un estilo de vida más “moderno” e individualista, sino también una alternativa de residencia a los departamentos de los grandes conjuntos habitacionales del socialismo, actualmente en proceso de privatización de las unidades habitacionales, y que presentan fuertes señales de deterioro y creciente inseguridad social, por inexistir una administración comunitaria para cada bloque, siendo de la competencia del Estado el mantenimiento de las partes comunes (jardines, escaleras, halls, ascensores, frentes, último piso, vías de acceso).

Si no fuese por la ausencia del mar y de las montañas este extenso conjunto de condominios verticales en las orillas del anillo vial en la periferia moscovita recordaría la ocupación de la Barra da Tijuca,  en la zona oeste de Rio de Janeiro - Brasil, por enormes torres de condominios cerrados, o aún las torres de Nordelta en la periferia del Gran Buenos Aires en Argentina.

Andrei Treivish y colaboradores (1999) destacan que en la última década del siglo XX las ciudades con mayores tasas de crecimiento demográfico en Rusia eran las ciudades industriales, portuarias o resorts. Señalan también que la propagación de villas y mansiones como si fuesen hongos en los suburbios de Moscú crea una ilusión de contra-urbanización o urbanización dispersa. Todavía, no obstante estas edificaciones sean adecuadas para residencias de carácter permanente serian aparentemente  más usadas en el verano. Entretanto hay que considerar que el éxodo urbano-rural de Moscú y de San Petersburgo, por parte de la clase media se enfrenta con un elemento de complicación. Para residir y trabajar en Moscú o San Petersburgo, desde el zar Pedro I “El Grande” hasta los días actuales, se exige de los inmigrantes naturales de otras partes de Rusia la obtención de un permiso oficial especial. Esa medida fue adoptada con la finalidad de poblar el territorio ruso y contener las migraciones para estas capitales. Así, en cierto modo, renunciar al registro residencial en Moscú puede representar a largo plazo una salida sin vuelta. Esto explicaría el hecho de que muchos rusos con elevado poder adquisitivo, propietarios de residencias en otros municipios, mantienen el registro oficial de residentes en estas ciudades, no obstante se estén trasladando con sus familias para otras localidades próximas, en un radio de al menos cien a ciento y cincuenta kilómetros de Moscú. Pese a que los alrededores y la periferia de Moscú y San Petersburgo se hayan convertido en áreas de inversión de los rusos más acaudalados, esto no implica, por ahora, en una transformación de todas estas dachas en primera residencia, principalmente en virtud del rigor del invierno, cuando las temperaturas llegan a alcanzar los -40° C.

En Brasil, Heloisa Soares de Moura Costa y colaboradores (2006) en diversos trabajos señalan las características específicas de la intensa expansión urbana a lo largo de los principales ejes viarios al sur de la Región Metropolitana de Belo Horizonte, donde la ocupación del suelo acentúa el conflicto entre áreas de preservación y explotación minera, entre la propiedad del suelo altamente concentrada en las compañías mineras y la proliferación de lanzamientos inmobiliarios residenciales de acceso controlado, entre las necesidades del planeamiento de largo plazo de los división de las áreas de protección ambiental en zonas ecológico-económicas y la inmediatez del marketing urbano.

Rainer Randolph (2004 y 2005), por su parte, registra la tendencia de ocupación difusa en escala territorial en áreas rurales y/o de preservación ambiental por diferentes tipos de condominios cerrados y conjuntos de lotes de segunda residencia en el área peri-metropolitana de Río de Janeiro, en particular en la región serrana fluminense, en el municipio de Petrópolis, donde entran en conflicto los intereses de los promotores inmobiliarios y la preservación ambiental de las áreas de Mata Atlántica, que acaban por conducir a soluciones acordadas entre el Ayuntamiento y los agentes privados involucrados.

Estas tendencias también fueron registradas por Tadeu Arraes Aguiar (2005) al estudiar la dinámica regional en el eje Brasília-Goiânia-Anapólis, llamada de RIDE -Región Integrada de Desarollo do Distrito Federal e Entorno. Un área donde, hasta 1960, predominaban actividades agrícolas, y que menos de medio siglo después de la fundación de Brasília cuenta casi con cinco millones de personas dispersas, distribuidas  en aglomeraciones insulares en el interior de un polígono irregular de doscientos kilómetros de diámetro delimitado por la Región Metropolitana de Goiânia y por el Distrito Federal.

En las ciudades de Río e Janeiro y Niteroi se puede observar, en los últimos años, una creciente dificultad de los descendientes de los habitantes de los barrios de clase media y clase media alta para permanecer en los barrios donde nacieron y crecieron. Ello se debe entre otros factores a la elevación creciente de los precios de los inmuebles urbanos en áreas de playas, asociada en parte a la presión del turismo y a la especulación inmobiliaria. En otra escala y otra intensidad esto sucede también en Barcelona, España, y de forma más acentuada en Venecia, Italia. Ahí, ocurre lo que se consideraba impensable hacia algunos años: la salida de los verdaderos venecianos de Venecia para vivir en el continente. El intenso éxodo de venecianos para Mestre, en el continente ha obligado al gobierno local a adoptar medidas para abaratar los inmuebles con el objetivo de mantener a los venecianos en las islas, que se encuentran casi totalmente tomadas por las actividades turísticas. En el caso de Rio de Janeiro y Niterói la escasez de terrenos disponibles en las áreas concentradas de la zona sur y la presión del turismo han contribuido a un éxodo demográfico en dirección a la zona oeste de Río de Janeiro y a la región oceánica de Niterói y Maricá, con la proliferación de condominios cerrados y transformación de segundas residencias en primeras residencias.

El hecho es que generalmente en continuidad a la dispersión territorial de la urbanización hay una creciente especialización funcional de los sitios.  Por ende la red urbana se hace más compleja, con la separación geográfica de los usos y diversificación de las actividades (Limonad, 1996; Muñoz, 2004, Nel-lo, 2006), lo que genera problemas y obstáculos hacia la gestión del territorio y de las áreas urbanas.

Finalmente, junto con los dos primeros movimientos, descritos en la introducción, se observa una expansión de las áreas urbanizadas dirigidas hacia el desarrollo de actividades de turismo y de ocio. En los últimos años, la progresiva ocupación urbana en la costa mediterránea ibérica, de Portugal y España, contribuyó sobremanera para animar el mercado inmobiliario, con un acelerado encarecimiento de los inmuebles, haciendo casi inviable la permanencia de los habitantes locales y de sus descendientes en esas áreas. En consecuencia, resulta menos costoso mantener una segunda residencia  en tierras brasileñas, que en las orillas de la Península Ibérica, en las islas mediterráneas  o de la costa occidental de África. Ya que en la costa mediterránea ocurre una fuerte ocupación, con pocas interrupciones de la Costa Brava a la Costa Dorada, hasta el Algarve portugués, en que se puede observar una creciente presencia de ingleses y alemanes, a los cuales recientemente se han sumado  franceses e italianos atraídos por el clima más ameno y por el costo de vida más bajo. Inclusive uno de los paquetes turísticos de mayor éxito del invierno alemán de 2005-2006, destinado a jóvenes y adolescentes, fueron vuelos fletados para una noche de permanencia “one night stand” en discotecas de Palma de Mallorca o de Ibiza.

Se destaca aún, en el ámbito del turismo, la multiplicación de resorts internacionales en el litoral del Noreste brasileño, en áreas en que anteriormente prevalecían actividades de carácter agrario, lo que provocó la extinción de la pesca artesanal además de la expropiación de pequeños productores, con la cooptación de fracciones de estos grupos sociales para la prestación de servicios en el ámbito turístico. Los resorts se extienden por el litoral nordestino con diversas interrupciones, desde el sur de Bahia, hasta Fortaleza en Ceará. Se destacan entre ellos los resorts internacionales de la isla de Comandatuba[20] en la costa sur de Bahia; el Club Mediterranee[21] en Itaparica en Baia de Todos os Santos; los resorts y spa de la Praia do Forte[22], de la Costa do Sauípe[23], todos estos últimos al norte de Salvador a lo largo de la Línea Verde (carretera estatal BA-099) en la llamada Costa dos Coqueiros. Muchos de estos resorts, además de ofrecer actividades turísticas y deportivas, poseen áreas de condominios cerrados exclusivos, en medio de una faja casi continua de condominios de menor dimensión que se extiende hasta la Vila do Conde en Bahia, a los cuales se agrega, más al norte, la explotación turística por diversos grupos hoteleros internacionales de Porto Galinhas[24] (Pernambuco) y de la Praia da Pipa[25] (Rio Grande do Norte). Varios de estos resorts, hoteles y condominios se sitúan en áreas de preservación ambiental, de reproducción de tortugas marinas y delfines, como la Praia do Forte, Porto Galinhas y Praia da Pipa.

Para acoger y viabilizar el turismo internacional de gran escala, el gobierno federal, durante las dos gestiones del Presidente Fernando Henrique Cardoso, creó condiciones generales e infraestructuras diversas de soporte. Las acciones implementadas por el gobierno federal comprendieron inversiones para:

· hacer internacionales los aeropuertos locales de las capitales del Noreste, lo que originó la construcción o reforma de estos aeropuertos y adecuación de sus equipamientos e instalaciones a las necesidades impuestas por el turismo internacional;

· la renovación de autopistas de acceso a los resorts, lo que posibilitó la implantación de servicios exclusivos de transporte entre los aeropuertos y las áreas turísticas cercadas y amuralladas, lo que propicia a estos resorts funcionar como burbujas de consumo turístico global, donde  "el color y el clima local" son recreados de forma pintoresca y controlada para garantizar una experiencia tropical única en un ambiente seguro e "inviolable" como anuncia la propaganda de la Costa do Sauípe[26],

· la concesión de explotación de rutas aéreas  internacionales regulares a diversas compañías aéreas para conectar las capitales del Noreste a algunas ciudades europeas. Se destacan en este sentido la compañía aérea portuguesa TAP con tres vuelos directos, por semana entre Lisboa, Porto, Salvador, Recife, Natal y Fortaleza, y la compañía aérea española Iberia, con vuelos regulares entre estas ciudades del Nordeste y Madrid, a los cuales se añaden vuelos fletados de Alemania y de otros países europeos.

No hay que generalizar y mirar todos los movimientos descritos al inicio de este ensayo como una misma cosa, aunque compartan una tendencia a la extensión de la urbanización más allá de los límites del perímetro construido de la ciudad. A pesar de la intensidad que la extensión de la urbanización ha conquistado y su aparente aire de novedad, interesa destacar que la proliferación de conglomerados urbanos insulares en las áreas intersticiales entre diversos aglomerados urbanos, modelo usualmente designado de Leap Frog, ya había sido señalado por Jean Gottman, en 1961 (:334), al describir una forma de urban sprawl, caracterizada por la ocupación de forma discontinua de algunas áreas agrícolas, al mismo tiempo que otras son circundadas o dejadas intactas.

5. Más allá de Los Angeles

Con base en lo que se comentó hasta aquí, se puede decir que aunque las tendencias de intensificación y de extensión de la urbanización parezcan contrapuestas, existen suficientes indicaciones de que estarían a desarrollarse en forma complementaria, a la vez que ambas suelen promover una expansión territorial del tejido urbano. Se puede observar en la periferia de las grandes áreas metropolitanas, en países avanzados o en desarrollo, un movimiento progresivo hacia la dispersión a través de la multiplicación de núcleos y aglomeraciones urbanas – leap-frogging, sin que esto resulte necesariamente en una interminable aglomeración urbana concentrada como Los Angeles.

A pesar del carácter disperso y difuso[27] de la extensión de la urbanización ella también tiende a generar grandes aglomeraciones, que cubren vastas extensiones territoriales. Aunque la extensión de la urbanización se compruebe mejor  y sea más perceptible, en parte debido a las transformaciones introducidas por la III Revolución Industrial, hay que diferenciar cada caso y cada situación. Es necesario considerar la estructura social y fundiaria anterior y la acumulación primitiva de condiciones generales (edificaciones, infraestructuras, etc.) resultantes de las prácticas espaciales que produjeron el espacio social con el paso del tiempo, que al mismo tiempo que contribuyen a generar identidades y características socio-territoriales específicas, también propician la potenciación de la extensión de la urbanización en el territorio. Dialécticamente sea a través de la concentración de condiciones generales que permitan esta extensión, sea a través de la potenciación de la intensificación de la urbanización y de la densidad técnica y demográfica que tienden a aumentar los costos de reproducción del capital y a transformar las, así llamadas, economías de aglomeración en deseconomías de aglomeración, en razón de la sobrecarga de las infraestructuras, equipamientos y servicios.

Por otra parte, no se puede dejar de considerar la intensidad de la extensión de la urbanización. Principalmente cuando de ella resulta una ocupación difusa, de grande o mediana dimensión demográfica, que ocupa vastas áreas, en que acaecen distintas relaciones entre aglomeraciones insulares dispersas como suele ocurrir en muchas  partes de Europa y de Brasil, que tiende a configurar una región metropolitana fragmentada, o conforme Indovina (2005) un archipiélago metropolitano.

De hecho lo que se puede observar, en los últimos quince años, es una afirmación de la extensión de la urbanización en diversos lugares y con diferentes intensidades, que ha generado preocupaciones entre administraciones municipales, movimientos ambientalistas y políticos de diferentes matices en razón de los impactos de la creciente dispersión de la urbanización sobre el territorio donde los núcleos más densos y poblados de las principales áreas urbanas tuvieron su crecimiento frenado, y fuerzas diversas contribuyeron al crecimiento y desarrollo de las pequeñas localidades con un aumento de la dispersión de la población sobre el territorio. Como es el caso de las regiones metropolitanas brasileñas y sus alrededores más próximos, donde la mayoría de los núcleos metropolitanos, según datos del IBGE (Instituto Brasileiro de Geografia e Estatistica), presenta saldo migratorio negativo desde 1980, a la vez que las mayores tasas de crecimiento demográfico se registraron en puntos localizados de la franja metropolitana o en municipios más distantes en otras regiones dinámicas. En contrapartida, en la última década, se mantuvo en algunos lugares la tendencia a la intensificación de la urbanización, como en las áreas metropolitanas de Lisboa, Porto y Moscú, que registraron mayores tasas de crecimiento demográfico, respectivamente que  sus países, Portugal y a Rusia.

Se observa, como consecuencia de este crecimiento poblacional de las pequeñas localidades y de la progresiva dispersión y extensión de la urbanización, una creciente especialización funcional de los lugares, lo que acarrea una separación de los usos residenciales, comerciales, productivos y de ocio sobre el territorio (Limonad, 1996). Se cambia, así, la organización territorial anterior con la formación de una red multipolar de núcleos urbanos, en diversos niveles y escalas, que rompe los esquemas consagrados de jerarquías urbanas. La articulación e integración de las ciudades no obedecen más de forma ineludible a una lógica jerárquica de tamaño o poder económico. Las características socio-territoriales específicas construidas paulatinamente por las prácticas espaciales de los grupos sociales se vuelven un elemento diferencial, que garantiza una acumulación específica de condiciones generales para el desarrollo del capital. Los territorios se convierten, de esa manera, en  un factor estratégico para la acumulación y en áreas en transformación. Eso exige nuevas metodologías y referencias de análisis que faculten pensar prácticas de intervención, que tengan en cuenta los diferentes intereses sociales involucrados.

¿Cómo avanzar en la resolución de los “problemas” creados por la intensificación y por la extensión de la urbanización? Se destacan, en este sentido, al menos dos obstáculos interrelacionados a ser superados hacia la intervención, planeamiento y ordenamiento territorial. El primero está relacionado con la dificultad de percepción de lo diferente, pues no necesariamente son nuevos los fenómenos que ahora irrumpen, mas sin duda son diferentes; y el segundo con la dificultad de superar prácticas arraigadas frente a las diferencias que surgen.

Estas diferencias acarrean cambios de calidad y de significado. Las ciudades hoy son, de forma innegable, substantiva y cualitativamente distintas de las ciudades del siglo XIX, aunque permanezcan ciertos resquicios del antiguo tejido urbano y de la malla territorial forjada a lo largo de años de prácticas socio-espaciales diversas. La aparición de procesos y formas espaciales diferentes resulta en un nuevo significado de estos procesos y de esas formas más antiguas, resultantes de otros tiempos y de otras prácticas (Limonad & Randolph, 2001). Cada vez más antiguas estructuras, equipamientos y edificaciones son apropiados y adaptados para otras finalidades. Los lugares se convierten, así, en objetos de consumo, en nombre del avance de una modernidad avasalladora, que muchas veces enmascara diferentes intereses, que suelen aislar a los habitantes de la ciudad de su usufructo. Y, el resultado de la urbanización no es más necesariamente la ciudad concentrada, la gran aglomeración urbana que se extiende hasta el horizonte, sino la ciudad difusa con aglomeraciones insulares dispersas en el territorio.

La velocidad de las transformaciones y la forma como se desarrollan rebasan en mucho la capacidad de aprehensión y reflexión científica por un lado, y por otro constituyen también un desafío para los planeadores, administradores y representantes del poder local de corresponder eficazmente con lo que sucede en un ritmo a veces más cercano al de un juego de computador como el Simcity, en que  las estructuras y edificaciones parecen brotar del suelo. No obstante, las diversas fracciones de capital poseen un dominio y una claridad envidiables sobre las oportunidades de inversión en curso, aparte de una capacidad para actuar ágilmente

Las transformaciones actuales en el espacio de las ciudades contemporáneas en muchas partes del mundo, de este a oeste y de norte a sur, a pesar de su carácter de novedad, conforme lo expuesto, ya empiezan a presentarse de forma recurrente y repetitiva. Se multiplican los estudios e indicaciones de que ciertas transformaciones, consideradas, inicialmente como extemporáneas, no constituyen un hecho aislado, como seria del agrado de técnicos y políticos, adeptos al empleo de soluciones arraigadas. Y, tampoco serían solamente, como procuró caracterizar la crítica a diversos estudios, una fase más del crecimiento de las ciudades y de las áreas urbanas, o un aspecto de la expansión de las áreas perimetrales urbanas, o aún, nuevas formas asumidas por la periferia urbana.  No se puede más, como sería del gusto de los más pragmáticos, pensar en las áreas urbanas como un conjunto delimitado de áreas concentradas, o como un polígono delimitado y contenido en un perímetro definido administrativa y políticamente como límite urbano.

Para hacer frente a las formas urbanas resultantes de la intensificación y extensión de la urbanización, hay, por así decir, una insistencia, o tenacidad por parte de arquitectos, urbanistas, geógrafos, planeadores, técnicos municipales licenciados, en buscar soluciones habituales y localizadas para problemas cuya causa les parece conocida, sin preocuparse en comprobar si esos no serían síntomas de transformaciones y cambios en otras esferas y escalas. Eso sin mencionar las soluciones y paliativos propuestos. Aquellos que se encuentran en el métier del planeamiento, del urbanismo, o sea, de las intervenciones urbanas, han de convenir que no hay casi nada nuevo bajo el sol. Planes estratégicos, planes directores, planes de desarrollo local, propuestas de reforma urbana, foros populares de discusión, todos confluyen para un enfoque localizado de problemas de fondo estructural, cuyos orígenes se hallan muchas veces en otras escalas de acción y de poder. Muchos suelen creer que bastan una “buena arquitectura” y un “buen plan” para solucionar los problemas que ahora atormentan las ciudades y sus habitantes, cuando efectivamente la situación es mucho más compleja (Limonad, 2006).

Y, una vez más, el saber técnico, amparado por meticulosas lecturas científicas,  propone planes directores, planos estratégicos, medios y tácticas para globalizar los lugares, inspirados en los ejemplos de Barcelona, de Milán y en los planes de revitalización urbana de diversas ciudades alrededor del mundo, en particular de las áreas portuarias como en el caso de los Docklands de  Londres y Puerto Madero en Buenos Aires, entre otros. Se olvidan de que el éxito de Barcelona está relacionado con un largo proceso histórico de acumulación de condiciones generales, en términos de infraestructuras, edificaciones, capital y recursos humanos (Capel, 1975 y 2005, Limonad, 2005). En este cuadro la ciudad, el espacio vivido suele ser apartado de sus habitantes, que pierden gradualmente el derecho a la ciudad, al no reconocerse más en los espacios producidos como valor de uso, transformados en objetos de consumo o en íconos de una arquitectura y de un urbanismo globales. Una excepción reciente, y por así decir saludable, fue la decisión tomada con relación a la reforma de Les Halles en Paris, en que se privilegiaron las necesidades y deseos de los vecinos y de la población local en detrimento de “maravillosos proyectos innovadores” de arquitectos renombrados[28], entre los cuales Rem KoolHaas, Jean Nouvell, cuyos proyectos futuristas fueron dejados de lado por una solución clasificada por las autoridades municipales y arquitectos como “conservadora” y “sin gracia”

Emergen ahora discusiones sobre la gobernabilidad de la ciudad, y sobre la crisis de la ciudad contemporánea, entre otras, y en este enmarañado surgen propuestas y soluciones diversas que intentan de una manera o de otra dar cuenta de estas transformaciones y presentar soluciones pragmáticas. Se incurre, así, muchas veces en equívocos de cierta manera inevitables, en virtud del hábito de adoptar metodologías y técnicas arraigadas para resolver cuestiones que se anteponen a un aparente movimiento “natural” de las cosas, a un diagnóstico que salta a los ojos. Que no tiene nada de natural, aunque lo parezca, y que hace que nuevas formas de crecimiento y/o de desarrollo urbano sean detectados como anomalías o problemas que deben ser corregidos. Se discuten los estándares como si fuesen apenas la manifestación de distintas formas de crecimiento, que poderían ser limitadas por decisiones políticas y prácticas urbanas de gestión municipal localizadas. Se pierde de vista, de esta forma, no sólo las transformaciones como consecuencia de la introducción de nuevos condicionantes socio-técnicos y tecnológicos desencadenados con el correr del tiempo; mas, principalmente las interrelaciones de escala que se configuran entre las distintas esferas sociales de reproducción y las nuevas formas de interacción territorial y social en lo cotidiano, que imponen la necesidad de repensar las formas de participación y gestión, así como ponen en duda las divisiones político-administrativas de gestión territorial.

La dispersión urbana, la ciudad difusa, la extensión de la urbanización se presentan, así, inicialmente como síntomas de problemas que han de ser combatidos en defensa del ambiente natural, como una forma de optimizar inversiones y ahorrar recursos financieros de modo de garantizar el desarrollo sustentable de la ciudad y, last but not least, garantir la seguridad a los ciudadanos. La duda que surge es si estas nuevas formas de distribución espacial de la población son problemas a ser mejorados, por ser un desvío en los modelos conocidos y consagrados de crecimiento urbano, o se trata de una nueva cualidad, de un nuevo nivel de crecimiento. ¿Estaríamos, así, delante de un tipo diferenciado de desarrollo urbano? Ésta, de hecho es una cuestión crucial para escapar de prácticas arraigadas, e impositiva para definir medidas que permitan avanzar hacia una sociedad más igualitaria.

Notas

[1] Este ensayo fue presentado en el 52. Congreso Internacional de Americanistas realizado en 2006, Sevilla, España. Publicado en português in LENCIONI, S. y BLANCO, J. Pueblos y Culturas de las Américas: diálogos entre globalidad y localidad. Simpósio Novas Dimensões da Indústria e do Urbano nas Metrópoles Latino-americanas. São Paulo: Depto de Geografia, Universidade de São Paulo, 2006 (CD-ROM) ISBN – 978-85-7506-139-8

[2] En el sitio http://www.ikea.com/ se encuentra la distribución de los megastores Ikea existentes en Europa, Asia, Medio Oriente, América del Norte y Oceanía

[3] Indovina aquí hace referencia a los trabajos de Indovina, F. (1990) La cittá diffusa, DAEST.; Lanzani, A. (1991) Il territorio al plurale. Milano: FrancoAngeli.; Boeri,S.; Lanzani, A.;Marini, E. (1993) Il territorio che cambia. Ambienti, paesaggi e imagini della regione milanese. Editrice Segesta; Bianchetti, C. (1995) Analisi della dispersione e biografie.CRU, Critica della razionalità urbanística, 3; Clementi, Dematteis, Palermo (1996) Le forme del territorio italiano, Laterza.; Bonora , P. (1999) Costellazione Emilia. Territorialitá e rischi della maturità, Fondazione Agnelli.; Savino,M. (1999) Cittá diffusa; Reti, Ambienti insediativi: la ricerca di uma verosimile definizione dei processi di trasformazione del territorio in Indovina, F. (a cura di) Território. Innovazione. Economia, Pianificazione. Politiche. Vent'anni di ricerca del DAEST, Venezia:IUAV.; Secchi, B. (1999) Cittá moderna, cittá contemporanea i loro futuri. In Dematteis, G et al. I futuri della cittá, tesi a confronto. Milano: FrancoAngeli; Bertuglia, C.S.; Stanghelini,A. y Staricco, L. (a cura di)(2002) La diffusione urbana. FrancoAngeli; Davico, L.; Debernardi, L.; Mela, A. y Preto, G. (2002) La diffusione urbana nella Itália settentrionale. Milano: FrancoAngeli; Detragiache, A. (a cura di) (2002) Dalla città diffusa a la città diramata. Milano: FrancoAngeli.

[4] Instituto Nazionale di Statistica (ISTAT), Italy. (Accesible en http://www.istat.it/)

[5] Instituto Nazionale di Statistica (ISTAT), Italy, (Accesible en http://www.istat.it/)

[6] Ver Evert Meijers & Arie Romein (2003).

[7] NIS, Ministry of Economic Affairs, Belgium. (Accesible en http://www.statbel.fgov.be/)

[8] "World Urbanization Prospects: The 2003 Revision", Population Division, United Nations Department of Economic and Social Affairs.

[9] Ibidem

[10] Ibidem

[11] Ibidem

[12] Ibidem

[13] Monte-Mór (1994:171) sugere la idea de urbanización extensiva inspirado en Henri Lefebvre, y la define como la “urbanización que se extiende más allá de las ciudades, en redes que penetran virtualmente todos los espacios regionales integrándolos en mallas mundiales – representa, así, la forma socio-espacial dominante que marca la sociedad capitalista de Estado contemporánea en sus diversas manifestaciones, desde el centro dinámico del sistema capitalista hasta – y cada vez más – las diversas periferias que se articulan dialécticamente en dirección a los centros, subcentros y subsubcentros...”

[14] Como muestran los sitios http://www.paraisodoslagos.com.br/, http://www.costadosauipe.com.br/, http://www.praiadoforte.com.br/.

[15] Como muestra la recopilación organizada por Heloisa Soares de Moura de Costa y colaboradores (2006)

[16] Investigado por Rainer Randolph (2004, 2005) en el municipio de Petrópolis, Estado de Rio de Janeiro.

[17] Como muestra Aguiar (2005) en el caso de la Región Integrada de Desarrollo del Distrito Federal y Entorno (RIDE).

[18] En China (en las regiones de Hong-Kong, Shanghai, Guangzhou – conforme Xu & Yeh, 2003 y Zhang, 2000); en España (en Madrid, Barcelona y Valencia – conforme Muñoz, 2003; Dura-Guimera, 2003 entre otros), en la Costa Mediterránea (de Grécia a Portugal) (Muñoz, 2003); en la Costa Oeste en los Estados Unidos (Scott, 2002); en el entorno de las metrópolis latino-americanas como: Santiago de Chile (Salcedo y Torres, 2004), Buenos Aires (Janoschka, 2002), Ciudad de México (Aguilar, 2002); en el Sureste del Brasil (Limonad, 1996; Santos y Silveira, 2001 entre otros) o incluso en la Amazonia brasileña (Monte-Mór, 1994 y 2004; Machado, 1982; Santos y Silveira, 2001 entre otros)

[19] Las transformaciones introducidas por la III Revolución Industrial alcanzan todos los ámbitos de la reproducción social, de la reproducción de los medios de producción y fuerza de trabajo a la reproducción social de la familia y de lo cotidiano. Lo que contribuyó para alterar de forma profunda las relaciones industriales y las relaciones sociales. En la esfera productiva la producción en masa cedió lugar a la producción taylor made (sobre medida) por encomienda y las existencias fueron sustituidas por la reposición just in time. Los grandes complejos industriales en que imperaban relaciones verticalizadas fueron sustituidos por consorcios industriales donde actúan diversas empresas cuya producción es destinada a abastecer mercados regionales y/o globales. Por ende, resulta de ahí un aumento de la tercerización de las actividades productivas, un resurgimiento del trabajo a domicilio y una descentralización de la producción de bienes y equipamientos con la formación de especializaciones territoriales destinadas a abastecer mercados supralocales y supra-regionales. Si durante la hegemonía del fordismo, del Estado del Bienestar y regulación de las relaciones industriales el capital industrial aprisionado geográficamente buscaba por menores costos de producción y trabajadores con reducida organización sindical. Con la hegemonía de la producción flexible, del Estado neoliberal y desregulamentación de las relaciones de trabajo, son los trabajadores en busca de empleo que persiguen el capital, que se disloca más ágilmente, como se puede observar en la decadencia de las antiguas regiones industriales y florecimiento de nuevas como retratan Georges Benko y Alain Lipietz (1995).

[20] "La Isla de Comandatuba está localizada al sur de Bahia, a 60 kms. de Ilhéus y es la opción ideal para quien busca tranquilidad y diversión sin renunciar al confort y al lujo. La isla está en el Ayuntamiento de Una, área considerada una de las más importantes del planeta para la conservación ambiental. Después del desembarque en el aeropuerto, los huéspedes siguen de ómnibus hasta el ancladero y atraviesan de balsa el canal, llegando a la Isla de Comandatuba en pocos minutos." (Accesible en http://www.comandatuba.com.br/).

[21] Accesible en http://www.clubmed.com.br/.

[22] Considerado el mejor hotel de resort y spa de América del Sur y Central el resort de Praia do Forte es parte de una red portuguesa de hoteles internacionales (Grupo Espírito Santo Hotels). (Accesible en http://www.praiadoforteecoresort.com.br/port/index.asp)

[23] Accesible en http://www.costadosauipe.com.br/index.php?idioma=1&intro=ok

[24] Accesible en http://www.portogalinhas.com.br/

[25] Accesible en http://www.pipa.com.br/conteudo/informativo/conheca.html

[26] "Luego en la llegada, por ejemplo, los huéspedes son convidados a disfrutar el confort de una Sala Vip propia en el aeropuerto. Atención bilingüe, bebidas diversas, publicaciones actuales, acceso a internet... No da tiempo de aprovechar toda la comodidad. El traslado, rápido y seguro, realizado en modernos y confortables ómnibus identificados, invita a aprovechar el paisaje, que intercala dunas y cocoteros, enmarcados por el mar, hasta la llegada al emprendimiento." Accesible en http://www.costadosauipe.com.br/conteudo.php?secao=1&idioma=1

[27] A este respecto Laura Fregolent (2005: 14) introduce una importante diferenciación: “la difusión constituye de hecho una tendencia de fondo de sistemas económico-territoriales de éxito y de alto rendimiento, en presencia de tecnologías viejas y nuevas, que limitan la obstrucción del espacio físico y en presencia de necesidades reducidas de espacios para la agricultura en cuanto la dispersión está ligada la 'explosión', a la fragmentación de la forma urbana y la aparente casualidad de las nuevas localizaciones; a la discontinuidad de lo construido emparejada a la creciente especialización espacial y creciente segregación funcional y social; al desperdicio de suelo y al consumo vistoso de preciosos y siempre escasos recursos ambientales; al incesante incremento de la movilidad sobre ruedas; al 'bricolage' del planeamiento urbanístico comunal en el caso de la ciudad difusa las características distintivas entre las dos formas son co-presentes”.

[28] a respecto de eses proyectos ver CORTI, Marcelo. Les Halles, el difícil equilibrio del proyecto urbano - Una opción conservadora en el corazón de París. Buenos Aires: Café de las ciudades. Año 4, enero de 2005, número 27. (Accesible en http://www.cafedelasciudades.com.ar/proyectos_27.htm).

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© Ester Limonad, 2007
© Biblio3W, 2007

Ficha bibliográfica

LIMONAD. E. No todo acaba en Los Angeles ¿un nuevo paradigma: entre la urbanización concentrada y dispersa?. Biblio3W Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol.XII, nº 734, 10 de julio de 2007. [http://www.ub.es/geocrit/b3w-734.htm]. [ISSN 1138-9796].


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